26; ENTREVISTA Y UN DESCANSO
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Por la noche, Jungkook pasó a dejar a Jimin en el hotel que se quedaría por esa noche. Pero al final Jimin le convenció de que se quedara un rato más para que cenaran juntos, y entre las risas que compartieron en la cena y la charla que se extendió hasta que se hicieron las diez pm, al final Jungkook decidió quedarse a dormir con su ángel. Porque ahora cada vez que pensaba en Park Jimin sólo podía verlo como su precioso ángel.
— ¿Qué pasa con esa sonrisa tan hermosa? — le habló Jimin desde el otro extremo de la cama, sonriendo embobado —. ¿Hay alguna razón para que sonrías así? Te ves pensativo. Pero feliz. Y mientras tú seas feliz yo lo seré.
Estaban tendidos en el colchón, sus cabezas giradas en dirección el uno al otro. Sus miradas estaban fijas, de manera atenta. De manera soñadora e inspiradora. Ojos conectados que derramaban amor, miel e intensidad.
Ambos sonreían como enamorados, sin poder dejar de mirarse.
Jungkook suspiró, pensando en lo mucho que quería a su ángel Jimin.
— Estoy pensando en ti. Esa es la razón de mi sonrisa. Tú. — le contestó Jungkook con las mejillas sonrojadas, para después reír de manera tímida.
— Dios... Te quiero demasiado... Debería ser ilegal que me hagas sentir tantas cosas, siento que me dará un ataque al corazón. Me duele tanto el pecho y es de una buena manera. — Jimin también se rió tímidamente.
— ¿Crees en que existe la persona correcta para ti? ¿La persona perfecta? — los ojos de Jungkook brillaban demasiado.
— Antes no creía en eso.
— Yo tampoco, pero luego te conocí. Y pasé de ni siquiera creer en los milagros a creer en ti. Porque eres el milagro de mi vida. — le dijo con ternura, extendiendo su mano para acariciar el rostro de Jimin con sus dedos, trazando con suavidad y delicadeza cada pequeño detalle de esa preciosa piel.
Jimin se apoyó en aquel contacto, entrecerrando sus ojos para disfrutarlo. Ninguno de los dos podía dejar de sonreír.
— Te quiero. — suspiró Jimin, sintiendo las manos de Jungkook en sus mejillas —. Eres mi persona correcta, momento correcto... Mi lugar favorito en el mundo.
— Así que esto es cómo se siente tener un alma gemela. — apoyando su frente en la de Jimin, sin detener sus caricias y observando al chico que aún mantenía su sonrisa y los ojos cerrados, Jungkook mordió su labio inferior un segundo —. Yo te quiero mucho más.
Jimin abrió sus ojos de golpe, mirándole fijamente desde tan cerca.
Sus frentes juntas.
Sus narices acariciándose.
Sus respiraciones mezclándose.
El cuerpo de ambos llenando de calidez el contrario.
— Mañana por la mañana tenemos un vuelo que no podemos perdernos por nada del mundo, bonito. — le susurró, sonriendo con amor —. Ya descansemos.
— Sólo podré dormir bien si te tengo cerca. — le susurró Jungkook de regreso —. ¿Puedo abrazarte?
Jimin no dijo nada, pero acercó más su cuerpo al de Jungkook y enredó sus brazos en el cuello de este, dejando caricias en su nuca que le erizaron la piel al chico.
— Eres precioso. — le dijo Jungkook al sentir como Jimin enterraba el rostro en su pecho.
— Me encantas. — le respondió un adormilado Jimin contra su pecho, acariciando la zona con su pequeña nariz tiernamente.
Ambos estaban ansiosos por ese viaje. Estar lejos de todo ellos dos solos. Poder verse sonreír ya lo era todo para ellos, pues estaban encantados con la existencia el uno del otro.
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