'Pasión Y Frialdad'
A continuación les dejo un vistazo de la tercera y última parte de la trilogía "Amor Y Aflicción", la cual ya se encuentra disponible de manera totalmente gratuita acá en Wattpad
Disfrútenlo <3
El ambiente en casa era tenso, yo ni siquiera quería voltear a ver a Robert, y él pasó la mayor parte de ese día encerrado en su oficina, imagino que le preocupaba encararme, y no lo culpo, con lo angustiado que estaba, más el enojo que sentía por tener que viajar solo, me sentía capaz de apuñalar a aquel inglés imbécil.
— Se pondrá bien, cariño — murmuró Teresa mientras me acariciaba el cabello, yo miraba el fondo de aquella taza de té mientras un amargo sentimiento de pesadez inundaba mi cuerpo, nunca había sentido una incertidumbre y aflicción tan grandes en mi vida, me parecía irónico porque, estaba acostumbrado a sentimientos amargos, pero jamás habían sido tan fuertes.
— Gracias Teresa — susurré mientras miraba cómo se sentaba a mi lado, tomé aire mientras acercaba la taza de té a mi rostro, aunque me detuve al ver que era una taza con el dibujo de un gato, que Robert me dio cuando volvimos de España — ¿Dónde está?
— En su oficina — respondió ella mientras me tomaba del brazo y lo acariciaba suavemente — Él está igual de afectado que tú, Taylor — solté una risa nasal al oír las palabras ajenas, rodando mis ojos mientras daba un sorbo a mi té — ¿Crees que a él le da gusto que viajes tú solo, y que debas pasar por esto tú solo? por supuesto que no, cariño, pero date cuenta que él tiene demasiadas responsabilidades aquí.
— Dejé toda mi vida tirada por él, Teresa, abandoné a mi madre por él; yo sólo le estoy pidiendo tres o cuatro malditos días para que me acompañe a verla, ¿es eso demasiado? — dije mientras la miraba con algo de severidad, ella suspiró con pesadez mientras tomaba mi mejilla y la acariciaba dulcemente.
— Yo también dejé mucho tirado por venir aquí, abandoné a mucha gente a la que quería, o al menos eso fue lo que yo sentí al irme; con el tiempo, entendí que irme fue de mucha ayuda para todos, no solo para mí, sino para ellos; lo mismo pasa contigo y tu madre, venir a Londres te sentó de maravilla, y a ella podrá ayudarla también.
— ¡¿De qué forma podría beneficiarla el hecho de que su único hijo medianamente competente se haya largado a vivir a otro continente, Teresa?!
— De haberte quedado en Detroit no contarías con el dinero para ayudarla, ahora sí lo tienes.
— Dinero — reí de mala gana al oírle — Si solo fuera dinero... ojalá solo fuera cuestión de dinero, Teresa.
Ella me miró con pesar al oírme decir aquello, aunque escuchar unas pisadas lentas acercarse a nosotros, la hizo levantarse de su asiento y marcharse, no sin antes darme un beso en la mejilla, tratando inútilmente de calmar mi angustia.
Sentí un agarre firme sobre mis hombros, que me hizo fruncir el ceño con molestia mientras trataba de zafarme, aunque no pude lograrlo, así que solo agaché la mirada, sin intención alguna de voltear a verle.
— Tienes razón, siempre te dejo solo cuando más me necesitas — admitió mientras pasaba sus manos por mis hombros, por primera vez el tacto de las manos de Robert me causó repulsión absoluta — No quiero que creas que lo hago a propósito, Taylor, simplemente las circunstancias no juegan a nuestro favor.
— No te pido que te quedes — murmuré mientras varias lágrimas rodaban por mis mejillas — Solo te pido tres días, Robert; acompáñame tres días, y después puedes volver a irte, tal y como siempre has hecho.
— ¿Pero qué cosas dices? — susurró mientras se sentaba a mi lado para tomarme de la mejilla y hacerme verle a los ojos, en serio se veía apenado, se notaba en sus ojos que estaba casi tan afectado como yo, cosa que me sorprendió bastante — ¿Crees que me gusta dejar solo al amor de mi vida? ¡No! Taylor yo jamás he querido abandonarte, pero date cuenta de que no puedo marcharme, y aunque lo haga, no te seré de ningún tipo de ayuda, solo me estaré quejando porque no paran de llamarme desde aquí.
— Solo quiero que me acompañes, nada más — susurré con pesar, mientras varias lágrimas rodaban por mis mejillas — Quiero tu apoyo, no quiero algún tipo de sobre esfuerzo de tu parte, Robert; solo quiero que me acompañes.
— Mi cielo... — murmuró con algo de frustración y dolor, tomando mis mejillas para limpiar las lágrimas que rodaban por mi rostro.
— No quiero ir solo, tengo miedo — admití mientras tomaba las manos ajenas y las apretaba con fuerza — Tengo miedo, me aterra quebrarme al llegar, cuando la vea, c-cuando me reproche que la abandoné, no quiero pasar por todo eso yo solo, Robert, ¡no me hagas pasar por todo eso solo, por favor!
Me mataba la mirada de dolor y vergüenza que Robert me dedicaba, él siempre cedía ante mis peticiones, en casos más extremos debía llorar un poco para que él cediera, pero esa vez, por más que lloré y le rogué que me acompañara, él no pudo acceder, no podía acompañarme, por más que yo lo deseara, por más que así lo deseara él mismo, porque en serio se notaba en su mirada que quería ir conmigo, pero acompañarme implicaba que su empresa sufriera, sobre todo por el tiempo que nos ausentamos gracias a nuestra luna de miel; yo lo entendía, entendía bien que él no podía venir, pero igual eso no aliviaba la pesadez en mi pecho, y el dolor horrible que recorría cada centímetro de mi piel.
Un ahogado jadeo salió de mis labios al sentir cómo me abrazaba con fuerza, abrazo al que traté de apartarme al principio, pero después de unos minutos, me hundí en el hombro de mi esposo para sollozar por un largo rato, mientras él me acariciaba la espalda, sin decirme ni media palabra, y en parte agradezco que no lo hiciera, de haberlo hecho solo habría empeorado el terrible cóctel de emociones que sentía, porque no había palabras que pudieran calmar aquella mezcla amarga de emociones que me daba unas ganas terribles de vomitar lo poco que me digné a comer ese día.
¡Gracias por leer, nos vemos en "Pasión Y Frialdad"! <3
- Gema
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro