...

...

pequeña narración por parte de jimin:

Jungkook tenía los ojitos rojos y cansados, sus mejillas y la punta de su nariz también estaban rojizas de tanto que había llorado las últimas horas. Realmente estaba siendo afectado por todo lo que estaba pasando en Twitter, pero eso lo mantendríamos en secreto ambos ya que Jungkook me había repetido entre sollozos que quería mantener una imagen fuerte esta vez.

Él había estado pasándola tan mal que cuando lo vi ahí, deshaciéndose en lágrimas sin poder pronunciar bien las cosas entre su llanto, empecé a llorar también. Y pronto ambos nos abrazábamos y nos acariciábamos mientras llorábamos fuertemente.

Realmente podía sentir su dolor. Lo mucho que le dolía, también se convertía en mi dolor.

No soportaba verlo mal, quería hacerlo sonreír por la eternidad. Él sólo merecía cosas buenas. 

— Bebé. — le susurré suavemente, acariciando sus cabellos con cariño —. Te quiero mucho. Te quiero mucho. Tú y yo saldremos de esto juntos, tienes todo mi apoyo y lo sabes. No estás solo en esto, entiendo cómo te sientes y te prometo que aunque sean horribles estos sentimientos, nadie podrá derribarte.

Él estaba acostado en mi pecho, con sus ojos cerrados y sus manos aferradas a mi torso.

Estábamos viajando por carretera para hacer unas compras antes de nuestro viaje a París en unas semanas.

— Jiminiessi, mi principito. Yo te quiero más. — suspiró él.

Pude ver cómo sonreía levemente, de una tierna y sincera manera. Aún no abría sus ojos y se veía angelical.

Besé sus cabellos con cariño.

— Eres mi lugar feliz. — le dije. Y era cierto, desde el primer día Jeon Jungkook se había sentido como mi lugar feliz. Mi virus de la felicidad.

— Tú eres yo, y yo soy tú~ — me recordó, abriendo sus ojos para mirarme con tanto amor en ellos que sentí mis ojos cristalizarse.

— ¿Cómo me puedes hacer tan feliz, eh? — le pregunté, inflando mis mejillas para fingir que estaba enfadado —. ¿Cómo puede ser posible que alguien sea capaz de causar tanta felicidad?

Él empezó a reír, derramando ternura y amor.

Yo lo acompañé en su risa y entonces ambos nos mirábamos a los ojos sin poder dejar de reír de manera escandalosa.

— Eres mi todo. — me dijo cuando se detuvieron las risas.

Ya no reíamos, pero teníamos una gran sonrisa incomparable. No nos perdíamos de vista, estábamos completamente sumergidos el uno en el otro.

Él intentó alcanzar mi mejilla con sus labios, pero debido a la incómoda posición en la que estábamos, terminó dejando un beso en mi mentón.

Eso nos hizo reír a ambos.

Quiero tanto a Jeon Jungkook. Lo quiero tanto y siempre me pregunto una y otra vez cómo puede hacerme tan feliz si algo como eso no me había pasado nunca antes.

(...)