53 - 'Frustrado'
Las horas siguieron pasando, no sé cuántas exactamente, el alcohol y Robert no me dejaban distinguir lo que ocurría a mi alrededor, pudo haber una balacera en mi calle y yo ni me habría dado cuenta, todo por culpa de el pene de mi prometido.
— ¡¡Ahh, s-sigue!! — gemía sintiendo cómo se movía encima mío, notaba a Robert inquieto, insaciable, ya más que claro me quedó que era debido a lo que yo habría dicho acerca de Richard, pero igual era increíble cuando mi prometido llegaba a sus límites, cegado por la lujuria intensa que sentía por mí, y del enojo o los celos.
— Di mi nombre, ¡dilo!
— ¡¡Robert, Robert mi amor!! — gritaba mientras sacaba la lengua, él pasó toda la noche demandándome que repitiera su nombre, amo cuando mi esposo actúa de manera posesiva. Gemimos al unísono en cuanto nos vinimos nuevamente, las sábanas estaban hechas un asco, y ni hablar de nuestros cuerpos, sudados y llenos de nuestra "semilla", admito que eso es lo que no me termina de convencer del sexo.
— Dios, me encanta esto — murmuró sonriendo cínicamente.
— A mí también — admití mirando a la nada con una boba sonrisa, aún con la follada que me dieron, yo seguía algo abrumado por el alcohol, increíblemente.
— Iré por un trago, ¿quieres algo?
— Algo dulce está bien — murmuré con algo de cansancio, Robert me besó la frente y se apartó un poco para levantarse de la cama, aunque se quedó helado al ver la parte baja de mi cuerpo, cosa que me hizo verle con algo de extrañeza — ¿Pasó algo, amor?
— Yo... Taylor — murmuró con nerviosismo mientras empezaba a jadear algo abrumado — ¿E-Estás bien?
— ¿Yo? — pregunté incrédulamente por el licor — Claro que estoy bien, y si quieres otra ronda, ando dispuesto y preparado — murmuré juguetonamente, aunque me preocupó ver cómo Robert me tomaba de los hombros y me hacía quedarme acostado, mientras me miraba con mucha preocupación.
— Iré por algo para curarte, quédate aquí ¿sí?
— ¿Curarme qué? — pregunté de mala gana.
— Ty... estás sangrando — admitió mientras agachaba apenado la mirada, yo me quedé muy abrumado cuando Robert me dijo eso.
Se levantó de la cama para ponerse una camisa junto a unos boxers y salir de la habitación, yo traté de levantarme, aunque sí sentía algo adormecidas las piernas, no entendía porqué mi cuerpo reaccionaba así tan de repente, Robert y yo siempre teníamos sexo demandante y nada sutil, ¿porqué ahora mi cuerpo actuaba como el de una virgen? ni siquiera cuando era vírgen me comporté así, no sé si era por el alcohol, pero eso me hizo sentir demasiado frustrado.
Miré algo curioso las manchas de sangre en las sábanas, eso me hizo recordar rápidamente cierto suceso que vivimos mi pareja y yo, donde él usó mi cuerpo de manera poco sutil, supongo que por eso es que Robert parecía tan asustado, ya que su borrachera del otro día me hizo darme cuenta de que él aún tenía muy presente eso que me había hecho hace ya algo de tiempo; tener ese recuerdo tan presente, y repetirlo tiempo después, era obvio que Robert actuaría demasiado nervioso por esto, ¿y lo irónico? (como todo en mi vida) es que yo no sentía tanto dolor, seguramente era por el alcohol, y cuando mi borrachera bajara, mi cuerpo no soportaría el malestar, o al menos eso pensé.
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Robert llegó con el botiquín de primeros auxilios, y se dispuso a curar mis heridas (las cuales según él, no eran tan profundas como las de "esa vez" pero igual se lograba ver bastante lastimada el "área afectada".
Miraba a la nada mientras me mantenía recostado de lado en la cama, estaba algo nervioso e incómodo, Robert me puso una crema desinflamante y luego fue al baño, su expresión dejaba claro lo que sentía, pena, frustración, enojo consigo mismo, no era necesario ser adivino para saber que eso era lo que sentía mi pareja.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó al salir del baño, yo le miré con tranquilidad en cuanto llegó.— Te dije que no me duele nada, amor, estoy bien.
— ¡¿Bien?! ¡Taylor estabas sangrando!
— A-A veces es normal el sangrado durante el sexo, s-sobre todo considerando que nosotros tenemos mucho sexo brusco.
— ¡Porque estamos adaptados al sexo brusco es que me preocupa mucho que estés así! — clamó con algo de frustración mientras caminaba de un lado a otro por la habitación — Soy un imbécil.
— Mi amor — traté de hablarle, pero él no me hizo caso en absoluto.
— ¡¿Porqué dejé que esa porquería me afectara?!
— ¿Hablas de lo de Richard?
— ¡Sí, eso! ¡sé que te dije que no me importaba, pero miento si digo que no me molesta que estés cerca de un sujeto así, Taylor! ¡y ni hablemos de lo celoso que eso me pone!
— Cielo — murmuré apenado tratando de sentarme en la cama, pero él rápidamente fue hacía mí para tomarme de los brazos.
— Quédate acostado.
— Robert — murmuré viéndole con algo de seriedad — Estás en tu derecho de sentir celos, ¡pero es estúpido, mi amor, sobre todo cuando es de Richard de quien estamos hablando! ¡el sujeto me exaspera! ¡¿me crees capaz de seguirle el juego en sus idioteces?!
— Yo sé que no, Ty, pero... una parte de mí, s-siente pánico ¿entiendes?
— Es por lo que Yelena te dijo de que yo me aburriré de la vida cotidiana — afirmé con seriedad, él miró a otro lado mientras mantenía un semblante serio también — ¡Dímelo a la cara, Dawson! ¡¿es por eso?!
— Eso no tiene nada que ver en esto.
— ¡Claro que sí! ¡sí lo tiene, pero no quieres admitirlo, desconfías de mí!
— ¿Si desconfiara de ti te habría hecho el amor luego de que me dijiste eso, Taylor?
— No me hiciste el amor, marcaste territorio, eso es distinto — dije de mala gana para apartar las manos ajenas de mi cuerpo y volverme a recostar en la cama, dándole la espalda a mi prometido, quien se quedó sentado en la cama viéndome con detenimiento.
— ¿Eso piensas? — preguntó con voz apagada.
— No me molesta que lo hagas, pero quisiera creer que me ves más como tu pareja, que como una propiedad.
— ¡No te veo como una propiedad, Taylor! ¡pero soy una persona muy celosa, eso lo sabes bien! — dijo mientras me tomaba del brazo para hacerme voltear a verlo — Y tú también lo eres.
— ¡Pero yo no voy a celarte de cualquiera!
— ¡¿Te atreves a decir eso, cuando yo no puedo hablar con nadie sin que quieras estrangularme?!
— ¡¡Porque tú eres hermoso, yo soy un chico simple en quien nadie se fija!! ¡¡pierdes tu tiempo al sentir celos por mí, yo no le gusto a nadie, tú eres el único sujeto al que yo le gusté por alguna razón!!
— Otra vez con eso — gruñó mientras pasaba su mano por su rostro, yo voltee de nuevo la mirada mientras me abrazaba a mí mismo.
— ¿O es el hecho de que yo no quiera que despidas a Richard, lo que te hace sentir celoso? — pregunté sin siquiera voltear la mirada, sintiendo mi sangre helarse al oír el silencio de parte de mi pareja — ... Debí imaginarlo.
— ¿Cómo quieres que actúe? ¡¿si tanto te exaspera ese idiota, porqué quieres que se quede en el café con nosotros?!
— ¡Ya yo ni siquiera voy al café! ¡solo lo veo en la universidad, y hacerlo no me genera placer en absoluto!
— Esto no me hace sentir mejor en absoluto — murmuró pesadamente — Saber que me encelo por nada, solo me hace sentir más culpable por lo que te hice.
— ¿Osea que si tuvieras razones, estarías feliz de hacerme sangrar? — pregunté volteando a verlo de forma algo incrédula, él me miró con seriedad en cuanto dije eso, yo no pude evitar sonreír por debajo, admito que empezaba a relajarme, sobre todo por lo tierno que se me hacía ver a Robert de tal manera.
Alcé mi mano para indicarle que viniera hacía mí, él se me acercó cuidadosamente para acurrucarse en mi pecho y darme calor, cosa que me hizo sonreír tímidamente.
— Yo confío en ti, pero no confío en la gente que te rodea — admitió alzando la mirada para verme a los ojos con atención — Eres demasiado impresionable, me aterra que alguien te diga algo que pueda hacerte dudar de nuevo sobre nuestra relación.
— Eso no pasará — murmuré rodeando el cuello ajeno con mis brazos para besar a Robert cálidamente — ¿Sabes porqué? porque tú y yo ya somos familia, nunca amaré a nadie como te amo a ti, ni querré estar con nadie que no seas tú.
— Mi historial de relaciones no es el mejor.
— Shh, eso no importa ¿de acuerdo? no pienses en el pasado, porque ahora yo soy tu futuro, y tú eres el mío, mi amado futuro esposo — murmuré sonriendo cálidamente, sonrisa a la que Robert me correspondió sin dudarlo dos veces.
— Lamento haberte hecho daño de nuevo, Ty, supongo que es inevitable que yo siempre te termine dañando — murmuró agachando la mirada con pesar.
— Oye — murmuré tomándole de la barbilla para hacerle alzar la mirada — No me hiciste daño ¿de acuerdo? esto solo fue un accidente.
— Un accidente que no me perdonaré repetir.
— ¿De qué hablas? — dudé mirándole algo abrumado.
— Hablo, de que el sexo salvaje se va a acabar — le miré totalmente abrumado y perplejo cuando él dijo eso, no lo podía creer, y admito que mi reacción no fue la mejor.
— ¿Qué? — murmuré entre risas incrédulas, pero al ver el semblante serio y decidido de mi pareja, no pude mantenerme tranquilo — ¡¡¿Robert de qué carajo estás hablando?!!
— ¡Taylor yo hago esto por tu bien!
— ¡¡A la mierda mi bien!! ¡¡¿estás consciente de la idiotez que estás diciendo?!! — él suspiró con molestia mientras me tomaba de los hombros y me miraba algo incrédulo.
— No digo que el sexo vaya a acabarse, solo trataré de controlarme más ¿de acuerdo?
— ¡¡Mejor niégamelo ya!! — dije de forma brusca, lo admito, estaba actuando como la reina del drama, aunque si Robert me dijera algo así hoy en día, actuaría de igual manera sin dudarlo, o peor.
— ¡Taylor! — me regañó mirándome con seriedad, pero yo le hice caso omiso a su regaño, solo me di la vuelta para recostarme de lado viendo fijamente la puerta de la habitación, dándole la espalda a mi pareja.
— Buenas noches — murmuré a regañadientes, él suspiró de mala gana para acercarse a mi rostro y besarme la mejilla suavemente.
— Es tarde, sigamos discutiendo esto mañana ¿de acuerdo?
— Como quieras — respondí incrédulamente.
— Ty— trató de hablar, pero yo se lo impedí.
— Estoy cansado — gruñí con molestia, él suspiró pesadamente para recostarse a mi lado y juguetear con mi cabello.
— ¿Porqué te molesta tanto que no sea brusco durante el sexo? — preguntó sutilmente.
— ... Porque me gusta que seas brusco — admití mientras mis mejillas ardían suavemente — Me encanta sentir dolor, s-supongo que tú me acostumbraste así, pero... m-mentiría si digo que no me encanta.
Me alivió sentir un beso en mi cuello de parte de Robert, seguido de un cálido abrazo.
— Eso me alegra y me enoja un poco — murmuró sonriendo con algo de pesar — Disfruto del sexo brusco, pero no cuando este termina haciéndote mucho daño.
— Deja de pensar tanto en eso — murmuré volteando a verle — No le des tantas vueltas, Robert, la intimidad contigo me encanta, con o sin que me hagas daño.
— ¿Osea que aún después de que te hice sangrar, disfrutaste mucho esta vez?
— ¿Disfrutarlo? creí que moriría de placer — admití sonriendo ampliamente, Robert me sonrió de igual forma para tomar mi barbilla y acariciarla suavemente — Sigamos como estamos, amor, te lo pido.
— ... Lo voy a pensar — murmuró besándome dulcemente los labios — Mientras tanto, quiero que descanses ¿sí?
— De acuerdo — murmuré acurrucándome en el pecho ajeno, sonriendo al sentir las manos de Robert acariciando mi cuerpo de arriba a abajo, me aliviaba mucho que después de haber discutido un poco, aún podíamos dormir acurrucados así como tanto nos gustaba, eso me dejaba claro de que la pelea no era tan grave, y es que, para nosotros no había peleas graves, porque sabíamos que igual lograríamos sobreponernos ante los problemas, así ha sido siempre, y no hay nada que me alegre más que eso.
-
Dormía tranquilamente sobre las suaves sábanas que fueron testigos del desenfreno de pasión entre mi prometido y yo, no sé si era porque estaba más cansado de lo habitual, pero las sábanas estaban más suaves que de costumbre, por lo que yo me negaba a levantarme, o al menos eso era lo que yo sentía.
Un suave beso en mi espalda me hizo suspirar sutilmente, ya sabía lo que significaba, y estaba demasiado cansado para siquiera considerar la idea de levantarme de la cama.
— Cariño — murmuró la voz a la que tanto amaba mientras me abrazaba desde la espalda — Despierta ya, Ty.
— Noo, no quiero — chillé tomando una almohada para cubrir mi cara con ella, haciendo reír a mi prometido.
— Amor — murmuró quitando la almohada de mi cara para verme coquetamente — Despierta ya, Mónica debe estar esperándote.
— Cierto, Mónica — murmuré pasando mi mano por mi rostro mientras trataba de agudizar mis sentidos, y apenas lo hice, miré embobado a mi prometido, se veía tan atractivo con el cabello alborotado y con la cara algo hinchada por recién levantarse — Hola — le saludé sonriendo como el propio tonto, cosa que le hizo reír sutilmente.
— Hola — susurró besando mi frente para apartarse de mí — Vé y alístate, vamos a salir.
— ¿Salir? — murmuré sentándome en la cama para ver algo extrañado a Robert, él paseaba semi desnudo por nuestra habitación como si nada.
— Sí — afirmó abriendo el clóset para sacar algo de ropa del mismo — Vamos a almorzar los cuatro juntos.
— ¿Exactamente de cuales "cuatro" te refieres?
— Tú, yo, Mónica, y Yelena — respondió calmadamente mientras volteaba a verme con una sonrisa, yo me aterré en cuanto escuché eso, no me malinterpreten, Yelena me caía bien, pero me preocupaba que ella conociera a Mónica, ya que ambas eran polos totalmente opuestos, una actuaba en base a astucia, orgullo e inteligencia, la otra en base a sentimientos puros y sinceros, era como juntar agua y aceite.
— Bien, supongo... — murmuré levantándome de la cama, sintiendo mis piernas hormiguear y mis caderas doler, era un dolor algo fuerte, cosa que me hizo jadear por debajo.
— ¿Estás bien? — preguntó mi novio algo preocupado, acercándose al lugar donde yo estaba.
— Sí, solo... sigo algo aturdido por lo de ayer — bromee riendo suavemente, sintiendo mi pecho pesado al notar que Robert, a diferencia de otras veces, no sonreía con orgullo o con malicia, solo me miraba con preocupación y severidad.
— Te aplicaré más ungüento antes de irnos — dijo mientras se apartaba para ir al baño.
— ¡No necesito nada de ungüento, Robert! — clamé con algo de frustración, y es que, mentiría si digo que el tema no me frustraba y me mortificaba — ¡No necesitas tratarme como si fuera una chica virgen! ¡yo estoy bien!
— ¡¿Bien?! — clamó volteando a verme con seriedad, yo no le permití hablar, apenas trató de excusarse, yo hablé de forma más alta y brusca.
— ¡¡Sí, estoy bien!! — recalqué acercándome hacía él para tomarlo de las mejillas con fuerza — Ya nos acostumbramos a este tipo de sexo tan brusco, ¿porqué ahora te preocupa tanto dañarme?
— ¡Poque eso no está bien, Taylor!
— ¡¿Porqué?! ¡es lo que yo quiero saber! — me acerqué más al rostro ajeno para besar lentamente los labios de mi pareja — A ti te encanta hacerlo así, a ambos nos fascina, ¿entonces por qué repentinamente sientes tanto remordimiento, si sabes que lo de esta vez solo lo provocó el hecho de que estabas celoso?
— Es eso lo que me frustra, Ty — murmuró mientras me tomaba de las mejillas — Eres un hombre hermoso, aún te falta mucho por florecer, muchos hombres y mujeres se van a interesar por ti, sobre todo ahora que inicias clases y que pronto empezarás a trabajar, eso implicará que yo esté celoso siempre ¿osea que cada vez que esté celoso te dejaré indispuesto? No Ty, no me parece justo.
— Le estás dando demasiadas vueltas al tema — murmuré acariciando sus muñecas — Tú no eres un irracional, Robert, y lo sabes.
— Sí, pues anoche actué como uno — suspiró pesadamente mientras miraba a otro lado, yo fui hacía él para abrazarlo con fuerza, besando dulcemente su mejilla.
— No me importa — murmuré mientras me aferraba a su cuerpo — Al fin y al cabo, eres mi pareja, y te amo tal y como eres, desde ese galante caballero que me invitó un café, al animal inescrupuloso que me llevó a su hotel.
— ¿Tienes que recordar eso en este momento? — preguntó riendo algo apenado, yo reía pícaramente al ver su reacción.
— No te hagas el santo, te encanta recordar nuestra primera vez, aún cuando yo te regañaba por ello — dije tomándolo de las mejilla para apretarlas con fuerza — ¿Qué te parece si hacemos un convenio?
— ¿Convenio?
— Sí, le llamaremos "ley de protección hacía las partes blandas y rosadas de Taylor Dawson" — él no pudo evitar reír en cuanto yo dije eso, aunque admito que yo tampoco aguanté la risa.— Bien, ¿y cuáles son las condiciones en el convenio?
— Número uno, si la parte activa, osea tú, se siente celoso o ridículamente fúrico, se lo debe informar a la parte pasiva, osea, Taylor Dawson — murmuré tratando de sonar bastante serio, aunque mis risas me lo impedían — "Mi amor, puede que hoy sea un poco más brusco de lo habitual, ¿crees poder aguantar eso?"
— ¿Crees que con preguntarlo será suficiente para que evites sangrar? — preguntó incrédulamente.
— No, pero al menos ya la culpa recaerá en mí, y no en ti — alcé los hombros riendo sutilmente, cosa que no convenció del todo a Robert, ya que él miró a otro lado con seriedad, razón por la que tomé su mejilla para obligarlo a verme a los ojos — Cariño, tu naturaleza es brusca, ¿cómo pretendes limitarte de ahora en adelante? ¡es imposible! así como es imposible que yo aguante una ronda de sexo sin al menos un poco de bestialidad de tu parte.
— Me haces sonar como un animal salvaje, Taylor.
— ¡Y lo eres, es eso lo que me encanta del sexo contigo! — admití apretándole las mejillas, él me miró algo abrumado en cuanto dije eso, y luego de unos segundos de silencio, habló finalmente.
— Bien, tengo otra condición — murmuró tomándome del mentón — Si llego a lastimarte de nuevo, te pido que me niegues el sexo por al menos un mes, como método de castigo, ¿de acuerdo?
"¡¿un mes?!" rebotó por mi mente, para mí era impensable pasar tanto tiempo sin hacerlo, tan solo unos días en ayuno ya me dejaban desesperado, un mes entero me iba a dejar con las pelotas tan azules que parecería que tengo hipotermia.
— ¿T-Tanto? — murmuré pesadamente, él asintió mientras me miraba con seriedad.
— Sí Ty, no es justo que yo te haga daño y no pague el precio por mi forma tan tosca de actuar, merezco un castigo a la medida.
— ¿Y si usamos otro método de castigo? como... — sonreí pícaramente al pensar en algo, cosa que hizo a mi prometido mirarme receloso.
— ¿Qué se te ocurre?
— Si llegas a lastimarme, tendré derecho absoluto de tocarte donde yo quiera — murmuré deslizando mis manos por la espalda ajena, bajando poco a poco mis manos hasta llegar a los glúteos ajenos, no puedo describir con palabras la cara de frustración e incomodidad que Robert mostró en ese momento, se notaba que quería abofetearme por apretarle los glúteos, pero como él dijo, "necesitaba un castigo".
— Prefiero mi primera propuesta — murmuró tomando mis brazos para tratar de apartarme.
— ¡Ay por favor! ¡¿enserio prefieres un mes sin sexo a dejarme tocarte?! — gruñó de mala gana para verme a los ojos con seriedad absoluta.
— Que hagas esto solo me motiva a ser más cruel contigo.
— Eso me gusta — canturree mirándole con deseo mientras seguía apretando dicha área — ¿No te gusta ni siquiera un poquito, amor?
— ¡¿Porqué habría de gustarme esto?! — bufó mientras tomaba aire, y luego de algunos segundos, me apartó de forma brusca y dijo —¡¡Bien, suficiente!! ¡¡solo podrás hacerlo en casa, y no más de cinco minutos!! ¡¡¿está claro?!!
— ¡¡Tan claro como el agua, mi amor!! — dije riendo emocionado, él gruñó por debajo para apartarse de mí e ir al baño, mientras yo no podía contener la emoción, me encantaba imaginar que ahora podría tocar deliberadamente esa zona que tanto me gustaba, incluso llegó a aparecer en mi mente la frase "debería ponerlo celoso a propósito para que me haga sangrar de nuevo y tenga un pase libre a su trasero", táctica poco ortodoxa, pero que a mi nulo sentido común le empezaba a tentar cada vez más.
Continuará
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