34 - 'Venenosos'
— ¡¡Ahh, Robert!! — grité al sentir cómo me azotaba contra la pared para continuar con aquel salvaje vaivén — Mi amor, ¡ah! ¡p-para por favor!
— No — susurró mordiéndome el cuello, rodee sus caderas con mis piernas mientras jadeaba con pesadez y echaba la cabeza hacía atrás, me estaba enloqueciendo de placer.
— ¡Robert, v-vas a hacerme explotar!
— Es lindo cuando gimes así — susurró pegando su frente con la mía y observándome con malicia — Amo ser la razón de tu locura.
— Robert — gemí apretando sus hombros con fuerza — ¡E-Estoy cerca!
— ¿Tan pronto? vaya, hace mucho que no actuabas como tres segundos, Ty.
— ¡C-Cállate! e-es tu culpa por hacerlo tan-¡ah! ¡ay Dios mío, tan rico! — grité al sentir cómo tocaba cierto "punto sensible" de mi cuerpo.
— Mh, me encanta la cara que pones cuando te toco ahí, se nota que te excita demasiado — dicho esto, separó más mis piernas y empezó un vaivén mucho más brusco y acelerado, sacándome fuertes gemidos de dolor y placer, rogaba porque nadie de los Dawson nos oyera, aunque evidentemente, eso era imposible.
Mordí con fuerza el hombro de Robert en cuanto el orgasmo empezó a recorrer mi piel, mi prometido empezó a gemir por debajo de forma ronca y muy sensual, nos fue imposible no venirnos al mismo tiempo, a mí por oírlo gemir, y a él, por sentir cómo yo atacaba su cuello, ¿creyeron que era chiste cuando dije que Robert ama el sexo brusco? adora cuando yo lo muerdo, y a mí evidentemente, me encanta hincarle el diente a mi novio.
— Ah, ay Ty, carajo — susurró entre suaves gemidos mientras separaba un poco mis nalgas para seguir moviéndose de forma lenta — Dios, ¿cómo puedes hacerme actuar así?
— No lo sé, supongo que es un don — susurré tímidamente ocultando mi cara en su hombro y jugueteando con su cabello — ¿Crees que nos oyeron?
— Los niños no, están muy alejados de nosotros para poder oírnos; y los adultos pues, me da igual que nos oigan.
— Es algo vergonzoso hacerlo así — susurré entre risas mientras pegaba mi frente con la suya — Aunque admito que me encantó.
— Es difícil comprenderte, gatito — susurró pícaramente mientras apretaba un poco mis mejillas — Te amo.
— Yo también te amo — respondí besando dulcemente su frente — ¿Saldrás a ver qué quiere George?
— Mgh, olvidé esa mierda — gruñó rodando sutilmente sus ojos — Supongo que no puedo ignorarlos todo el día, además de que debo avisarles que me iré.
— Tu mamá seguramente se pondrá triste.
— Se va a enojar, querido; eso lo sé de sobra, pero no puedo quedarme aquí a que te sigan humillando, solo para darle el gusto — miré a otro lado con vergüenza, aunque me sonrojé al sentir un suave beso en mi mejilla — ¿Porqué no vas a limpiarte mientras yo voy y hablo con ellos?
— De acuerdo — susurré palmeando el hombro de Robert para que me bajara, cosa que hizo, no sin antes darme un rápido beso en los labios al que correspondí sin dudarlo.
Me fuí rumbo al baño con algo de dificultad, las piernas y las caderas me dolían considerablemente, ¿quién diría que un "rapidín mañanero" me dejaría tan desgastado? en verdad me frustraba que Robert no supiera contenerse, aunque admito que, las pocas veces que se propuso a ser gentil, yo me desesperé y le pedí que volviera a ser el mismo salvaje de siempre, ¿entonces de qué me quejo? no tengo ni la menor idea.
-
Luego de sacar la última gota de impureza de mi cuerpo, salí de la ducha secándome con una toalla que encontré a la mano, mi cuerpo goteaba agua y mojaba el piso por donde caminaba, admito que el baño me bajó el dolor físico, pero igual sentía cierta "molestia" en las caderas que solo me hacía sonreír como todo un pecaminoso de primera.
Busqué algo de ropa en mi maleta, me puse un suéter grueso junto a unos jeans desgastados, me extrañaba que Robert no hubiera vuelto aún, dado que yo me tardé un poco limpiando mi cuerpo (era difícil sacarme por completo la morbosa cantidad de "amor" con el que Robert me rellenaba siempre, y es por ello que agradezco muchísimo no poder embarazarme, porque de poder hacerlo, ambos ya tendríamos tres docenas de chiquillos sociópatas y de mal genio).
Luego de vestirme, salí de la habitación para ir a buscar a Robert, me preocupaba que se dispusiera a discutir con su familia, dado que ellos obviamente odiarían la idea de que él se marche.
Cuando llegué a la sala, pude ver a todo el clan Dawson reunido, mi prometido estaba parado en medio de todos con semblante incrédulo, mirando con frialdad a cierto hombre que estaba sentado en el sofá de brazos cruzados, con una cara de "regañado" que me hacía reír para mis adentros.
— ¡Ty! — clamó mi suegra mientras iba rápidamente hacía mí para abrazarme con fuerza — Ay cariño, lamento tanto lo que pasó anoche.
— N-No te preocupes Catherine — murmuré correspondiendo a su abrazo.
— ¿En verdad quieres irte hoy mismo? — preguntó apartándose un poco y mirándome con preocupación, yo tragué en seco pensando qué decir, pero rápidamente Robert logró tomar la palabra por mí.
— El que quiere irse soy yo, mamá; ya te lo dije, Ty solo sucumbió ante mi petición.
— Jaj, sí como no — murmuró la voz del sujeto mayor, quien se levantó de su asiento sacudiendo sutilmente su traje, todos los presentes voltearon a verlo con seriedad — Es obvio que este chico te está manipulando, ¿aún con todo lo sucedido ayer, sigues actuando como un monigote por él?
— ¡Jhonathan Dawson cierra la boca! — clamó mi suegra volteando a verlo con seriedad.
— ¡Míralo, Catherine! ¡dejando de lado a su familia por un completo extraño! ¡¿no que odiabas la desunión en nuestra familia?!
— Sí, la desunión que ¡tú! has provocado — clamó mi prometido de forma brusca, mirando severamente a su padre — ¡¿No lo recuerdas?! cada navidad no faltaba el típico sermón, "George, tu trabajo es una pérdida de tiempo; Alice, las mujeres no deben pasar tanto tiempo fuera descuidando su hogar y a su esposo; Robert, nunca serás un hombre de bien si no consigues un matrimonio estable y tienes dos hijos" ¡¿o acaso eso se les olvida?! — dijo volteando a ver a sus hermanos, quienes agacharon la mirada con pesar — ¡Y ni hablemos de cómo actúa con Sandro y con Molly! me sorprende que accedan a venir después de las típicas miradas de odio de parte de John Dawson.
— ¡¡No es mi culpa que ustedes quieran ser siempre unos buenos para nada!! — gritó de forma brusca, logrando que su esposa jadeara con horror — ¡¡Tú y tu hermano no saben lo que es ser hombres de bien, la única que ha seguido mis consejos es Alice!! ¡¡y mírenla, está felizmente casada, tiene un trabajo exitoso, ella es en verdad un modelo a seguir, a diferencia de ustedes dos!!
— ¡¿Modelo a seguir?! ¡¿quieres que te diga lo que tu "modelo a seguir" ha estado haciendo a tus espaldas?! ¡¿cómo se revuelca en un— oír dichas palabras me alertó como nunca, no sé quién se horrorizó más, si Alice, Sandro, o yo.
— ¡¡Robert basta!! — grité de forma brusca, logrando que él volteara a ver con frustración — No hables de más, no lo vale — murmuré volteando a ver al padre de Robert con odio absoluto, él me miraba de forma incrédula, y ni hablar de la cara de pánico que tenía Alice.
— Tal vez no somos lo suficientemente buenos para ti, padre, pero no cambiaría mi vida por nada — dijo George mientras extendía su mano hacía Molly para hacer que se levantara del sofá — No culpo a Robert por querer irse, si no fuera esta mi boda, creanme que me habría ido anoche mismo — dicho esto, él y Molly se apartaron de todos y se fueron, dejando un aura muy tensa en el ambiente.
Me sorprendió mucho ver cómo mi suegra iba rápidamente hacía su esposo para darle una muy fuerte bofetada en el rostro.
— ¡¡¿Cómo te atreves?!! — clamó entre gruñidos de odio absoluto — ¡¡Eres un bruto, un bruto despreciable!!
— Mamá basta — murmuró Alice tratando de frenarla, pero Catherine volteó a verla con seriedad.
— Déjenos a solas, esto es entre él y yo — murmuró apretando con fuerza sus puños, yo rápidamente jalé a Robert del brazo para irnos de ahí, no quería ver lo que estuviera a punto de suceder entre mis suegros, y dado que Alice y Sandro copiaron nuestra acción, me fue fácil pensar que ellos tampoco querían ser testigos de eso.
Todos llegamos a la cocina, lugar donde estaban George y Molly sirviéndose café, con un semblante muy apagado y serio.
— ¡¡Todo esto es por tu culpa!! — clamó Alice volteando a verme.
— ¡¡Alice no empieces otra vez!! — dijo George de mala gana, me sorprendió mucho que él fuera quien alzara la voz — ¡¡¿No te basta con todo el veneno que está soltando papá?!!
— ¡¡Todo esto es por él!!
— ¡¡Acaba de decir que nosotros no servimos de nada, y con o sin Taylor eso es algo que él siempre dice, y tú lo sabes bien!! — reclamó mirándola con total severidad, me sorprendía ver que el clan Dawson no era tan fuerte y sólido como querían aparentar, a parte del dinero y del estatus, no eran más que otra familia disfuncional y con problemas, no muy diferente a la que yo tuve cuando me fui a vivir a casa del viejo.
— Es increíble que te atrevas a señalar a Taylor, cuando fue él quien evitó que papá supiera lo que hiciste en el avión — dijo mi prometido con frialdad, logrando que Alice le mirara con algo de temor.
— ¿Te hace feliz que John odie a Alice de la misma forma en la que te odia a ti? — dijo Sandro de forma incrédula mientras miraba seriamente a Robert, entiendo que seguramente odiaba que hablaran de su esposa, pero igual me enojaba la cara con la que miraba a mi novio.
— No, no quiero que mi padre los odie a ella o a George, pero ella debería aprender lo que es la gratitud, después de todo, quien ha querido ocultar lo que vió ha sido Taylor, ¡por una razón que no entiendo él la sigue respetando, aún cuando tú solo te dedicas a insultarlo, hermanita!
— ¡Basta ya, por favor! — dije algo abrumado, mirando atentamente a todas las personas que estaban a mi alrededor — Oigan yo no quiero seguir ocasionando este tipo de discusiones familiares, solo quisiera que Robert y yo pudiéramos estar en paz con todos ustedes.
— Sí claro, si por "estar en paz" se refieren a coger en nuestras narices, importándoles poco que todos oímos las cosas aquerosas que hacen, ¡pues vaya que quieren estar muy en paz! — dijo Sandro de mala gana, yo estuve a punto de hablar, aunque Robert no pudo aguantar las ganas de interrumpirme.
— ¿Te da envidia que nosotros podamos hacer lo que ustedes no, eh? — dijo mi prometido sonriendo como todo un mal nacido, logrando que Sandro le mirara con odio absoluto.
Sandro jaló el brazo de Alice y la sacó de la cocina, dejándonos solos con George y Molly, quienes bebían café con semblantes frustrados y serios.
— Te excediste — dije volteando a ver a Robert con seriedad — ¡Decir eso estuvo de más!
— No Ty, estuvo bien que se lo dijeran, Sandro últimamente actúa como todo un imbécil — dijo George dándole un sorbo a su café.
— Cree que por actuar de lamebotas con papá es más que nosotros — dijo Robert con molestia mientras se cruzaba de brazos.
— ¿Entonces se irán hoy? — preguntó Molly.
— Así es, ni loco me quedo aquí luego de todo este circo — dijo mi prometido de mala gana mientras caminaba a la alacena para buscar una botella de licor.
— Los entiendo, apenas digamos "acepto" Molly y yo trataremos de irnos también, no soporto todo este drama — dijo George dando un gran sorbo a su café, agaché con pena la mirada al oírle.
— Lamento mucho haber arruinado su compromiso — murmuré acercándome un poco, logrando que él y Molly me miraran con asombro — Si yo no hubiera accedido a venir, nada de esto habría pasado.
— No digas eso Ty — dijo Molly levantándose de su asiento para abrazarme con fuerza — No te sientas así, nos alegra mucho que hayas decidido venir.
— Pero arruiné su cena de ensayo anoche — dije con algo de pesar.
— No tienes la culpa de que mi padre sea un idiota — dijo George mientras se me acercaba para palmearme el hombro.
— Gracias pero... igual no estoy seguro de ir hoy a su boda, no me malinterpreten, yo les deseo lo mejor en su día, pero no quiero seguir ocasionando este tipo de incidentes que solo arruinará aún más su fecha especial.
— Taylor, nosotros queremos que asistas, así esto pase de nuevo o no — dijo George amablemente, cosa que me sorprendió muchísimo.
— ¿E-En verdad?
— Por supuesto, tú eres uno de nuestros padrinos, además de que ambos te tenemos mucha estima, no nos parece justo que debas excluirte, siendo que tú eres parte de esta familia también — mis mejillas empezaron a arder sutilmente ante las palabras ajenas.
— S-Se los agradezco mucho — murmuré sonriendo tímidamente.
— Por cierto, ¿cancelaste tu compromiso con Robert? — preguntó Molly algo apenada, yo estuve a punto de responder, pero de nuevo, Robert se me adelantó.
— Sobre mi cadáver — dijo mi prometido mientras se acercaba a nosotros — Nos vamos a casar así deba obligarlo.
— ¿Seguro que quieres casarte con él, Taylor? está a dos años de que le paguen pensión, y estoy muy seguro de que está a dos meses de depender de pastillas azules — dijo George burlonamente, logrando que Robert le sonriera incrédulamente, mientras Molly y yo reíamos sutilmente.
— Supongo que ya no puedo retractarme — dije alzando los hombros y sonriendo tímidamente, Robert me guiñó sutilmente el ojo y me sonrió en cuanto dije esto último, admito que hablar con Molly y George logró que ambos nos relajáramos bastante, y presiento que a ellos también les relajó hablar así con nosotros.
-
Luego de hablar con ellos, ambos se fueron a prepararse para la boda, por lo que Robert me guió a nuestra habitación y me dio instrucciones de preparar mi maleta para irnos, él debía ir a preparar todo, sin contar que debía ayudar a George con su traje, me molestaba quedarme solo, pero él iba a estar ocupado, así que no quise hacer mucho drama por ello.
Cuando me quedé solo, me dispuse a doblar mi ropa y a guardarla, también aproveché para doblar la de mi prometido, olfateándola mientras lo hacía, disfrutando del aroma que emanaba de dichas prendas, "es el aroma de mi futuro esposo" pensaba, mientras un suave cosquilleo recorría mi vientre y mi espalda baja, haciéndome sonreír por debajo.
Me alertó escuchar cómo repentinamente empezaba a sonar mi celular, por lo que empecé a buscarlo por todos lados, me extrañó que no fuera el tono personalizado de Mónica, y dudaba mucho que fuera Teddy quien me estuviera llamando, imaginé muchas cosas, pero me asombró totalmente ver quién era la persona que me estaba llamando.
— ¿Yelena? — murmuré al contestar el celular.
— Hola señorito Dawson, ¿cómo lo trata suiza? — dijo ella con aquel tono juguetón y coqueto que le caracterizaba, y que tanto lograba ponerme nervioso.
— Hola Yel, emm... digamos que un poco complicado.
— Dilo como es, cielo, "toda una pesadilla" — me sorprendió oír las palabras ajenas, aunque me fue fácil deducir lo que había sucedido.
— ¿Robert ya te contó, eh?
— Me llamó anoche, estaba enloquecido, dijo que te pusiste muy mal con todo lo que te dijeron.
— Un poco — murmuré sintiéndome algo incómodo de hablar esas cosas con Yelena, no me molestaba que Robert le contara a ella lo que nos pasara, dado que yo hacía lo mismo con Mónica, pero igual era un poco raro para mí.
— Lo lamento, querido; los Dawson son una manada de lobos hambrientos que aman despellejarse entre ellos cuando tienen problemas, la única que los mantiene un poco a raya es Catherine.
— Así es — dije rascándome la nuca — Hoy volvemos a Londres.
— Ya lo sé, Robert me escribió hace un rato avisando que volvería para organizar algunas cosas, y es por eso que te llamo, Ty.
— ¿Porqué, sucede algo?
— ¿Recuerdas al socio americano del que Robert habló hace tiempo?
— Creo que sí — dije arqueando dudoso una ceja, no le recordaba muy bien que digamos.
— Acabo de hablar con uno de mis asistentes a quien le pedí investigarlo, resulta que el sujeto es socio de tu padre — me quedé helado al escuchar dichas palabras, mientras un nudo se formaba en mi garganta de golpe.
— ¡¿Q-Qué?!
— Como escuchaste, llamé a Robert para decírselo, pero está escéptico, dice que no cree que eso nos afecte, y yo evidentemente siento que se equivoca.
— ¡¡Se está equivocando!! ¡¡¿Yelena sabes lo que implica que ese sujeto trabaje con mi padre?!! ¡¡hará que la empresa se caiga a pedazos!!
— ¡Lo sé, Ty! estoy tratando de que ese necio se logre convencer de que esto está mal, pero como Greene es quien más respalda al sujeto, se siente incapaz de rechazarlo — un ardor inundó de golpe mi esófago en cuanto escuché esas palabras, sé que ella dijo Greene, pero lo que yo escuché fue "el maldito pecoso al que tanto odias".
— Maldito — dije entre gruñidos de odio.
— Fue Greene padre, Ty, no Greene hijo.
— ¡¡Padre o hijo son unos malditos!! ¡¡cualquiera que crea que asociarse con alguien relacionado a mi padre es una buena idea, solo es un maldito ignorante!! ¡¡pero más maldito ignorante es Robert por hacerle caso a ese par de imbéciles infelices!!
— Escuchame Taylor, solo lo digo para que estés al tanto de lo que está sucediendo con la empresa, pero tampoco quiero que Robert y tú discutan por esto, solo quiero que me ayudes a hacerlo entrar en razón ¿de acuerdo?
— Yelena, ¡ese hombre me ignora totalmente cuando de sus malditos negocios se trata, la última vez que le dije que asociarse con mi padre era mala idea, me dijo que yo era un niño! ¡¿realmente crees que me haga caso?!
— No lo sé, Ty, debe haber algo que podamos hacer, tal vez consiguiendo a un socio americano de mayor renombre, pero necesitaríamos la aprobación de toda la directiva, y eso será muy difícil.
— ¡Haz lo que sea, Yelena, por favor! Si un socio de mi padre toca las industrias Dawson, todo se va a ir al carajo, ¡creeme!
— Haré lo que pueda Ty, pero necesito de tu ayuda también, si pudieras lograr demostrar que tu padre trabaja con ese tal Terrence Dustin eso facilitaría mucho las cosas.
— ¡¿Y cómo se supone que yo haré eso?! ¡no trato con mi familia paterna y eso lo sabes bien!
— ¿No conoces a nadie cercano a tu padre que pueda husmear por ti? — dichas palabras hicieron que rápidamente se viniera a mi mente la imágen de cierta castaña a la que, por más que discutíamos, empezaba a extrañar, dudaba mucho que fuera posible que ella me ayudara, pero dadas las circunstancias, no perdía nada con intentarlo.
— C-Creo que hay alguien — dije rascándome la nuca sutilmente — Pero no sé si logre ayudarnos, o que quiera hacerlo si quiera.
— Pregunta, Ty; Robert está muy abrumado últimamente, muere por asociarse con el primer americano que encuentre para quitarse a su padre y a Greene de encima, pero eso solo logrará perjudicarnos a todos — "maldito necio" rebotaba por mi mente, odiaba tanto que mi prometido fuera tan obstinado.
— Claro Yel, muchas gracias por avisarme.
— Nos vemos pronto, Ty, cuídate mucho, y cuida al torpe de mi amigo.
— Lo haré — dicho esto, quité el celular de mi oído para pasar mi mano por mi rostro y suspirar pesadamente, maldecía por debajo el nombre de Greene, al mismo tiempo que maldecía lo obstinado y necio que era mi prometido, odiaba tanto que él actuara sin pensar, eso no era propio de él, ¿qué carajo le estaba sucediendo?
Guardé las cosas en mi maleta y la guardé, consumido en mis pensamientos confusos y algo recelosos, trataba de no dejarme llevar por las apariencias, dado que Robert ya sabía de sobra que era mala idea ser socio de mi padre, o de alguien que esté relacionado con él, así que trataba de confiar en él, pero la imágen de cierto sujeto pelirrojo y odioso dificultaba mucho mi tarea.
Me alertó oír cómo tocaban repentinamente mi puerta, eso me hizo voltear y caminar hacía ella, sabía que no era Robert, dado que él no habría tocado la puerta, pero igual sentía que no podía ignorar del todo a las personas que estaban ahí afuera, al único que sentía que podría ignorar, era al padre de Robert.
Abrí la puerta con cuidado, quedándome helado al ver los ojos azules de mi cuñada frente a mí, me miraban con frialdad, aunque no con el mismo nivel de odio que siempre me demostraban.— A-Alice — murmuré dando un paso atrás — R-Robert no está.
— No vengo a verlo a él, vengo a verte a ti — dijo en seco mientras se cruzaba de brazos, yo le miré bastante extrañado cuando dijo eso.
— ¿A-A mí? ¿puedo saber porqué?
— Necesito que hablemos, acompáñame por favor — dijo mientras empezaba a caminar por el pasillo, la notaba seria, pero no tan ofensiva como siempre, ¿le pasaba algo? no lo sabía, solo sabía que no podía ignorar su llamado, por más nervioso e incómodo que me sintiera, así que cerré la puerta detrás de mí, y me fui detrás de ella, dudando qué era lo que quería hablar conmigo, ya veía venir un venenoso sermón sobre porqué yo no le convenía a Robert, pero para mi sorpresa, lo que vino a continuación fue todo lo contrario a lo que yo esperaba.
Continuará
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