18 - 'Atmósfera'
— ¡Pido ir adelante! — gritaban los niños mientras corrían rumbo a unos taxis afuera del aeropuerto, apenas salimos del mismo, abrí mis ojos con asombro al ver el hermoso y colorido paisaje de bienvenida que me brindaba ese país, el sol brillaba con esplendor, tanto tiempo en Londres me hizo olvidar lo hermoso que era ver el sol salir sin una sola nube que le cubriera, así como me recordó lo odioso que era el clima caluroso.
— ¿Porqué hace tanto calor? — pregunté mirando a Robert con curiosidad.
— Es que en esta época del año empieza el calor — explicaba mi prometido acariciando mi mano suavemente.
— Creí que íbamos a una montaña nevada.
— Allá vamos, solo hay que conducir un rato hasta llegar allí, no te impacientes gatito — murmuró besando mi mejilla suavemente, sonreí de lado ante su dulce gesto.
— Lo siento, es que odio el calor y lo sabes, además de que empaqué solo ropa de invierno, no quiero ser el único idiota de la recepción con suéter mientras todos usan camisetas y chanclas — Robert empezó a reír a carcajadas al oírme.
— ¿De dónde sacas esas ocurrencias? en verdad me encantan — dijo sonriéndome ampliamente, esa sonrisa me hizo sonrojarme totalmente, amaba que las idioteces que salían de mi boca, a él parecían fascinarle — No serás el único con suéter, te lo prometo — murmuró besando mi nariz suavemente, aún se negaba a besarme la boca, eso me fastidiaba bastante.
-
Luego de pasar algo de tiempo en los autos, finalmente pude ver cómo llegábamos a una hermosa montaña nevada, donde varias personas pasaban muy bien abrigadas, desde los más viejos hasta los más jóvenes, y un poco más adelante, vi algo que me hizo jadear asombrado, era una especie de aldea de cabañas muy lujosas y preciosas, cubiertas por gruesas capas de nieve, jadee con asombro mientras miraba a través de la ventana dicho paisaje.
— ¿Qué te parece? — preguntó Robert mientras sonreía al ver mi reacción.
— Bellísimo — dije sonriendo embobado, ni en sueños pude imaginar algo tan bonito.
Cuando los autos finalmente se detuvieron, los primeros en salir corriendo fueron los niños, después bajaron mis suegros, los que se iban a casar, Alice y Sandro, y por último, nos tocó a Robert a mí, y adivinen quién empezó a temblar luego de decir que tenía calor.
— Carajo — jadee abrazándome para tratar de apaciguar el frío, Robert empezó a reír mientras me abrazaba con fuerza.
— Qué gatito tan friolento — dijo mi prometido juguetonamente, yo le miré de mala gana para morderle la mejilla, él soltó una sutil carcajada mientras seguíamos caminando hacía dicha aldea.
— ¡Bienvenidos, señores Dawson! — clamó una mujer muy bien abrigada que estaba parada frente a una cabaña enorme, me fue fácil asumir que ahí era donde domiríamos.
— Hola Anika, es un placer verte — dijo mi suegro mientras llegaba con ella y estrechaba su mano — ¿Cómo van los preparativos para la boda de mi hijo?
— Perfectos — dijo ella sonriendo ampliamente — Me alegra verlos a todos nuevamente — la dama miró a los lados con atención, quedándose algo extrañada al verme de frente — Oh, ¿él es el chico al que mencionaron?
— Así es — dijo Catherine — Es pareja de mi hijo, espero le hayan hecho espacio también.
— Hay espacio para todos señora Dawson, se lo garantizo — dijo cordialmente aquella mujer mientras se daba media vuelta y caminaba hacía la cabaña — Vengan por aquí, por favor.
Todos caminamos hacía la puerta, me hizo sentir bien que al menos no dijeran algo despectivo, aunque igual era algo pesado ser siempre la razón por la que la gente decía "oh" con extrañeza, ¿tan inorgánico era verme con ese grupo de personas tan elegantes?
Apenas entramos, me asombró lo acogedor y espacioso que era dicho sitio, cada luz y cada alfombra encajaba a la perfección, había escaleras y habitaciones por dondequiera que llevaba la mirada, ya veía porqué decían tan seguros que habría suficiente espacio.
— Lindo — dijo Robert en mi oído — sigue sin superar la playa, pero es muy bonito.
— Al menos alguien lo dijo — murmuré mirándole juguetonamente, Robert me besó la mejilla para seguir caminando detrás de la mujer que nos estaba dando dicho tour.
Luego del recorrido y de que la dama asignara a cada quién su habitación, Robert y yo nos miramos con extrañez al ver que aún no nos asignaban la nuestra, me preocupaba que dijera que al final no podríamos dormir juntos, pero cuando menos me lo esperé, escuchamos su voz pronunciar nuestros nombres.
— Y por último — murmuró leyendo una planilla mientras se acercaba a nosotros — Robert y am... ¿Taylor?
— El mismo — dije sonriendo calmadamente, había dicho mi nombre bien, eso ya me daba razones de sobra para ser cordial con ella.
— No crean que me olvidé de ustedes, Catherine en persona me encargó darles algo muy especial — me sonrojé sutilmente al escuchar dichas palabras, y Robert me jaló bruscamente hacía el lugar que le indicaba la dama en cuestión me dio ternura su reacción, seguramente moría por saber lo que nos tenían preparados.
Caminamos hasta que llegamos al final del pasillo, la dama abrió con una llave dicha puerta, y apenas lo hizo, ambos entramos para ver la habitación, me fue imposible no jadear con asombro al ver esa espaciosa y muy acogedora habitación, iluminada solamente por algunas lámparas cuya luz naranja daba un aire muy rústico pero hermoso a la habitación, una pequeña ventana dejaba ver cómo caía la nieve, la cama era enorme, lo suficiente para Robert y para mí, había una alfombra de terciopelo en el suelo, y también había una chimenea que brindaba calor a la habitación.
"Dios bendiga a mi suegra" pensé mientras un gran rubor inundaba mis mejillas, Robert caminó por la habitación para detallarla atentamente, su expresión pensativa me hizo sonreír de lado, si yo lo encontré sexy, no me imagino lo que debió pasar por la mente de él en aquel momento.— ¿Qué les parece? — preguntó ella mientras nos miraba atentamente.
— Perfecta — murmuramos al unísono, cosa que nos hizo vernos mutuamente con extrañeza y diversión, mientras un gran rubor inundaba nuestras mejillas.
— Nos encanta — dijo él mientras se acercaba a la puerta para estrechar la mano ajena — Te lo agradezco de corazón, Anika.
— Fue todo un placer — dijo ella sonriendo calmadamente — Los dejaré solos entonces, pásenla bien.
Dicho esto, se marchó para dejarnos solos a mi prometido y a mí, él volteó a verme de forma muy coqueta, le sonreí con deseo en cuanto me miró así, sigo sin entender cómo una atmósfera así nos lograba hacer sentir tan bien a ambos, supongo que era un efecto placebo, aunque admito que fue uno muy bueno.
— ¿Porqué me miras así? — susurré caminando hacía atrás, Robert se aproximó hacía mí para tomarme de las caderas y empezar a besarme con deseo.
— Taylor — gimoteó apretándome los glúteos mientras me empujaba a la cama y se colocaba sobre mí, jadee entre besos mientras seguía aquellos suaves y muy voraces besos.
— Robert — gemí sintiendo cómo me empezaba a desabrochar la ropa — Sé gentil.
— Déjate de idioteces — gruñó con voz ronca mientras me apretaba los pezones.
— Ah, te amo — dije volviendo a besarle con deseo, aunque ambos nos alertamos al oír cómo alguien tocaba la puerta con insistencia, rompiendo de golpe nuestra burbuja de pasión.
— ¡¿Qué?! — clamó mi prometido con seriedad y mucha frustración.
— ¡Papá quiere que nos reunamos en la sala! — dijo George, sacándole a mi prometido un gruñido de absoluta frustración que me hizo reír.
— Cálmate — dije besándole la mejilla con ternura — Tenemos toda la noche para estrenar estas sábanas tan suaves.
— No te dejaré dormir en toda la semana, Taylor — murmuró para volver a besarme hambrientamente, aunque el ruido de la puerta nos hizo detenernos de nuevo — Mgh, ¡ya voy, con un demonio! — reí ante la reacción de mi prometido, besándole nuevamente la mejilla mientras nos apartábamos y nos disponíamos a arreglar nuestra ropa.
-
Salimos de nuestra habitación de ensueño para caminar a la sala de aquella cabaña, donde todo el clan Dawson estaba reunido, sonreí ampliamente al verles, aunque mi pareja tenía un semblante incrédulo que me causaba gracia, entenderán obviamente porqué el señor Dawson estaba así.
— ¿Ya van a empezar con sus excursiones como si fuéramos la familia Ingalls? — preguntó mi prometido de mala gana, yo le golpee suavemente el brazo para que dejara de lado su amargura.
— Deja de ser un aguafiestas, Bob — dijo George mientras sonreía ampliamente, me alertó ver varios rifles acomodados sobre el sofá, y de inmediato recordé algo que los hombres Dawson morían por hacer.
— ¿Ya tan pronto vamos de caza? — preguntó mi prometido con fastidio.
— Mañana estaré ocupado con lo de la boda, así que ¿qué mejor que hacerlo hoy mismo, no? — dijo George sonriendo ampliamente — ¿Qué dices Taylor, te animas a ir con nosotros por fin?— Nada de eso — dijo Robert, yo le miré algo extrañado cuando dijo eso — Ty es demasiado impresionable, no lo llevaré que vea cómo matamos animales.
— Ay por favor, Robert, no seas así, ¡es una tradición familiar, y él ya es parte de la familia!— dijo George.
— G-George tiene razón — murmuré mirando a Robert con atención — Y-Ya soy parte de tu familia, d-debo seguir sus tradiciones — él me miró algo extrañado y receloso, yo le tomé de la mano y la besé suavemente, sonriéndole para tratar de hacerlo calmarse, aunque Dawson mayor rodó sus ojos ante mis excesivas muestras de afecto, me sorprendió que Alice no hiciera algún gesto incrédulo, tal vez el chantaje de Robert logró surtir efecto.
— ... Tú ganas — dijo mi prometido de mala gana — ¡Pero no te quiero ver con un arma en la mano, y estarás siempre detrás de mí!
— Claro — dije sonriendo tranquilamente, aunque en el fondo odiaba la idea de irme de cacería, estar con Robert era suficiente para que dicha actividad me lograse entusiasmar.
-
Luego de una hora de planeación y preparación (en la que Robert se la pasó sermoneándome diciendo que no sería nada lindo lo que iba a ver, pero yo solo asentí y le ignoré) fuimos a una parte alejada de la montaña, éramos Robert, su padre, George, Sandro, William y yo; las mujeres y los dos pequeños fueron a hacer otras actividades, me alivió no ser el único perdido, pero William lucía más entusiasmado que nervioso, a diferencia mía.
— ¡Voy a matar un ciervo! — dijo malicioso mientras sujetaba con firmeza el rifle, Robert me ocultaba detrás suyo cada que William movía de forma muy descuidada su arma, ya entendía porqué no quería que yo fuera.
— Cuidado con lo que haces, niño — dije de forma algo burlona, él me miró incrédulamente cuando dije eso.
— ¡Cállate Madonna! ¡mataré a un ciervo y mamá lo cocinará! no, ¡haré que tú lo cocines! — clamó volteando a verme, aunque Robert bajó la mira del arma de golpe y le miró con seriedad.— ¡Cuida donde apuntas, estas balas no son de salva!
— Sí tío Bob — dijo sonriendo algo nervioso para seguir avanzando por la nieve, George miraba algo risueño a su hijo, mientras el Dawson mayor caminaba pensativo con su rifle en manos.
— Alto — dijo John, logrando que todos nos frenáramos en seco — William — llamó a su nieto, quien se acercó cuidadosamente al lugar donde él estaba parado, y con su dedo índice, señaló a un pequeño ciervo que pastaba tranquilamente entre la nieve, dicho animal me dio mucha ternura, y al pensar en que iban a matarlo, mi corazón entero se estremeció, de nuevo, entendí porqué Robert no quiso que yo le acompañara.
— Apunta a la cabeza, hijo — dijo George, yo me oculté tras la espalda de Robert, él volteó a verme de forma incrédula.
— ¿Lo ves? eres un bastardo obstinado.
— ¡No me digas así! — pucheree entre susurros, jadeando al oír una fuerte detonación, agaché de golpe la cabeza, Robert volteó hacía el lugar donde su sobrino gritaba de molestia y se sacudía con frustración.
— ¡No puede ser que fallara, soy un asco!
— Cálmate hijo, ya lo lograrás — dijo George palmeando el hombro del pequeño.
— De hecho, sí le dió — dijo Robert mientras miraba hacía un lugar donde varias manchas de sangre pigmentaban la nieve, él se acercó a dicho lugar con su rifle entre manos, caminé algo dudoso detrás de él, al igual que lo hicieron los hombres que nos acompañaban.
Miré con pesar cómo el pequeño animal se estremecía de dolor en el suelo, los sujetos se acercaron a verlo con detenimiento, palmeando los hombros del quinceañero para motivarle a que termine lo que había empezado.
Will caminó dudoso hacía el pequeño ciervo, apuntándole con el arma y jalando el gatillo sin más, terminando finalmente lo que había empezado hace poco.
— A la próxima apunta mejor — dijo John sin una sola pizca de tacto.
— Papá, es solo un chico — dijo George palmeando el hombro de su hijo.
— Tu hermano a los quince ya cazaba como profesional, ¡si sigues malcriándolo de esa forma solo lograrás que tu hijo sea un perdedor! — dicho esto, Dawson padre nos dio la espalda y siguió caminando, George frunció el ceño con molestia, mientras alborotaba el cabello de su hijo y lo miraba atentamente.
— Ignorenlo, la demencia senil empieza a hacer estragos en él — dijo Robert mientras palmeaba el brazo de su hermano y alborotaba el cabello de su sobrino — Buen trabajo, Will, mejora la puntería ¿de acuerdo?
— Sí tío Bob — murmuró el chico con pesar, me dio ternura ver cómo Robert consolaba a su hermano junto con Sandro, pero igual no pude evitar sentirme mal por la actitud tan brusca del Dawson mayor.
-
— Tu padre es algo bruto — dije mientras caminaba junto a mi prometido, nos habíamos separado un rato del grupo, así que aproveché para dejar que él se desahogara un poco.
— ¡¿Bruto?! ¡jaj! amor, mi padre es la personificación de todo lo que un ser humano amargado e insufrible puede ser — escupió de mala gana mientras sujetaba su rifle con firmeza — No puedo creer que volviera a hacerlo.
— ¿Hacer qué?
— Compararnos a George y a mí, gran parte de mis discusiones con Georgie fueron por culpa de papá, porque cada vez que George hacía algo, él lo menospreciaba diciendo "Robert lo hace mejor, Robert lo ha hecho mejor, Robert es mucho mejor" — sentí un nudo formarse en mi garganta al recordar amargamente mi convivencia con el viejo y con Roger, donde me sucedía algo parecido, no exactamente igual, pero sí era muy parecido — Eso siempre hizo que él me mirara con desdén, cuando yo solo trataba de apoyarlo para que se superara, es irónico ¿no? tratas de ser buen hijo, y terminas opacando a tus hermanos sin siquiera quererlo — murmuró con pesar mientras soltaba un pesado suspiro.
— Lo lamento — murmuré mirándole atentamente.
— Descuida, solo espero que esto no haga que George se enoje conmigo de nuevo.
— No creo que lo haga, es decir, no es tu culpa ser mejor para cazar.
— Trata de explicarle eso a mi padre — murmuró de forma incrédula mientras alzaba el rifle y apuntaba hacía un zorro que estaba oculto entre unos árboles, aunque me quedé helado al ver cómo volteaba a verme juguetonamente — ¿quieres intentarlo?
— ¿E-Enloqueciste? — dije algo abrumado, él sonrió para bajar el arma y sonreírme atentamente.
— No contra el zorrito, puedo poner algún objeto inanimado, solo quiero probar tu puntería.
— Las armas me ponen nervioso.
— Tú quisiste venir, no actúes como niña — me regañó colocando el arma en mis manos, para acto seguido, besarme con deseo, correspondí a dicho beso mientras sujetaba firmemente aquel rifle.
— Bien — dije jadeando suavemente — ¿A qué debo apuntarle?
— Mh, veamos — murmuró mi prometido mirando alrededor con curiosidad — ¿Qué tal a la rama de aquel árbol?
— Está muy lejos — murmuré algo frustrado.
— Vamos, creí que querías demostrar que no eras un bebé — dijo mi prometido maliciosamente, yo le miré de mala gana para alzar el arma de forma que Robert no pudo evitar reírse — Te ves muy gracioso haciendo eso.
— Hago lo que puedo ¡¿bien?! — dije algo frustrado, aunque me asombró sentir cómo mi prometido se paraba detrás de mí y me ayudaba a alzar los brazos y apuntar de mejor forma.
— El secreto es estar relajado — murmuró en mi oído suavemente — Mantener los brazos firmes, y la respiración calmada.
— Me cuesta tener la respiración calmada cuando estás tan cerca de mí — murmuré juguetonamente, Robert me mordió el cuello suavemente, haciéndome jadear de placer.
— Cuando estés seguro de que estás apuntando bien, jala el gatillo — dijo mientras rozaba mi cuello con sus labios, en verdad amaba cuando actuaba de esa forma tan seductora solo porque sí.
Cerré mis ojos mientras jalaba el gatillo sutilmente, asustandome al oír una detonación, pero oír cómo Robert celebraba, me hizo darme cuenta de que logré darle a mi objetivo.
— ¡Jaja, lo hiciste! — dijo alzando los brazos, yo le miré algo dudoso mientras le entregaba nuevamente el arma.
— Bien, toda tuya — él empezó a reír para quitarme el rifle y arrojarlo al suelo, cosa que me hizo arquear curioso una ceja, "¿qué pretendes?" pensé, aunque rápidamente tuve respuestas sobre lo que mi prometido planeaba hacer.
Solté un quejido de asombro al sentir cómo me empujaban contra la nieve, y acto seguido, Robert se colocaba encima mío para empezar a besarme el rostro con dulzura.
— La cacería hoy fue buena al parecer — dijo Robert juguetonamente, yo sonreí de igual forma para seguir besándole con deseo.
— ¿Cómo sería el sexo en la nieve? — pregunté entre besos.
— Nos dará hipotermia, estoy seguro — dijo mi prometido juguetonamente — Aunque admito que me empiezas a tentar para probarlo.
— Ahora no, tonto, tu padre está por ahí, no quiero que nos vean así.
— Gallina — dijo él burlonamente, yo le empujé para tratar de zafarme, aunque jadee cuando Robert me estampó contra la nieve para meter su lengua en mi boca de forma muy brusca.
— Mgh — gimotee tratando de zafarme.
— ¡Robert! — clamó una voz conocida, pero ni oírla logró que mi prometido sacara su lengua de mi boca, no fue hasta que escuchó un brusco grito de parte de esa misma voz, que ambos finalmente reaccionamos — ¡¿Qué significa esto?!
Ambos alzamos rápidamente la mirada, topándonos con un par de ojos azules que nos miraban con odio y decepción, mirada que mi prometido le devolvió sin dudarlo dos veces.
— ¡¿Eres tan indecente que ni siquiera puedes esperar a hacer este tipo de asquerosidades en tu intimidad?!
— ¿Porqué habría de hacerlo? — dijo Robert mientras se relamía el labio inferior, logrando que su padre lo mirara con mucho más odio.
— Tal vez tu madre consienta tu inmoralidad, pero yo no pienso tolerar este tipo de idioteces — dijo el señor Dawson de mala gana para voltear a ver al sujeto que le acompañaba — Sandro, llévate al chico a la cabaña.
— ¡¿Disculpa?! — dijo Robert levantándose de la nieve para acercarse a su padre y verlo con seriedad — ¡¿Papá cuántas veces debo decirte que dejes de meterte en mi vida y en mis decisiones?! — traté de ir tras de Robert para impedir que llegara a los puños con su padre, aunque me puso muy nervioso ver cómo el Dawson mayor colocaba su mano en mi hombro y me empujaba con algo de fuerza.
— ¡Esto es una cuestión de padre e hijo, no te metas en esto!
— ¡¿Quién te crees para ponerle una mano encima a mi pareja?! — gritó mi prometido, logrando que yo sintiera mi sangre helarse por completo.
— Me repugna el orgullo con el que nombras a ese chico como tu "pareja" — dijo John de mala gana, mirándome de reojo con odio absoluto, esa mirada me hizo sentir muy mal, pero no tenía tiempo para lucir avergonzado, mi mayor preocupación era estar parado en medio de la nada, con dos sujetos que se detestaban mutuamente, rodeados de armas y de colinas por las que fácilmente podían arrojarse mutuamente.
— Robert — dijo Sandro mientras apartaba a mi prometido, agradecía que no estuviéramos solos por completo.
— ¡Oigan! — clamó George mientras se acercaba junto a William, mirando preocupados el semblante de odio que se dedicaban Dawson padre y Dawson hijo — ¿Qué está pasando aquí?
— Nada — dijo John de mala gana — Tomen los rifles y vuelvan a la cabaña, debo hablar con Robert a solas.
— ¡Oh vamos! ¿de nuevo peleando? ¿ahora porqué? — dijo Georgie mirándome de reojo, yo agaché la mirada con vergüenza, en verdad odiaba sentir que todo eso había sucedido por mi culpa.
— Nada importante — murmuró mi prometido sonriendo de forma incrédula, esa sonrisa a la que yo tanto le tenía miedo — Vayan a la cabaña, los alcanzo en un rato.
— No, me niego a irme — dije mientras trataba de acercarme, Dawson mayor intentó empujarme de nuevo, pero Robert se paró frente a mí para ver a su padre con odio absoluto.
— ¿Quieres ver lo que soy capaz de hacerte si vuelves a tocarlo? — dijo sin vacilar, sin titubear, de una manera que me hizo temblar, y a juzgar por las caras que pusieron Sandro y George, imagino que ellos sintieron lo mismo que yo.
— Vámonos Will — dijo Georgie palmeando el hombro de su hijo, al mismo tiempo que me hacía una seña para que me fuera con él, en verdad no quería dejar solo a Robert, me daba miedo lo que ambos eran capaces de hacerse el uno al otro, y si había algo que yo odiaba con el alma, era que golpearan a mi novio.
— Vete tranquilo, te alcanzo en un rato — dijo mi prometido mientras me guiñaba sutilmente el ojo, yo le miré con pesar, para luego ver con seriedad a mi suegro, quien me dedicaba un semblante incrédulo y de desprecio, esa mirada me hacía sentir muy mal, pero peor me hacía sentir cuando se la dedicaba a mis hermosos ojos azules, yo sí era merecedor de odio y desprecio, ellos no.
Continuará
Voten y comenten si les ha gustado el capítulo, también recuerden apoyar el libro en las plataformas Alphanovel y Manobook para poder seguir publicando capítulos gratuitos con más frecuencia <3
Y no te olvides de dejar un comentario de apoyo, enserio te lo agradezco <3- Gema
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro