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80 - 'Incómodo'


— ¿Qué nombre le vas a poner? — me preguntó mientras acariciaba suavemente el pelaje del animal que dormía sobre mi pecho; luego de abrir los regalos, Robert y yo nos fuimos a nuestra habitación a recostarnos un poco, y jugar con el nuevo miembro de nuestra pequeña familia.


— No lo sé — admití viendo al animal con atención — Soy malo para los nombres.


— ¿Herencia de Teddy, verdad? — preguntó pícaramente, viéndome verle con seriedad mientras reía por debajo.


— ¡Cállate! — me quejé para volver a ver al pequeño — Tal vez... ¿nube?


— Mh, demasiado cursi — dijo él — Mejor ponle Winston.


— ¿Qué? ¡no! es solo un bebé, no voy a ponerle un nombre tan excéntrico.


— ¿Y te parece que "nube" es un buen nombre?


— Es mío, yo decidiré qué nombre ponerle — dije mientras ocultaba al cachorro entre mis brazos.


— Yo soy el padre, tengo derecho de cooperar con el nombre.


— No si vas a ponerle nombres de inglés estirado — dije con incredulidad, empezando a reír al ver cómo el señor Dawson fruncía notoriamente el ceño — Bien bien, pensaré en algo más.


— ¿Porqué no le pones Taylor Jr?


— ¿Te burlas de mí? — me miró burlón en cuanto dije eso — Mejor Robert Jr, de todos modos eres el padre.


— Eres tan obstinado — dijo apretando sutilmente mis mejillas, haciéndome reír por debajo.


— Ya sé — dije sentándome estilo indio y sujetando con cuidado al cachorro — Hay que ponerle "Algodón".


— ¿Algodón?


— Sí, es pequeño y esponjoso, como una bolita de algodón. Es un nombre perfecto, ¿no crees?


— Vaya que sí — dijo sentándose a mi lado para besarme suavemente los labios, beso al que correspondí suavemente.


— Lo lamento — murmuré pegando mi frente con la suya, mis palabras le hicieron verme con preocupación y recelo.


— ¿Porqué lo sientes?


— Por no ser capaz de darte la familia que quieres, y forzarte a llenar el vacío con un perro.Él me miró con ternura cuando dije eso, rápidamente me apegó a su cuerpo para acariciarme dulcemente.


— No estoy llenado ningún vacío, Ty; me dijiste que nunca tuviste mascotas, solo por eso quise regalarte un cachorro.


— Sé honesto, ¿n-no lo haces porque no podemos tener hijos?


— Ay mi cielo — se quejó suspirando pesadamente — ¿Tú también, eh?¿qué no escuchaste todo lo que dije anoche? Taylor justo ahora no estamos listos para un bebé, esa es la única razón por la que no me propongo a que adoptemos un hijo, tú no tienes nada que ver con eso.


— ¿Estás seguro?


— Tan seguro como de que Algodón es macho — dijo mientras acariciaba suavemente el lomo del animal, yo le miré apenado mientras pensaba qué decir — No le des vueltas de más a este asunto, ¿de acuerdo? Ya llegará el momento en que seremos más, pero por ahora, tú eres mi familia, Ty, y tengamos hijos o no, eso será suficiente para mí.


— ¿Lo prometes? — dije mirándole con timidez.


— Te lo prometo — susurró tomando mi mano para besarla suavemente, suspirando con algo de cinismo mientras inclinaba la cabeza — Ahh, ahora tener sexo será tan difícil.


— Nada de marranadas frente a mi bebé, Dawson ¡es una advertencia! — dije con severidad, sacándole a mi prometido una sutil carcajada.


Pasamos el resto del día en la cama platicando y jugando con Algodón, aún cuando toda la familia de Robert estaba abajo celebrando y bebiendo, ambos tomamos nuestra respectiva distancia, a parte del incómodo momento del día anterior, queríamos pasar un rato a solas, besándonos y bromeando sobre nuestra familia en desarrollo, sé que muchos verán ridículo tomar a un animal como un miembro de la familia, pero Robert y yo realmente le tomamos mucho cariño a esa pequeña bola de pelos, y nos ayudó a prepararnos para lo que vendría después, una responsabilidad aún más grande, pero me estoy adelantando.


-


Los días transcurrieron con lentitud, mi estancia en Cambridge parecía ser eterna, el propio Robert maldecía el haber accedido a quedarnos hasta año nuevo, no me malentiendan, disfrutaba de la compañía de Catherine, pero el resto del clan Dawson me ponía muy nervioso, específicamente John y Alice.


Finalmente había llegado el último día del año, y nuestro último día en aquella gélida ciudad. Estaba en el jardín junto a los niños, dejando que ellos jugaran un rato en la nieve con Algodón, me preocupaba que el frío le hiciera daño, así que Teresa le tejió un suéter color celeste para que lo usara, lo admito, yo mimaba demasiado a ese perro, pero entiendanme, jamás había tenido una mascota, quería cuidarlo lo mejor posible.


— Ven Algodón — decía Lorenzo mientras alzaba en brazos al cachorro, yo sonreí por debajo al verle, yo no era el único emocionado por la presencia de aquel pequeño animal.


— ¿Se van hoy? — preguntó Will, quien estaba sentado a mi lado en la nieve.


— Mañana temprano, tu tío tiene trabajo, y yo tengo tarea.


— Te entiendo, también tengo demasiada tarea, la escuela es un asco.


— ¡Iug, me lamió la cara! — chilló Charlie, haciéndonos reír a todos.


Voltee la mirada al oír el sonido de unos autos estacionarse en la entrada de aquella enorme casa, y por inercia me levanté de la nieve, Robert había salido muy temprano con su padre y con George, ¿a qué salieron? no estaba seguro, me dijo que debían hacer unas compras de último minuto, pero no me dió más detalles que ese.


— ¡Papi! — gritó Charlie mientras me entregaba a Algodón y se iba corriendo junto a Lorenzo hacía el lugar donde venían llegando los hombres Dawson, yo reí por debajo mientras acariciaba al pequeño animal entre mis brazos.


— Veamos qué trajeron — le dije a Will mientras me levantaba con él e iba hacía el sitio donde estaban los hombres Dawson, amaba cómo mi prometido resaltaba entre su familia, aún cuando sus rasgos físicos eran exactamente los mismo, Robert resaltaba, de una manera tan única, que me dejaba totalmente embelesado.


— Hola — le saludé al acercarme a él, recibiéndolo con un suave beso en los labios, poco o nada me importaba John Dawson, ya ese hombre me daba igual.


— Hola, ¿me extrañaron? — preguntó mientras me besaba y acariciaba un poco al cachorro entre mis brazos — ¿Ya le diste de comer?


— Sí, bebió leche y comió un poco de carne, así crecerá tanto como un caballo.


— Es de raza pequeña, Ty; dudo mucho que llegue a medir mucho — dijo mi prometido mientras sujetaba entre sus manos al pequeño cachorro y lo alzaba un poco.


— ¡Pues fíjate que mi perro será enorme! ¡será el perro más grande de todos los suburbios! — dije quitándole al pequeño para acariciarlo sutilmente, Robert rió para acercarse a mí y susurrarme algo al oído.


— ¿A qué se debe tu "pequeño" complejo con el tamaño, eh?


En cuanto escuché eso, voltee para golpearle el brazo con algo de fuerza, sacándole a mi prometido una carcajada algo fuerte que solo terminó de irritarme.


— ¡Solo por eso vas a dormir hoy en el piso! — dije con molestia mientras caminaba hacía la entrada de aquel hogar, siendo seguido por mi prometido, quien seguía riendo como todo un infeliz.


— ¿Enserio me harás dormir en el piso, en pleno año nuevo Ty?


— ¡Desde luego! — dije volteando a verle — Mis "complejos con el tamaño" creen que es lo mejor.


— Vamos, ¡solo fue un chiste!


— Un chiste muy malo, para tu información... ¡y-y soy de tamaño promedio, idiota! ¡n-no es mi culpa que tú seas ridículamente grande.


— Vaya, ¿ridiculamente grande, eh? gracias, amor — dijo con soberbia mientras me acariciaba la mejilla, yo quité su mano para darme vuelta e ir rumbo a la habitación donde dormía con mi pareja.


— Me daré una ducha — dije mientras me marchaba y le dejaba solo, sonriendo con malicia mientras me alejaba de él, me gustaba ser caprichoso para que Robert me diera una lección, y vaya que moría por una lección suya, ya que desde nochebuena, no teníamos nada de contacto sexual, solo unos besos y toques indecentes, pero de resto, nada más.


-


Tallaba mi cabello con cuidado mientras escuchaba la música que puse de fondo en mi celular, había dejado a Algodón durmiendo en la cama para bañarme tranquilamente, quería arreglarme con calma, esa noche iba a ser importante, muchos amigos de Robert y su padre irían a recibir el año con ellos, así que quería darles una muy buena impresión.


— ¡Everybody! ¡yeah! ¡rock your body! — tarareaba mientras salía de la ducha, secándome con una toalla mientras sacudía un poco mi cabello húmedo, mis rizos seguían siendo un problema espantoso.


Caminé a la habitación para buscar algo de ropa, no quería usar un traje, me quedaban demasiado holgados, así que opté por un pantalón blanco y un suéter negro, era un estilo elegante, que me haría lucir como todo un señorito de sociedad.


Rápidamente recordé que victoria tenía una rizadora de cabello, así que opté por ponerme unos jeans junto a un suéter verde y salir de la habitación para ir a pedírsela, me gustaba reafirmar mis rizos, si no podía luchar con ellos, me les iba a unir.


Caminé por aquellos largos y estrechos pasillos, no recordaba cuál era la habitación de Victoria, y eso que la noche anterior estuve con ella viendo televisión hasta tarde, ¿qué puedo decir? esa chica me agradaba, por alguna razón que aún no terminaba de comprender.


Pasé junto a una habitación con varias flores amarillas pegadas en su puerta, junto con una "A" hecha con papel amarillo igualmente, asumí rápidamente que se trataba de la habitación de mi cuñada, por lo que traté de pasar a prisa, lástima que me dió por cruzar, justo en el peor momento posible.


— ¡Estoy harto de esto! — clamó una voz masculina, haciéndome frenar en golpe, no quería escuchar eso, pero la puerta estaba entreabierta, y notarían que pasé por ahí, lo menos que quería era que Alice se diera cuenta de que volví a escuchar un momento bochornoso entre ella y su marido.


—¡Sandro por amor de Dios! ¡trata de calmarte por favor! — dijo ella con voz algo temblorosa, algo que me sorprendió bastante.


— ¡No Alice! ¡estoy harto! ¡no podemos dar un paso sin que tus padres lo aprueben primero! ¡no hacemos nada sin la aprobación previa de tus padres! ¡a veces siento que hasta nuestra intimidad es controlada por ellos!


— ¡Dios santo! ¡¿p-pero qué cosas tan desagradables dices?!


— ¡Digo la verdad! ¡y la verdad es que estoy harto! ¡míranos, esto no es un matrimonio! ¡es lo que tus padres quieren ver! ¡¿acaso recuerdas la última vez que pudimos estar los tres solos sin que tus padres o tus hermanos metieran sus narices en nuestra vida?!


Escuchar eso me dejó abrumado, parecía que yo no era el único abrumado por pasar fiestas en Cambridge.


— Mi amor— trató ella de hablar, pero la voz ajena le interrumpió en seco.


— ¡Mi amor nada, Alice! ¡he sido paciente, tú sabes que lo he sido! ¡pero mi paciencia tiene un límite! ¡¿sabes hace cuánto que no vemos a mi familia?! ¡mi madre tiene derecho de ver a Lorenzo también!


— ¡T-Te prometo que cuando terminemos iremos a ver a tus padres, mi amor! ¡p-pero por favor escúchame un segundo!


— ¡No quiero oír más excusas tuyas! ¡siempre es lo mismo! ¡hacemos todo lo que tú quieres! ¡¿y lo que yo quiero qué, eh?! ¡¿porqué yo siempre debo quedarme a tu sombra, Alice?!


— Sandro— trató de hablar, pero el sujeto rubio salió fúrico de aquella habitación, sin notar mi presencia, lástima que no puedo decir lo mismo de Alice, quien salió para tratar de frenarlo, pero apenas puso un pié fuera de la habitación, notó la silueta nerviosa que estaba tratando de pasar desapercibido.


— Ho-Hola — dije mientras sonreía con nerviosismo, ella me dedicó una mirada de odio absoluto, aunque no era igual a las demás, sus ojos estaban enrojecidos, parecía que iba a llorar enserio.


— ¡¿Qué mierda haces aquí?!


— B-Buscaba la habitación de Victoria para que me preste su— traté de hablar mientras señalaba uno de los mechones de mi cabello, hasta que Alice me interrumpió en seco.


— Está junto a la biblioteca — dijo ella entre gruñidos de odio, se notaba que quería abofetearme, pero por alguna razón, se esforzó por limitarse — ¡Lárgate de mi vista!


— S-Sí — asentí apartándome para irme de aquel pasillo, sintiendo mi pecho latir con fuerza, qué incómodo se siente descubrir cosas que ni en mil años te hubiera gustado saber, sobre todo de gente que no te soporta.


-


Terminaba de dar unos retoques a mi cabello mientras veía mi propio reflejo en el espejo del baño, moría de la vergüenza, no quería salir y encarar a Alice, pero quedarme encerrado como cobarde no era opción, para ello tendría que explicarle a Robert lo que me pasaba, y era precisamente lo que menos quería hacer ¿porqué? simple, porque escuché perfectamente a Sandro decir "lo que tu familia quiere, lo que tus hermanos quieren" evidentemente su ira iba hacía todo el clan Dawson, tal vez hacía el propio Robert, porque él era muy sobreprotector con su hermana, la adoraba, y ni muerto permitiría que ella fuese maltratada por su esposo, ¿qué creen que haría la bestia con la que iba a casarme, si se enteraba de lo que su "cuñado" decía a su hermana? creanme, ni yo mismo quería imaginármelo.


— ¡Cariño! — clamó repentinamente mi pareja al entrar a nuestra habitación, por lo que fuí a recibirle, aunque un pequeño animal de cuatro patas se me adelantó, cosa que me hizo sonreír con ternura — ¡Hola pequeñín!


— Ya conoce a papi — dije mientras caminaba hacía él, actuábamos demasiado "papi esto, papi aquello" desde que adoptamos al cachorro, al principio lo hacíamos a modo de burla, pero sospechaba que algo en mi ser en serio añoraba hacer padre a Robert, y eso ya me estaba asustando.


— Veo que sí — dijo mientras se agachaba para cargar al pequeño, y luego reincorporarse y darme un beso en los labios — Estás precioso.


— Gracias — murmuré entre besos — ¿Tú no piensas arreglarte?


— Ah sí, es que tuve que ayudar con algo a mi padre.


— Oh, y, ¿todo bien entre ustedes? ¿no han peleado ni nada?


— No, bajó la guardia desde que le obsequié esa caja de habanos en navidad, seguro cree que fue un gesto de amor de mi parte — dijo él de manera incrédula — Ojalá pudiera decirle "es hipocresía, anciano, no te emociones".


— No deberías ser tan cruel — murmuré mientras lo veía ir hacía la cama con Algodón entre sus brazos.


— Sí claro, y él dejará de ser un cerdo homofóbico — dijo con ironía, haciéndome tragar en seco con incomodidad — Como sea, solo debo tolerarlo una noche más, mañana mismo nos iremos a casa, a que Algodón conozca su nuevo hogar, ¿verdad pequeñín?


Sonreí de lado al verle, era tan tierno ver a mi prometido emocionado, hacía que mi pecho se sintiera muy cálido.


Brinqué sutilmente al oír cómo tocaban la puerta de nuestra habitación, me preocupaba muchísimo que fuera Alice, ¿porqué carajo debo tener siempre la razón?


— ¡V-Voy Teresa! — dije mientras iba a la puerta, aunque la voz de Robert me interrumpió de repente.


— No es Teresa, ella estaba arreglándose — dijo mi prometido mientras dejaba a Algodón en la cama e iba a abrir la puerta, yo me fui detrás suyo, no me daba buena espina su semblante de "le gritaré a cualquiera que quiera profanar mi nido de amor", llámenme exagerado, pero enserio hizo esa cara.


Apenas abrió la puerta, vi la delgada silueta de su hermana, que estaba cruzada de brazos y viéndonos con absoluta seriedad, seriedad que me hizo tragar en seco con nerviosismo.


— ¿Puedo ayudarte? — dijo Robert de mala gana.


— Quiero hablar con Taylor un minuto.


— ¿Sobre qué?


— L-Las fotos — dije mientras cortaba de golpe el hilo de tensión entre ambos, sabía que debía interceder, o ambos terminarían discutiendo fuertemente — A-Alice me pidió que le muestre algunas fotos de Shawn, p-porque está buscando modelos masculinos.


— ¿Qué? — dijo Robert con recelo.


— S-Sí, d-dame un minuto — dije para tomar cualquier papel que estaba sobre la mesa, para después irme a la puerta y empujar cuidadosamente a Alice para apartarla de mi prometido, quien se quedó parado con semblante bastante receloso, imagino que sospechaba que mi artimaña era solo es, un truco mío para despistarle, odio amar tanto que ese inglés sea tan calculador.


Alice apartó de golpe mis manos de su cuerpo en cuanto estuvimos solos, mirándome con seriedad mientras se cruzaba de brazos.


— ¡¿Le dijiste a Robert sobre lo que viste?!


— ¡¿Crees que habría dicho esta idiotez de habérselo dicho?! — clamé con algo de frustración, logrando que ella me mirara dudosa y con seriedad.


— ¿Porqué.... porqué no se lo dijiste?


— Porque es desagradable oír cómo una pareja discute, ¿crees que quiero ir por ahí divulgando eso? además, Robert te ama, ¡te adora! cuando sepa que Sandro te estuvo gritando ¡va a enloquecer, y lo sabes!


— B-Bueno... c-creo que tienes razón — dijo ella mientras se rascaba sutilmente la nuca — ¡N-No creas que te debo nada! ¡si llegas a divulgar algo sobre lo que escuchaste yo—


— Alice— le interrumpí — ¡Me importa un comino lo que escuché! ¡¿de acuerdo?! ¡no divulgué lo del avión, menos divulgaría algo tan serio como esto! — ella tragó en seco al oírme, yo estuve a punto de irme, pero voltee para verla con detenimiento — Pero sí quisiera decirte, que no es justo que pases por algo así.


— ¿Disculpa?


— S-Sé que Sandro tiene un poco de razón, cualquiera se sentiría asfixiado por este tipo de cosas, pero si él te amara, sabría bien que el tiempo con tu familia es muy importante para ti — dije mientras la miraba con atención, ¿de dónde me salió eso de querer ser asesor marital? ¡yo ni casado estaba! — Ambos necesitan hablar a solas, tomarse un tiempo para pensar mejor las cosas, n-no es correcto que se hagan esto el uno al otro, s-sobre todo con Lorenzo en medio.


— ¿Pretendes darme consejos sobre cómo sobrellevar mi matrimonio?


— Mira — chasquee la lengua mientras pensaba qué decirle — No hay un hombre más obstinado en esta vida que tu hermano ¿de acuerdo? ¡y no hay nadie más necio en esta vida que yo! ¡somos agua y aceite, y aún así sabemos entendernos, no sé cómo, pero lo hacemos! por ello siento que tú y Sandro pueden resolver las cosas, solo necesitan comunicarse de mejor forma, la falta de comunicación es letal, ¡creeme!


Ella me miró con recelo en cuanto dije eso, y de inmediato pensé "¿qué carajo estás haciéndo, idiota?" pensamiento que me hizo darme cuenta de que trataba de sermonear a alguien que no toleraba el sonido de mi voz, por lo que solo tomé aire y respondí tratando de no sonar tan petulante u odioso.


— Perdona, e-entiendo que es tu vida, tu matrimonio, y... tú sabrás cómo enfrentarlo, solo... no discutan frente a Lore ¿de acuerdo? él nota cuando no estás bien, y eso solo lo daña a él también.


Ella me miró con horror en cuanto le dije esto, pero solo me di media vuelta y me marché, no quería que se me soltara la lengua de más, y empezara a decir cosas de las que ni yo mismo estaba seguro, no todos los matrimonios eran iguales, mi relación con Robert era muy diferente a las relaciones del resto del clan Dawson, incluso era diferente a la relación de Shawn y su pareja (aún cuando cualquiera creería que por ser gays y tener diferencias de edad enormes, nuestras relaciones serían un calco exacto la una de la otra) por lo que estaba de más creerme el "gurú eterno del amor" cuando yo aún estaba aprendiendo lo que era el amor, lo que era el matrimonio, lo que era convivir con alguien más, era hipócrita querer dar clases de natación desde la orilla de la piscina. 


Continuará


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- Gema


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