97 - 'Frío Emocional'
El viaje en auto se me hizo eterno, sobre todo porque ninguno pronunciaba ni una sola palabra, yo no lo hacía por miedo a empezar a discutir otra vez, y él... no lo sé, era difícil deducir lo que pasaba por su cabeza, siempre ha sido así, es una cualidad suya que me da miedo aún hoy en día, pero que de todas maneras me hace amarlo con locura.
En cuanto bajamos y llegamos al café, pude ver a mis suegros sentados en una mesa junto con Harry y el señor Michael (mi ex jefe, y ahora socio de Robert).
— ¡Primo! — clamó aquel sujeto mientras se levantaba de su asiento, pero apenas se le acercó, Robert le tomó de ambos hombros y le dió un rodillazo en el abdomen que le hizo encorvarse sin más, me sorprende mucho que no haya caído al suelo como un saco de papas.
— ¡Oh por Dios! — clamó Catherine mientras se levantaba de la mesa junto con su esposo.
— ¡¿Robert qué carajo te sucede?! — dijo John, pero mi prometido no se molestó en voltear a verlos, solo miraba con odio absoluto a su primo, quien rió cínicamente mientras se levantaba con dificultad.
— ¿Cómo te atreves a propasarte con mi prometido? — gruñó con odio absoluto mientras veía a su primo reír.
— Jaj, veo que tu americano no sabe guardar secretos — murmuró mientras se erguía y sacudía su ropa para verme atentamente — ¿También le contaste que te encontré en el centro comercial con otro chico?
— Cállate, Harry, no voy a creer ninguna de tus mentiras — dijo Robert mientras lo observaba con seriedad.
— ¿Mentiras? primo, ¿me crees capaz de mentirte? si yo solo quiero lo mejor para ti, y considero que un chico que se pasa de libertino cuando bebe algunos tragos no es exactamente lo mejor para un hombre como tú.
— ¡Tú intentaste propasarte! — clamé mientras me acercaba y lo veía con absoluta seriedad — ¡yo te aparté de mí, y mi amiga también lo hizo!
— ¿Es eso cierto, Harry? — preguntó mi suegra, el sujeto alzó los hombros mientras la miraba con cara de "yo no fuí".
— Por favor tía, ¿me crees capaz de querer besar a alguien de su edad? no soy tan desviado como Robert — escuchar esas palabras hicieron que me sintiera ahogado de la rabia, mi mente por un momento se nubló, y cuando mis pensamientos se aclararon otra vez, noté que acababa de darle un golpe en la cara a ese tipo, cosa que me hizo jadear algo abrumado.
— ¡¿Quién carajo te has creído?! — clamó John mientras se me acercaba para tomarme del cuello del suéter, pero Robert se paró frente a mí para evitar que me hiciera algo, menos mal que el café estaba cerrado, o eso habría sido todo un escándalo.
— ¡Caballeros, por favor! — dijo el señor Michael mientras se paraba en medio de Robert y su padre — Debe haber alguna manera razonable de resolver esta situación.
— Vaya Boby, tu juguete tiene una buena derecha — dijo Harry plagado de ironía mientras sobaba su barbilla.
— ¡No soy el juguete de nadie, idiota! — reclamé mientras trataba de ir hacía él, aunque Robert rápidamente me jaló de mi suéter para evitarlo — ¡Y te voy a repetir lo mismo que te repetí esa noche en el bar! ¡"me voy a casar"!
— ¿Enserio? ¿y quién podría creer la palabra de un pobre bastardo como tú, que solamente juegas con este idiota de Robert? ¿o acaso no hizo un escándalo ayer en las oficinas, tío?
— Así es, hiciste el ridículo, ¡le gritaste al hijo de nuestro socio más fiel! ¡todo por la culpa de este bastardo bueno para nada!
— ¡Jhonathan! — clamó mi suegra con seriedad, para voltear a verme con detenimiento — Taylor, ¿es cierto que trataste de besar a Harry en ese bar?
— ¡No! C-Catherine ¡yo jamás haría algo así!
— No se puede creer en un chico que cancela compromisos como si fueran invitaciones a almorzar— dijo Harry, logrando que yo agachara la mirada con pena, obviamente usaría el tema del compromiso en mi contra, y no tenía forma de defenderme, realmente había actuado como todo un idiota.
— Su Earl grey, señora Dawson — dijo una voz que reconocí de inmediato, se trataba de Richard, quien llegó con una pequeña bandeja entre sus manos para darle el té a mi suegra.
Le hice una seña a Robert, recordaba que Richard estuvo con nosotros esa noche en el bar, muy ebrio, sí, pero estaba , y si lograba reconocer a Harry, eso me daría credibilidad sin duda.
— Richard — habló mi prometido, logrando que el tigre lo mirara con atención.
— ¿Sí señor Dawson?
— ¿Estabas con Taylor la noche que su amiga llegó de américa, no es así?
— Amm, s-sí — asintió con pánico, y entiendo bien el porqué, esa noche él había hecho el ridículo, y se atrevió a morder la mano que le daba de comer hablando mal de Robert.
— ¿Y recuerdas a este sujeto? — dijo mientras señalaba a Harry, quien rodó cínicamente sus ojos con fastidio.
— Emmm — Richard miró muy curioso a Harry, y me puso muy nervioso ver cómo se le acercaba para ver su cara con detenimiento — Siento que te he visto antes.
— No sé de qué puedes estar— trató de hablar, pero de inmediato el tigre le interrumpió.
— ¡Ahh sí,ya te recuerdo! ¡esa noche estabas en el bar, y noté que te fuiste detrás de Taylor cuando él fue al baño, y él te empujó por acorralarlo contra una pared! maldición, creí que eso fue una alucinación mía por el alcohol; ¡y también recuerdo haberte visto por aquí el otro día, estabas con una chica pelirroja, si mal no recuerdo!
Robert miró a su primo con asco y repulsión, mi suegra lo miró con decepción, y John solo pudo mirar a otro lado sin saber qué decir, imagino que él habría querido oír que yo me dejé follar por Harry, solo para que nuestra boda fuese cancelada.
— Gracias Richard — dijo mi prometido mientras le sonreía y le palmeaba el hombro — Has sido de gran ayuda, ¿porqué no te tomas el día?
— ¡¿E-Enserio señor Dawson?!
— Claro, eres mi mejor empleado, mereces eso y más — Richard sonrió victorioso para apartarse de nosotros e irse, y apenas nos quedamos solos, mi prometido miró con absoluta incredulidad a su primo.
— Harry ¿cómo te atreves a acosar de tal forma al prometido de Robert? — dijo Catherine.
— Eso no significa nada, tía, él desde el viaje a suiza me estuvo haciendo ojitos, yo solo reaccioné ante sus insinuaciones.
— Aquí tengo otra insinuación para ti — dije mientras me acercaba hacía él para verlo a los ojos con odio absoluto — Jo-de-te, imbécil.
— Podré ser un imbécil, pero al menos no pregono amar a alguien para después cancelar mi boda con él.
— ¿Es eso cierto, Taylor? — preguntó Catherine — ¿Rompiste tu compromiso con Robert?
— Solo fue una pelea, madre — dijo Robert mientras trataba de cubrirme — No pasó a mayores, se los garantizo.
— Sí claro — murmuró Harry — En fin, veamos cuánto duran, les doy un mes, primo — dijo mientras palmeaba el hombro de Robert para avanzar hacía la salida de aquella cafetería, dejándome solo junto a mi prometido y a mis suegros, ya que el señor Michael se fue apenas Richard lo hizo también.
— ¿Para esto me llamaron enserio? — dijo Robert de mala gana — No puedo creer que tomen enserio las idioteces que dice Harry.
— Queríamos asegurarnos de que eso no fuera cierto — murmuró mi suegra mientras me miraba con algo de seriedad, seriedad que me hizo agachar apenado la mirada — ¿Harry intentó propasarse contigo enserio?
— No soy bueno mintiendo — murmuré, aliviándome al sentir la mano de Robert tomando la mía — Yo amo a Robert, y jamás me atrevería a traicionarlo, jamás.
Catherine me miró con detenimiento para después ir hacía mi prometido y jalarle uno de sus mechones de cabello.
— ¡Auch! ¡¿madre porqué me—
— ¡¿Es cierto que besaste al hijo de Arthur Greene?! — reclamó, asombrándome totalmente que ella supiera tal detalle.
— ¡¿Que tú qué?! — gritó John de repente.
— Él me besó a mí, eso no es lo mismo — corrigió con fastidio.
— ¡Para mí significa lo mismo! ¡¿cómo permitiste que eso ocurriera, estando a nada de casarte?!
— Él fue el oportunista — dije de mala gana — Yo venía llegando a la oficina de Robert, y cuanto el tipo me vió, se fue sobre él.
— ¡¿Y Taylor vió eso?! — reclamó ella mirando con seriedad a mi prometido, quien agachó la mirada con vergüenza — ¡¿Fue así como yo te eduqué, acaso?!
— Y-Ya eso no importa, Catherine — dije mientras le tomaba suavemente del brazo.
— ¡¿Cómo que no importa?! ¡la confianza es la base de un matrimonio, cuando muere la confianza ya no hay marcha atrás! ¡¿eso fue lo que creó el rumor de que rompiste tu compromiso?!
— Aún nos tenemos confianza — insistí — Y... l-la verdad sí, e-eso fue lo que ocasionó ese terrible rumor, ¡pero ya todo está olvidado, creeme!
— ¡No quiero ver a ese chico cerca de ti! — amenazó, señalando a Robert con su dedo índice, me daba ternura la manera en la que mi suegra se esforzaba por corregir y reprender a su hijo.
— Habrá distancia absoluta, es una promesa — dijo él, mientras alzaba las manos y veía a su madre con algo de fastidio, ella volteó hacía mí para tomarme de las mejillas y acariciarlas suavemente.
— ¡Mantente firme, Taylor! ¡no será ni la primera ni la última vez que alguien quiera alejarte de Robert! pero recuerda lo que te dije ¿de acuerdo? mientras tú te sobrepongas, nada los alejará el uno del otro.
— Tengo eso muy claro, Catherine — asentí mirando de reojo a mi prometido, para sonreírle cálidamente, sonrisa a la que él me correspondió de igual forma.
-
— Cuánto drama — murmuré mientras veía fijamente la televisión, ya habíamos llegado a casa, y decidimos recostarnos en el sofá a ver televisión, aunque la televisión solo hacía ruido mientras nosotros hablábamos suavemente.
— Las bodas siempre son dramáticas — dijo Robert mientras acariciaba mi espalda desnuda, no planeábamos tener sexo, solo nos desnudamos para sentir nuestro calor corporal, y de esta forma, tratar de calentarnos por el terrible frío que hacía alrededor, además de que, después de tantos problemas y del terrible frío emocional que nos rodeaba, solo queríamos sentirnos cerca el uno del otro, para calmar finalmente nuestra angustia y ansiedad.
— Y que lo digas — respondí jugueteando con sus mechones entre mis dedos — Ya veo porqué dicen que las personas se separan antes de llegar al matrimonio.
— En parte es bueno, digo, si ya descartamos cualquier excusa para pelear desde ahora, en el futuro no tendremos alguna razón para pelear — reír por debajo al oírle decir eso, alzando un poco la mirada para verle fijamente a los ojos.
— Gracias — susurré pegando mi frente con la suya.
— ¿Porqué me agradeces?
— Por defenderme de Harry; por haberle preguntado a Richard; por no rendirte conmigo; y por confiar en mí.
— ¿Confiar en ti? te interrogué apenas me llamó mi padre, ¿es eso confiar en tu pareja?
— Si no confiaras en mí, no habrías golpeado a tu primo cuando te dije que intentó tocarme — susurré mientras arreglaba su cabello.
— Igual lamento haberte tratado como lo hice, Ty — susurró tomando mi mano para besarla suavemente — No desconfío de ti en absoluto, pero Harry es una rata despreciable, y haría cualquier cosa para manchar mi nombre y el de la persona que está conmigo.
— Solo te tiene envidia — admití — Con oír todo lo que dijo de ti en el auto me bastó y sobró para saberlo, es muy repugnante que siempre quiera seducir a tus ex parejas.
— Es muy raro, sí — admitió mientras apretaba mis piernas y las frotaba un poco, logrando que la fricción causada por la manta que nos cubría, me diera un poco de calor — Pero al verte me doy cuenta, de que cualquiera querría estar contigo.
— No es cierto — dije entre risas.
— Sí lo es — insistió, besando mi boca dulcemente.
— Amo tus labios — susurré mientras empezaba a besarlo de forma más lenta y apasionada — Saben muy bien.
— Saben a ti — susurró entre besos mientras sus manos acariciaban mi espalda de arriba a abajo, no tuvimos sexo como tal, pero por la forma en la que nos besamos y acariciamos en aquel sofá, siento que hicimos el amor, de una forma muy dulce y nada depravada, fue como una carta de disculpa para ambos, una manera gentil y tierna de decirnos "mi corazón y mi cuerpo solo te desean a ti, amor mío, y así va a ser siempre".
-
— ¡Voy bajando! — clamé con absoluta emoción mientras corría escaleras abajo.
— ¡Taylor! — clamó Robert mientras trataba de seguirme el paso, pero era inútil, yo estaba eufórico, totalmente exaltado, finalmente había llegado la semana del gran día, en cuestión de días iba a casarme, no tienen idea de lo emocionado que eso me tenía, aunque claro, no era lo único que me tenía enloquecido.
— ¡Vamos amor! — le rogué mientras salía de casa y me paraba frente a su auto, él rió por debajo para ir hacía mí y tomarme las mejillas suavemente para darme un cálido beso en los labios.
— ¿Alguien está feliz, eh?
— ¡¿Cómo no quieres que lo esté?! — dije mientras me subía al auto, Robert subió de vuelta para encenderlo y empezar a conducir.
— ¿Crees que a Teddy le guste el clima de Londres?
— No lo sé, espero que no se le haga muy insufrible.
— Menos mal que la boda será en unos días que haga calor — dijo Robert mientras veía con atención el camino, yo reí por debajo mientras abrazaba mis propias piernas y veía la calle por la que transitaba la gente, los viajes en auto siempre me parecieron relajantes, pero ese en particular, se me hizo eterno.
Llegamos hasta el aeropuerto de Londres, y apenas llegamos, corrí enloquecido al área donde bajaban las personas de los aviones, buscando a un par de damas a las que echaba totalmente de menos.
— ¡Taylor! — escuché de repente la voz de mi mejor amiga, quien venía saliendo de la zona de abordaje, junto con cierta mujer de cabello oscuro que se cubría como con dos o tres chaquetas muy gruesas, apenas las ví, mis ojos se cristalizaron de golpe.
— ¡Mamá, Moni! — clamé mientras iba corriendo hacía ellas y las abrazaba con fuerza, pero luego de unos minutos, Moni me soltó para aferrarme al cuerpo de Teddy — Te extrañé tanto.
— Cariño — murmuró Teddy mientras acariciaba mi cabello — Vas a casarte.
— Sí, lo sé — dije entre suaves risas, para apartarme y verla con atención — Estoy aterrado.
— Oh relájate, cariño, mientras el sexo sea bueno y haya comida en la mesa, ¡no hay nada de qué preocuparte! — dijo mi madre con aquel cinismo que le caracterizaba, yo sonreí algo incómodo cuando la escuché decirme eso.
— Bienvenidas a Londres, señoritas — habló mi prometido con aquella galantería tan suya, logrando que Teddy le mirara con picardía.
— Vaya Dawson, cumpliste al decir que te casarías con mi Ty.
— Nunca te mentí al decirte que Taylor sería mi esposo, querida Teddy — dijo mientras rodeaba mi cuello con su brazo — Eso sí, los nietos tardarán un poco más de lo planeado, me está costando mucho embarazar a Ty.
— ¡¿Qué cosas estás diciendo?! — grité de golpe, sacándole a Teddy y a Moni unas cínicas carcajadas.
— ¿Ya nos vamos? — preguntó un sujeto que llegaba de repente y rodeaba la cintura de Moni con su brazo, le miré sin saber exactamente cómo reaccionar, sabía que él iría, pero no sabía cómo debía comportarme frente a él, sobre todo considerando lo mucho que ese tipo me odiaba — Es bueno verlos de nuevo.
— Lo mismo digo — murmuré sonriendo de lado de forma algo forzada, no lo hacía por él, lo hacía por mi amiga, porque a pesar de que ese tipo pensaba con el pene y no con la cabeza, la tonta de mi mejor amiga parecía amarlo, ¿y quién era yo para juzgar a las personas enamoradas? nadie, nadie hizo más idioteces por amor que yo, de eso estoy muy seguro.
— Bien, vengan por aquí — dijo Robert mientras nos guiaba a la salida del aeropuerto, yo fuí hacía Teddy para abrazarla de nuevo y guiarla por el lugar, mostrándole con entusiasmo cada cosa que había alrededor, ella estaba muy abrumada, era la primera vez que salía de suelo norteamericano, no saben la alegría que sentí al poder sacar a mi madre de su prisión deprimente, al menos por algunos días.
Robert y yo les dimos un pequeño y rápido tour por la ciudad (Moni ya la conocía un poco, pero Teddy era totalmente turista, y quería que ella viera cada bella calle de aquella bella ciudad, para que sus ojos conocieran algo que no fuera la deplorable y lúgubre Detroit.
— Y por allá está la oficina de Robert — dije mientras señalaba con mi dedo la dirección acordada, yo iba en la parte trasera del auto con Moni y mi madre, mientras a Spencer le tocó ir adelante junto a Robert, aunque mi amado novio estaba más concentrado tarareando la música que resonaba en la radio.
— Qué laberinto — murmuró Teddy.
— Es difícil al principio, pero ya después te acostumbras — dije mientras tomaba mi celular y le mostraba una foto del big beng, cada que iba por allá le sacaba alguna foto, era demasiado hermoso para no hacerlo — Mira, podemos ir aquí más tarde si quieres.
— No cariño, yo realmente estoy cansada, ya haremos eso mañana ¿sí?
— Pero mañana debemos ir por tu ropa para la boda — dije con algo de pena.
— Está bien, amor, podemos tomarnos unos minutos mañana para que tu madre vea todo lo que quieras — dijo Robert, aunque Teddy rápidamente se interpuso en el camino de sus palabras.
— Deberías dejar de consentirle sus caprichos, Robert — dijo mi madre mientras me miraba de reojo — No significa no, Taylor, debes entender que las cosas no siempre salen como tú esperas, ¿no te he dicho eso siempre?
Inhalé profundamente cuando la escuché decir eso, ya era habitual que ella respondiera ácidamente, ya estaba acostumbrado (aunque mi cálida vida en Londres me ablandó, e hizo que esas palabras me dolieran un poco más que de costumbre) pero nada supera las expresiones penosas de Mónica y Robert, se notaba que ellos jamás lidiaron con una madre bipolar y tosca como la mía.
— Claro, como digas — dije mientras agachaba la mirada y veía la foto en mi celular, era una foto mía y de Robert con Algodón, sentados en el sofá y manteniéndonos pegados el uno al otro, me gustaba mucho esa fotografía, ambos nos veíamos lindos y felices, con solo ver las fotos que me iba tomando al pasar el tiempo, se iba notando el cambio positivo que hubo en mí, mi lenguaje corporal lo dejaba totalmente claro.
— Me disculpo — dijo Robert con esa finura tan suya — Taylor últimamente ha estado más caprichoso de lo habitual, y no me he dado cuenta, es que... para mí, me es imposible negarme a algo que él me pida, yo vivo para complacerlo, sobre todo ahora que va a ser mi esposo.
Sonreí conmovido cuando él dijo eso, Teddy me miró de reojo con curiosidad al escuchar las palabras de mi futuro esposo, la manera tan tranquila y gentil en la que él admitía consentirme me mataba, hasta Mónica sonrió conmovida cuando le escuchó decir eso, vaya que tenía suerte de casarme con un hombre como él.
Continuará
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- Gema
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