95 - 'Embrollo'
— Exageras — habló la voz de mi consciencia, haciéndome rodar los ojos con fastidio y algo de molestia.
— No te llamé para que me dieras sermones, te llamé para avisarte que no voy a casarme — murmuré viendo la lluvía caer todavía, escuchando a través de mi celular los reclamos y regaños de parte de mi mejor amiga.
— ¡¿Taylor cómo puedes cometer la locura de dejar ir lo mejor que te ha pasado en la vida, de una manera tan insensible y tonta como esa?!
— Yo no estoy dejando ir nada, él está harto, y yo quiero darle espacio — dije mientras algunas lágrimas rodaban por mi rostro.
— ¡Lo de la boda no es una excusa viable, y lo sabes!
— ¿Y lo de Greene qué? ¿eso tampoco es una excusa viable?
— ¡¿Te detuviste siquiera a preguntarle qué fue lo que pasó?! ¡recuerda que tú también tuviste un beso que no querías, y él fue testigo de ello también, y te perdonó por eso!
— Después de dejarme sin caminar por tres días y de gritarme — dije de mala gana mientras miraba a otro lado — Además, ¿cómo iba a preguntárselo? él no se molestó en ir a buscarme, me quedé esperándolo por quince minutos fuera de las oficinas Dawson, y no trató de buscarme, eso me deja claro que él ya está harto.
— Ay Taylor — murmuró con decepción, yo sonreí apenado cuando la escuché decirme eso.
— Lo lamento, Moni; lamento haberlo echado a perder de nuevo — susurré con algo de dolor, mientras empezaba a quebrarme un poco.
— ... Al menos no saliste corriendo de la iglesia — dijo ella, reí por debajo al oírle decir eso, aunque ni eso detuvo el paso de mis lágrimas.
Luego de hablar con Mónica, dejé de lado el celular, y me dispuse a ver cómo la lluvia caía lentamente, verla me hizo reflexionar sobre mi vida con Robert, en cierto modo, sabía que no era el asunto de la boda lo que me tenía tan dolido, era su resignación lo que me molestaba, ese sentimiento de que él no tratara de encontrarme, que se resignó a perderme, fue lo que hizo que mi pecho se sintiera como una piedra.
Las horas transcurrieron con lentitud, yo no dejaba de ver fijamente la ventana de aquella habitación, me sentía en trance, mientras mi mente no dejaba de repetir aquella imágen espantosa de Robert besándose con Arthur Greene, deseaba con el alma sacarla de mi cabeza, pero por más que lo intentaba, eso era lo único en lo que yo lograba pensar.
— Él combina contigo, no yo — dije mientras hacía un dibujo en la ventana con mis dedos, eran esas típicas "figuras con palitos", una tenía el cabello largo, y la otra, el cabello rizado, la de cabello rizado se veía mal hecha, inestable, sus trazos eran temblorosos y feos, mientras que la de cabello largo era perfecta, no tenía un solo error, ver esas dos figuras me hizo sentir pena por la de cabello rizado, así que pasé mi dedo por encima suyo, y la borré por completo, no me gustaba verla, solo sentía pena por ella, e imagino que la de cabello largo sentía lo mismo también.
-
Tal y como era costumbre en los días que yo peleaba con Robert, no pegué un ojo en toda la noche, pasé la madrugada viendo la lluvia caer, y regañandome por no memorizar esos odiosos votos matrimoniales, no venían al caso, pero sentía que tenían algo de culpa en todo ese embrollo.
— Yo, Taylor Brown, te acepto en las buenas y malas, en la... — chasquee la lengua con frustración al no recordar lo que venía después, jadeando con molestia mientras posaba ambas manos en mi rostro.
— Oye Taylor — escuché de repente cómo pronunciaban mi nombre, por lo que alcé la mirada hacía Shawn, quien me miró algo apenado mientras abría la puerta de la habitación — Debo salir a comprar algunas cosas, ¿quieres acompañarme?
Le miré sin saber exactamente qué responder, pero antes de que mi boca dijera algo, me levanté de aquella ventana y caminé hacía él, limpiando las lágrimas en mi rostro y avanzando a su lado por aquel hermoso salón, al que no le presté nada de atención en cuanto llegué ahí.
Salimos de su casa y Shawn me llevó en su auto hacía el centro de la ciudad, aún seguía lloviendo, por lo que usamos una sombrilla para avanzar por las calles sin riesgo de mojarnos, aunque a mí me dió igual, yo avanzaba como un zombie por la calle, importándome poco que la lluvia me mojara el cabello, me convenía que lo hiciera, así tenía una justificación sobre porqué mi rostro y mi cara estaban tan empapados.
— Necesito salir con Benny hoy ,y me pidió ponerme un traje especial — decía él mientras veía los aparadores de las tiendas, yo miraba a los lados con desgane absoluto, ver cada una de esas calles me hacía pensar en lo mucho que yo amaba salir en las tardes con mi pareja, a pesar de que hacía ya mucho tiempo que ambos no salíamos a caminar, a diferencia de cuando yo llegué a Londres, que salíamos a pasear casi todos los días, sé que nuestras obligaciones eran otras, pero me dolía sentir que mi relación probablemente estaba en declive, y yo ni cuenta me estaba dando, menos mal que dicho pensamiento solo fue un agudo caso de paranoia de mi parte.
Caminamos un rato por el centro de Covent Garden, Shawn me preguntaba cosas y yo le respondía con desgane, ¿enserio creen que tenía paciencia para lidiar con una situación de ese tipo, en las circunstancias en las que me encontraba?
— ¿Tienes hambre? — preguntó mientras salíamos de una tienda.
— No, gracias.
— Vamos Taylor, no comes nada desde ayer, tienes que comer algo — dijo mientras me jalaba del brazo y me guiaba por los pasillos de aquel centro comercial, aunque yo me detuve en seco para ver el enorme aparador de una tienda que alquilaba y vendía trajes, parecía que eran trajes especiales para eventos como bautizos, graduaciones, y desde luego, matrimonio.
Suspiré pesadamente mientras observaba dichos trajes con atención, "Robert se vería hermoso con un traje de estos" pensé, mientras recordaba la boda de George y Molly allá en suiza, una recepción hermosa, una hermosa ceremonia, todo en esa fiesta fue hermoso, tanto así, que me hizo desear que llegara ya el día de mi propia boda con el hombre al que amaba, pero al parecer, nuestra suerte no era la misma que la de su hermano y su esposa.
— Deja de torturarte — dijo Shawn mientras se paraba junto a mí — Sabes que te estás precipitando.
— No me ha llamado, es claro lo que quiere decirme — dije mientras ocultaba mis manos en mis bolsillos, sin quitar la mirada de aquellos trajes.
— Seguro quiere darte tu espacio — dijo él mientras me jalaba del brazo — No deberías mortificarte de esta manera.
— Tú no lo conoces, Shawn — murmuré con la voz algo apagada — Robert no es hombre de rogar, y cuando toma una decisión, no hay poder humano que lo haga cambiar de opinión.
— Para salir contigo, estoy seguro de que debe haberte rogado más de una vez, porque tu mal carácter es espantoso — dijo mirándome incrédulamente, sonreí de lado al oírle decir eso, al mismo tiempo que recordaba todas esas veces en las que Robert me insistió para que yo saliera con él, desde el primer día fue así, gracias a su perseverancia es que estábamos ahí, porque si de mí dependiera nuestra relación, nunca hubiéramos pasado de aquel "hola" en casa del viejo, más por mi miedo e inseguridad que por otra cosa.
Caminaba junto a Shawn por aquel pasillo, hasta que escuché una voz conocida hablarme de repente, fue una voz que me costó reconocer, aunque rápidamente la identifiqué en cuanto me di vuelta, y observé un par de ojos verdes que me hicieron suspirar con asco.
— Vaya, Taylor, qué pequeño es el mundo ¿eh? — murmuró aquel sujeto pelinegro que caminaba hacía nosotros — ¿Cómo estás? hace mucho que no nos vemos.
— Lástima que no pudo haber pasado más tiempo — murmuré a regañadientes, sacándole a aquel tipo una cínica risa de los labios.
— Por cierto ¿dónde está Robert? él siempre está detrás de ti como un perro faldero, me sorprende que te dejara salir solo, ¿ acaso está en su oficina de cabeza en expedientes y documentos?
— Así es — dije con voz algo apagada, no quería darle explicaciones a ese tipo, que poco o nada me agradaba — Debo irme.
— Espera, ¿porqué no vamos a tomar algo?
— ¿Estás loco?
— Oye, sé que pronto vas a casarte, y es tradición que la familia del novio le invite un trago a la... bueno, no sé cómo se haga en esta situación — murmuró riendo de mala gana — ¿Aquí la novia eres tú, o Robert tiene otro tipo de gustos del que nadie está enterado todavía? eso explicaría su fijación por tener siempre el cabello largo.
Apreté mis dientes con fuerza para evitar decirle a ese tipo un par de cosas que rebotaban por mi mente hace tiempo, aunque realmente me sentía capaz de desahogar mis penas y frustraciones con él.
— Gracias, pero paso, por ahora no quiero beber.
— Vamos, insisto, Robert no me perdonaría si no me porto hospitalario contigo — miré de reojo a Shawn, él lucía curioso y algo receloso, pocas o nulas ganas tenía de salir con ese sujeto, ¿y que hubiera alcohol de por medio? ¡en absoluto! pero sabía que no dejaría de insistirme, y realmente no quería que ese tipo me siguiera acosando.
— No quiero alcohol — dije mientras sacudía un poco mi ropa — Adelántate, Shawn, te alcanzo más tarde.
— ¿Estás seguro? — preguntó mirándome de reojo, yo asentí con la cabeza mientras lo miraba con seriedad.
— Claro que sí, él y yo somos familia indirecta — dijo aquel tipo mientras rodeaba mi cuello con su brazo, y me apegaba a su cuerpo, en ese instante sentí arrepentimiento total por haber accedido en primer lugar, pero una parte de mí sentía curiosidad, no dejaba de preguntarme qué carajo era lo que quería ese tipejo conmigo, y es aquí donde les digo, que es verdad eso de que la curiosidad mató al gato.
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Luego de que Shawn se fuera, Harry se ofreció en llevarme a dar una vuelta, yo accedí, pero desde luego, tenía una desconfianza altísima hacía aquel tipo, por lo que estaba preparado para cualquier situación que se pudiera presentar; "¿y si le tienes desconfianza entonces porqué saliste con él?", no lo sé, creo que esa fue mi forma de materializar el enojo que sentía hacía Robert en aquel instante, haciendo aquello que me pidió explícitamente no hacer, tal y como él hizo lo que yo le pedí explícitamente que no hiciera, odio tanto ser tan rencoroso.
— El clima ha sido horrible estos días, es por esto que oido tanto Londres — escupía de mala gana mientras conducía, yo solo le escuchaba hablar mientras miraba mi propio reflejo en la ventana, no tenía idea de qué hacer, sentía que estaba en piloto automático o algo por el estilo — Estás algo callado, lindo, ¿te pasa algo?
— No — mentí, pero obviamente no le diría la verdad a ese tipo, que se notaba a kilómetros que quería fastidiar a Robert a través de mí — Solo estoy algo cansado.
— Mh, lo entiendo, lidiar con Robert debe ser un dolor de cabeza.
— No tanto como lidiar conmigo — admití, mientras me cruzaba de brazos e inhalaba profundamente; él rió cínicamente mientras deslizaba su mano hacía el aire acondicionado del auto para encenderlo.
— Las chicas que salían con él dicen que es demasiado controlador, prepotente, amargado, y un desesperante obsesivo-compulsivo.
— ¿Sales con todas las exparejas de Robert? amigo, eso es tan desagradable — admití, haciéndole reír con cinismo.
— No es mi culpa que todas me busquen, y sin poder evitarlo, se terminan quejando del "perfecto señor Dawson", jaj, perfecto, ¿qué tiene de perfecto ese payaso?
Reí de lado con molestia, él me miró incrédulamente ante el gesto que hice.
— ¿Dije algo gracioso?
— Tu envidia hacía él es casi tan evidente como ese irritante acento que tienen — dije con voz algo ronca — Cómo se nota que solo vives para odiar cada cosa que él hace, igual que su padre.
— Por favor, ¿según tú ese idiota es perfecto? se te nota en la cara que estás harto de él.
— ¿Harto? — dije riendo cínicamente — ¿Cómo podría hartarme alguien como él? no hay otro hombre que se le compare, y aún si existe, nunca será ni la mitad de hombre que él.
Decir eso me dolía, me dolía tanto admitir las cualidades del hombre al que amaba, justo después de que prácticamente rompí mi compromiso con él (de nuevo), y tal parece que no fui el único al que le dolían mis propias palabras, porque Harry apretó el volante de mala gana en cuanto yo dije eso.
— ¿Enserio? jaj, es curioso, porque escuché un rumor acerca de que ustedes dos rompieron su compromiso, o mejor dicho... tú, rompiste tu compromiso con él.
Tragué en seco en cuanto él dijo eso, no pude evitar agachar la mirada con vergüenza, mientras él reía y me miraba incrédulamente.
— ¿Me informaron mal, acaso?
— ¿Quién te dijo eso? — pregunté con voz apagada, sin siquiera alzar la mirada.
— Escuché que hubo un escándalo en el corporativo Dawson ayer, incluso el tío John vino desde Cambridge a poner orden en el lugar, porque mi desquiciado primo empezó a gritarle al hijo de uno de sus mejores socios, y después salió como loco, todo eso me lo contó una de las secretarias, digamos que ella y yo somos "buenos amigos".
— No puede ser — murmuré posando ambas manos en mi rostro, sintiendo cómo un mar de lágrimas se aproximaba para salir.
— ¿Ya te hartó, no es así? — preguntó entre risas, yo no tuve fuerzas para responder, mi garganta se cerró en seco luego de escuchar sus palabras — No te sientas mal, todos siempre se hartan de él, si no es que él se harta de las personas primero.
— Él no es así — susurré.
— ¿Ah no? ¿no escuchaste el drama con Giselle? él estaba harto de ella, no espero ni siquiera que la pobre tonta consiguiera un departamento, solo la echó de su casa y no quiso saber nada más de ella, ¿no has pensado que tal vez eso podría sucederte a ti también?
— Ella era una perra — dije alzar la mirada para verlo con frialdad — Ella le fue infiel, y Robert tolera muchas cosas, menos que le falten el respeto de esa manera.
— ¿Y qué cara crees que ponga cuando sepa que querías besarme en un club, lindura? — preguntó mientras pasaba su mano por mi pierna, de forma muy lasciva y desagradable; tragué en seco al recordar la noche en ese bar junto a Mónica, donde un tipo trató de besarme, pero yo lo aparté, y de inmediato, su voz encajó perfectamente con la voz de ese odioso tipo que me estaba empezando a chantajear.
Le miré con odio absoluto en cuanto él dijo eso, y ni hablemos del pánico que sentí al ver que estacionaba el auto y se acercaba peligrosamente a mi rostro.
— Pero descuida, puedo guardar el secreto, solo si... haces algo por mí.
Sonreí cálidamente al oírle decir eso, acercándome a su cara para que creyera que lo besaría, pero, estando a nada de tocar mis labios, le di una patada en la entrepierna que logró que se apartara de mí, y aprovechando que había bajado la guardia, abrí la puerta del auto y me bajé, importándome poco que estaba cayendo una lluvia terrible.
— Robert va a matarte cuando sepa esto — le amenacé, él rió de mala gana al oírme.
— ¿Enserio? ¿y qué hará? ¿pelear conmigo por un mocoso que rompió con él? su orgullo significa más para él que un maldito americano que se dejaba follar sin mucho problema.
— Te llevarás una sorpresa — dicho esto, me alejé de él y me fuí lejos de ese auto, tratando de ubicar el sitio en el que estaba, era una parte muy alejada de la ciudad, un escalofrío horrible recorrió mi cuerpo al pensar en las posibles intenciones que tenía ese sujeto conmigo, al llevarme a un lugar tan lejano, gracias al cielo que fuí rápido y evité que las cosas pasaran a mayores, aunque igual me sentí como todo un imbécil por irme con él.
Caminé por horas por las largas y estrechas calles de Londres, mientras la lluvía caía sobre mi cuerpo, "qué maldito deja vu" pensé mientras sentía la lluvia sobre mí, hace un año yo estaba en la misma situación, solo que ahora, podría decirse que mis problemas eran más grandes y complicados que el problema de hace un año, y claro, el problema anterior había sido mi culpa, pero este, no fue totalmente a causa de mi personalidad inestable,o bueno, no por completo, al menos.
Llegué finalmente a la casa de Shawn, sabía que me gritaría por irme con ese sujeto, y en realidad lo merecía, había actuado como un tarado, yo sabía las intenciones de ese tipo ¿y aún así me atrevía a ir? Es aquí donde digo que gran parte de mis problemas, son completamente buscados, sin duda alguna.
Toqué la puerta esperando a que alguien la abriera, y mientras esperaba, me quedé mirando atentamente cómo la lluvia caía por aquella solitaria calle, donde los autos transitaban con cuidado de no derrapar.
Miraba con desgane aquellos autos transitar, estaba tan ensimismado en mis recuerdos sobre la charla hostil con el idiota de Harry, que ni siquiera noté que un auto se había estacionado en frente de la casa que compartían Shawn y su pareja (a quien no ví en mi estancia ahí, extrañamente), y de aquel auto, bajó un sujeto alto, totalmente empapado, como si, aún cuando iba en auto, hubiera estado vagando por horas bajo la lluvia, arruinando totalmente aquel traje que llevaba puesto.
Continuará
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- Gema
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