26. Sexo.
La pregunta aún rodaba por mi cabeza, me sentía tan nervioso cada vez que lo recordaba.
“—¿Eres virgen?—”.
No podía sacarmelo de la cabeza.
Estaba recostado en mi cama, mirando hacia el techo mientras mi corazón latía. Por alguna extraña razón, me preguntaba:
—Si Astolfo estuviera ahora en mi habitación, ¿que haría?
Mi mente empezó a traerme pensamientos perversos y mi imaginación comenzó a jugar conmigo. He visto a Astolfo desnudo ya varias veces, eso fue cuando éramos niños, no se exactamente como sería su cuerpo ahora, pero por lo poco que he visto puedo imaginarmelo.
Imaginar cómo ese pelirosado con rostro afeminado, facciones tna atractivas y delicadas, con esa piel blanca y suave deseando ser tocada, mientras esos ojos púrpura se pierden en los míos; imaginar tener sexo con ese chico, que parece de una dimensión tan distinta a la mía, yo estaría cumpliendo el sueño de muchos y muchas.
Alguien como yo. ¿Debería sentirme afortunado?
Tengo que admitir, que me he enamorado de ese chico, de mi mejor amigo. No, no es porque se vea como una chica, tampoco es de una manera erotica, va mas haya de eso. Es amor, realmente lo amo.
Él, al parecer, a mi también. Y si, no confío mucho en él cuando se trata de parejas, dudar que Astolfo es alguien “fiel” a esta altura de juego se puede considerar un delito, pero no siempre terminas de conocer a alguien.
Guau, empecé imaginándome algo sexual y ahora estoy pensando en confianza.
Debo confesar que como hombre poseo esa “necesidad”, o siento, y esta curiosidad no se aleja de ese pensamiento; en el fondo, deseo tener sexo con Astolfo. Pero me siento tan inseguro y nervioso. Tal vez es porque soy un amateur y no se nada de sexo, aparte de la pornografía y del meme de los gritos de la chica esa, pero nada más haya de eso. Si, mis experiencias sexuales no han ido más haya de la masturbacion y pensamientos perversos.
Todo un virgen.
Aunque estoy completamente informado de que hacer en ese tipo de situaciones para no contraer un enfermedad, mi padre me ha hablado mucho de ello, para que no cometa un error, me habló de ello para no sentirse culpable, ya que él piensa que los padres deben de orientar a sus hijos antes de que ellos mismos terminen haciéndolo, metiéndose en un mundo desconocido, donde creen que por decir que al ser de un diferente gusto sexual ya saben lo suficiente.
No, no es así. Mi padre me orientó lo suficiente, pero soy bisexual padre, no me mates.
Son las dos de la mañana y solo puedo pensar en esas cosas. Suspiro, me siento en la cama y miro mi celular que está en la mesita de noche, lo tomo y enciendo, de inmediato me pongo a ver instagram, estoy viendo el perfil de Astolfo pero nada me viene a la mente ahora.
Reviso su perfil, parezco un acosador lo sé, pero lo único que puede hacer un solitario como yo es abstenerse a revisar perfiles de personas con más vida social que yo, o simplemente me pongo a jugar algo estúpido.
Lo sé, triste.
Ahora que veo todas las fotos de mi amigo, me doy cuenta de que tiene miles de fotos con casi todas las chicas del instituto, aunque también con chicos que son bastante populares.
Mientras más bajo, más mi mirada decae, mi amigo tiene una vida tan brillante, parece irreal y surrealista. Astolfo siempre tiene lo que quiere, lo sé porque me tiene a mi.
Que irónico.
Me detuve en una de estas. Me dio curiosidad al ver una foto suya en lo que parece un castillo, se ve sonriente, y su ropa es de lujo, eso no fue aquí. Seguí bajando, esta vez fue en una iglesia, esta junto a un peliblanco de piel morena ahora. Seguí bajando, esta vez fue un chico de cabello castaño, desordenado, ojos rojos y con su mirada perdida, su piel era blanca.
“Sieg”, así decía la descripción. Eso no es un lugar, es un nombre.
Lo trate de buscar, pero no aparece. Lo más curioso es que esas fotos son de cuando se fue, Astolfo era aún un niño.
Hasta en el extranjero él es bastante famoso.
Seguí bajando, y está publicación me conmovió un poco, era una foto de él en el jardín de niños, estaba sonriendo. La foto me conmovió, porque en la descripción decía que:
“Ayer fue un día lluvioso, y no me gustan los días lluviosos, ¡pero ese fue el mejor!, ¡porque conocí a alguien increíble en la parada de autobus!”.
Los recuerdos vinieron a mi, la primera vez que nos conocimos. Ah, que ternurita era este chico. No sabía nada de esta publicación hasta ahora, sonreí al recordar los viejos tiempos.
Empezamos ahí, y ahora terminamos aquí. Dos niños que se conocieron en una parada de autobus, terminar en esto. Que surrealista.
—Pero es lo mejor.—sonreí.
Fui a WhatsApp, mire los estados y luego pensé si debería de responder ahora la pregunta de Astolfo. Me apoye sobre la pared, realmente estaba nervioso. Pero, ¿que podría salir mal?
Así que me arme de valor y envié el mensaje.
¿Te acuerdas cuando me pregúntaste si era virgen? Pues si, lo soy :'V
Y si.
2:02 a.m
No creí que el fuer a responder, pero si lo hizo, y de inmediato. Al parecer no soy el único despierto esta noche.
“Si”, ¿qué?
2:02 a.m
Trague saliva.
Él sabe a que se refiere con eso, y sabe muy bien lo que está buscando con eso. Quiere oírlo de manera directa, él siempre a actuado inocente pero sabe más que yo sobre estas cosas en verdad.
Suspire y decidí quitarme un peso de encima.
Si, quiero tener sexo contigo.
2:03 a.m
Espere su respuesta, no puedo creer que lo he confesado por fin, tenía como tres días con esa incertidumbre. Cuando vi que decía “escribiendo...” en la esquina de la pantalla, sentí algo de pánico, pero la curiosidad me picaba más.
Esta bien ;p
2:03 a.m
Y ese sábado a las dos de la mañana, me exprese ante Astolfo y llegamos a un acuerdo, yo iría a su casa en la tarde, a eso de las tres en punto, para que por fin esta necesidad sea saceada. No se si es porque soy joven y tengo curiosidad, o sean mis hormonas alborotadas, pero estoy desesperado.
Estar frente a la puerta de esa enorme mansión, me desesperaba. Estaba nervioso, más que anoche, podía sentir el latir de mi corazón, hacía temblar todo mi cuerpo. Intenté calmarme, no quería verme tenso, si soy realista, tarde o temprano iba a terminar haciendo esto.
La puerta se abrió, el que me recibió fue Astolfo, al verme me sonrió de manera cínica.
—________.—al decir mi nombre iba a abrazarme pero yo lo aparte con mi brazo.
—Espera.—espete. El alzó una ceja.—No me vengas con todo ese cariño ahora, solo vamos adentro y hagamoslo.
Astolfo estaba estupefacto con mis palabras, hasta yo admito que eso no es propio de mi. Él sonrió de lado y me miró despectivo.
—Esta bien, pasa.
Entré, y nada más pasar por el lado del pelirosa y que su olor me golpease directo en la nariz, me hizo sentir un cosquilleo en mi entrepierna. Y es que estaba dando un paso más a hacer realidad esas fantasías de hace tres días.
Subimos a la habitación, cuando entre me di cuenta de que había pasado mucho tiempo desde la última vez que estuve ahí. Se siente tan nostálgico.
Demasiado...
“—___________, ¿seguimos siendo amigos?—”.
—Ya no sé si somos hasta algo más, Astolfo.
Pensé, al recordar la esas palabras de la primera vez que me invitó a su habitación, cuando éramos niños.
Las manos de Astolfo me tocaron los hombros, acariciandolos. Sentí como su nariz rozaba mi nuca, pasando repetidas veces de arriba a abajo, plantó un beso en esta, sentí un escalofrío.
Me abrazo y me beso varias veces en la nuca, sus manos bajaron hasta mi cintura, entrelazandose entre sí.
—________, antes de hacerlo, deberías darte una ducha.—dijo.
—Lo hice antes de venir.
—Aún así.—susurro en mi oído. Hice una mueca, nervioso.
—Esta bien.
Le obedecí, me desvesti en el baño y entre a la ducha. El agua fría caía sobre mi cuerpo, mientras yo pasaba mis manos por todo este junto al champoo de marca.
Este es el champoo que tanto usa Astolfo, ahora yo huelo igual a él. Me siento un poco incómodo, tal vez porque es mi primera vez, pero más que incómodo, estoy excitado. La ereccion que tengo ahora mismo lo dice todo.
Ah este punto, no creo que nada vuelva a ser como antes.
Salí de la ducha, tomé la toalla y la pasé por mi cuerpo, suspiré.
No puedo mentir, desde que pase la puerta de este baño, voy a vivir mis fantasías. Y tal vez hoy sea el mejor día de mi vida, o tal vez hoy sea el peor.
¿Porque sería el peor?
Salí.
Astolfo estaba recostado, esperando por mi, me sonrió. Aparte la toalla de mi cintura, y Astolfo acarició con su mirada cada parte de mi.
—Ven.
Él se empezó a desvestir. Yo me acerque y lo primero que recibí fueron esos brazos suyos rodendome y nuestros labios se unieron en un largo beso.
Un beso distinto, uno que tenía mordidas en los carnosos labios de ambos, como si fuéramos animales salvajes, buscamos el placer a través de ese leve dolor, para que luego nuestras lenguas se unieran, ambas invadiendo las bocas contrarias, la saliva se acumulaba, haciendo más sensillos y lascivos los movimientos de las lenguas.
Las manos de Astolfo acariciaban mi desnudo cuerpo, su tacto me hacía estremecer, llegaban hasta mi cintura, cuando pasó hasta mi entrepierna y tocó mi miembro. Yo traté de hacer lo mismo, pero solo lo logré torpemente. Mis manos sintieron esa piel tan suave del contrario, también esos músculos en su abdomen, intente tocar su miembro pero él me lo impidió.
—Tranquilo, aún no.—pronunció.
Me lanzó a un lado, ahora el que estaba encima era él y no yo.
Relamio sus labios, se acercó a mi pecho y comenzó a besarlo, bajando hasta mi cintura en una fila de estos. Al llegar a mi miembro, sus labios rosaron el glande, y eso me estremeció, se sintió raro, como si mi cuerpo me dijera que se avecina algo nuevo pero bueno.
—Cuando éramos niños, tú odiabas verme desnudo, ahora miranos.—mencionó, rió al instante, yo me ruborice.
Astolfo beso mi miembro, la punta, para luego hacerlo por completo. Esos labios rosados se posaron en el glande, dejando pasando su lengua en círculos sobre esta, mientras su saliva caía por todo este para que sea más fácil. Me estremeci, sentí un escalofrío que recorrió desde mi entrepierna hasta mis hombros.
Entró todo en su boca, hasta el fondo, eso casi me hizo gemir, no lo puedo creer si soy sincero. Volvía a subir y bajar, toda su saliva bañaba mi miembro. Volvió a la punta y nuevamente relamio esta, recorrió con sus labios un lado de mi pene, me miró, como si quisiera saber mi reacción, cuando apenas podía decir algo.
—¿Te vas a venir tan pronto, ________?—dijo.—¿Te está gustando esto?
Decía de manera lasciva.
Empezó a succionar, eso fue lo que acabo conmigo, sus manos me manoseaban cada vez que cabeceaba sobre mi miembro. Acarició mis geniales con una de sus manos, los apretaba con algo de fuerza, solo un poco. Para después no ser ya su mano, sino su boca el que se encargará de esa zona, mientras seguía masturbandome con su mano.
—Ah.—se me escapó un pequeño gemido.
Astolfo me miró, se detuvo.
—No puedo hacer yo todo el trabajo.—dijo.
Astolfo se posó encima mio, al revés, su miembro apuntaba mi cara y yo trague saliva nervioso.
—Se que no eres muy bueno en ello, pero esfuérzate.—sonrió.
Esto es el 69, ahora ambos le hacíamos lo mismo a nuestros miembros, bueno, yo lo hacía torpemente, y Astolfo tenía que mover sus caderas de vez en cuando por mi falta de experiencia.
Pero es demasiado tarde, no duramos en esa posición ni diez segundos, podía sentir como algo venía, como si se acercara algo desde lo profundo de mi entrepierna. Esta sensación, la conozco.
Termine eyaculando en la boca de Astolfo. Él en ningún momento sacó mi miembro de su boca, lo mantuvo adentro hasta que terminara de venirme.
Cuando acabé, él se apartó de mí y se sento, yo sentí que aquello había sido glorioso, ni siquiera podía reaccionar bien.
Mire al contrario, que estaba como si nada, él jugaba con mi esperma y se la trago. Yo había visto esto en videos, pero ahora que lo veo en persona, es algo extraño.
—N-no puedo creer que te lo hayas tragado.—comenté.
—Esta rico.—dijo.—Toma, es tu propio semen.
Me beso, introdujo su lengua en mi cavidad bucal, podía sentir y saborear la poca esperma que quedaba en su boca, eso, más su saliva, su sabor me resultó raro.
—Dame un segundo, querido.—dijo.
De la mesita de noche, al lado de la lámpara había un pote de lubricante, lo tomó y junto un poco en su mano, también lo hizo en sus glúteos. Él introdujo sus dedos dentro de sí, lo hacía con tanta calma y facilidad. De lejos de nota que no es la primera vez de este chico.
—¿Quieres así, o prefieres un condom?—preguntó mientras continuaba.
Yo no sabía que responder, fruncí mi ceño, me senté y mire al pelirosa que esperaba mi respuesta.
—Yo... Supongo que así.
Astolfo sonrió. Me beso.
—Que tierno te vez ahora.—dijo.—¿Quieres hacer esto tú?, ya sabes, ponerme el lubricante.
El se acostó y abrió sus piernas, me sonreía pícaro, ya solo me sonroje, no estoy acostumbrado a este Astolfo todavía.
No dije nada, estaba muy nervioso como para pronunciar palabra alguna, solo puse algo de lubricante en mi mano, los junte y acerqué mis manos a la entrada de Astolfo.
Mis dedos entraron muy fácilmente, se sentía tan cálido y húmedo ahí dentro, y era bastante suave a decir verdad.
—Hazlo con confianza, _________.—me sugirió.
Yo le hice caso, el experto es él después de todo. Así como en los videos para adultos, o como lo llegan a describir en comics de este tipo, movía mis dedos dentro de Astolfo como si no fuera la primera vez que hacía eso.
Entre dos dedos más, ahora eran tres. Los movía de manera punzante, también en círculos y ampliaba en lados los dedos. Astolfo se acercó a mí y me beso, una vez más, devoró mis labios.
—Puedes entrarlo.—me dijo.—Pero no te vengas tan rápido.—bromeó.
Hice una mueca y frunci mis labios.
Si, otra vez estaba excitado.
Ahora, por fin podía adentrarme hacia Astolfo, todo de él sería mío.
Él me empujó, cayó encima mío, otra vez como antes. Tomó mi miembro y le abrió paso a su entrada, yo solo era expectante de como él hacía todo en este acto sexual. Mi pene entró muy fácilmente dentro de él, por completo de golpe.
El interior de Astolfo, tan suave, húmedo y cálido, sólo podía chillar y sentirme a gusto por lo placentero que era esto.
Él me sonrió, mientras subía y bajaba en sentadas.
—¿Esta apretado?—me preguntó.
—Un poco.—respondí.
Sonrió, él apretó más sus glúteos.
—¿Y ahora?
No pude decir nada, estaba demasiado centrado en el sexo, que ni siquiera era tan consciente de sus provocaciones.
Astolfo seguía con sus sentones, pasó de eso a mover su cadera en círculos y de atrás en adelante, tomando un ritmo lento y algo rápido a veces. Yo solo era expectante, apretaba mis dientes, mientras gemia por lo bajo, pero Astolfo gemia aún más, y esos sonidos que salían de su boca me estaban volviendo loco.
Me deje llevar y lo tomé la cadera, mi miembro lo movía de arriba a abajo rápida y bruscamente.
—¡Más suave...!—chillo.
Yo no le hice caso, solo seguí, quería seguir, como si deseara llegar más haya de eso, romper todo ello. Me acerque al cuello de Astolfo y comencé a besarlo y dejar chupetones. Astolfo solo gemia, su dulce voz era un canto para mi.
Me estaba dejando llevar demasiado, pero quería sentirlo más, mi cuerpo lo deseaba. Esta parte de mi, no la conocía, entregarme más a mis instintos y actuar de esta manera.
Empujé nuestros cuerpos ahora yo era el que estaba arriba, seguía embistiendo a Astolfo. Él clavaba sus uñas en mi espalda, el calor de nuestros cuerpos, la manera en que teníamos sexo, todo aquello que ocurrió esa tarde, eso se había transformado en un sueño hecho realidad.
No quería parar, quería caer más y más en la lujuria si era por tocar más ese cuerpo; si era porque ese chico toque más mi cuerpo.
Quiero oír más esa voz, quiero sentirlo más en mi, que sea aún más mío de lo que alguna vez fue.
¿Como explicarlo?, solo no quiero que se vaya otra vez.
Todos ellos, no entienden esto.
Al cabo de unos minutos, terminé dentro de él, Astolfo por igual se corrió.
Yo caí agotado, Astolfo se veía aún más energético que yo, pero se mantuvo a mi lado.
—El sexo es agotador, se me olvidó decirte eso.
—A-aún no se como puedes hablar.—exprese en jadeos.
Dejó escapar una risilla.
—Es costumbre.—dijo.
—¿Como estuve?
—Todo un principiante.—bromeó, pero dijo la verdad.—No te preocupes, yo te enseñaré.
Al oír eso, frunci mi ceño.
—¿Que me enseñaras?
—¡Pues claro, la próxima será mi turno!
Tener sexo con este chico, será más curioso de lo que pensé alguna vez.
__--_-_-_---_---_-_-_-_-_-_---_-_--_---_-_-_-_-
Hola
Cómo están?
Esta es, hm... Creo que la primera vez que explico de una manera tan “especifica” una escena sexual, por eso, quiero que me den su opinión.
¿Que les pareció?
Ah, y lamento la tardanza, trataré de actualizar más seguido :p
Pasen buen día o noche.
❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro