29. Verdad.
Acarició mi espalda, nuevamente, ¿cuántas veces lo había hecho ya?, ¿muchas?, no, han sido demasiadas. Tantas, con diferentes intenciones y sensaciones, que serían incapaces de ser contadas todas. Plantó un beso en mi nuca, otro beso, solo dedicado para mi, todo para mi. Lo ha hecho tantas veces, que me da lo mismo; siempre son besos con diferentes sabores pero nunca sinceros. Todo se ve tan diferente ahora, nada es igual, es como si la vida hubiese cambiado de tono, ¿o seré yo que la he dejado de ver como era?
No lo sé.
Pensar en ello me irrita y solo me llena de pesimismo. No tengo una razón en concreto para cuestionarme todas estas cosas triviales. Pero ha llegado un punto en el que me es imposible no pensar tanto las cosas, luego de todo lo que ha estado sucediendo entre nosotros, parecía que todo se vuelve diferente y yo estoy cambiando. Todo en una sola sincronía.
Miró los ojos de Astolfo, son los mismos ojos. Miró a Astolfo, no es el mismo Astolfo; su esencia, su todo y lo que era, no es lo mismo a esa vez que sentí algo por su persona. Su piel es la misma, su cara es la misma, su cuerpo es el mismo; él no es el mismo.
O tal vez sólo sea yo que estoy teniendo una mala interpretación, ¿no?, Quien sabe.
El sexo tan momentáneo y caliente ha parado, dejandome exhausto al lado de un Astolfo que trata de captar mi atención con cariño. Yo ni al caso, no quiero ya ni mirarle de nuevo. No sé siente lo mismo, el verlo ya no es tan agradable, su tacto tampoco.
No se si es un problema mío, o tal vez sea la distancia que se siente aun cuando nos tocamos. Él dijo:
“—__________, te amo.—”.
Ahora parece mentira.
Me aleje un poco, quedando en el borde de la cama, Astolfo al ver esto se acercó y rió por lo bajo.
—No tengas vergüenza, __________.—canturreo, rodeando su brazo sobre mi.
Chasqueo mis labios y aparto este de mi. El contrario se sorprende un poco por mí reacción
—¿Sucede algo?—alzó una ceja.—¿Que tienes?, ¿te paso algo?
Suspiré, sus palabras suenan tan sinceras, pero son tan vacías también.
—Nada. No tengo nada.
—¿Seguro?—insistió.
Asentí.
—Se nota.—dijo sarcástico.—Vamos, puedes contarme lo que sea.—se acercó a mí.
Antes de que pudiera hacer algún contacto conmigo, yo me incorpore y me senté, observe un punto fijo en el suelo, intentando distraerme de la situación.
Astolfo me observaba, como si no supiera que hacer. Entonces, él se levantó y se dirigió al baño, la regadera se podía oír por todos lados, haciendo eco por culpa del incómodo silencio.
Cómo dije anteriormente, no se si soy yo, o tal vez todo simplemente está cambiando. O que tal vez sea mi perspectiva o algo por el estilo; son incógnitas, que no tengo como resolver.
No sabía que hacer, solo me levante, me vestí, ni siquiera quería darme un baño aquí, porque no podía seguir en el mismo lugar que Astolfo.
—Me voy.
—¿Qué?—exclamó y salió del baño.—P-pero, quería que nos diéramos un baño juntos, __________.
Termine de vestirme y me acerque a la puerta.
—No te preocupes por eso.
Astolfo agilmente se acercó a mí y me detuvo tomándome del brazo.
—No te vayas.
Le mire, y negué con la cabeza por más ojos de cachorro que hiciera, me negué.
—No. Adiós.
Intente seguir mi camino, pero el me jalo, por cada segundo apretaba más mi brazo, lastimandome.
—_________, te dije que no te vayas.—sonó mas severo.
Le mire, ya no habían ojos de tristeza para engañarme, sino que una inexpresiva expresión. En ese momento, me acorde de Sakura, la manera en la que él la miraba, la manera en que él la agredia.
En un arrebato temerario, forze y hice una rabieta para librarme del pelirosa.
—Adiós.
Me marche.
Astolfo nunca se había comportado de esa manera conmigo, se que esto no es nada, de cierta forma, pero si tomo en cuenta la actitud que ha estado tomando últimamente, tengo que admitir que esta situación me preocupa.
Demasiado.
Sentí una picazón en mi brazo, lo mire y en el lugar donde Astolfo me había agarrado estaba su mano marcada en un ferviente rojizo.
Chasquee mis labios, molesto, acaricie el moretón, pensé en todo lo que está ocurriendo y por un instante llegue a la conclusión de abandonar a Astolfo.
Si, dejarlo.
Ahora que veo esto, me pregunto cómo estará Sakura. Cómo aún tenía tiempo de sobra, fui a su casa para darle una sorpresita, pero solo quiero saber como esta.
Cuando llegue a la casa de los Matou, me dio un poco de envidia, hasta que me acorde que estoy en esa escuela de ricos becado por mis buenas calificaciones y rendimiento estudiantil.
Suspiré, estoy nervioso, no se porque, ah, claro, esta es la chica a quien le rompí el corazón. Me da un poco de pena y se siente incómodo a decir verdad, pero no tengo porque pensar en algo de hace tiempo.
Toque el timbre, al cabo de unos minutos me abrieron la puerta. Era ella, Sakura Matou.
Nos miramos por un instante, como si todo se parará por una fracción de segundo. Ahora que la miro, con su cabello despeinado, esas ojeras, esas facciones cansadas, me doy cuenta de que aún así se ve hermosa...
¿Como hubiese sido mi vida con ella?
—__________.
—Sakura.
—Ah, ven, pasa.—reaccionó. Sonreí y entre.—¿Como estas?
—Bien.—dije.—Más o menos.—pensé.—¿Y tú?, ¿cómo está tu brazo?
—Bien, me duele un poco, pero estoy bien.—sonrió.
Es increíble como una persona a la que le hice daño, me pueda sonreír de esta manera. Que injusta es la vida.
—¿Que te paso en el brazo?
Cuando dijo esa pregunta, mire mi brazo, el moretón que me dejó Astolfo, se me había olvidado.
—Oh, no es nada.
Que estúpido es decir eso, sabiendo que en realidad es algo.
—Puedes confiar en mí.
Suspire, no podía mentirle a Sakura.
—Fue Astolfo, ¿cierto?
Yo con cabeza gacha, asentí avergonzado y triste.
—_________.
Sakura me abrazo.
Sentir sus brazos tan delgados y cálidos es tan nostálgico, tan diferentes a los de Astolfo, se sienten tan distintos. O es que ahora recibir un abrazo de ella es mejor que uno de Astolfo, no lo sé, pero ahora si sé que desde hace tiempo Astolfo no me quiere de esta manera.
Y aquí es cuando me doy cuenta de lo tonto que fui, de lo imbecil que soy.
Y aquí es cuando estoy llorando... Y nose porque estoy llorando demasiado.
Estoy llorando... Mucho.
¿Será por lo que he pensado?, ¿porque te dicho la verdad involuntariamente?, ¿es el abrazo de Sakura?
No lo sé, no me importa.
Llorar se siente bien.
Después de que Sakura me consoló, me llevó a la sala de estar, me dio un jugo de naranja y un pedazo de pastel del cumpleaños de su primo.
—________, sobre lo que te iba a decir en la escuela, era sobre Astolfo.
Frunci el ceño.
—Dime.
—Necesito contarte, quien es el verdadero Astolfo...
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Uh, este x reader ha dejado de ser tan romántico y adorable como el principio, se ha vuelto muy triste. Pero desde el principio esta tristeza tenía esencia, y el prologo ya decía que todo iba a salir mal.
Una curiosidad, quería mantener ello como un factor sorpresa, pero mejor no.
Este xreader ha tocado temas de la vida, el amor, etc, ahora casi llega a su clímax, la tristeza...
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