Y allí, intuí que los problemas solo habían empezado...

-- Mim, cariño, por favor siéntate.

Me quede paralizado, ni siquiera podía moverme. Sencillamente era totalmente incapaz de procesar lo que acababa de pasar. Trate de pensar en cosas bonitas para distraerme, como unicornios... Okey, nunca me han gustado los unicornios y esto no está sirviendo para nada.

-- Mim...

Por el gesto que hizo, de alguna forma me sentí obligado de sentarme en un sofá verde limón que estaba en una esquina, que, por cierto, nunca había visto. Mi abuela puede ser bastante convincente.

-- Mim, cielo, ¿me podrías decir cuál es tu apellido?

Ahí es cuando me di cuenta que la vieja había empezado a perder la cabeza. ¡Qué pregunta más tonta! Pues claro que sabía cuál era mi apellido. Es como si no supiera mi edad. ¿Qué se había fumado la anciana? Pero en fin, se lo diré. Es más, mi apellido es...

La realidad me pegó en la cara. Y duro. No lo sabía. Jamás me había parado a preguntármelo. En la escuela siempre había sido Mim, solo Mim. Era algo que simplemente todos consideraban normal, incluso cuando pasaban lista.

Antes de haber podido analizar debidamente todo eso, me volvió a abarcar.

-- Ahora Mim, dime cuales son los cuatro elementos.

Esa respuesta sí me la sabía. Era bastante obvia. De hecho, hace algunos días me había descargado un juego para el celular (bastante fácil, por cierto), sobre ese tema.

-- Pff, abuela, las preguntas que haces. Es claro que son Fuego, Tierra, Aire y Agua.

No me podía decir que no a eso... ¿O sí?

-- Ahí es donde tú, y casi toda la humanidad se equivocan, Mim. Esos no son los cuatro elementos.

-- Pero abuela, claro que si... me acabo de descargar un juego sobre eso, espera si quieres subo a traer mi teléfono y te enseño...-- protesté

Pero al ver su cara (no de enojo, si no mas tipo con la que mirarías a un cachorrito o a un bebé; una mezcla de compasión, ternura, superioridad y un poco de asco), descubrí que allí habían cosas que claramente no sabía.

-- Hace mucho tiempo, cuando el Cosmos se creó, cuando la Vía Láctea, no era más que un pedazo de polvo, o tal vez ni existía, se crearon los Cuatro Elementos Originales: el agua, el fuego, el aire y la tierra—miro mi cara de no entender nada.

-- Esos Cuatro Elementos fueron creados por cuatro energías extremadamente primitivas; el agua, por la fuerza ύδωρ, el aire por la fuerza ἀήρ, el fuego; por πῦρ y finalmente, la tierra por la fuerza γῆ.

-- Si, Mim, ahora llego a lo que nos interesa—añadió después de ver mi cara de que no entendía nada. —Entonces, el Cosmos fue regido durante millones de años por estas fuerzas elementales, que venían siendo las energías más poderosas de todo el Cosmos y nada, absolutamente, nada podía vencerlas. Con el tiempo, se empezaron a crear fuerzas menores. Diferentes, mucho menos poderosas, pero más oscuras. No eran para nada poderosas, pero empezaron a serlo. Ocultas durante miles de años, fueron agarrando poder, hasta que al final pudieron transformarse en seres consientes. —me miro como evaluándome—Son demasiado complicados de definir, y mucho más para un niño de 12 años, así que imagínate una especie de humanos, pero hechos de materia celestial, con milenios de antiguedad y mucho más sabios.

Yo seguía sin entender. Me imaginaba unos gigantes con brillantina por todos lados, con dos colitas con moños rosas y garrotes. Me reí por lo bajo de mi idea. Pero al ver la cara de mi abuela (otra vez), entendi que no era momento de risas. Miré para abajo.

-- Así fue como se crearon los Tres Milenarios o los Tres Elementos Indispensables: Jeno, las estrellas, Neo, el oro y Zero, las plantas. Cada uno destruyó a su vez un elemento, pero el agua era demasiado poderosa, y era imposible controlarla, así que entre los tres lograron crear otro ser más, lograron congelar el agua y contener en esta nueva milenaria todo su poder. La llamaron Ío, que significa ''desconocido'' pues no sabían hasta donde llegarían sus poderes. Así crearon el hielo, el elemento más poderoso de todos, porque contiene la esencia de un elemento original, así como de tres indispensables.

-- ¿Me sigues Mim?

Sí, pues claro que la seguía, la historia estaba súper interesante. Probablemente notó que no podía dormir y me la contaba para que pudiera regresar a mi cama y tener sueños lindos. No estaría mal. Le seguí el juego un rato.

-- Todo muy bonito abuela, ¿pero ¿qué tiene que ver eso? ¿Acaso llegaron los gigantes, las hadas y los duendes? ¿O, espera esa parte aún no ha llegado? Me reí de mi pobre sarcasmo, jamás tan bueno como el de Sol, pero in crescendo

--¡Mim! ¡Esto no es una historia que te cuento para dormir! ¡Esto es algo serio, y te lo cuento porque considero que tienes la edad suficiente para manejar esto como tal! ¡Evidentemente, me equivoque! Debería habérselo contado a Ele, Tal, o porque no Sol... -- la abuela casi nunca nos gritaba

Me quede más blanco que el papel. ¿Así que eso era real?

-- Perdón, Abu—dije rápido

-- Ahora escucha esto con mayor atención todavía. Preguntas al final.

-- Cada siglo, los Cuatro Milenarios escogen algunos niños, que estén por nacer para que sean sus...digámosles herederos. Son creados a base de fuerzas menores, hijas de los Cuatro Elementos Indispensables. Tienen casi todo de humanos, pero también una parte divina, celestial. Los llamaron: Hijos de las Estrellas, Forjadores de las Calderas, Segadores de la hiedra y Creadores de fuentes. No juzgues estos nombres, querido, pues no conoces el poder detrás de ellos. Su misión era difundir las historias, proteger los lugares sagrados, desarrollar sus poderes y en caso necesario, convertirse en nuevas energías para defender el Cosmos; esto es conocido como El Grandioso Sacrificio, y ocurre cada cierto tiempo. No te preocupes por esto ahora—añadió al ver mi cara preocupada. —Yo personalmente, soy una Forjadora de las Calderas. Jamás le conté la historia a tu madre, Jun, jamás consideré, era muy joven cuando la tuve, y también lo era cuando me enteré de lo que yo era.

-- Ahora lo más importante: ustedes también son hijos de Milenarios.

-- Espera, ¿Qué?

-- Tomémoslo con calma. Tú, Mim, eres un Hijo de las Estrellas. Ele, tu hermana mayor, es una Forjadora de las Calderas. Sol, por su lado, es una Segadora de la Hiedra. Y Tal, es un Creador de Fuentes. Ustedes son los hermanos más poderosos de los últimos siglos, y, además, una rareza de su tipo, puesto que los Milenarios los bendijeron a todos ustedes con los dones.

-- Pero abuela, hay cosas que no termino de comprender...

-- ¡Pues comprende, entonces, que hay un villano que quiere, y que tiene la clave para destruir todo el Cosmos, -- dijo, perdiendo la paciencia-- y que ustedes cuatro son los únicos que pueden detenerlo!

Mi abuela se acaba de ganar el título de la reina de los finales dramáticos.

Ahora, ya entiendo el porqué de todo ese alboroto.

Y me empieza a asustar en serio.

** Yes, así se miran las fuerzas primitivas, para que se den una idea