46 - 'Descarada'
Después de esas apasionadas demostraciones de amor físico, mi prometido y yo fuimos finalmente a dormir, ambos queríamos seguir haciendo el amor toda la noche, pero teníamos compromisos pendientes, y Robert aún estaba recuperándose, así que yo no quería forzarlo de más.
Dormía pacíficamente en los brazos mi novio, gozando de su calor corporal y de sentir su respiración en mi frente, ¿les he dicho de casualidad lo bien que se siente dormir con tu ser amado?
— Ty — escuché cómo me llamaban de repente, cosa que me hizo fruncir el ceño mientras me daba vuelta en la cama — Taylor, levántate, ya es hora de arreglarte.
— No quiero ir a la escuela — dije algo adormilado mientras hacía puchero.
— Cielo — murmuró el señor Dawson mientras me tomaba de los brazos y me jalaba para obligarme a sentarme en la cama, y apenas lo hice, me besó el rostro para hacerme abrir los ojos — Se te hará tarde, por favor levántate.
— Maldición — me quejé chasqueando la lengua y quitando de golpe la manta que cubría mi cuerpo para levantarme finalmente de la cama, Robert me miraba con diversión mientras yo de mala gana caminaba hacía el baño de nuestra habitación.
— Iré a prepararte el desayuno — dijo él mientras se levantaba para salir de la habitación, yo le ignoré totalmente, odiaba que me despertaran, sobre todo si no era para tener sexo.
Me quité aquella camiseta ancha que causó mucho revuelo la noche anterior, y entré a la ducha para asear mi cuerpo, sentir el agua fría sobre mi cuerpo a tales horas de la mañana me causó cierto sentimiento de "deja vu" bastante agridulce, realmente quería que me fuera bien, pero tenía miedo de que mis malas experiencias norteamericanas se repitieran en el reino unido.
-
Luego de arreglarme y de desayunar, me dispuse a salir de casa junto con Robert, él llevaba uno de esos trajes que tan bien le hacían lucir, lo notaba entusiasmado, solo que no estaba seguro de si era por mí, o por el negocio que estaba por consolidar esa tarde.
— Maldición — me quejé de mala gana mientras revisaba mi mochila, llevaba todas esas cosas que siempre quise pero que nunca tuve dinero para comprarme, la vida da muchas vueltas, eso es algo que siempre he pensado, pero igual me sorprende un montón.
— ¿Se te olvidó algo? — preguntó mi prometido mientras se paraba junto a mí.
— Sí, la confianza — dije entre pesados gruñidos de odio, Robert me miró con seriedad en cuanto dije eso — Perdóname, amor, ¡pero en verdad estoy nervioso!
— No tienes porqué sentirte así — dijo mientras abría la puerta de su auto y me dejaba subir al mismo.
Suspiré pesadamente pasando ambas manos por mi rostro, repitiéndome mentalmente que todo estaría bien, aunque mis palabras sonaban vacías, porque en el fondo de mi corazón sentía que algo malo me iba a suceder, realmente odio mi lado pesimista y poco confiado.
— Te dejaré dinero para un taxi en caso de no poder ir a buscarte — dijo Robert mientras subía al auto y lo encendía para empezar a conducir — Aunque también puedo pedirle a Brighton que venga por ti.
— Como tú quieras, amor — dije con algo de incredulidad.
— Cálmate Ty, todo estará bien — dijo mi prometido tranquilamente — Tratemos de esforzarnos porque hoy todo nos salga bien ¿de acuerdo?
— De acuerdo — dije suspirando pesadamente, viendo extrañado mi celular, esa mañana faltaba algo, el saludo matutino de cierta chica rubia que últimamente no me escribía con tanta continuidad, "seguramente está ocupada" pensé, aunque la verdad sí era muy extraño, Mónica aún estando a nada de un colapso de tiempo, se tomaba cinco minutos para llamarme y verificar que yo no mandara mi vida al demónio, por lo que sentir que no la tenía cerca vigilándome,me ponía los nervios de punta.
-
Cuando llegamos a la universidad, yo empecé a tomar mis cosas con rapidez, mientras Robert me detallaba con ternura y diversión.
— Mi pequeño Ty al fin vuelve a clases.
— No te burles, Dawson, ¡estoy a punto de desmayarme de los nervios! — me quejé con molestia, él rió para tomarme de las mejillas con una sola mano y darme un hambriento beso que logró calmarme un poco.
— Pase lo que pase, igual te estaré esperando al final del día — afirmó sonriéndome de forma cálida y muy tierna — Nunca lo olvides, ¿sí, cariño?
— Nunca — susurré acariciando suavemente su mejilla, para abrir la puerta del auto y bajarme del mismo — Te veré esta tarde, mucha suerte con Dustin.
— Gracias, mucha suerte en tu primer día, corazón.
— Te lo agradezco — dije mientras me preparaba para cerrar la puerta del auto, pero antes de hacerlo, me agaché de nuevo para ver a mi prometido y decirle — Te amo.
— Yo también te amo — me dijo cálidamente mientras me lanzaba un beso al aire, yo fingí tomarlo con mi mano para pegarlo a mi pecho, y acto seguido, cerré la puerta del auto para caminar hacía aquel imponente edificio donde iba a ver clases.
— Bien, tú puedes — susurré mientras arreglaba la mochila sobre mi hombro y me disponía a caminar al interior de aquel edificio, donde muchos chicos de mi edad entraban y salían sin más, no planeaba hacer amigos, pero sí esperaba al menos llevarme bien con la mayoría del curso, y digo mayoría, porque siempre hay un par de tarados con los que es imposible llevarte bien, ya fuera por pedantes o por imbéciles.
Caminaba por aquellos espaciosos pasillos buscando el aula a la que debía asistir, el día anterior me habían dado mi cronograma de clases, pero olvidé preguntar el número de cada aula, ¡bravo, Taylor!
Finalmente llegué a una puerta a la que entraban varios chicos con algo de prisa, "déjate llevar por la multitud" pensé mientras caminaba hacía dicho sitio, no perdía nada con acercarme y preguntar al docente cuál era esa clase, o al menos eso creía.
Al entrar al aula, me acerqué a cierto hombre de cabello canoso que empezaba a hablar con los estudiantes (los cuales eran muchos más que en mi universidad en Detroit, sorprendentemente).
— Más en profundidad encontraremos uno o dos planos musculares y en el límite más profundo una estructura ósea formada por un hueso. Es preciso tener en cuenta que esta descripción es de tipo general y existen numerosas variaciones dependiendo del área concreta a considerar — explicaba el docente a la clase mientras todos los alumnos lo escuchaban con detenimiento.
— Disculpe — murmuré acercándome a él, logrando que aquel hombre me mirara bastante extrañado y confuso.
— ¿Puedo ayudarle, jóven?
— ¿Es esta la clase de anatomía?
— Así es — me miró de arriba abajo con curiosidad, cosa que me hizo sentir algo apenado, hasta que, aquel hombre volvió a hablar — Ah, usted debe ser Taylor Brown, ¿me equivoco?
— E-Ese mismo — asentí mientras llevaba uno de mis mechones tras mi oreja.
— Bienvenido señor Brown, por favor tome asiento — dijo mientras me indicaba adónde ir, yo fui a un puesto vacío casi al frente del aula — Jóvenes, él es el señor Taylor Brown, es recién llegado de norteamérica, y ha ingresado hace poco a esta universidad, será su compañero a lo largo de toda su carrera, conozcanlo y ayúdenlo a ponerse al corriente en las clases.
— Bienvenido — me dijeron varios chicos apenas me senté, sonreí apenado ante tal bienvenida tan cálida, no quería ser el centro de atención, pero afortunadamente después de aquella bienvenida, el profesor reanudó su explicación, y yo sin dudarlo dos veces, saqué mis cuadernos y empecé a anotar lo más rápido que podía, mi corazón latía con emoción al recordar mis primeros días de escuela, cómo amaba volver a eso que tanto me apasionaba.
-
El día transcurrió de forma lenta y muy tranquila, me sentía eufórico, la más simple y sencilla explicación sobre anatomía yo la devoraba como si fuera un banquete luego de semanas de hambruna, y es que, en cierto modo era así; he de admitirlo, amaba volver a clases después de tanto tiempo, y afortunadamente, no estaba tan atrasado como imaginé.
06:15 marcaba el reloj, finalmente nos habían permitido salir, yo tomaba aire mientras caminaba por el campus, esperando a que Robert o Brighton llegaran por mí, "¿seguirá en su reunión?" pensé, mientras sacaba mi celular con intenciones de llamarlo, aunque oír una voz conocida hizo que mis intenciones se vieran abruptamente accidentadas.
— ¡Detroit! — clamó un sujeto detrás de mí, yo rápidamente voltee a verlo con asombro y algo de incredulidad, detallando abrumado esa sonrisa cínica que tanto me causaba incomodidad las pocas veces que estábamos juntos.
— ¿Richard? — pregunté mientras lo miraba atentamente — ¿Qué haces aquí?
— Amm, ¿estudiar? — dijo de forma cínica, haciéndome fruncir notoriamente el ceño — Si sigues poniendo esa cara vas a volverte decrépito antes de tiempo ¿sabes?
— Creí que estudiabas medio turno en la mañana — dije mientras le observaba con seriedad.
— Es semana de exámenes, debo asistir al turno completo para poder lograr una buena nota — afirmó mientras sonreía de lado, yo arquee una ceja y maldije para mis adentros, no me malentiendan, Richard me caía bien, pero lo que no me caía nada en gracia eran sus constantes palabras sobre que hacía mal al casarme tan jóven, y que debía probar acostándome con otras personas a parte de Robert, eso no me agradaba en absoluto.
— Entiendo — dije suspirando sutilmente mientras arreglaba la mochila sobre mi hombro — Yo empecé hoy, así que creo que nos veremos más seguido de lo que creo.
— ¡Geniaal! — clamó él mientras se acercaba hacía mí para rodear mi cuello con su brazo y alborotarme un poco el cabello — ¡Vamos a ser compañeros de estudio!
— ¡Richard, Richard maldita sea! — clamé tratando de zafarme de ese agarre, alertándome al oír cómo alguien pronunciaba mi nombre.
— ¿Señor Taylor? — habló una voz no tan conocida, pero que sí juraba haber oído al menos una vez.
Alcé la mirada hacía la persona que me hablaba, sorprendiéndome al ver a cierto sujeto rubio bajarse de un auto gris último modelo.
— El señor Dawson me pidió que viniera a buscarlo — dijo aquel sujeto rubio mientras se acercaba hacia mí.
— Uhh, el señor Dawson te busca — dijo el tigre de manera burlona, yo le miré con molestia mientras me zafaba de su agarre.
— Hola Brighton — le saludé mientras arreglaba mi mochila — ¿Él sigue en la reunión?
— Así es, le pide perdón por no poder venir en persona.
— Descuida, entiendo perfectamente — dije para voltear a ver de reojo a Richard — ¿Te llevo a casa?
— Nah, descuida, debo esperar a que salga Page — me abrumó muchísimo escuchar eso, saber que mis dos compañeros de trabajo estudiaban en el mismo colegio que yo, me hacía sentir de cierta forma asfixiado; "genial" rebotó en mi mente de manera irónica, ya veía venir las tardes de burlas y comentarios ácidos de parte de ambos, eso me desanimaba considerablemente.
— Bien, ¿te veré mañana entonces?
— Claro, vé y coje con tu prometido, se te vé en la cara que necesitas una buena follada — dichas palabras hicieron que un gran rubor inundara de golpe mis mejillas, y que yo volteara a ver a Richard con odio absoluto, mientras él me sonreía cínicamente, es un desgraciado.
Brighton me miró algo abrumado ante las palabras de Richard, le pedí que lo ignorara y que nos fuéramos ya, no quería que al tigre se le siguiera soltando la lengua frente a un hombre que trabajaba con mi prometido.
Me subí al auto gris de Brighton y nos fuimos de la universidad, usaba mi celular mientras él conducía, no quería parecer engreído, pero realmente no se me ocurría de qué podía hablar con él, además de que, no dejaba de intrigarme la misteriosa ausencia de Mónica, "¿tienes un maratón de sexo con Spencer?" le escribí en uno de los muchos mensajes que le envié, ya nos teníamos confianza de sobra, obviamente no tendría filtros para decirle las cosas.
— ¿Qué tal la escuela? — preguntó Brighton, logrando sacarme de mis pensamientos.
— Bien — dije algo dudoso mientras miraba de reojo por la ventana, notando que el cielo comenzaba a oscurecerse de a poco — ¿Ya llegó Terrence Dustin?
— Así es, está en las industrias Dawson hablando con toda la directiva sobre la idea de asociarse.
— Mh — bufé mirando por la ventana, mientras en mi mente se plasmaba la imágen de cierto chiquillo pelirrojo que no dejaba de acosar a mi prometido — ¿Arthur Greene también está?
— ¿Disculpe? — preguntó él con algo de curiosidad, rápidamente me di cuenta de la estupidez que estaba haciendo, y preferí morderme la lengua.
— N-Nada, olvídalo — murmuré mientras me rascaba la nuca — E-Estoy algo cansado, el día fue muy duro.
— Ah, lo entiendo — dijo él mientras me sonreía tranquilamente y volteaba hacía el camino de nuevo, yo tomé aire mientras seguía observando cómo la noche abrazaba a la ciudad, mientras que mi mente divagaba un poco, con pensamientos odiosos sobre el sujeto pelirrojo acosando incesantemente a mi prometido, empezaba a creer que mi propia mente era mi enemiga a muerte, por la forma tan descarada en la que se disponía a hacerme sufrir sin reparo alguno.
-
— Gracias por traerme — dije al bajarme del auto de aquel sujeto, quien me sonrió cordialmente mientras me miraba cerrando la puerta del vehículo.
— No tiene porqué agradecerme señor Taylor.
— Oye, empezaremos a vernos seguido, solo dime "Taylor" ¿de acuerdo? o "Ty", no tienes que ser tan formal conmigo.
— Eres pareja del señor Dawson, mereces el mayor respeto posible.
— ¿Robert dijo eso?
— No, pero no es necesario que lo diga, cada pareja que ha tenido el señor Dawson ha solicitado que se le trate con respeto, por ende es obvio que usted lo pedirá también.
Dichas palabras me hicieron arquear receloso una ceja, mientras la diabólica silueta de una mujer pelirroja aparecía de lleno en mi subconsciente.
— Adivinaré, la mujer que te dió esa órden era pelirroja ¿no es así? — cuestioné cruzándome de brazos, el sujeto rubio rió apenado mientras se rascaba la nuca — Oye, agradezco que quieras ser respetuoso con quien vive con tu jefe, pero amigo, ¡soy menor que tú! no es necesario que seas tan estirado.
— Bueno... s-si tanto quieres que no sea tan formal, creo que puedo complacerte — comentó mientras encendía de nuevo el auto para empezar a conducir — ¡Hasta luego Taylor!
— ¡Adiós Brighton! — dije mientras lo veía marcharse, suspirando sutilmente mientras la fría brisa londinense me acariciaba el rostro.
Caminé al recibidor de mi hogar, tarareando suavemente una melodía de Luis Miguel de esas que tanto me fascinaban, pensando en lo mucho que cierta mujer pelirroja debió hacerle la vida miserable a mi prometido y a todos los que le rodeaban, ¿y así deseaban los Dawson que él la desposara? era tan estúpido que me causaba gracia, en cierto modo.
Entré buscando a Teresa con la mirada, pero ella no parecía estar por ningún lado, no fue hasta que subí a la sala y leí una nota que ella dejó en la mesa de centro, que entendí porqué no lograba dar con su persona.
"Tuve que volver a casa temprano, dejé todo limpio y organizado, mañana llegaré temprano" escribió de manera corta pero concisa, haciéndome suspirar con algo de fastidio, "de nuevo solo en casa" fue lo que pensé mientras dejaba mi mochila en el sofá y caminaba a mi habitación para cambiarme.
Detuve en seco mi andar al caer en cuentas, "estoy solo en casa" me repetí mentalmente, cosa que me hizo sonreír con malicia mientras varias cosas rondaban por mi mente, tantos planes y cosas que podía hacer mientras mi prometido no estaba, todo lo que yo quisiera, pero entre todo eso que estaba en mi imaginación, sólo me animé a hacer una cosa, y no, no es eso que ustedes seguramente están pensando.
-
— ¡Solo y triste bajo el sol, en la playa busco amor! ¡debe haber un lugar para mí! — cantaba casi a todo pulmón mientras usaba un peine como "micrófono", todo mientras bailaba encima del sofá donde la noche anterior me estuvieron haciendo el amor; llevaba puesta una camisa blanca de Robert que me llegaba poco más abajo de los glúteos, unas medias negras, un boxer rojizo, y nada más, me sentía extrañamente eufórico, tal vez era porque había vuelto a clases, me sentía demasiado enérgico, y quería gastar mi energía y emoción en algo, y dado que quería tener sexo con mi prometido al anochecer, jugar conmigo mismo no era una opción viable.
Brinqué del sofá mientras cantaba y escuchaba la música que estaba a un volúmen considerablemente alto, yo no era de hacer desastres, pero repito, estaba feliz, ¿qué otra cosa podía hacer?
— ¡Y en mi piel, el calor sube más! — canté con emoción mientras agitaba un poco la cabeza — ¡¡De pronto Flash, el chico del bikini azul!! ¡¡de pronto flaash, cambió el color del maar!! — clamé cayendo de rodillas al piso mientras seguía cantando, cambié intencionalmente la letra de esa canción, porque realmente se me hacía raro decir "chica", sobre todo considerando mi enorme gusto por los hombres mayores que yo, además de que, esa canción tenía cierta "conexión" conmigo, porque al oírla inevitablemente recordaba aquel maravilloso viaje a la playa que hice con mi prometido, donde nos amábamos, y ninguno de los tenía una remota idea de lo que sentíamos por el otro, ah, tiempo aquellos que me llenan de nostalgia.
Cantaba con alegría y emoción, ignorante de todo lo que sucedía a mi alrededor, no fue hasta que di una vuelta e hice una pose que noté que tenía público, se trataba de un sujeto de ojos azules que me sonreía de lado con ternura, aunque sus ojos se veían distintos, no brillaban como siempre, me di cuenta apenas los ví.
— Ho-Hola — jadee sonriendo tímidamente para acercarme a él y besarle dulcemente los labios.— Lindos movimientos — murmuró apretándome un poco la mejilla — ¿Cómo te fue hoy?
— Bien, todo estuvo muy tranquilo.
— Me alegra — dijo mi prometido para cambiar su semblante y poner una expresión algo seria y exhausta, cosa que me hizo ponerme muy nervioso — Estaré en mi oficina, si Yelena llama dile que no he llegado.
— D-De acuerdo — murmuré dando un paso atrás y viéndole marcharse, hasta que rápidamente recordé algo y no pude evitar preguntar — ¡O-Oye amor! ¿cómo te fue hoy con Terrence Dustin? — Robert detuvo en seco sus pisadas al oírme, pero luego de unos segundos de silencio, solo siguió caminando sin más, dejándome con la palabra en la boca, cosa que me hizo suspirar pesadamente con mucha frustración.
Pausé la música para caminar detrás de Robert, lo notaba muy tenso, demasiado, eso solo me dejaba darme cuenta de algo, la reunión había fracasado con éxito.
— Mi amor — murmuré parándome en la puerta de su oficina justo antes de que él la cerrara, haciendo que Robert me mirara con atención y algo de frialdad — ¿Está todo bien?
— Sí, solo... — tomó aire para sujetar mi mano y besarla dulcemente — Quiero estar solo unos minutos, te prometo que apenas pueda bajaré a hablar contigo.
Mi pecho empezó a latir de forma muy tensa en cuanto escuché a Robert decir eso, él nunca había actuado de esa manera conmigo, pero aquel beso en mi mano me hizo darme cuenta de que el problema no era conmigo, eso me alivió un poco, pero no me hizo sentir completamente tranquilo.
— De acuerdo — susurré para tomar sus mejillas y besar los labios de mi prometido con timidez, él apretó mis caderas mientras metía su lengua en mi boca, pero luego de unos segundos, me apartó de su cuerpo para sonreírme de forma algo forzada y cerrar la puerta frente a mí.
Mi pecho dolió considerablemente cuando Robert me dejó solo, no quería pensar mal, pero muchas cosas estaban cruzándose por mi subconsciente, era difícil quebrar a mi prometido, y si él actuaba de esa manera tan misteriosa conmigo, es porque realmente le estaba pasando algo.
Continuará
Voten y comenten si les ha gustado el capítulo, también recuerden apoyar el libro en las plataformas Alphanovel y Manobook para poder seguir publicando capítulos gratuitos con más frecuencia <3
Y no te olvides de dejar un comentario de apoyo, enserio te lo agradezco <3- Gema
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro