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36 - 'Mágico'

Luego de nuestra sesión de besos y caricias desenfrenadas en la ducha, ambos salimos y nos dispusimos a prepararnos para la boda, a la que finalmente accedí a ir, solamente porque me avergonzaba dejar plantados a Molly y a George, sobre todo después de que admitieron que mi presencia no les disgustaba en absoluto, siendo así ¿cómo podía yo darme el lujo de dejarlos solos en un día tan especial como ese?


— ¿Cómo me veo? — pregunté mientras luchaba por atar el moño en mi cuello, Robert estaba decidiendo qué colonia ponerse, hasta que volteó a verme mientras una ligera risa salía de sus labios.


— En verdad amo cuando usas traje — dijo mientras se acercaba hacía mí para ayudarme con el moño — ¿Estás bien?


— Sí ¿porqué? — dudé mirándole con curiosidad.


— No lo sé, ¿no estás nervioso de ir a la fiesta después de lo que pasó ayer?


— Un poco, pero trato de no pensar en eso, es decir, ya me quedó claro que todos están molestos con tu padre con lo que pasó, además, mientras tú estés ahí apoyándome, podré tolerar lo que sea.


— Ese es mi chico — dijo orgulloso mientras me tomaba de las mejillas y me daba un dulce y cálido beso al que correspondí sin dudarlo.


Nos apartamos del beso al oír repentinamente el ruido del celular de Robert sonando, maldije para mis adentros pensando que tal vez se trataba de ese odioso tipo pelirrojo, en verdad detestaba imaginar que él estaba orillando a mi prometido a cometer un error que lo dejaría en la ruina.


— Carajo— gruñí al oír repentinamente el celular, Robert empezó a reír ante mi reacción.


— Es lindo oír cómo gruñes — murmuró mientras caminaba a la mesa donde estaba su celular y el mío. Me sorprendió ver cómo volteaba a verme con el celular en la mano y lo extendía hacía el lugar donde yo estaba.


— ¿Qué ocurre? — pregunté acercándome a él.


— Es Teddy — dichas palabras me hicieron agitarme como nunca, rápidamente tomé el teléfono de mi prometido y me fui al baño para hablar con un poco más de libertad, no porque quisiera ocultarle algo a Robert, simplemente me avergonzaba que me oyera hablar con mamá, por alguna razón u otra, siempre fue así.


— ¿Mamá? — murmuré al contestar el celular, mi voz sonaba algo nerviosa, y es que en verdad lo estaba, tan solo recordar nuestra última conversación, hacía que mi pecho endureciera como nunca.


— Hola cielo — murmuró calmadamente, oírla hablarme así me tranquilizó como nunca, porque me hacía saber que mi madre no me odiaba por lo que dije — ¿Cómo has estado?


— B-Bien mamá, lamento no haber llamado, yo— traté de hablar, aunque ella me interrumpió en seco.


— No te preocupes por eso, cielo, yo... lamento haberte colgado el otro día, e-es que Peter venía llegando a casa — admitió entre sutiles suspiros, saber eso me tranquilizó un poco.


— Oh, e-entiendo — murmuré rascándome la nuca — E-Es bueno saberlo, porque yo... l-la verdad me he sentido muy mal desde ese día, por todo lo que dije, fue muy insensible de mi parte.


— No te disculpes, cielo, yo también fui muy cretina, finalmente eres felíz, y yo solo te mortifico — murmuró con algo de pesar — Debes creer que soy una arpía.


— ¡No! mamá yo nunca creería algo así de ti, digo... s-sé que eres una mujer difícil, pero ni todas nuestras discusiones harán que te odie, y lo sabes — sonreí de lado mientras sentía mis ojos cristalizarse sutilmente, y más se cristalizaron al oír lo que vino después.


— Escuché el mensaje que me enviaste, oírlo me hizo darme cuenta de que he sido muy dura contigo desde que te fuiste — sonreí apenado al oírla decir eso — E-Es solo que... Ty, es raro despertar y saber que tú no estás cerca, sé que decir esto es hipócrita, p-pero tú sabes a lo que me refiero.


— Sí, lo sé bien — susurré agachando la mirada con algo de pesar — No quiero que creas que por vivir con Robert me he olvidado de ti, o que él significa más para mí de lo que tú significas.


— Eso lo sé, Ty, solo... no lo sé, no sé ni siquiera porqué te grité tan feo ese día — murmuró mientras su voz se quebraba sutilmente, logré reconocer muy bien ese tono.


— ¡Mamá, no llores por favor! — dije mientras una lágrima bajaba por mi mejilla, ¿ahora ven de dónde heredé mi lado llorón y dramático, no es así?


— Perdóname, s-solo quiero que sepas que yo te apoyo, Taylor, nada me hace más felíz que tú vivas con un hombre que te ama, solo... t-te extraño mucho, cielo, y cada día que pasa siento miedo de que me llames diciendo que todo en tu vida se arruinó... así como me pasó a mí.


— Lo sé, Teddy, creeme, y es por eso que he tratado de llevar las cosas con calma, ni Robert ni yo queremos echar a perder lo nuestro.


— Él es un buen hombre, Taylor, he sido una idiota al querer ponerte contra él.


— Solo estabas preocupada por mí, no te sientas mal.


— Me prometió que cuidaría de ti, y que haría cualquier cosa porque estés bien.


— Sí, él es increíble — murmuré sonriendo con algo de pena — Estoy en buenas manos, mamá.


— Lo sé, es imposible que estés mejor — susurró tomando algo de aire — Te amo con mi vida, Taylor; lamento ser una madre tan horrible.


— N-No digas eso, tú no eres una madre horrible, solo... eres algo complicada, ¡p-pero yo también lo soy! — dije entre risas y algunas lágrimas, evitando verme al espejo para no sentir vergüenza por lo tonto que debía lucir.


— Vive tu vida, hijo, vive y sé feliz, por más que yo actúe como una idiota cuando los medicamentos me alteren los nervios — un escalofrío desagradable recorrió por completo mi cuerpo al oírla, desde niño mamá se medicaba, eso yo lo sabía, pero igual oírlo no era nada agradable ¿porqué? porque esas pastillas no siempre eran confiables, sin mencionar que cuando no las bebía, mamá tenía recaídas que acababan en borracheras intensas y noches enteras llorando a mares.


— ... Te extraño — admití tomando aire — A ti y a Sony, los echo mucho de menos.


— Y nosotros a ti, pero no quiero que eso te detenga de hacer tu vida, ¿de acuerdo, cielo? — sonreí apenado al oír las palabras de mi madre, una parte de mí se sentía como el peor hijo del mundo, pero la otra, sentía una intensa gratitud hacía Teddy por darme luz verde para ser feliz.


— Sí; por cierto, mami — me sentí raro al decir eso, ya que hace mucho tiempo que no llamaba a Teddy así — Sobre la boda—


— No cariño, olvídalo ¿sí? hice mal al presionarte.


— ... Pronto me casaré, esta vez es enserio — murmuré sonriendo algo nervioso — Robert empezó ya los preparativos, tal vez para el año entrante lo hagamos — un agudo jadeo de parte suya me hizo saber que la noticia de mi boda logró conmover como nunca a mi madre.


— ¡Oh cariño, qué felicidad tan grande!


— Lo sé, es increíble — dije secando las lágrimas en mi rostro, aunque ver el reloj en mi muñeca me hizo darme cuenta de lo tarde que se estaba haciendo — Debo colgar, Ted; Robert y yo tenemos un compromiso pendiente.


— Claro cariño, vete tranquilo, ya hablaremos mañana.


— Sí, mañana debo viajar, pero te llamaré temprano antes de irme — suspiré sutilmente mientras secaba un poco mi cara — Te amo, mamá.


— Y yo a ti, cariño — murmuró tranquilamente — Estoy muy orgullosa de ti — dichas palabras me hicieron sonreír como nunca, mientras algunas lágrimas volvían a rodar por mis ojos.


Colgué el celular para pegarlo a mi pecho y suspirar suavemente, sonriendo entre lágrimas mientras un gran alivio se apoderaba de mi ser, ya después de eso, no volví a tener tantas discusiones "fuertes" con Teddy, fue como si esas llamadas nos hubieran ayudado a entendernos mutuamente, y a ponernos del lado del otro para ser más tolerantes y condescendientes, y lo digo enserio cuando les comento que eso me sorprendió, pero me alivió como nunca.


Me sequé las lágrimas y caminé a la puerta del baño, y al abrirla, pude ver a mi futuro esposo sentado parado frente a ella con semblante algo intranquilo, y al verme llegar con la cara húmeda, fue rápidamente a tomarme de las mejillas.


— ¿Estás bien? ¿qué sucedió? — preguntó tomándome sutilmente de las mejillas, yo sonreí tímidamente mientras le tomaba de las muñecas.


— Todo está bien — admití besándole la mejilla con ternura — Todo está perfecto.


— ¿Seguro? — preguntó secando una lágrima que bajaba por mi mejilla, asentí mientras tomaba su mano y la besaba dulcemente.


— Sí, mi cielo — susurré mientras le devolvía el celular — Te lo cuento de camino, pero por ahora ¿nos vamos? se nos hace tarde.


— Como digas, futuro esposo — mi cuerpo entero se estremeció cuando Robert dijo eso, él notó ello, por lo que sonrió orgulloso mientras me guiñaba el ojo — Amo que pongas esa carita cada que te digo eso.


— I-Idiota — dije entre risas penosas mientras él me tomaba del brazo y me guiaba a la mesa para ponerme algo de colonia, la misma que él usaba, eso me hizo sonrojarme como nunca, sentí que era como si Robert me marcara indirectamente como suyo, es difícil de explicar, tal vez son solo cosas mías, pero lo admito, se sintió muy bien.


-


Le conté a Robert en el camino todo lo que platiqué con Teddy, él se alegró mucho de que mi madre y yo pudiéramos resolver nuestras diferencias, le alegró más eso que saber que ella ya no molestaría con el asunto de la boda, ¿les he dicho lo encantador que es mi prometido?


Cuando finalmente llegamos al lugar de la ceremonia, ambos fuimos al altar para pararnos en nuestros puestos, mucha gente estaba en aquel sendero nevado, pero ni toda la multitud, logró opacar a la novia cuando hizo acto de presencia.


La música de los violines empezó a sonar, y la gente se sentó haciendo silencio, solamente se deleitaban al ver a la hermosa novia, quien caminaba tranquilamente mientras el mayor de sus hijos levantaba la cola de su vestido, y el menor cargaba una almohada con los anillos, me dio mucha ternura ver a los demonios actuando como niños tranquilos y decentes, claro, cuando la ceremonia acabó, volvieron a ser los mismos monos de siempre.


— Queridos hermanos — recitaba el obispo mientras miraba a los dos novios, Robert y yo estábamos parados junto a George, junto a Molly estaba una mujer castaña (que me parece era su hermana, o algo así escuché) y Alice, quien miraba de reojo a su hermano y a su esposo (ya que Sandro estaba ahí con nosotros también, pero por obvias razones nos ignoraba a Robert y a mí).


Yo trataba de poner atención a la boda, pero por más que lo intentaba, solo imaginaba cómo sería el momento cuando fuera mi turno de casarme con mi novio, me sorprendía mucho anhelar casarme con alguien a quien no llevaba ni un año de conocer, pero cuando pensaba en eso, mi mente gritaba "¡déjate de idioteces! ¡¿para qué quieres esperar más?! ¡él es el amor de tu vida, cásate y punto!", por primera vez en mi vida, sentía que debía hacerle caso a mi subconsciente por completo.


Cuando el religioso indicó que podían besarse, todos empezamos a aplaudir y festejar al unísono, era hermoso ver el cariño y el amor que emanaba de George y de Molly, no solo en ese momento, ellos eran una pareja muy tierna, de esas que tú crees fervientemente que vivirán juntos el resto de sus vidas, y que para ellos, será todo un disfrute envejecer juntos.


Robert fue rápidamente hacía George y lo abrazó con fuerza, cosa que Alice hizo también, y pude ver algo que me sorprendió mucho, una muestra de amor genuino entre los tres hijos Dawson, abrazados y festejando sin tomar en cuenta sus propias diferencias, eso me sorprendió bastante, pero vaya que logró conmoverme y hacerme sonreír.


-


Cuando finalmente llegamos al lugar donde sería la fiesta, un desagradable escalofrío recorrió mi cuerpo mientras recordaba lo que había sucedido la noche anterior, pero sentir la mano de mi prometido sobre mi cadera y pegándome a su cuerpo, me lograba hacer sentir mucho más tranquilo.


— ¿Qué quieres beber? — preguntó Robert rodeando mi cuello con su brazo.


— No lo sé, algo ligero, debemos volar mañana temprano.


— Tequila entonces — dicho esto, mi prometido se apartó de mí y fue rumbo a la barra, yo me quedé aterrado cuando lo escuché decir eso, yo tenía una mala relación con el Tequila, la última vez que lo ingerí, acabé en el bar de George balbuceando idioteces, no quería repetir algo así, en absoluto.


— ¡Taylor! — clamó una voz conocida que se acercaba hacía mí, rápidamente voltee para ver quién era, y al ver que se trataba de mi suegra, rápidamente abrí los brazos para recibirla.


— Catherine — murmuré correspondiendo al abrazo que me estaba dando.


— Ha sido una boda preciosa ¿no crees? — dijo apartándose un poco de mí.


— Sí, ha sido muy preciosa — asentí llevando uno de mis mechones tras mi oreja.


— Espero que tu boda y la de Robert sea igual de bella — sus palabras me hicieron ruborizarme como nunca.


— S-Sí, e-eso espero — susurré sonriendo tímidamente, obviamente la noticia de nuestra boda ya era bien sabida entre todas las personas a Robert, por no decir que ya seguramente revoloteaba por todo el reino unido gracias a lo "comunicativos" que son la gente con dinero.


— Es una pena que deban irse tan pronto cariño, pero no te culpo, ambos merecen descansar de tanto drama y enfocarse en ustedes.


— Sí, me habría gustado quedarme, pero— traté de hablar, pero mi suegra me lo impidió.


— No hace falta que te excuses, cariño, yo más que nadie los entiendo — dijo algo apenada mientras me tomaba de la mejilla — No quiero que tú y Robert toleren incomodidades solo por complacernos a nosotros.


— Agradezco mucho que nos entienda, Catherine — murmuré tomando sutilmente su muñeca.


— No me agradezcas nada, querido — dijo sonriéndome con algo de timidez, en verdad me apenaba que mi suegra quiso que fuéramos a ese viaje a relajarnos, y acabamos haciendo todo lo contrario.


— ¿Puedes creer que no hay Tequila aquí? — dijo mi prometido mientras llegaba con dos copas de champaña, entregándome una y dando un sorbo a la otra.


— Gracias al cielo — susurré dando un sorbo a mi copa.


— Mamá, estás preciosa — dijo mi prometido mientras le sonreía ampliamente a su progenitora, quien sonrió tímidamente mientras echaba su cabello un poco hacía atrás.


— Oh gracias cariño, tú también estás hermoso, y ni hablar de Taylor, luce como todo un señorito de sociedad — dijo mi suegra tranquilamente, yo me sonrojé considerablemente al oírla decir eso.


— ¿Verdad que el moño lo hace ver muy tierno? — dijo mi prometido mientras me tomaba de la barbilla con una mano y la apretaba un poco, me apenaba un poco que me tratara de dicha forma, pero se sentía bien que me presumiera.


— ¡Qué fiesta tan espectacular! — clamó una voz odiosamente conocida que se acercaba hacía nosotros, y que hizo a Robert rodar los ojos con molestia — ¡En verdad se lucieron organizando esto!


— Se llama "trabajar" Harry, deberías intentarlo algún día ¿no crees? — dijo mi prometido de forma algo seria, logrando sacarle una sutil carcajada al sujeto que se paraba con nosotros.


— ¡Tía Cath, qué hermosa estás! — dijo Harry tomando las manos de mi suegra para besarlas suavemente — En verdad eres una reina entre plebeyos.


— Gracias Harry — dijo mi suegra tímidamente — ¿No trajiste a alguna chica linda hoy?


— Ah sí, invité a alguien, quiero presentártela, y también a Robert — escuchar eso me asombró mucho, pero más debió asombrar a mi prometido, quien frunció notoriamente el ceño con recelo.


— ¿Perdón? — murmuró frunciendo el ceño.


— Es una chica muy encantadora, claro, tal vez no sea tan encantadora como tu novio, pero sí es muy bella — comentó guiñándome el ojo y palmeando el hombro de Robert — Iré a buscarla, vuelvo en un rato.


— No te apures, enserio — dijo Robert de forma incrédula mientras lo veía marcharse, suspiró con pesadez para darle un sorbo a su copa de champaña — Imbécil.


— Robert — murmuró Catherine con algo de seriedad, logrando que mi prometido chasqueara la lengua con frustración.


— ¡Tú lo escuchaste!


— Lo sé cariño, pero trata de comportarte ¿sí? sé que Harry es muy insufrible, pero compórtate, no quiero que haya otro "momento bochornoso" que arruine la boda de tu hermano.


— Bien — dijo mi prometido mientras me jalaba del brazo — Ven Ty, vamos a bailar.


— ¿Bailar? — dudé algo nervioso.


— Sí, ¿no quieres? — preguntó inclinando la cabeza.


— E-Es que yo no— no pude terminar de hablar, ya que mi prometido me jaló hacía la pista de baile, lugar donde varias parejas bailaban al compás de la música, ignorando totalmente el entorno que les rodeaba, admito que el ambiente y la música lenta me lograron entusiasmar un poco, pero yo era pésimo bailando, así que me ponía nervioso concederle una pieza a mi novio.


— Relájate — murmuró quitándome la copa de champaña para dársela a un camarero que pasaba junto a nosotros, para así quedar con nuestras manos libres — Iré lento ¿sí?


— Idiota — dije apenado mientras me jalaba lentamente hacía el centro de la pista.


— Solo tienes que relajar el cuerpo, y moverte a ritmo de la música — susurró deslizando su mano por mi espalda baja, y la otra, la usó para sujetar mi mano con firmeza, me sonrojé como nunca mientras lo miraba con timidez, él lucía tan hermoso, tan bello como siempre, tan galante, me quedo corto al describir con palabras cómo lucía mi prometido esa noche, y ni hablemos de la manera en la que me miraba, sus ojos estaban tan preciosos como siempre, en verdad me encantaba pararme a verlos como idiota.


— ¿Lo hago bien? — dudé mientras miraba cómo mis pies se movían torpemente, Robert sonrió coquetamente al oírme.


— Algo torpe, pero no está mal — susurró apegándome más a su cuerpo — Relájate Ty, hacer el amor es más difícil que bailar, y en eso eres un experto.


— ¡E-Eso es porque tú eres el que hace la mayor parte del trabajo! — clamé con nerviosismo, haciéndole reír sutilmente.


— Entonces déjame hacerlo aquí también — murmuró apegándome a su cuerpo para movernos al compás de la música, mientras su mirada y la mía se detallaban fijamente, mi pecho empezó a latir con mucha fuerza en ese instante, fue un momento tan mágico, que cada que lo recuerdo sonrío como idiota.


Elton John era el encargado de envolver a todos en una bella atmósfera romántica, específicamente con "Sacrifice" canción que yo me sabía de memoria gracias a Teddy, era de sus favoritas, juraría que aprendí primero a cantar esa canción, que a escribir y deletrear mi nombre.


— Qué coincidencia — dijo Robert juguetonamente — Aunque sería una aún mayor si pusieran "Nikita".


— ¡Si lo hacen me largo, creeme! — dije de forma amenazante, logrando sacarle una carcajada a mi prometido, amaba hacerlo reír, porque en verdad se veía muy hermoso al hacerlo.


— ¿Cómo hiciste en tu baile de graduación, si no sabes bailar? — preguntó mientras sus manos rodeaban mis caderas, yo rodee su cuello con mis brazos mientras pensaba qué decir.


— No asistí al baile — admití alzando sutilmente los hombros — No tenía dinero para el traje, y tampoco tenía con quién ir, además de que el viejo ni loco me dejaría llegar tarde, así que preferí abstenerme.


— Lamento mucho escuchar eso — murmuró algo apenado.


— Descuida, ya eso pasó, pero ahora siento que debo practicar más seguido, para que bailes conmigo en la fiesta de mi graduación de la universidad.


— Eso suena genial — murmuró mientras seguíamos moviéndonos lentamente en la pista de baile, yo pegué mi cabeza del hombro de Robert, disfrutando de estar de esa forma con él, olvidándome totalmente de dónde estaba, solo me importaba una cosa en ese momento, y era él. 



Continuará


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