84 - 'Egoísta'
— Qué sorpresa tan grata tenerlos aquí — dijo Teddy mientras nos guiaba al interior de la casa.
— ¿Segura que podemos entrar? — dije con recelo, mientras envolvía a Algodón en mi suéter para evitar que soltara algo de pelo, porque su servidor olvidó que su madre era alérgica al pelo de perro, otra gran hazaña de Taylor Dawson.
— Claro, Peter salió con unos amigos, no volverá hasta la noche — explicaba mientras nos guiaba a la cocina — Siéntense, prepararé algo de café.
— No hace falta, compramos algo de jugo natural — dijo Robert mientras alzaba la bolsa con regalos que compramos de camino, bolsa que Teddy tomó y luego miró conmovida a mi pareja.
— Tú siempre tan considerado, Dawson.
Me senté en el comedor a ver a los lados con curiosidad, notaba la casa algo vacía, más desordenada de lo habitual (y eso que lo habitual ya era bastante desordenado), y de repente, noté una ausencia que me hizo voltear a ver a mi madre con atención.
— ¿Y Tyson dónde está?
Me abrumó muchísimo notar cómo Teddy ignoró totalmente mis palabras, solo se dispuso a servir el jugo sin si quiera voltear a verme.
— ¿Cómo pasaron las fiestas? — dijo ella mientras se nos acercaba con los vasos de jugo en sus manos, dándole uno a Robert y dejando el mío en la mesa, evitando totalmente verme a los ojos, algo que me daba muy mala espina.
— Todo bien, un poco abrumador, pero fue muy lindo pasar navidad con Taylor — admitió Robert mientras daba un sorbo a su jugo; imagino que notó mi semblante serio y dudoso, porque luego de dar un sorbo a su jugo, carraspeó un poco y miró de frente a mi madre — La casa está algo sola, ¿dónde está mi amigo Tyson?
— Él amm... n-no está en casa — dijo ella mientras se volteaba para ir al refrigerador, yo la miré con severidad en cuanto dijo eso.
— ¿Cómo que no está? — reclamé — ¡¿Lo dejaste salir con este clima?! ¡el frío le hace daño, y lo sabes!
— Taylor — habló Robert tratando de que yo me calmara, pero ni él logró calmar mis reclamos, apenas estaban por empezar.
— ¡Discúlpame Taylor! ¡pero no puedo tener a tu hermano aquí encerrado todo el día! ¡tú más que nadie sabes los efectos adversos de pasar tanto tiempo aquí con Peter!
— Pero Peter no está aquí — afirmé con molestia, ella miró a otro lado mientras se cruzaba de brazos — ¡¿Qué carajo estás ocultándome, Teddy?!
— Veo que tu naturaleza sociópata sigue tan palpable como siempre — dijo ella a regañadientes — Aunque la mona vista de seda, mona se queda.
— ¡Mona, perra, araña! ¡llámame como te dé la gana, Teddy, pero dime dónde carajo está mi hermano!
— ¡Taylor basta! — dijo Robert mientras iba hacía mí y me jalaba del brazo para alejarme de Teddy.
— ¡Solo eso sabes hacer! ¡gritarme, reclamarme! ¡tú no sabes todo lo que yo he tenido que hacer por tu hermano, tú solo sabes regañarme cuando las cosas no salen como deberían! ¡eres un desconsiderado, Taylor!
Reí de mala gana al oírle, mientras Robert me sujetaba del brazo para evitar que yo fuera a seguir gritándole a mi madre; vaya, apenas acababa de llegar, y ya Teddy y yo nos estábamos gritando, las viejas costumbres no se pierden fácilmente.
— ¡Solo te he hecho una simple pregunta, Teddy! ¡¿porqué carajo no me quieres responder?!
— ¡Porque siempre es lo mismo! ¡cada error que cometo me lo reprochas hasta el hartazgo, me culpas cuando algo malo ocurre! ¡¿sabes lo duro que ha sido para mí cuidar sola de Tyson?! ¡¿lo difícil que ha sido lidiar con él y con Peter?!
Mi pecho dolió como nunca cuando la escuché decirme eso, Robert me apegó a su pecho para evitar que fuera hacía mi madre, ¿tan mal me veía, que me creía capaz de golpear a la mujer que me tuvo en su vientre por siete meses y medio?
Ella tomó aire mientras se cruzaba de brazos y agachaba la mirada parecía que finalmente bajaba la guardia, aunque escuchar sus palabras, no me calmó en absoluto.
— ... Lidiar con Tyson se me estaba saliendo de las manos, cada día se me hacía más difícil poder darle todo lo que necesitaba — explicaba mientras miraba a la nada con pesar, sus ojos estaban llorosos, no me gustaba el rumbo que estaba tomando dicha conversación.
— ¿Qué hiciste? — pregunté con voz apagada, ella sonrió con pesar mientras se abrazaba a sí misma.
— ... "Maple Woods", así se llama el centro en el que internamos a Tyson.
Me dejé caer al suelo sin más cuando escuché a Teddy decir eso, toda la vida me opuse a la idea de internar a mi hermano en un centro para personas discapacitadas y que requerían de "tratamiento especial", lo veía como algo desalmado, abandonar a tu familiar y visitarlo solamente de vez en cuando, sin saber siquiera si lo estaban tratando bien o mal, o si él te extrañaba o no, era algo a lo que yo me negaba rotundamente, pero tal parecía que mi madre tenía otros planes en mente.
— ¿Cómo pudiste? — murmuré con la voz apagada, tan abrumado estaba que incluso solté al perro y este se fue corriendo de la cocina, ni Robert se molestó en ir por él, estaba más ocupado lidiando conmigo y con mis arrebates de ira — ¡¡¿Cómo pudiste abandonarlo de esa forma?!!
— ¡¡¿Qué querías que hiciera?!! ¡¡él necesitaba una vida mejor, una vida que yo no podía darle!!
— ¡¡Debiste consultármelo primero!! ¡¡debiste siquiera informarme de esto!! ¡¡¿cómo pudiste abandonar a mi hermano a mis espaldas?!!
— ¡Tú te largaste apenas tuviste la oportunidad, me parece hipócrita que ahora me grites por no tomarte en cuenta para decidir el futuro de Tyson! ¡tú no lo tomaste en cuenta a él para decidir el tuyo!
— ¡¡De haber sabido que harías esto, creeme que yo me lo habría llevado a la primera oportunidad!! — voltee a ver a Robert con seriedad, él me miraba con preocupación absoluta — Me quiero ir, vámonos ya.
— Taylor— murmuró él, pero yo no le dejé terminar de hablar.
— ¡Vámonos! — le reclamé — ¡Tengo que ir a ver a mi hermano!
— ¡¿Estás loco?! — clamó Teddy mientras me miraba con seriedad — ¡¿Sabes lo que le costó adaptarse a ese nuevo sitio, y ahora tú irás a perturbarlo?!
— ¡No me importa! — gruñí — ¡No pienso abandonarlo igual que como tú lo hiciste!
— ¡Eres un desconsiderado!
— ¡Y tú una calculadora a quien no le corre sangre por las venas! — decir aquello me dolió, pero lamentablemente, no sentí que dije alguna mentira, ojalá hubiera podido controlar un poco más mi lengua en aquel entonces, lamento tanto haber sido tan severo con ella, no era perfecta, pero hizo lo que pudo, hasta donde pudo.
Me di vuelta y avancé hacía la salida de aquel que en algún momento fue mi hogar, pasando junto a cierta bola de pelos y sujetándola entre mis brazos para finalmente irme, dejando atrás a dos de las personas más importantes de mi vida, quienes en ese momento, solo se enfocaron el alejarme de la tercera (a mis ojos).
— ¡Taylor! — clamó Robert en cuando salí de la casa, yo no me digné ni siquiera a esperarlo, sentía que todo eso había sido un complot de parte de mi madre, en el que muy probablemente, mi pareja tuvo algo que ver.
— Me mentiste — murmuré sin si quiera voltear a verlo.
— ¿De qué estás— trató de hablar, pero yo se lo impedí.
— ¡¡Tú lo sabías!! — grité de mala gana mientras volteaba a verlo — ¡Sabía que era muy sospechoso que no le exigieras a Teddy que te devolviera el dinero de los pasajes! ¡tú sabías lo que querían hacer con Tyson! ¡y fuiste tan mal nacido para no decirme nada!
— ¡¿Crees que de saber esto te lo habría ocultado?! ¡Taylor yo sé de sobra lo que tu hermano significa para ti! ¡¿cómo puedes acusarme de algo tan grave?!
— ¡Dile a alguien más tus mentiras, Dawson! ¡porque yo no te creo nada! — dicho esto, me aparté de él para caminar por aquella acera, sin importarme los gritos y reclamos que él daba para intentar detenerme, sé que actué como un idiota, pero deben entender, era de mi hermano de quien estábamos hablando.
-
Las calles estaban exactamente igual a cuando me fui, por lo que no me costó mucho andar solo por ahí, conocía Detroit como la palma de mi mano, desde muy jóven tuve que aprender a avanzar solo por esas calles, impregnadas de recuerdos tan agridulces que mi corazón se sentía a punto de reventar.
Llegué a unos suburbios que muy pocas veces visité, pero que igual recordaba a la perfección, me esforcé mucho en memorizarlo, en caso de tener que ir a esa casa cuando toda mi vida se cayera a pedazos.
Toqué la puerta un par de veces, esperaba con ansias ver a aquella silueta rubia que fungía como mi sentido común cuando todo a mi alrededor me abrumaba sobremanera, para mi sorpresa, fue un sujeto de cabello castaño el que me abrió la puerta.
— ¿Puedo ayudarte? — habló aquel tipo que abría la puerta y se asomaba, con el pecho descubierto y unos jeans desabotonados que dejaban ver claramente que no estaba usando boxers, recordar eso siempre me genera algo de repulsión e incomodidad.
— Em, ho-hola — dije mientras veía algo confundido a dicho sujeto — ¿E-Está Mónica en casa?
— ¿Quién la busca? — dijo de mala gana, mirándome de arriba a abajo como si fuera una cucaracha indeseable, creerán que era porque no me conocía pero la cosa no cambió mucho cuando ese tipo supo quién era su servidor, me atrevo a decir que solo empeoró.
— ¿Qué ocurre amor? — escuché una voz suave que provenía del interior de la casa, voz que se asomó de repente, y apenas me vió, abrió sus ojos por completo y se fue sobre mí para abrazarme con fuerza — ¡¡¿Taylor?!!
— ¡Feliz año! — dije entre risas mientras abrazaba con fuerza a mi amiga rubia, quedándome helado al ver la mirada de odio que me dedicó el sujeto en la puerta.
— ¡¿Cariño qué estás haciendo aquí?! — clamó tomándome de las mejillas, aunque el pequeño animal en mis brazos captó su atención de inmediato — ¡¡Haa, tienes un perro!!
— Se llama Algodón — dije mientras le daba al pequeño animal — Fue un regalo de navidad de Robert.
— Es una ternura, hola pequeñín — murmuró mientras acariciaba al cachorro, para después alzar la mirada y verme con atención — ¡¿Pero qué estás haciendo aquí, Ty?!
— Robert me trajo para visitar a mamá.
— ¿Pero dónde está él entonces?
— Está... — suspiré pesadamente mientras miraba a los lados sin saber qué decir — Es complicado de explicar.
— No me digas que están discutiendo de nuevo, Ty — dijo ella mientras me miraba con seriedad — ¡¿Porqué cada vez que llegan a Detroit ustedes pelean por cualquier idiotez?!
— ¡Esta vez no es una idiotez, Mónica! ¡mi madre envió a mi hermano a un hogar para personas discapacitadas, él lo sabía y no me lo dijo!
— ¡¿Qué?! oh por Dios, Ty; lo lamento tanto.
— F-Fue por eso que vine, yo... n-no me siento bien, e-estoy tan— traté de hablar, pero la voz del sujeto en la puerta me interrumpió en seco.
— Ejem — carraspeó de forma algo brusca, haciéndonos a Mónica y a mí voltear a verlo finalmente.
— Ah, l-lo siento; Ty, él es mi novio Spencer. Spence cariño, él es mi mejor amigo, Taylor.
— Mucho gusto — dije extendiendo mi mano hacía él, aunque el tipo me dejó con la mano colgada por algo de tiempo, ¿cuál era su maldito problema?
— Así que tú eres el famoso Taylor, sinceramente imaginé que serías más guapo — comentó mientras apretaba mi mano con algo de fuerza, no sé ni qué dolió más, si sus palabras o su apretón.
— ¡Oye! — clamó Mónica.
— Digo lo mismo — dije mientras sonreía de lado con incredulidad, no quería buscarle problemas a Moni, pero no quería dejarme intimidar por ese sujeto, yo había llegado primero que él de todos modos — No estás mal, pero imaginaba a alguien más fornido.
— ¡¿Disculpa?! — clamó mientras me tomaba del cuello de mi suéter, le sonreí incrédulamente mientras rodaba mis ojos.
— ¡¡Spencer!!
— Cálmate Moni, es normal que un macho reaccione así — dije mientras apartaba la mano ajena de mi cuello — Pero te recomiendo bajarle un poco a tus humos de macho, amigo mío, Moni odia a los hombres machistas.
— ¡¿Y quién carajo te crees tú que eres para asumir que conoces más a mi novia que yo?!
— Su mejor amigo gay, tarado — dije haciendo unos gestos incrédulos, para ver a Mónica de reojo, ella me hizo un gesto para que me callara, y por más que yo quería seguir insultando a ese imbécil, no podía ignorar cuando Mónica me decía "la estás regando, Taylor, cierra ya la boca".
-
— Así que me di vuelta y vine a verte — dije mientras acariciaba el pelaje de Algodón, estábamos en el sofá de la sala de Mónica, al parecer sus tíos estaban de viaje, asi que ella y su odioso novío estaban aprovechando la situación, me recuerdan tanto a cierto idiota y a su novio inglés.
— Oh Ty, lo lamento tanto — dijo ella mientras me palmeaba el hombro — ¿N-No hay nada que puedas hacer?
— No lo sé, pensé en ir a buscarlo, pero ni siquiera sé dónde queda ese dichoso centro.
— Podemos averiguarlo fácilmente — comentó mientras se levantaba del sofá para ir a la mesa de la cocina, ahí estaba su celular, imagino que planeaba llamar a alguien.
Miré cómo Mónica hablaba por teléfono con alguien, mientras mi mente divagaba un poco, pensando en todos los años en los que cuidé a mi hermano, y me esforcé porque nada malo le sucediera; "egoísta" me llamó mi madre, al querer estar al pendiente de mi hermano a pesar de estar a kilómetros de distancia de ellos, ¿lo era, era yo un egoísta? sentía que sí lo era, pero, en parte sentía que era imposible que yo me olvidara tan fácilmente de mi familia, contrario a lo que muchos puedan creer, aún hoy en día los recuerdo con mucho cariño, por más doloroso que esto sea para mí.
Miré de reojo a una silueta castaña que me miraba con odio absoluto, se trataba del novio de Mónica, quien estaba apoyado contra una pared, mirándome con absoluta severidad, severidad a la que correspondí mientras arqueaba una ceja.
— ¿Tengo algo en la cara? — pregunté de mala gana.
— Creí que eras gay.
— ¿Disculpa?
— Creí que eras gay. Mónica siempre dice que vives con un tipo de más de treinta años, pero estás aquí solo, ¿quién de los dos estuvo mintiendo?
Reí de mala gana al oírle, en verdad me empezaba a exasperar ese sujeto.
— ¿Desconfías de tu novia? qué patético — dije de manera incrédula — Mónica es la mejor chica que conocerás en tu vida; es sincera y muy dulce, no te recomiendo hacerte el soberbio y jugar a tenerle desconfianza.
— Si fueras gay no le estarías mirando el trasero — fruncí el ceño de mala gana al oírle decir eso, yo me fijaba mucho en los pechos de las mujeres, sí, pero ¿en el trasero? El único trasero que me gustaba era el de Robert, y ni siquiera tenía libre acceso a él.
— ¡Lo tengo! — clamó Mónica mientras regresaba hacía mí — Una amiga trabaja ahí, me dió la dirección, ¿quieres que vayamos?
— Sí por favor — dije mientras me colocaba de pié con Algodón entre mis brazos, ignorando la expresión seria y recelosa que me dedicaba Spencer.
— Bien, déjame cambiarme de ropa — dijo ella mientras iba hacía su novio para tomarlo de los hombros y besarle suavemente los labios, me daba ternura ver a Moni en su "nido de amor", normalmente siempre era ella quien me veía a mí en dicha condición, pero no se me hizo raro que fuera al revés, de hecho, me encantaba, mi amiga siempre ha tenido un corazón de oro, por ello he pensado siempre que merece a una pareja que le dé todo el amor y ternura que ella necesita.
En cuanto ella se fue a cambiar, yo dejé a Algodón en el piso y me fuí a la cocina a servirme agua, tenía confianza de sobra para hacerlo, aunque sí era tedioso sentir la silueta de Spencer detrás mío, vigilándome y viéndome con severidad.
— ¿No me piensas responder?
— Amigo, ¿realmente quieres hacer esto? — dije mientras volteaba a verlo con seriedad — Adoro a Mónica, la adoro enserio, ¡pero no siento nada sexual por ella, te lo digo enserio!
— Me parece demasiado conveniente — dijo entre gruñidos — Los tíos de ella me dijeron que un día te quedaste a dormir aquí con ella.
— "Dormir" del verbo "descansar", "estar inconscientes", "descansar los ojos", ¡no tuvimos sexo!
— ¡Si te veo hacerle ojitos, o intentas seducirla, te juro que voy a golpearte la cara! ¡¿me escuchaste?! — rodé los ojos con fastidio al escuchar los gruñidos de aquel tipo, no sé si yo estoy falto de testosterona, o a muchos hombres les sobra, pero siempre me causaron repulsión los sujetos que se dejan guiar por su "instinto de macho" y no por el sentido común, irónico que yo, Taylor Brown-Dawson, hable de seguir al sentido común, pero ¿qué puedo decir? la ironía es una perra.
Me alertó escuchar cómo tocaban la puerta de dicho hogar, cosa que finalmente logró que Spencer se me quitara de encima, fue un alivio, pero no fue un alivio oír quién era la persona que estaba tocando la puerta.
— ¡Oye tú! — clamó Spencer mientras me hacía una seña para que me acercara a la puerta, y apenas me aproximé a la misma, ví la silueta de Robert parada en la misma, cruzado de brazos y con semblante serio.
— ¿Qué haces aquí? — dije de mala gana.
— No me contestas el teléfono.
— ¡Vaya! ¡¿enserio?! ¿porqué será? mmm, ¡ah! ¡¡tal vez sea porque no quiero hablar contigo!! — clamé alzando un poco la voz, Robert me miró con fastidio mientras suspiraba pesadamente.
— ¿Podemos hablar a solas?
— Lo lamento, pero tengo que ir a buscar a mi hermano — estuve a punto de cerrar la puerta, pero él me frenó para tomarme de la muñeca y jalarme hacía su auto — ¡¡Suéltame maldito mentiroso, déjame en paz!!
— ¿Porqué siempre debo pagar los platos que rompe tu madre? — dijo de mala gana, mientras me guiaba a su auto para apoyarme en este mismo y apoyando ambos brazos en él, para de esta forma, tenerme acorralado — ¿Sí sabes que estás actuando como un tonto, verdad?
— ¡Cállate! ¡de tu boca solo salen mentiras! ¡no puedo creer que confié en ti, debí venir apenas sentí que algo malo estaba pasando! ¡esto es mi culpa por confiar en ella!
— ¿Por confiar en quién, en tu propia madre?
— ¡Sí, en ella! ¡ella solo se deshizo de él, poco o nada le importó hacerlo! ¡¡nunca le importa cuando la alejan de nosotros, mientras tenga al maldito de Peter a su lado, a ella todo le da igual!!
Robert me miró con algo de pena en cuanto dije eso, pero sin quitar aún su semblante serio y receloso.
— Siento que te estás dejando llevar por tus propios rencores hacía ella — dichas palabras me helaron la sangre, y me hicieron voltear la mirada hacía otro lado, al mismo tiempo que mi respiración se agitaba un poco — Sigues enojado con ella por olvidarse de ti cuando la trabajadora social te llevó al internado.
— ... Claro que lo estoy — admití, mientras mis labios empezaban a temblar — Pero esto no se trata de mí, ¡es de Tyson de quién estamos hablando! ¡y-yo como pude me las arreglé para vivir mi vida sin mortificarla! ¡p-pero él no puede estar sin nosotros, s-solo con nosotros podrá estar a salvo!
— Taylor — murmuró tomándome de las mejillas para hacerme verle fijamente a los ojos, me veía con seriedad, con esa típica expresión que ponía cuando quería hacerme ver que yo me estaba equivocando.
— ¡No, no me mires así! — clamé entre jadeos ahogados — ¡Él es mi hermano! ¡t-tú no podrías entender esto! ¡n-no tienes un hermano como él!
— No, no lo tengo, pero siento que esto no es sano de ninguna forma, ni para él, ni para Teddy, ni para ti tampoco — me tomó de las mejillas con ambas manos para hacerme verle fijamente a los ojos, yo estaba a punto de romper en llanto, odiaba que mi hermano estuviera lejos de mí, pero también odiaba ese sentimiento de que, en el fondo, Robert tenía la razón — Tu madre no tiene una vida estable, no tiene los recursos para brindarle calidad de vida a él, eso lo sabes de sobra.
— Pero — jadee agachando la mirada, pero él me obligó a tener la frente en alto, tal y como siempre me demandó que hiciera — ... Quiero ir a verlo.
— Taylor.
— ¡Necesito verlo, Robert! ¡por favor! ¡déjame al menos cerciorarme de que realmente él está bien! — Robert inhaló profundamente, acariciando un poco mis mejillas mientras pensaba en qué decirme.
— ... Bien, pero solo irás a verlo, nada más — asentí apenado mientras él se apartaba de mí para ir a hablar con Mónica, imagino que fue a pedirle la dirección del lugar o algo así; todo mientras yo miraba a la nada, sintiendo un horrible y gélido escalofrío recorrer cada parte de mi cuerpo, ya conocía ese escalofrío, era ansiedad, ligada con un miedo crudo y denso, que a veces ni siquiera me dejaba dormir.
Continuará
Voten y comenten si les ha gustado el capítulo, también recuerden apoyar el libro en las plataformas Alphanovel y Manobook para poder seguir publicando capítulos gratuitos con más frecuencia <3
Y no te olvides de dejar un comentario de apoyo, enserio te lo agradezco <3
- Gema
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro