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74 - 'Protegido'

— ¿Hola? — hablé al contestar el celular, mi pecho seguía muy tenso a causa del recuerdo de ese sueño tan particular que me inundó en el tren, algo en mi interior decía que estaba sucediendo algo, algo de lo que yo no me lograba enterar aún.


— Hola cielo — me saludó mi madre — Lamento haberte colgado ayer de esa forma, es que llegó Peter y—


— Lo entiendo — dije mientras la interrumpía de repente — No hace falta que te excuses, Teddy. Mejor dime ¿cómo están por allá? ¿cómo está Tyson?


— Tyson está bien, algo abrumado por la decoración en casa, pero todo bien — sentí mi piel erizarse de golpe, el tono de voz de Teddy era extraño, sonaba indiferente, ella no hablaba así cuando de Tyson se trataba, llámenme paranoico, lo merezco, pero algo no me estaba gustando.


— ¿Segura? — dije arqueando una ceja — Te noto algo seria con el tema.


— ¿De qué hablas, Taylor?


— ¿Puedes poner a Tyson en el celular? me gustaría saludarlo.


— Taylor, sabes que a Tyson no le gusta que lo agobien.


— Solo quiero saber de él, Teddy, ¿es eso tan malo?


— Te estoy diciendo que está bien ¡¿porqué de repente actúas así?! ¡¿acaso desconfías de mí?!


— ¿Tengo algún motivo para hacerlo? — pregunté de forma directa y poco sutil, no me gustaba presionar a Teddy, pero me irritaba no saber nada de mi hermano.


— Jaj, vaya que ese sujeto te está lavando el cerebro como nadie.


— Él no tiene nada que ver en esto — afirmé mientras caminaba por aquel jardín lleno de nieve — Sabes de sobra que no dejo que nadie interfiera cuando de mi amor por Tyson se trata.


— Definitivamente te has vuelto loco, Taylor — dijo Teddy de mala gana, no saben cómo hierve mi sangre de la rabia al recordar ese momento, me sentía tan impotente al no tener manera de saber sobre mi hermano, si estaba bien, si estaba mal, enserio moría por saber de él, oír su voz, saber qué significaba ese sueño tan raro que tuve de repente.


— ¡¿Porqué no quieres decirme dónde está— hablaba mientras caminaba por la nieve, aunque repentinamente me resbalé y caí boca arriba, dándome un duro golpe en la espalda baja que me hizo jadear sutilmente.


Gruñí mientras me sentaba con dificultad, volteando a los lados en busca de mi teléfono (ya que este salió volando en cuanto me resbalé) notando que el aparato estaba no muy lejos de mí, tirado boca abajo sobre la nieve.


Me levanté con cuidado y tomé mi celular, maldiciendo al ver que mi madre aprovechó para colgarme la llamada, cosa que me hizo darme cuenta de que realmente me estaba escondiendo algo, porque de no ser así ¿porqué razón evitaría hablar conmigo, y tomaría cualquier excusa para colgarme? no tenía sentido, o al menos así lo vi yo.


— Grandioso — murmuré limpiando la pantalla de mi celular para avanzar hacía la entrada de aquel hogar, mi pecho latía de forma espantosa, sentía un miedo y una ansiedad difíciles de explicar, el misticismo de mi madre y el desconocer el paradero de mi hermano, hacía que mi mente se volviera todo un collage de posibles escenarios turbulentos y crueles, donde Tyson terminaba terriblemente lastimado, a manos de mi odioso padrastro.


Entré cojeando a la casa, tratando de llamar otra vez a Teddy, pero cada vez que intentaba llamarla, me llevaba directamente al buzón, cosa que solo lograba desesperarme aún más.


— ¿Todo bien? — preguntó Robert, quien recién venía llegando a la puerta con dos tazas de chocolate caliente en sus manos.


— Teddy no me contesta — murmuré — Le pregunté por Tyson y no quiso decirme nada.


— ¿Crees que pudo pasarle algo a tu hermano?


— N-No lo sé — dije mientras marcaba el número de mi madre nuevamente, y cuando la contestadora me envió al buzón, solté un gruñido tosco y apreté con fuerza el aparato en mis manos — ¡Maldición! ¡¿porqué carajo no me quiere contestar?!


— Amor cálmate por favor.


— ¡¡No me pidas que me calme!! — grité de forma brusca, ya había perdido la compostura — ¡¡¿Cómo quieres que me calme?!! ¡¡no sé nada de mi hermano!!


— Taylor respira — dejó de lado las tazas en una mesa que había cerca de nosotros, para ir hacía mí y tomarme suavemente de las mejillas — ¿No crees que te estás preocupando de más? si ella dice que tu hermano está bien, es porque debe ser así.


— ¡¡No trates de calmarme, Dawson!! ¡¡yo sé porqué actúo como lo hago, ella me está ocultando algo, lo sé perfectamente!!


— Taylor por Dios santo, mírate como estás — dijo tomándome de ambas mejillas con algo de firmeza — Cariño estás histérico.


— ¡¡¿Cómo carajo quieres que esté?!! — grité tratando de zafarme de su agarre, aunque detuve en seco mis arrebates de rabia infantil al oír cómo abrían la puerta detrás de nosotros.


— Vaya, veo que llegaron antes — dijo George mientras entraba junto a su esposa y sus hijos, cargando varias maletas consigo; detrás suyo venían Alice y Sandro, cargando a su hijo en brazos y con el típico semblante incrédulo que colocaban cuando me veían.


— ¡Hola Madonna! — me dijeron los niños al llegar, yo sonreí algo abrumado para palmearles el cráneo, tratando de controlar lo agitada que estaba mi respiración.


— Es bueno verlos — susurré mientras los veía con atención.


— ¿Te pasa algo? — me preguntó Will.


— No, solo me resbalé y me caí en la nieve, pero estoy bien — los niños rieron al oír mis palabras, Robert me miró con preocupación total, mientras yo solo sonreía con pesar y trataba de controlar mis impulsos, aunque por dentro estaba al borde del colapso.


-


Toda la familia se reunió en la sala a platicar, recordaban viejas anécdotas de navidades anteriores, a las que yo no les presté tanta atención como me hubiera gustado, estaba demasiado ocupado tratando de llamar a mi madre, pero esta seguía sin contestarme el maldito celular, eso me estaba poniendo demasiado nervioso.


— Qué bueno que al fin pasemos una navidad todos juntos — dijo mi suegra — La navidad no fue lo mismo sin ustedes el año pasado, muchachos.


— No pienses en eso, madre — dijo George — Ahora lo importante es que estamos todos juntos.Me alertó sentir una mano en mi pierna, cosa que me hizo voltear la mirada, notando que mi prometido miraba a su madre con atención, pero su mano apretaba mi pierna con algo de fuerza, como si trata de decirme disimuladamente que dejara de lado el teléfono de una buena vez.


— Disculpen — murmuré levantándome del sofá — Me retiraré un momento.


— ¿Ocurre algo, cariño? — preguntó mi suegra.


— N-No, s-solo que estoy tratando de llamar a mi madre.


— Lo entiendo — dijo sonriéndome con ternura — Vete tranquilo entonces, no te preocupes.


— Gracias — dicho esto, me fuí rumbo a las habitaciones principales, me apenaba mucho irme así, pero enserio me sentía indispuesto, y prefería irme a dejar expuesta mi inseguridad y mi nerviosismo frente a todo el clan Dawson.


Entré al cuarto de mi prometido y cerré la puerta detrás de mí, volviendo a intentar llamar a mi madre, mis manos temblaban como nunca, estaba demasiado angustiado, dicen que una corazonada nunca se equivoca, y admito que la mayoría de ocasiones que mi pecho sentía cosas, era cuestión de mi paranoia y de mis inseguridades sin fundamento, pero esa vez, sentía que mi corazonada podía tener algo de razón.


Alcé de golpe la mirada al ver que alguien entraba a dicha habitación, se trataba de Robert, quien me miró con algo de frustración y seriedad mientras avanzaba hacía mí, yo estaba sentado al borde de la cama, con el celular entre mis manos y el pecho más agitado que nunca.


— ¿Taylor puedo saber qué te ocurre? — dijo con algo de severidad.


— Lamento haberme ido así, pero no me siento bien.


— Sé que no te sientes bien, el porqué es lo que yo no termino de comprender — dichas palabras me hicieron alzar de golpe la mirada y sonreírle incrédulamente a mi pareja, tal vez en el fondo solo buscaba una excusa para desahogar la frustración que sentía, pero igual siento que me excedí.


— ¡¿Disculpa?! — dije de mala gana mientras me colocaba de pie frente a él — ¡¿Cómo puedes preguntarme una mierda así?! ¡¡es de mi hermano de quien estamos hablando!!


— Sé que se trata de tu hermano, Taylor; ¡pero date cuenta de que estás histérico sin razón!


— ¡¿Sin razón, dices?! ¡jaja, claaro, perdóneme señor seriedad! ¡¡olvidé que mientras tú tengas todo a tu alcance y comodidad, lo demás son absolutas pequeñeces que no tienen importancia alguna, y por ello debo de ignorarlas y hacer tu voluntad como un perro faldero!! — clamé señalándole con mi dedo índice, dejando como todo un idiota que mis pensamientos maliciosos salieran a relucir, vaya que soy todo un idiota.


— ¿De qué hablas?


— ¡¿Cómo que de qué hablo?! ¡¡míranos!! — clamé de forma brusca, bajando un poco la voz, no quería que mis palabras se escucharan fuera de la habitación y fueran malinterpretadas por mi suegra — Estamos aquí en 'tu' casa, con 'tu' familia, por petición de 'tu' madre, ¡¿y mi madre dónde está, eh?! ¡¿y mi hermano, Robert?! ¡¿dónde carajo entran ellos en tus malditos planes?!


— ¡¿Me quieres explicar lo que quieres decir?! ¡porque no te entiendo cuando escupes tus palabras de esta forma tan brusca!


— ¡¡Me refiero a que poco o nada te importa mi familia!! ¡¡poco o nada te importa que yo los vea!! ¡¡Te dió igual saber que me dolía pasar navidad sin Teddy, te da igual que esté preocupado por Tyson!! ¡¡así como te dio igual hacer un mínimo esfuerzo por invitarlos a venir a pasar navidad con nosotros, porque estando tu familia aquí, nadie más hace falta!!


— Oh por amor de— gruñó jalándome de los hombros para cubrir mi boca con su mano, y verme a los ojos con una severidad que me hizo tragar en seco con algo de pavor — ¡Claro que invité a tu madre a venir, bastardo histérico y desquiciado!


Me quedé helado al oír las palabras ajenas, mi pecho empezó a latir de forma lenta, mientras un frío abrumador inundaba de golpe mi cuerpo, y eso que aún no había oído la peor parte.


— ¿Qué? — murmuré quitando la mano ajena de mi rostro — ¿C-Cómo que los—


— Desde noviembre estoy en eso — aclaró con firmeza, cosa que me hizo jadear abrumado — He estado comunicándome con tu madre desde mi oficina, para así evitar que te enteraras de mis planes sorpresa de traer a tu madre y a Tyson durante las fiestas.


— P-Pero... s-si eso planeabas ¿e-entonces ella va a venir?


— Me temo que no — aclaró suspirando con pesadez, logrando que mi pecho doliera aún más — Le envié dinero suficiente a tu madre para los pasajes de avión, me perjuró que sí vendrían, pero de último minuto dijo que la salud de tu hermano se agrabó, y que por ello no pudieron viajar.


— ¿Qué? — jadee cubriendo mi boca con mi mano — ¿T-Tyson está mal? ¡¿q-qué le pasa?!


— Cálmate — me dijo con severidad mientras me apretaba los hombros — La llamé hace una semana para saber si tu hermano estaba mejor, me dijo que sí, que ya estaba curado, pero que igual no quería viajar estando él en tales condiciones.


— Si él estaba curado entonces no habría razón para evitar viajar — dije mientras quitaba las manos ajenas de mis hombros.


— El clima ha estado muy gélido, Taylor; es probable que ella solo quería evitar que tu hermano tuviera una recaída.


— No puede ser, hay algo más, ¡¿porqué no me dijo que Sony estaba enfermo?! ¡y-yo siempre le pregunté por él y me perjuraba que estaban bien!


— Tal vez quería ahorrarte preocupaciones, amor; ella me pidió que no te dijera nada de la enfermedad de Tyson precisamente para que no entraras en crisis o te pusieras nervioso.


— A-Aún así, ¡¿porqué no me da la cara y me lo dice?! ¡¿no que ya todo estaba bien?! ¡¿porqué me evita entonces?! — gruñí tomando mi celular de nuevo para volver a marcar el número de Teddy, pero antes de oprimir el botón de llamar, la mano de Robert sostuvo mi muñeca a modo de frenar mis acciones.


— Taylor, sé que tú amas a tu hermano, y que te preocupas por su bienestar, pero siento que no es bueno que te mortifiques de este modo, ¡mírate, estás a nada de un colapso nervioso!


— Tú no lo entiendes, Robert — murmuré tratando de contener las lágrimas — M-Mi hermano siempre ha sido muy delicado, d-desde niño me he preocupado mucho por él, me da miedo que a él le ocurra algo malo, s-su salud jamás ha sido la mejor y—


— Entiendo tu postura perfectamente — murmuró interrumpiendo mis palabras en seco — Pero entiende la mía también; ¿crees que yo quiero que enfermes de los nervios de esta forma? no Ty, en absoluto.


— ¡Pero— traté de hablar, pero él me cubrió la boca nuevamente.


— ¡No, Taylor! ¡no seguirás preocupándote sin fundamento alguno! yo me encargo de comunicarme con Teddy, si realmente es cierto que Tyson está mal de salud, te prometo que tomaremos el primer vuelo rumbo a Detroit, pero hasta entonces te ruego que tomes con calma todo esto, ¿crees poder hacerme ese favor?


Mis manos y mi cuerpo temblaban como nunca, estaba demasiado abrumado, Robert me había arrojado una bomba enorme a la cara, bomba que asimilé poco a poco, mi mente primero se enfocó en la enfermedad de Tyson, ya después llegaría el shock por saber que mi pareja quería traer a mi familia, y yo como todo un estúpido, creía que a él le daba igual mi melancolía navideña.


— De acuerdo — dije suspirando pesadamente, sintiendo confort en cuanto Robert se me acercó para abrazarme con mucha fuerza, abrazo que me ayudó a calmarme, y me hizo sonrojarme de golpe.


— No creas que no me importa tu familia, sé que los amas, por eso quería sorprenderte — susurró acariciando suavemente mi cabello — Lamento mucho no haber podido darte una navidad junto a tu hermano y a tu madre.


— No digas eso — susurré tomando sus mejillas sutilmente — Con saber que hiciste todo lo posible por traerlos, me haces el chico más feliz del mundo.


— Eso quiero — susurró pegando mi frente con la suya — Te amo, Ty; y creeme que haré todo lo posible por apaciguar la más mínima de tus depresiones navideñas y tu angustia, solo te pido que confíes en mí, apóyate en mí, te dije hace tiempo que no volverías a luchar solo jamás, y es una promesa que mantendré por siempre.


— Y yo prometo dejarme ayudar, o bueno... tratar de hacerlo — dije sonriendo con algo de pesar — Admito que soy demasiado cabeza dura, y me cuesta mucho trabajo aceptar algo de ayuda.


— Lo sé, pero estoy dispuesto a lidiar con eso — murmuró tomando mi mejilla y dándome un cálido beso en la frente, para luego seguir con uno en la mejilla y un dulce beso en los labios, beso que me hizo temblar y aferrarme a su cuerpo con fuerza, fuí un tonto al creer que Robert menospreciaba mi sentir, siendo que él se esmeraba por darme comodidad, tanto en mis narices como a mis espaldas, tal y como me prometió el día que me pidió ser su pareja, pero como siempre, los malos pensamientos y la inseguridad predominaban por completo en mi sentido común, sigo sin entender cómo Robert toleraba algo así.


-


En contra de mi voluntad (más que nada porque no quería que me trataran como a una mujer histérica, logrando totalmente lo opuesto, desde luego) Robert y Teresa me dieron unos calmantes que me hicieron dormir profundamente por horas, y al dormir, mi mente solo lograba plasmar los recuerdos de mi niñez, los pocos buenos momentos que tuve cuando era niño, acompañado de mi madre y de aquel sujeto al que echaba mucho de menos, al que yo protegía desde que tuve uso de razón, aún cuando él era mayor que yo.


Sentí de repente un calor familiar cerca de mí, que me hizo voltearme y acurrucarme más cerca suyo, estaba algo adormilado, pero me fue fácil distinguir de quién se trataba.


— ¿Cómo te sientes? — preguntó mientras me acariciaba el cabello.


— Cansado — admití sin siquiera abrir los ojos.


— Es por los calmantes, estarás bien.


— ¿Llamaste a mamá? — pregunté mientras me acurrucaba en su pecho, estaba haciendo algo de frío, por lo que quería sentir el calor de mi pareja para darme confort.


— Lo intenté, pero sigue sin contestar — murmuró pasando su mano por mi espalda — No te pongas nervioso, ya encontraré la forma de que hables con ella.


— ¿Enserio iremos a Detroit si Sony está enfermo? — pregunté abriendo de a poco los ojos.


— Es tu familia, Ty; no puedo obligarte a estar lejos de ellos. Además, sé de sobra lo que significa Tyson para ti, así que no pienso mantenerte alejado de él.


— Lamento tanto haber creído que no te importaba — murmuré con la voz algo apagada, recibiendo a cambio una tierna caricia de parte de mi pareja.


— Descuida, debí darte pistas sobre mi sorpresa, así no habrías creído eso, es que me gusta sorprenderte.


— Y a mí me gusta que me sorprendas — respondí hundiendo mi cara en su cuello — ¿Era necesario darme tantos calmantes?


— Estás nervioso, prefiero eso a que te alteres de sobra — dijo besando dulcemente mi cuello — No te daré más sin razón, lo prometo.


— ¿Teddy te devolvió el dinero para el viaje? — pregunté alzando un poco la mirada, recién caía en cuentas sobre el tema, y al hacerlo noté algo muy importante, y muy serio.


— No te preocupes por eso, no es importante.


— Claro que lo es, le diste ese dinero de buena voluntad, ¡no es justo que ella se aproveche de tu generosidad!


— Es tu madre, Ty; no me importa ayudar a tu madre.


— Sé que no te importa, y te amo por eso, pero me mata de la vergüenza saber que Teddy se aproveche de tu bondad.


— No pienses más en eso — dijo besando suavemente mis labios — Quiero que descanses, los niños no dejan de burlarse de ti por enfermar en navidad.


— ¿Les dijiste que estoy enfermo?


— Dije que estabas resfriado, también le dije eso a mamá, para evitar que te haga preguntas incómodas que no estés listo para responder.


— Te lo agradezco — dije tomando su mejilla para besarlo suavemente — ¿Qué haría yo sin ti?


— Estoy para ayudarte, lo sabes — sonreí de lado al oírle decir eso, amaba sentirme protegido y apoyado por mi pareja.


— Quiero dormir otro poco, quédate aquí conmigo ¿de acuerdo?


— De acuerdo — dicho esto, me apegó más a su cuerpo para besar mi frente y volver a recostarnos con cuidado, me fue fácil quedarme dormido de nuevo, y apenas lo hice, en mis sueños aparecía la silueta de mi hermano sentado en un enorme jardín de flores, rodeado de muchas flores blancas, pero lo agobiante del sueño era, que por más que yo trataba de acercarme a él, no lograba avanzar nada, estaba estancado, sin poder hacer nada para acercarme a él, admito que al principio no le presté atención, pero pensándolo bien, ese sueño me estaba diciendo más cosas de las que yo logré ver a simple vista.



Continuará


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- Gema


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