85 - 'Dejarlo'
El silencio en el auto era ensordecedor, ninguno decía ni media palabra, era obvio que la tensión entre nosotros seguiría tan palpable como la nieve que caía en la calle mientras nosotros nos dirigíamos a ese dichoso centro de discapacitados.
Miré de reojo a Robert sin saber qué decirle, él se mantenía mirando al frente con seriedad, sujetando con firmeza el volante, había mucha nieve en el camino, así que imagino que estaba esforzándose por ser cuidadoso al conducir.
— Yo no tenía idea — dijo de repente, logrando sacarme de mis pensamientos y hacerme voltear a verle — Te juro que no sabía lo que planeaba tu madre, y de haberlo sabido, yo no te lo habría ocultado jamás.
— ¿Dices la verdad? — pregunté con voz apagada.
— Por supuesto que sí — afirmó mientras me miraba de reojo, al verle a los ojos sentí que me estaba diciendo la verdad, creerán que estoy diciendo locuras, pero he aprendido a saber lo que siente y piensa mi pareja con solo verle a los ojos, esa mirada azul celeste tan hermosa, que logra decir más que mil palabras, muchas veces me ayudó a traducir todo lo que el corazón de mi novio ocultaba bajo llave.
Agaché la mirada mientras acariciaba mis propias piernas, mi pecho dolía bastante, sentía que había actuado como un idiota, pero en el fondo, sentía que mi actitud estaba perfectamente justificada.
— Lamento haberte gritado.
— Está bien — asintió mientras veía el camino — Tu naturaleza es salvaje y errática, sobre todo cuando se trata de tu hermano, no esperaba menos de ti.
— No sé si sentirme halagado u ofendido — dije con algo de fastidio, él rió por debajo al escucharme, parecía que las tensiones entre nosotros comenzaban a bajar.
— Defiendes a las personas que amas, eso es muy noble, a decir verdad.
— ¿Y de qué me sirvió? no protegí a mi hermano de lo que sea que hizo a Teddy tomar esta absurda decisión, ¡ella nunca pensaría esto por su cuenta! ¡tuvo que ocurrir algo de fuerza mayor para que ella quisiera hacer esto!
— ¿Crees que Peter la forzó?
— ¡No se me ocurre nada más! — dije mientras volteaba a ver a Robert con seriedad, él inhaló profundamente mientras seguía conduciendo — ¡Ese sujeto es un desalmado infeliz! ¡p-pero aún así yo—
— No entiendes porqué ella lo prefiere por encima de ustedes — murmuró mi novio mientras me miraba de reojo con seriedad, yo asentí con la cabeza mientras me mordía sutilmente el labio inferior, aunque dejé de hacerlo al sentir cómo él me tomaba de las mejillas y las apretaba con fuerza — Tus labios no tienen la culpa.
— Perdona — murmuré mientras quitaba su mano de mi rostro — Y-Yo... trato de no juzgar a mamá, enserio trato de no verla con malos ojos, s-su vida nunca ha sido fácil, pero... — inhalé profundamente sin saber qué decir, aunque no fue necesario que yo dijera algo, ya que Robert fue quien me dió respuestas.
— No es necesario que te excuses, yo más que nadie entiendo lo difícil que es para ti saber qué pensar sobre tu madre — sus palabras me aliviaron, me llenaron de confort, pero más me reconfortó ver cómo tomaba mi mano y la besaba delicadamente, de una manera que me hizo sonreír tímidamente.
— Gracias — murmuré débilmente — Por apoyarme en esto, a pesar de haber actuado como un imbécil.
— Eres mi imbécil, ¿lo olvidas? — me sonrió pícaramente al decirme esto — No te dejaré solo jamás, Ty; eso lo sabes bien.
— Sí — murmuré volteando hacía la ventana del auto, sintiendo mi sangre helarse al ver un enorme letrero con el nombre de dicha institución, mis piernas comenzaron a temblar de golpe apenas lo ví.
— Cálmate — murmuró Robert mientras acariciaba sutilmente mi pierna, pero ni ese tacto logró calmar mi angustia.
-
Al entrar al lugar, nos dirigimos a la oficina del hombre que organizaba todo ahí, como si fuera el director del centro o algo así, aún me sorprende que estuvieran ahí en año nuevo.
— Buen día — dijimos al entrar, él se puso de pié para estrechar nuestras manos y vernos curiosos.
— Buen día, caballeros, ¿en qué puedo ayudarles?
— Soy Robert Dawson, y él es Taylor Brown — dijo mi pareja mientras me palmeaba sutilmente el hombro — Él es hermano de Tyson Brown, quisiéramos que nos diera oportunidad de verlo, por favor.
— Ah, Tyson, nuestro caso más reciente — dijo aquel caballero mientras estrechaba la mano de mi novio — Como director del centro, déjenme decirles que su evolución ha sido muy buena, pero bueno, ya lo verán ustedes mismo, por favor síganme.
— ¿Enserio podemos verlo?— dije alzando mis cejas, el hombre asintió mientras empezaba a caminar por aquel pasillo.
Robert besó mi frente para tomarme de la mano y guiarme por el mismo camino por el que transitaba aquel hombre de cabello canoso, se veía amigable, eso me brindó confianza.
— Aquí en el centro nos especializamos en garantizarle una vida tranquila y cómoda a nuestros pacientes, algunos casos son más agudos que otros, es por eso que nos esforzamos por tratarlos con la mayor delicadeza posible.
— ¿Hace cuánto que está Tyson aquí? — pregunté, apretando con fuerza la mano de mi pareja.
— Desde noviembre, a pocos días de diciembre — dijo aquel hombre — Ya habíamos recibido la solicitud para agregar al paciente, solo esperábamos el pago de la cuota inicial para tramitar su ingreso.
— ¿Cuánto es la suma? — preguntó mi pareja, el hombre sonrió apenado mientras metía sus manos en sus bolsillos y sacaba un folleto.
— Aquí tiene, puede revisar nuestra lista de precios; tratamos de no ser muy exigentes, pero necesitamos solo lo mejor para nuestros pacientes.
Robert y yo revisamos a detalle dicho folleto, la información era interesante, gozaban de seguro médico y atención las 24 horas, además de comida y demás gastos, eso sí, la lista de precios me hicieron jadear con horror, era un poco más costoso que mi colegiatura.
— ¿De dónde sacó Teddy este dinero? — murmuré con voz algo dudosa.
— Calculo que pudo pagar esa tarifa con el dinero que le envié — dijo Robert.
— S-Sí pero estos pagos son mensuales, ¡¿de dónde ha sacado dinero para seguir pagando esto?! no entiendo nada en absoluto.
El hombre nos guió a una habitación algo espaciosa, llena de libros y algunas fotos de cachorros (los animales favoritos de mi hermano).
— Tyson — habló el hombre al entrar a dicho sitio, logrando que cierto sujeto que estaba sentado viendo la televisión junto a una ventana, volteara a verle y le dedicara una sonrisa.
— Hola Marcus, hola Taylor, hola Robert — sonreí conmovido cuando mi hermano me saludó de forma tan natural, y más me asombró oír que saludaba de manera igual de natural a mi pareja y al hombre que nos acompañaba.
— Hola Sony — murmuré mientras me acercaba un poco a él, aunque me sorprendió ver cómo mi hermano se levantaba del sofá para ir hacia nosotros, y alborotarme el cabello suavemente, gesto que me dejó totalmente asombrado, mi hermano detestaba el contacto físico, él no era capaz de tocarte en absoluto, ni por error, o al menos así era en mis años de adolescencia.
— Tu hermano vino a ver cómo estabas, Tyson.
— He estado bien — asintió mientras nos miraba a Robert y a mí con atención — Ustedes estaban en Londres, Inglaterra, donde vive la reina Isabel.
— S-Sí, Sony, a-así es — asentí mientras miraba con emoción a mi hermano, lo notaba diferente, sonreía ampliamente como si le diera gusto verme, como si estuviera consciente de que yo estaba ahí con él, jamás lo había visto tan feliz y con ánimos, eso logró conmover de golpe mi corazón.
— M-Mira mi nueva habitación — dijo mientras caminaba por todo aquel espacio, yo me fuí detrás de él, mirando cada rincón de dicho lugar, pero lo que más me causó emoción, fue ver cómo mi hermano hablaba con emoción — Tengo libros, t-también tengo cuadernos para dibujar, u-unos colores que me regaló Marcus, y-y mi colección de estampillas.
— Todo es muy bonito, Sony — murmuré mientras luchaba por contener las lágrimas, pero sin poder evitarlo, empecé a llorar coo todo un idiota, no miento cuando digo que me logró conmover que la salud de mi hermano evolucionara de tal manera, para mí fue como verlo renacer.
— ¿Qué pasa, hermano Ty? — preguntó mientras se me acercaba un poco — ¿Porqué estás llorando?
— E-Estoy bien — murmuré mientras me limpiaba las mejillas.
— Tyson — habló el director del lugar — ¿Quieres abrazar a tu hermano para que se sienta mejor?
— N-No, e-eso no es— dije volteando a verle, estaba seguro de que eso solo le generaría estrés a mi hermano, pero, para mi absoluta sorpresa, él me rodeó con sus brazos y me abrazó sutilmente, en ese momento todo se detuvo para mí, todos los recuerdos de mi niñez, cuando traté de abrazar a mi hermano mayor y él me evitó, llegaron de golpe a mi mente, e hicieron que el tráfico de lágrimas aumentara considerablemente.
— ¿Ya no estás triste? — preguntó mientras se apartaba de mí, yo le miré sin saber qué decir, estaba tan abrumado, que por un momento fuí yo el que no supo qué era lo que sentía, ni cómo comunicarlo — ¿T-Taylor se siente mal?
— Tranquilo, Tyson — habló Robert mientras iba hacía mí y me apegaba a su pecho para acariciar suavemente mi cabello — Solo está muy feliz por verte.
— Taylor está feliz de verme — dijo mi hermano mientras movía los dedos de una manera que yo ya conocía perfectamente, lo hacía cuando se sentía nervioso, eso me hizo darme cuenta de que, aún cuando lucía recuperado, mi hermano seguía siendo delicado, no podía tomármelo tan a la ligera.
Mi hermano fue hacía el sofá donde veía televisión cuando llegamos, para volver a sentarse ahí mientras tomaba algunas estampillas y las pegaba en un álbum que tenía frente a él, parecía que se había cansado de socializar.
— Vengan — nos dijo el director de aquel centro, guiándonos a la salida de aquella habitación, pero antes de salir, escuché una suave voz que me hizo voltear de golpe.
— Adiós — murmuró tranquilamente, sin siquiera quitar la mirada de su álbum. Yo voltee a verlo con una penosa sonrisa, mi pecho dolía bastante, ver cómo mi hermano ya se había adaptado tranquilamente a esa nueva vida, donde se notaba que estaba bien cuidado, me hizo darme cuenta de que, tal vez Teddy no hizo mal en dejarlo ahí, pero igual me dolía sentir, que lo estaba abandonando.
— Adiós, Sony — murmuré con la voz algo entrecortada, Robert me tomó de la mano y me apegó a su cuerpo para guiarme a la oficina del hombre que nos acompañaba, el suave sonido de su corazón latiendo me reconfortaba mucho, pero igual sentía una división emocional abismal.
-
El hombre estuvo dándonos un tour por las instalaciones del centro, eran grandes y muy hermosas, tenían sitios para que los pacientes convivieran y se relajaran, todo el ambiente del lugar era muy pacífico y hermoso, se notaba que no le daban mal uso al dinero que recibían.
Al acabar el tour, fuimos a la oficina de ese hombre, para platicar un poco sobre la rutina y el cuidado que mi hermano estaba teniendo ahí, mi prometido se encargó de hacer las preguntas pertinentes, yo estaba muy ocupado divagando en mi mente, recordando la juventud donde mi hermano era intolerante a casi todo lo que había en nuestra casa, ya fuera el sonido de las aves en la mañana, como el aullido de los perros en la noche, y ahora él vivía tranquilamente, su vida finalmente parecía ser plena, pero para ello, debía estar lejos de nosotros, creo que no es necesarios mencionar la ironía del asunto, y con el caso de quién comparé la situación.
— Las familias de los pacientes pueden venir a visitarlos cuando quieran, siempre y cuando lo hagan de forma pacífica, y no pretendan perturbarlos o romper su rutina, entenderán que la rutina es algo muy importante para ellos.
— Eso lo entiendo bien — dijo mi pareja mientras leía algunos documentos que le dió ese hombre — ¿Puedo preguntarle quién pagó por internar a Tyson?
— El pago inicial lo hizo su madre, Teddy Brown, y la mensualidad suele pagarla un hombre que, tengo entendido que es su tío. Su nombre es Stanford Brown.
— ¿Stan? — murmuré pisando tierra finalmente, mirando atentamente al hombre frente a nosotros — ¿M-Mi tío Stan?
— ¿Tienes un tío? — preguntó mi pareja, yo asentí con la cabeza al oírle.
— S-Sí, v-vive cerca, pero no lo vemos mucho porque, pues... Peter — dije con algo de molestia, el novio de mamá realmente logró dividir a toda su familia, aún cuando Stan y Teddy siempre fueron muy unidos, desde que ella se casó con él, Stan dejó de visitarnos por completo, eran raras las ocasiones en las que lo veíamos, muy raras.
— Pues él es quien ha pagado la mensualidad de Tyson, y también se encarga de los gastos personales de él, y cualquier cosa que se requiera, está muy atento, llegué a creer que él era su padre.
— N-No, el... el padre de mi hermano Tyson falleció hace mucho — murmuré con la voz algo apagada.
— Oh, lo lamento, debió ser un golpe duro para ustedes haber perdido a su padre.
— N-No es— traté de hablar, pero me quedé un rato pensativo, ¿porqué esforzarme en reafirmar que Atwood era mi padre? ese sujeto poco o nada me importaba, ni yo le importaba a él, ya era hora de desligarme totalmente de él — ... No es tan pesado para mí, y-yo apenas era un bebé cuando pasó, muy poco recuerdo de él, en realidad.
Robert me miró atentamente en cuanto dije esto, creí que me sermonearía por mentir, pero en lugar de eso, tomó mi mano y la besó suavemente para darme confort, importándole poco o nada que aquel hombre probablemente no compartía nuestra "manera de ver el mundo" por así decirlo.
— Disculpenme un segundo — dijo el hombre mientras se levantaba y salía de la oficina, dejándonos solos a mi prometido y a mí.
— ¿Estás bien? — preguntó besando suavemente mi mejilla.
— No — admití — No sé qué hacer.
— ¿A qué te refieres?
— Robert, mira todo esto, Tyson aquí está bien, ¡está feliz! ¡maldita sea, jamás había visto a mi hermano tan feliz en su vida! — clamé sonriendo con dolor, mientras miraba fijamente los ojos de mi pareja — Pero no dejo de sentir que lo estoy abandonando cruelmente.
— Cruel sería obligarlo a vivir en un hogar donde no pueden cuidar de él, Taylor — murmuró besando sutilmente mi frente.
— ¿Podemos llevarlo con nosotros a Londres? — murmuré débilmente, él me sonrió apenado mientras acariciaba mi mejilla.
— El viaje sería muy estresante para él, lo sabes.
— S-Sí pero— gimotee mientras agachaba sutilmente la mirada — N-No puedo solo irme y... y-y olvidarme de él otra vez, a-aquí está solo, T-Teddy no está con él, e-ellos dos siempre estuvieron juntos.
— Tu madre puede visitarlo siempre que quiera, y tú también puedes hacerlo.
— No puedo — sonreí apenado al decir eso — ¿Visitarlo cada seis meses cuando vengamos de visita? Por favor, Robert.
— Taylor, sé que te duele abandonar de esta manera a tu hermano, pero piensa que esto es lo mejor para él, tú lo viste con tus propios ojos — sonreí apenado al oírle decir eso — Lo llamaremos siempre que podamos, y apenas tenga tiempo te traeré para que lo visites.
— Me siento mal con esto — admití entre ahogados jadeos — Lo veo tan cruel... t-tan poco empático.
— Poco empático sería obligarlo a que siga viviendo con Peter, ¿no crees? — susurró tomando mi barbilla para hacerme voltear a verle, dedicándome una encantadora sonrisa que me hizo sonreír de lado — Tu hermano también merece felicidad, Ty; al igual que tu madre y tú.
— Supongo que sí... — susurré mirando hacía otro lado — Le dije tantas cosas a mamá, cosas hirientes.
— Ella sabe que no lo dijiste en serio — susurró repartiendo besos por mi mejilla — Solo lo hiciste porque estabas nervioso.
— No la conoces tan bien como para saber eso — murmuré de mala gana, él rió por debajo al oírme.
— ¿Eso piensas? — susurró acariciando mi labio inferior — Me atrevo a jurar que ella está igual de afectada que tú.
— ¿Cómo estás tan seguro?
— Tu dejas atrás a un hermano, ella deja atrás a un hijo — dichas palabras me hicieron pensar un poco las cosas, y la verdad era, que Robert tenía razón (como casi siempre), yo armaba una tormenta solamente por perder a un hermano, y ella, por más que sus acciones me parecían cuestionables, estaba dejando atrás a un hijo, y fue ahí donde me di cuenta de que, si a ella le dolió como nunca perderme a mí, al torpe al que veía semanalmente, ¿qué estaría sintiendo al alejarse de Tyson, quien era su compañía ante cada nuevo día? no había pensado en eso hasta ahora, y vaya que me sentí como todo un idiota cuando finalmente caí en cuentas.
— Oh por Dios — murmuré cubriendo mi rostro con mi mano — Soy un idiota.
— Relájate, saliendo de aquí hablaremos con ella, ¿te parece?
— Sí por favor — dije jadeando por debajo, Robert me tomó de los brazos para jalarme hacía él y acurrucarme en su pecho, acariciando mi espalda mientras me susurraba que todo estaría bien, era lindo sentir que no estaba solo, pero justo en ese instante, eso me hizo sentir mal ¿porqué? porque yo tenía a alguien que me diera confort, alguien que me diera calor, y mamá no, ella solo tenía a un sujeto alcohólico con el que tenía sexo de vez en cuando, pero no tenía calor de hogar, pensar en eso me estaba matando.
-
Salimos del centro al terminar de habla con el director, no quise volver a ver a Sony, sentía que verme llorar solo lo abrumaría aún más, así que preferí seguir el consejo de mi pareja, y dejar que mi hermano finalmente fuera feliz, que viviera la vida plena que se merecía, aunque irme me costó tanto como lo imaginé.
— Tranquilo — murmuró Robert mientras acariciaba mi pierna al conducir, yo me abrazaba a mí mismo mientras miraba fijamente el camino, recordando la manera en la que mi hermano me dijo "adiós" antes de irme.
— Mamá decía que, cuando yo nací, Tyson se quedaba viéndome fijamente con asombro — sonreí de lado mientras hablaba — No tenía idea de lo que yo era, le asombraba ver cómo me movía, cómo Teddy me amamantaba, cómo alzaba los brazos cuando él estaba cerca; y también se asustaba cuando me escuchaba llorar.
Reí por debajo luego de decir eso, gesto que Robert replicó, sin quitar la mirada del camino.
— Gran parte de mi vida fui yo quien cuidó de él, pero... Me gusta pensar que él, aún cuando no podía hacer mucho, siempre se preocupó por mí, digo, yo era el menor, después de todo.
— Tu hermano te ama, Ty, tanto como tú lo amas a él — sonreí de lado al oír cómo mi pareja me decía eso, aligeraba considerablemente los pesares de mi corazón.
Tragué en seco al voltear y ver a mi madre sentada en el pórtico de su hogar, ya habíamos llegado a nuestro destino.
— ¿Seguro que estás bien? te noto algo nervioso.
— ... Eso no importa — dije mientras me quitaba el cinturón y bajaba del auto sin siquiera esperar a Robert, tenía prisa, moría por ir corriendo a consolar a mi madre.
— Cariño — murmuró ella al verme llegar, levantándose para recibirme con un fuerte abrazo, al que correspondí aferrándome a ella y hundiendo mi cara en su hombro.
— Perdóname — dije entre ahogados jadeos — ¡He sido un idiota!
— Perdóname tú a mí, Ty; no debí ocultarte algo como esto.
— Lo hacías por su bien, y por el mío también — murmuré mientras alzaba un poco la mirada, manteniéndome aferrado al cuerpo de mi madre — No me di cuenta de que, a quien más le afectaría estar lejos de él... sería a ti.
— Me duele mucho, sí, pero él tiene derecho de una vida plena también, así como tú vives tranquilo con Robert — dijo ella mientras me tomaba de las mejillas y me sonreía tranquilamente, sonrisa a la que correspondí mientras limpiaba algunas lágrimas que rodaban por mis mejillas.
Continuará
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- Gema
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