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37 - 'Compromiso'

Creerán que ambos estuvimos bailando solo un rato, pero no, la verdad me sorprende mucho admitirlo, pero estuvimos ahí pegados bailando gran parte de la noche, me sorprendió mucho que estuviéramos tanto tiempo bailando, siendo que yo ni moverme sabía, pero tener eso de excusa para estar pegado a Robert, hizo que la experiencia fuera muchísimo más disfrutable.


— Te amo — susurró en mi oído mientras la música iba acabándose poco a poco, yo no aguanté las ganas, así que lo tomé del cuello y le di un suave y lento beso al que mi prometido correspondió sin dudarlo, la música de fondo se empezó a desvanecer hasta que, de la forma más irónica posible (como todo en mi vida) ambos tuvimos que volver al bullicio de la sociedad, el molesto ruido de la gente parloteando me hizo suspirar con frustración, era más tosco y frustrante que la fuerte música que nos estaba rodeando.


— ¡Damas y caballeros! — clamó una voz que provenía del centro del salón, voz que hablaba a través de un micrófono, solo así logró que el estruendo del parloteo de la gente rebajara un poco — ¡La novia arrojará su ramo justo ahora!


— ¿Vamos? — preguntó Robert, yo asentí sonriendo sutilmente, y acto seguido, ambos nos fuimos hacía el sitio donde Molly se preparaba para lanzar su ramo de flores rosadas.


Ambos nos paramos a un lado a ver el espectáculo, me sorprendió ver a muchas mujeres pararse ahí a esperar el ramo para tomarlo, la cuestión es que no solo estaban paradas, también se empujaban y forcejeaban, algunas incluso se quitaron los tacones, cosa que me hizo alzar las cejas con mucho asombro.


— ¿Porqué no vas y lo intentas? — preguntó mi novio de forma burlona.


— Ni loco, no vale la pena morir por un par de flores — murmuré de forma burlona, Robert rió mientras tomaba mi mano y la besaba dulcemente.


— Dicen que las flores auguran bodas en el futuro — murmuró coquetamente.


— Ya me voy a casar, querer el ramo sería avaricioso de mi parte ¿no? — pregunté juguetonamente, logrando que Robert pegara su frente de la mía mientras su brazo rodeaba mi cuello, estuvimos a punto de besarnos, pero un golpe en nuestros rostros nos hizo apartarnos de repente.


— ¡Auch! — dijo él frunciendo el ceño levemente, cuando aclaré la mirada, pude ver con algo de asombro el ramo de flores en nuestros pies, y al montón de mujeres correr hacía nosotros, por lo que me oculté detrás de Robert para evitar morir arrollado por ellas.


— ¡Es mío! — clamó una chica castaña que alzó el ramo en su mano, rápidamente una chica rubia y una morena fueron a intentar quitárselo, yo miraba asombrado lo dispuestas que estaban en matarse con tal de obtener dicho objeto, lo veía muy curioso y particular.


— Encantador — dijo mi prometido de forma algo incrédula, reí por debajo al oírle — ¿Vamos por algo de licor?


— Te sigo — dije tomando su mano y caminando rumbo a la barra, todos aplaudían a la chica que finalmente logró sobreponerse con el ramo, admito que de haber estado Mónica presente, tal vez me habría animado a participar en lo del ramo.


Cuando llegamos a la barra, pedimos un par de shots de vodka, yo tenía una mala experiencia con esa maliciosa bebida, pero me recordaba mucho a Mónica, y ni hablar de lo mucho que me gusta su sabor, así que me fue imposible negarme a consumirla.


— Salud — dijo Robert chocando su copa con la mía y bebiendo de un solo golpe el trago de licor, yo copié su acción, tosiendo un poco luego de probarlo, cosa que hizo reír a mi prometido — Vamos Ty, el vodka es muy suave, ¿cómo te afecta tanto?


— Es que él me odia — murmuré entre varias risas a las que Robert me correspondió, me miraba con mucho deseo, lo recuerdo muy bien, no me he permitido olvidar esa noche solo por lo hermoso y sexy que lucía mi prometido.


— Eres tan bello — susurró mirándome con detenimiento, sonreí juguetonamente al oírle.


— Deberíamos irnos temprano para que hagas gemir a Nikita — dije entre risas algo bobas, él me sonrió con malicia mientras su mano acariciaba lentamente mi rostro.


— Nikita gemirá hoy, así lleguemos temprano o tarde — susurró con una voz sumamente ronca y sensual que me hizo morderme el labio inferior y alzar las cejas, hice una de esas "miradas de cógeme" que Robert tanto adora.


— ¡Qué fiesta! — clamó una molesta voz que llegó y nos sacó de nuestra burbuja de coqueteo, sobre todo a mi prometido, a quien le palmeó el hombro mientras sonreía pícaramente — ¿Interrumpo algo? — preguntó de forma cínica.


— Interrumpes bastante — dijo mi prometido de mala gana, logrando hacer reír a su odioso primo.


— Quiero presentarte a alguien — dijo Harry mientras volteaba a ver a cierta dama de cabello claro a la que yo había conocido el día anterior, ¿fue un gusto verla? para nada, más incómodo no pude sentirme — Olivia, ¿conoces a mi primo Robert?


— Mm, su cara me suena — dijo ella pícaramente, su jugueteo bobo me hizo rodar los ojos con molestia, rápidamente entendí que era idea de Harry que actuaran así.


— ¿Liv, sales con Harry? vaya que tus estándares han bajado — dijo mi prometido mientras rodaba sutilmente los ojos al igual que yo, haciendo reír a su primo y a su cita.


— Tan simpático — dijo Harry palmeándole el hombro.


— Taylor, me sorprende mucho que hayas venido después de, bueno... lo que pasó ayer — murmuró Olivia de forma algo cínica, yo sonreí incrédulamente mientras bebía otro shot de vodka.


— Sí eh... fue perturbador lo de ayer, pero no me iba a perder la boda por nada del mundo — admití alzando sutilmente los hombros.


— Supe que se van mañana — dijo Harry rodeando el cuello de Olivia — ¿Porqué se van tan pronto? creí que se quedarían con nosotros el resto de la semana.


— Tengo trabajo y Ty empezará pronto la universidad — dijo Robert mientras sus manos me acariciaban suavemente el cuello, me sonrojé totalmente ante dicho tacto de parte suya, amaba cuando mi prometido se portaba atento y cariñosos solo porque sí.


— Vaya, es una lástima, habría sido bueno pasar más tiempo de calidad en familia — dijo Harry con un tono algo hipócrita que me hizo fruncir el ceño.


— Será para la próxima, con suerte seré yo el próximo en casarse — dijo mi prometido cínicamente, yo sonreí ampliamente al oírle, aunque escuchar la voz de la mujer con nosotros, me hizo fruncir el ceño.


— Vaya, ¿te vas a casar Robbie? eso me sorprende mucho — murmuró mirándome de reojo con curiosidad — Y asumo que será con—


— Asumes bien — dije rápidamente, logrando interrumpir en seco sus palabras, pero no logré interrumpir del todo sus comentarios venenosos.


— Vaya, me sorprende que aún después de la humillación que sufriste ayer por él, decidas hacerlo tu esposo, Robert — dijo ella dando un sorbo a su trago, yo le miré con seriedad y algo de odio, me sorprendió mucho oír a Robert reír cinicamente ante sus palabras.


— ¿Consideran eso humillación? vaya, qué curioso, eso me hizo enamorarme más de él — afirmó mi prometido tranquilamente, yo le miré embobado en cuanto admitió eso.


— Vaya primo, qué optimista te has vuelto, con Giselle no habrías permitido que tu reputación se manche de esta forma — dijo Harry cínicamente.


— Luego de Giselle aprendí muchas cosas, aprendí a diferenciar las cosas que realmente me hacían daño, y las que no — dijo sonriendo de forma incrédula, Harry alzó las cejas con algo de asombro, era evidente a lo que Robert se refería al decir eso.


— Amor — murmuré jalándolo del brazo, empezaban a aburrirme esas bobas discusiones sin razón — ¿Porqué no vamos al buffet? Tengo un poco de hambre, y todo se ve muy bueno para no probarlo al menos.


— Como digas — dijo mientras tomaba mi mano y la besaba dulcemente para luego voltear a ver a los dos sujetos que nos acompañaban — Si nos disculpan, iremos a comer algo.


— Adelante — dijo Olivia mientras sonreía de forma filosa, y acto seguido, Robert me jaló del brazo y me guió a la mesa donde estaba la comida, mientras yo sonreía victorioso por habernos alejado exitosamente de esa molesta gente.


— Supongo que el drama nunca falta en una boda — dijo mi prometido mientras rodaba sus ojos.


— Nuestra vida como tal está repleta de drama — admití riendo sutilmente, risas a las que Robert me correspondió sin dudarlo.


-


Ambos pasamos el resto de la noche bebiendo y paseando por todo el club, a veces nos quedábamos a comer algo, y otras veces íbamos a bailar un poco más, me extrañó mucho que él no quisiera ir a la mesa donde estaba su familia, pero rápidamente deduje porqué.


— Agh, carajo — murmuré luego de beber otro shot de ginebra, nunca lo había probado, pero mi prometido quiso que lo probara con él, amaba beber con Robert, pero emborracharme esa noche no era una opción en absoluto.


— ¿Está bueno? — preguntó juguetonamente mientras revolvía el shot en su mano y me miraba juguetonamente.


— Vas a matarme — murmuré con la lengua algo trabada, él empezó a reír para ver la hora en el reloj de su muñeca.


— Es algo tarde, deberíamos irnos ya.


— ¿Está bien irnos así? — dudé arqueando una ceja y bebiendo otro shot.


— Claro, todos saben que debemos madrugar, y yo ni loco pienso dejar que pase la noche sin hacerte venir al menos dos veces — sonreí embobado en cuanto mi prometido dijo eso.


— ¡Yujuu, me van a cogeer! — dije alzando los brazos y moviéndome de forma algo chistosa, Robert empezó a reír al ver mis acciones, qué asco es estar ebrio.


— Veo que el gin ya se le subió a alguien a la cabeza — dijo juguetonamente.


— Shh — susurré posando uno de mis dedos en los labios ajenos — No hables de más, hombre hermoso.


— Vaya que voy a disfrutar mucho esta noche — murmuró algo risueño para tomarme de las mejillas y empezar a besarme los labios — Pero debemos hacer algo primero.


— ¿Qué?


— Ir a despedirnos de los novios y de mi madre — comentó mientras me tomaba de la mano y me ayudaba a caminar, yo me sentía algo mareado, pero no estaba del todo perdido, no aún al menos.


— Bien, quiero darle un abracito a mi suegra — dije mientras seguía a mi novio como si yo fuera un pequeño patito en busca de su tutor, esa imágen mental me hizo reír por debajo, en verdad me da asco mi yo borracho.


Cuando finalmente llegamos a la mesa donde todos los Dawson estaban reunidos, Catherine se levantó para recibirnos con un fuerte abrazo, me sorprendió ver a John junto a ellos, pero lucía con semblante apagado, como si hubiera sido duramente regañado.


— Al fin los veo, ¿dónde estuvieron? — dijo mi suegra mientras nos abrazaba.


— Bailamos y bebimos mucho — dije risueño mientras me colgaba del brazo de Robert.


— Ya debemos irnos, debemos madrugar — dijo él, logrando que su madre pusiera una cara penosa.


— Es una pena, me habría gustado que se quedaran más tiempo.


— Tal vez en la próxima boda, mamá — dijo él mientras besaba la mejilla de su progenitora — En la próxima me tendré que quedar hasta que la fiesta termine.


— No imagino porqué — dijo mi suegra de forma risueña, yo le miré confundido cuando mi novio dijo eso.


— ¡Oye Bob! — clamó George mientras caminaba hacía nosotros para abrazar con fuerza a su hermano — Creí que te habías ido sin avisar.


— Nada de eso, estaba emborrachando a Ty para aprovecharme de él — dijo de forma burlona, pero igual eso me hizo sonrojarme y verle con odio absoluto.


— Imbécil — escupí de mala gana, logrando sacarle a ambos una fuerte carcajada, ¿tan bobo me veía yo en mi faceta ebria?


— Los felicito a ambos por su compromiso — dijo George sonriendo ampliamente.


— Te lo agradezco, hermano; tú cuida mucho de Molly y de los niños ¿sí? ¡y por favor no la vuelvas a embarazar!


— ¡¡Ni loco!! — clamó con cara algo nerviosa, pero después empezaron a reír nuevamente.Mientras ellos terminaban de hablar, fui con Molly para abrazarla y felicitarla por la boda, ella también me felicitó por mi compromiso, ¿tan pública se volvió la noticia de mi boda? supongo que sí, pero no supe la magnitud de esto mismo sino hasta que volví a Londres, ¿porqué? ya se los explicaré más adelante.


— ¡Gracias por haber venido hoy, Ty! — dijo ella mientras me abrazaba con fuerza — Espero que volvamos a reunirnos pronto.


— Yo también lo espero, Molly — murmuré abrazándola con fuerza — Ha sido una fiesta fantástica, tú y George se merecen lo mejor.


— Al igual que Robert y tú, cariño — dijo ella mientras me tomaba de las mejillas y me sonreía — Estaremos en contacto ¿de acuerdo?


— De acuerdo — asentí sonriendo ampliamente, mirando de reojo la mesa donde estaban los demás miembros de la familia Dawson, específicamente a Alice y Sandro, este último miró a otro lado con seriedad, pero Alice hizo un leve gesto con la cabeza, asumo que era un saludo casual, fue un gesto al que yo correspondí de igual forma, tratando de ignorar las miradas recelosas de los tíos y la prima de Robert, me extrañó mucho no ver al señor Mervin ahí, ahora que lo pensaba, no lo veía desde la noche anterior.


— ¡Ty, vámonos ya! — dijo Robert, yo rápidamente abracé a Molly por última vez.


— Mucha suerte en tu luna de miel — murmuré para apartarme un poco y sonreírle ampliamente — ¡Hasta luego!


— ¡Adiós, Ty! — clamó ella mientras me miraba irme.


Me despedí una última vez de George y de mi suegra para irme junto a Robert de aquel salón, tarareando la canción que bailamos hasta no hace mucho como un par de tórtolos enamorados, admito que esa noche me sentía en las nubes, y yo que estaba sumamente nervioso en cuanto llegué, pero si la pasé increíble esa noche, fue gracias a mi novio, por hacerme sentir como la persona más afortunada del mundo, aunque eso es algo que siempre ha hecho, y aún hoy en día lo hace.


— Qué linda boda — dije algo embobado — Ojalá la nuestra sea igual.


— Habla por ti, quiero que mi boda sea más grande — dijo él con orgullo — ¿Crees que podamos conseguir que Elton John cante para nosotros ese día?


— Si lo hace Teddy se infarta del gusto — murmuré algo asombrado, Robert rió mientras rodeaba mi cuello con su brazo y me guiaba a su auto, aunque nos frenamos al oír una voz muy conocida para nosotros.


— ¿Se van sin despedirse? — dijo la voz de un hombre mayor, ambos rápidamente volteamos, topándonos con el hombre que tanto orgullo le generaba a mi pareja.


— ¡Abuelo! — clamó mientras me tomaba del brazo y me guiaba hacía él, para recibir al mayor con un fuerte abrazo — Creí que te habías ido.


— Solo salí a fumar un poco, imagino que ustedes ya deben irse.


— Sí, debo volver mañana a Londres, mucho trabajo atrasado.


— Ah sí, lo entiendo bien, tu padre no ha dejado de decirme que la empresa está al borde del colapso, pero yo estoy muy seguro de que mientras tú estés al frente, la empresa Dawson seguirá siendo grande — habló aquel hombre desbordante de orgullo, cosa que me hizo sonreír con algo de orgullo también, amaba que al fin alguien le diera a mi prometido el mérito que se merecía.


— Agradezco mucho tu apoyo, abuelo — murmuró sonriendo de lado.


— Y veo que sí te animaste a venir — dijo volteando a verme, yo rápidamente asentí.


— No podía rechazar la invitación de George y Molly, además de que no puedo dejar a Robert solo.


— Mucho menos ahora que todos saben que van a casarse — dijo Mervin tranquilamente, cosa que me sorprendió bastante — Haces bien, hijo.


— ¿Lo dices enserio, abuelo?


— ¡Por supuesto! el matrimonio se basa en lealtad, en amor puro y genuino, y no he visto más que amor y lealtad entre tú y Taylor, y eso me hace sentir que ustedes serán muy felices juntos.


— Agradezco mucho que nos des tu bendición — dijo mi prometido mientras me tomaba del hombro y lo apretaba sutilmente, dándome un aire de seguridad que me reconfortó bastante.— Cuídate mucho, nieto, espero que podamos vernos pronto otra vez.


— Espero que sí — dijo Robert mientras se acercaba a él para abrazarlo sutilmente — Espero verte en mi boda.


— No me la perdería por nada — afirmó Mervin sonriendo ampliamente — Y yo espero que lleves a Taylor a Escocia algún día.


— Lo haré apenas tenga tiempo libre, te lo garantizo — dicho esto, sacó las llaves de su bolsillo para oprimir un botón que hizo que el auto sonara de repente.


— Vayanse ya, antes de que empiece a nevar — dijo él mientras nos sonreía de lado.


— Adiós señor Mervin, gracias por todo — dije estrechando la mano del mayor y sonriéndole con timidez.


— Ha sido todo un placer conocerte, hijo; por favor cuida mucho de mi nieto ¿de acuerdo?


— Lo haré, señor — sonreí de lado mientras me apartaba un poco de él y Robert me guiaba al auto, saludamos una última vez al señor Mervin y nos subimos al auto para marcharnos finalmente a la cabaña, me sentía extrañamente tranquilo, y digo "extrañamente" porque siempre que me reunía con los Dawson terminaba sintiéndome nervioso o apenado, amo tanto que todo en esa noche haya salido tan bien (ignorando totalmente al odioso primo de Robert tratando de arruinarnos la noche, obviamente, aunque sus intentos fueron en vano, gracias a que mi prometido y yo solo lo ignoramos y nos dispusimos a disfrutar de la compañía del otro, tal y como debe ser).


-


— Shh — susurré entre besos mientras Robert me guiaba a nuestra habitación, acariciando mi cuerpo y devorando toda mi boca en el intento, amaba cuando mi semental actuaba de tal forma.


— Siento que llegaremos tarde mañana — susurró mientras me azotaba contra una pared y me lamía el cuello suavemente, sacándome gemidos muy lascivos de placer.


— R-Robert — murmuré acariciando su cabello — Mi amor.


— Soy tu dueño, Taylor — susurró mientras soltaba pesados gruñidos, pegando su frente con la mía — Repítelo.


— Eres mi dueño — susurré de forma sumisa, él sonrió mientras pasaba su pulgar por mi labio inferior.


— Te adoro como no tienes una idea — admitió acariciándome lentamente — Haría lo que sea por ti.


— Mi amor — repetí tomándole de la corbata para darle un hambriento beso de lengua, al que él me correspondió mientras sus manos apretaban mis glúteos con fuerza.


— Vamos al a cama — dijo en mi oído, yo rápidamente asentí para jalarlo del brazo y caminar apurado a nuestra habitación.


Entré a la misma sin esperar encontrarme nada, no obstante, para mi sorpresa, encontré la habitación decorada con rosas y velas en cada rincón de esta misma, en el centro estaba una pequeña mesa con una cubeta de champaña, rosas azules, y unos chocolates en una caja de corazón; en la cama había varios pétalos de rosas también, y en medio de ellos, había una rosa de pétalos azules.


Me quedé totalmente abrumado cuando vi todas estas cosas, pero más abrumado me sentí al oír una leve risa salir de los labios de mi novio.


— Luces confundido — murmuró desde atrás mientras me besaba el cuello.


— ¿Q-Qué es todo esto? — pregunté volteando a verle, Robert me sonrió tranquilamente mientras rozaba su pulgar contra mis labios nuevamente.


— He meditado mucho estos días, mi amor, sobre nosotros, sobre nuestro futuro, y hoy más que nunca siento que quiero darte todo lo que esté a mi alcance, la cuestión es que, como siempre, yo hice las cosas al revés contigo.


— ¿De qué hablas? — pregunté algo extrañado.


— Hablo de que, la forma en la que se dieron las cosas entre nosotros, el poco romance que hubo en ciertas circunstancias; verás Ty, a mí me gustó que nuestro compromiso se sellara en una noche de pasión, pero siento que faltó algo esa vez, algo muy importante — explicaba tranquilamente mientras se arrodillaba frente a mí, apoyando una pierna adelante y la otra atrás (la forma tradicional, si se le puede decir así), mientras metía su mano en su saco, y sacaba una pequeña caja negra de terciopelo; en cuanto vi lo que hacía, un agudo jadeó salió de mis labios.


— Robert — murmuré cubriendo mi boca con una mano — N-No tienes que hacer esto.


— Claro que tengo que hacerlo, nadie más que tú merece que se hagan las cosas bien en nuestra relación, yo he dado todo por sentado, y no quiero que eso te de la impresión de que lo nuestro no me importe, o que me esfuerzo lo menos posible en hacerte sentir especial, siendo que mi intención es todo lo contrario a eso — dicho esto, abrió la pequeña caja, dejando ver el hermoso anillo azul que me obsequió en mi cumpleaños, y que yo ya daba por perdido.


— Oh por Dios — murmuré sonriendo tímidamente, él me miraba con ternura y galantería, me miraba como si yo fuera lo más hermoso que haya visto en toda su vida, recuerdo tan bien ese momento, lo hermoso que fue, lo hermoso que se sintió que Robert me tratara de manera tan especial, tal y como él dijo.


— Taylor, te amo, eres lo más hermoso que me ha sucedido hasta ahora — sonreí apenado en cuanto le escuché decirme eso — No soy capaz de imaginar mi vida sin ti; ahora que te tengo, no quiero dejarte ir, no quiero perderte de nuevo. Mi amado Ty, ¿Me harías el gran honor de convertirte en mi esposo? — preguntó con una gentileza que me hizo derramar una lágrima de emoción, yo no lograba pronunciar ni media palabra de lo eufórico que estaba, sé que él ya me había dicho que nos casaríamos, pero que se tomara igual el tiempo para hacer todo eso, me mataba de amor.


— ¡¡Sí, sí maldición, sí!! — clamé entre risas de emoción, él sonrió gustosamente para tomar mi mano derecha y colocar de nuevo mi anillo en su sitio, y acto seguido, me dió un dulce beso en la mano que me hizo sonreír embobado.


— Ha vuelto al lugar que le corresponde — murmuró acariciando mi mano gentilmente — Nada me da más gusto que eso.


— Te amo — murmuré apretando su mano suavemente, él se levantó para abrazarme con fuerza y darme un cálido beso al que correspondí sin dudarlo dos veces.


— ¿Fue una buena propuesta? — preguntó pegando su frente con la mía.


— ¡Fue la mejor! — admití entre risas penosas mientras besaba su rostro de arriba a abajo — ¿Cómo recuperaste el anillo?


— Se lo quité a mi padre la noche de la fiesta, iba a devolvértelo y ya, pero ver lo fascinado que estabas con el romance que nos rodeaba por la boda de George, me hizo querer ponerme un poco creativo — admitió alzando sutilmente los hombros.


— Amo tanto tu creatividad — admití mordiendo su boca mientras rodeaba su cuello con mis brazos, él acariciaba mis piernas mientras me guiaba cuidadosamente hacía la cama para recostarme en ella y empezar a repartir besos por todo mi rostro.


— Sentí que merecías sentirte especial luego de estos días tan terribles que hemos tenido.


— Y no sabes lo feliz que me has hecho con esto, mi amor — susurré entre besos y caricias al rostro de mi prometido.


— ¿Quieres coronar la noche? — preguntó desabrochando mi pantalón, yo sonreí juguetonamente al oírle.


— Muero por hacerlo desde que llegamos — admití mordiéndome el labio inferior, logrando que Robert me sonriera con deseo y empezara a desvestirme lentamente, revelando poco a poco cada centímetro de mi piel, cosa que me hizo sonrojarme como nunca.


— Te haré el hombre más feliz del mundo, Ty — murmuró mientras me iba dejando sin ropa, yo cerré los ojos mientras lo dejaba hacer de las suyas con mi cuerpo, mis piernas empezaron a temblar cuando me sentí desnudo, por alguna razón, me sentía ansioso y algo tímido.


— Mi amor — susurré mirándole de reojo — S-Sé gentil, me siento algo sensible.


— Tranquilo, estás así por el alcohol, ya se te pasará — comentó mientras empezaba a quitarse la ropa, me quedé embobado observando cómo mi prometido se despojaba de sus prendas, haciéndome ruborizar por completo al ver su hermoso cuerpo al desnudo.



Continuará


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