— ¿Qué opinas de este? — pregunté mientras le mostraba a mi madre un vestido de color blanco, vestido que ella miró de reojo con algo de recelo, pero lo que más le llamó la atención, fue la etiqueta de precios.

— ¡Por amor de Dios, Taylor! ¡¿te has vuelto loco?! — reclamó mientras me señalaba el precio — ¡¿Viste lo que cuesta esto?!

Arquee una ceja con fastidio al oírle decir eso, oírla me hizo darme cuenta de quién heredé mi lado cascarrabias y quejumbroso, y ni hablemos de mi lado tacaño a quien no le gustaba despilfarrar dinero, sé que no era correcto gastar de forma despreocupada, pero con Robert aprendí que a veces no debes ser tacaño contigo mismo.

— Por favor, Ted — dije de mala gana — ¡Robert te lo va a obsequiar!

— Aún regalado, Taylor, ¡¿sabes lo que podrían hacer con ese dinero?!

— ¿Cómo vamos por aquí? — preguntó mi prometido mientras llegaba con varios vestidos a la mano, desde temprano estábamos en esa tienda de ropa, y apenas llegamos, el señor Dawson se la pasó rebuscando por todos los pasillos, buscando algo perfecto para mi madre y mi mejor amiga — Ese vestido es lindo, suegra, ¿te lo vas a probar?

— Gracias querido, pero es muy costoso para mi gusto, ¿no tienen algo que cueste un poco menos? — dijo Teddy mientras volteaba a ver a la jóven trabajadora que nos estaba ayudando en nuestra búsqueda, yo inhalé profundamente mientras apretaba mis propios puños, empezaba a sentir unas ganas tremendas de fumar una caja entera de cigarrillos.

— Nada de eso, Teddy — dijo mi prometido con aquella persuasión tan típica en él — La madre del novio no puede ir usando un traje barato, no quiero que mi suegra y mi esposo se vean desaliñados.

Me mordí el labio inferior con algo de lujuria al oír a mi prometido, no sé si era la abstinencia sexual que teníamos, o el hecho de que dijera de manera tan galante y sensual "mi esposo", pero juro que quería llevarlo a un vestidor para hacerlo gemir mi nombre en ese instante.

— Mh, tú ganas — dijo mi madre con algo de frustración, tomando un vestido que él le estaba entregando para ir a los vestidores, tomándome del brazo para llevarme con ella, mientras yo no dejaba de repetir mentalmente la frase "mi esposo" y de sonreír como un idiota mientras lo hacía.

-

— ¿Qué tan grande será esa boda? — preguntó mientras se arreglaba dentro del vestidor, yo miraba las demás cosas de la tienda mientras la esperaba fuera del mismo.

— No lo sé, Robert casi no me da detalles, dice que quiere sorprenderme — admití mientras volteaba a ver cómo ella salía de los vestidores, usando un hermoso vestido blanco que Robert eligió para ella, no era muy descubierto, pero tampoco la hacía ver como una anciana, vaya que he subestimado el buen gusto de mi pareja — Wow, te ves preciosa.

— Sí como no — dijo de mala gana mientras me daba la espalda para que le subiera el cierre del vestido, reí por debajo al oírla renegar de tal manera, me abrumaba lo mucho que Teddy y yo nos parecíamos sin si quiera darnos cuenta.

— No te miento — dije mientras me paraba frente a ella y le besaba la frente, ella suspiró sutilmente ante mi muestra de afecto.

— Robert tiene razón, debo esmerarme en lucir bien.

— Ya te ves bien, mami — dije mientras la guiaba a un espejo, para abrazarla desde atrás y sonreír ampliamente, ella sonrió con algo de pesar al ver nuestro reflejo, y de pronto, sus ojos se mostraron cristalinos, y un poco apagados, en su momento no entendí el porqué ella reaccionó de esa forma, odio tanto saber finalmente el porqué de la melancolía en los ojos de mi madre — ¿Qué ocurre?

— Nada — murmuró volteando a verme — Solo estoy feliz de que mi pequeño se case al fin.

Sonreí de lado al oírla decirme aquello, aunque, mintió, ella mintió al decirme eso, no por lo de la boda, sino en decirme la razón de su llanto, no saben cómo la odié por haberme mentido de esa forma, pero ya en mi corazón no cabe una sola fibra de odio hacía mi madre, por más que enserio lo he intentado.

— ¿Todo listo? — preguntó Robert mientras llegaba hacía nosotros, alzando las cejas al ver cómo lucía Teddy — Wow Teddy, estás preciosa; ya veo de dónde heredó Ty sus encantos.

— Gracias, querido, pero está mal que digas esas cosas, sobre todo sin una copa de por medio — dijo ella con un excesivo tono en confianza que hizo a Robert reír por debajo, y a mí en lo personal me hizo mirarla con absoluta severidad — ¡Oh relájate, Taylor, fue un chiste! ¿crees que dormiría con Robert sabiendo que a ti te comió a la semana de conocerte?

— ¡Mamá por Dios! — gruñí cubriendo mi rostro con ambas manos, abrumándome al oír la risa cínica y algo estruendosa del señor Dawson.

Luego de pagar la ropa de Teddy y de Mónica, nos fuimos de aquella boutique, estuvimos paseando un rato por el centro de Covent Garden, Teddy estaba fascinada con cada cosa que veíamos, yo aproveché la oportunidad para tomarme muchas fotos con ella, fotos que hoy en día, son mi posesión más preciada.

— Y aquí estábamos en la rueda de la fortuna — dije mientras bajaba del auto junto a mamá y a Mónica, yo les estaba mostrando algunas fotos que tenía guardadas en mi celular, no podía mostrarles toda la ciudad en una tarde, así que quería compensar mostrándoles el resto a través de fotografías que tenían la memoria de mi celular casi a tope — Y aquí visitamos el palacio de Kensington.

— ¿Ya has visto a la reina, Taylor? — dijo Teddy mientras me tomaba del brazo.

— Aún no, apenas la vea le tomaré una foto y te la enseñaré — asentí mientras caminábamos a la puerta de nuestro hogar, aunque me abrumó ver varios autos estacionados enfrente de nuestro hogar.

— Vaya, creo que mamá ya llegó — dijo mi prometido de manera despreocupada mientras bajaba junto al novio de Mónica las bolsas de compras.

Tragué en seco mientras miraba preocupado a Mónica, ella me sonrió tranquilamente y me palmeó el hombro, una manera delicada de decirme "cálmate", y que yo realmente necesitaba para seguir avanzando.

— B-Bien, e-entremos ya — dije mientras las guiaba a ambas al interior de la casa, temblando cada vez más a medida que iba avanzando por el recibidor hasta las escaleras, y apenas llegamos a la sala, vi a mis suegros tomando té con Teresa, Catherine con un semblante tranquilo, y John con su típica expresión de "no me agradas, bastardo americano".

— ¡Oh, Taylor cariño! — clamó mi suegra mientras se levantaba e iba hacía mí para besarme dulcemente la mejilla — Te ves radiante, se nota que estás emocionado por tu boda.

— Apenas y puedo dormir — admití con vergüenza. Catherien saludó cordialmente a Mónica, y luego miró con curiosidad a Teddy, quien la miraba de arriba a abajo como si le debiera dinero, algo que me llenó de pánico — C-Catherine ella es Teddy, m-mi madre; mami, ella es Catherine Dawson, ¡madre de Robert! — hice énfasis en esta última frase para que Teddy entendiera que era claramente un "compórtate" de mi parte.

— Oh, ¿usted es la madre de Taylor? es todo un placer conocerla — dijo mi suegra amablemente.

— L-Lo mismo digo — dijo Teddy mientras sonreía de manera algo recelosa — Robert no se parece en nada a usted.

— ¡Mamá! — gruñí entre dientes al oírla decir eso, afortunadamente mi suegra se lo tomó con humor.

— Oh lo sé, jaja, le sorprendería la cantidad de personas que me dicen eso, ¿pero qué puedo hacer? los genes de mi esposo son demasiado fuertes, apenas conseguí que mi hijo de enmedio heredada mis ojos; en cambio usted, Dios mío, verla es como ver una versión femenina de Taylor.

— Y eso que no ha visto a mi hijo mayor, él y Taylor son idénticos — dijo mi madre mientras sonreía de forma más calmada, pero igual me preocupaba mucho lo que pudiera atreverse a decir frente a mi suegros.

— No lo dudo en absoluto — dijo Catherine mientras palmeaba suavemente la mano de Teddy — Es un placer tenerla aquí con nosotros en Londres, ¿qué le ha parecido la estancia aquí?

— Muy fría — admitió mi madre, haciendo a mi suegra reír, Mónica me miró pícaramente ante la expresión despreocupada de mi suegra, pero igual no quería confiarme, Teddy era demasiado impredecible, se parecía mucho a alguien que conocen.

— Veo que ya se llevan bien — dijo mi prometido mientras llegaba con nosotros, para pararse junto a Catherine y a Teddy — Madre, ¿sabías que la madre de Taylor también adora a sir Elton John?

— ¡¿Enserio?! — clamó mi suegra, mirando con asombro y emoción a mi madre, quien jadeó suavemente al oírla, y no la culpo, hasta yo me sentí asombrado cuando escuché eso.

— Así es, incluso nombró a Taylor "Nikita" en honor a dicha canción — gruñí con frustración al oírle decir eso, era odioso que Robert aprovechara cada minuto para mencionar ese detalle.

Todos volteamos al oír una severa voz carraspeando, se trataba de John, Dawson, quien miraba a mi madre de arriba a abajo con desdén, expresión que no me agradaba en absoluto.

— Ah, él es John, es mi esposo, y padre de Robert.

— Vaya, él sí es idéntico a Robert — dijo Teddy con asombro, sin dejar de mirar la expresión severa y fría de mi suegro.

-

Al caer la tarde, Teresa preparó la cena, y dado que debíamos irnos esa misma noche a Cambridge para preparar todo al día siguiente para la boda, decidimos que lo mejor era cenar temprano, para así poder irnos de inmediato.

— Así que, Teddy — dijo Catherine mientras observaba atentamente a mi madre — Es usted una mujer jóven, imagino que tuvo a Taylor a una edad temprana.

— Digamos que sí — admitió mientras daba un sorbo a su bebida, Teddy se abstuvo totalmente de ingerir alcohol, creo que entienden muy bien el porqué — Yo no planeaba tener a Taylor, pero sin duda fue una bendición total que llegara a mi vida.

Me conmovió oír a mamá decir eso, aunque no podía evitar recordar todas las veces que me dió golpizas tremendas, y las veces en las que su esposo casi me mató a golpes, acompañadas de la frase "pues a tu bendición casi lo mataron muchas veces, y a ti te dio igual", pensamiento que traté enormemente de alejar de mí, dando un trago seco a mi copa de vino, cosa que hizo que Robert me mirara curioso.

— ¿Y estuvo casada con Albert Atwood? — preguntó mi suegro, logrando que tanto Teddy como yo nos quedáramos helados, sin saber qué responder con exactitud.

— Vaya forma de arruinar la cena — dijo Robert de mala gana, logrando que su padre lo observaba con seriedad.

— Solo hice una pregunta a tu... invitada — dijo Dawson mayor, haciendo que mi madre lo observara con severidad total, aunque ella no fue la única, su esposa también lo observó con molestia.

— Taylor ya te explicó cómo está compuesto su núcleo familiar — dijo Robert con molestia.

— Está bien, cielo, no pasa nada — dijo Teddy mientras suspiraba con fastidio — Aunque hablar de esa plaga no me hace feliz en absoluto.

John miró algo incrédulo a mi madre cuando ella dijo eso, imagino que su forma tan suelta y poco delicada de hablar le hizo horrorizarse, pero a mí me daba igual, la pobre había sufrido mucho por culpa de ese hombre, tenía derecho de llamarlo como le diera la gana.

— Yo trabajé para Albert Atwood cuando era más jóven, él se enamoró de mí, y digamos que me "acosaba" en el trabajo, un día las cosas pasaron a mayores, por no decir que él me forzó a tener sexo en su oficina, y luego de eso, supe que esperaba un hijo de él — admitió ella de forma tranquila y algo molesta, yo agaché un poco la mirada al oírla decir eso, no era grato que cada que mamá hablara de mi "concepción" explicara cómo su jefe la violó indirectamente.

— Oh por Dios — murmuró mi suegra — Lo lamento tanto.

— Descuide, no es nada — dijo Teddy mientras sonreía de manera algo incómoda — Nunca estuve casada con él, el maldito nunca me lo propuso, y aunque lo hubiera hecho, definitivamente le habría dicho que no, Albert Atwood es demasiado prepotente y machista para mi gusto personal.

— Y odia a Elton John — dije tratando de romper finalmente el tema de mi "padre", logrando que Teddy y mi suegra rieran cínicamente.

— Yo no podría vivir con alguien así — dijo Catherine.

— ¡Ni yo! — dijo Teddy mientras me apretaba sutilmente las mejillas — Me habría matado por ponerle "Nikita" a mi precioso hijo.

— Yo a veces pienso en matarte por hacerme eso — dije de mala gana, haciendo a mi madre reír cínicamente, Robert me miró algo asombrado cuando dije eso, sé que sonaba fuerte, pero era mi manera de tratar con ella, tosca, aunque sin una sola gota de odio, aunque después de lo sucedido con Teddy, no me he atrevido a jugar con la muerte nuevamente, al menos no tratándose de mis seres queridos.

— Dígame señora Brown — dijo Mónica mientras veía atentamente a Teddy — ¿Cómo era Taylor de niño?

— Oh, cariño, si te contara — dijo ella mientras se limpiaba la boca con la servilleta, yo le patee la pierna a mi mejor amiga por debajo de la mesa, sacándole un quejido sutil de dolor.

— ¡Oye!

— Cretina — le dije de mala gana, cosa que hizo reír a Robert y a mi suegra.

— Ty de niño era la cosita más tierna que podrías conocer, ¡pero lloraba de una manera! — dijo mientras reía con fastidio — ¡No dormí bien durante todo un año por su culpa!

— Aún sigue sin dejar dormir a la gente — dijo mi prometido, haciéndome que ahora lo pateara a él — ¡Jaja oye basta!

— ¿Te dijo que de pequeño le temía a los conejos?

— ¡Mamá! — reclamé con molestia, mientras todos en la mesa empezaban a reír (excepto John y Spencer).

— ¿A los conejos? ¿porqué? — preguntó mi novio.

— Vió una película de terror donde chicos con máscara de conejo mataban gente, desde entonces no podía ver un conejo sin gritar y correr lejos, un día incluso mojó sus pantalones porque en la escuela tenían un conejo mascota y—

— ¡Ya entendimos! — reclamé con molestia, mientras ellos aún reían cínicamente, al mismo tiempo que mis mejillas ardían de la pena, y ni hablar de mi expresión severa, que poco o nada les importó, sobre todo al sujeto a mi lado, que no paraba de reírse como el maldito desgraciado que es.

— Mi pequeño siempre ha sido muy asustadizo — dijo mi madre mientras apretaba mi mejilla — Imagino que cuando empezaron a salir apenas y te veía a los ojos, Robert.

— Y que lo digas, suegrita — dijo mi prometido mientras alzaba los hombros, yo le di otro trago seco a mi vino mientras miraba con molestia al sujeto de ojos azules que se disponía a burlarse de mí, a la par que mi madre también lo hacía.

-

— Qué frío — murmuré mientras caminaba junto a él hacía el tren que debíamos tomar, luego de cenar todos fuimos a la estación, hasta Teresa se fue con nosotros, ¿creían que ella iba a dejar de asistir a nuestra boda?

— Descuida, adentro no tendrás tanto frío — dijo Robert mientras trataba de apegarme a su cuerpo, pero yo lo aparté en seco mientras lo miraba con molestia — ¡Ay por favor, Ty! ¡¿sigues enojado por eso?!

— Jodete — murmuré de mala gana, él rió para tomarme de las mejillas y apretarlas con fuerza.

— Lástima que estoy reservándote para la luna de miel, de no ser así, créeme que te haría gemir como la perrita que eres.

— Cállate — gimotee por debajo mientras él me guiaba al interior del tren, menos mal que nuestras madres estaban algo alejadas de nosotros, no quería que Catherine o Teddy escucharan las obscenidades que salían de la boca de Robert.

Fuimos a nuestros asientos y esperamos que el tren saliera, yo me dispuse a revisar mi celular, sintiendo las manos de Robert acariciando mis piernas para darme calor, aunque ese tacto empezaba a impacientarme.

— Basta — susurré apartando su mano de mi pierna, gesto que le hizo verme con molestia — N-No me malinterpretes, pero... y-yo estoy—

— ¿Enojado? — preguntó acorralándome contra la ventana del tren, importándole poco que había gente cerca que podía vernos — ¿Sigues furioso conmigo?

— No, imbécil — susurré rozando mis labios con los suyos — Estoy lo opuesto a enojado, es por eso que no quiero que me toques, solo me haces desquiciarme más.

Él rió cínicamente al oír mi confesión, rozando sus labios con los míos para darme un beso lento y muy sensual que me hizo gimotear sutilmente.

— Basta — le rogué entre besos, aunque él hizo caso omiso a mis palabras por completo — Amor, n-no.

— Deja de hablarme así — murmuró lamiendo mis labios — Si me hablas con ese tonito tuyo, me harás volverme loco.

— Robert — gimotee tomándolo del cuello para seguir besándolo de forma hambrienta, jadeando lascivamente al sentir cómo besaba mi cuello y me pegaba más a su cuerpo.

— Apenas lleguemos te la voy a meter — me dijo al oído, haciéndome gemir ahogadamente, aunque escuchar unos pasos cerca de nosotros hizo que nos apartáramos de golpe el uno del otro.

— ¡Taylor adivina lo que— hablaba mi madre, aunque detuvo sus palabras al llegar y ver cómo mi prometido y yo limpiábamos algo de saliva de nuestros labios — Wow, ¿interrumpo algo?

— N-No — dije mientras arreglaba mi ropa — ¿Qué ocurre?

Teddy me miró con seriedad en cuanto le dije eso, y sin dudarlo dos veces, me jaló del brazo para guiarme al asiento donde ella estaba con Teresa, yo traté de zafarme, pero mi madre es más terca que una mula pariendo, y me forzó a dejar solo a mi novio con la pasión a flor de piel, no saben la pena que sentí por él en ese instante, aunque admito que, eso a la larga me causó mucha diversión.

— Pero mamá— traté de oponerme, pero ella me obligó a sentarme en medio de ella y de Teresa.

— Nada de "peros" jovencito, te vas a casar, se supone que debes permanecer casto hasta tu boda, es tradición.

— ¿"Casto"? — dije de mala gana mientras miraba de reojo a mi madre — ¿Enserio crees en esas cosas?

— ¡¿Cómo me preguntas algo así, bastardo irrespetuoso?! — reclamó jalándome de uno de mis mechones negros — ¡No llegarás virgen al matrimonio, mínimo respétate el día antes de tu boda!

— Me caso pasado mañana — renegué, ella me miró con molestia y algo de cinismo.

— ¿Y no puedes aguantarte un día y medio sin que te bajen el pantalón, jovencito? ¿acaso yo te eduqué así?

— ¿Quieres que responda? — pregunté de mala gana, ganándome que ella me jalara el cabello de nuevo — ¡Agh ya, maldición!

Continuará

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- Gema