16 - 'Disfrutable'
Nos besábamos hambrientamente mientras él me guiaba a la cama de nuestra habitación, todos se habían ido a dormir, solo faltábamos nosotros.
— Te amo — susurró Robert recostándome de la cama con cuidado — En verdad me encantas, Taylor.
— Robert — murmuré entre besos — Debemos dormir temprano.
— Lo sé — susurró empezando a quitarme la ropa — Solo quiero sentir tu cuerpo desnudo con el mío.
— Amor — jadee en cuanto mi prometido dijo eso, él me levantó para quitarme la ropa de mejor manera, repartiendo besos tiernos por toda mi piel, me sentía en las nubes.
— Perdón, creo que el energizante me tiene inquieto — murmuró terminando de quitarme la ropa interior para pararse detrás de mí y empezar a recorrer mi cuerpo con sus dedos.
— A mí igual — dije algo apenado, volteando para besar a Robert con deseo, él correspondió a mis besos mientras se desabrochaba el pantalón.
— Te amo — murmuró mientras yo me colocaba frente a él para empezar a desabotonarle la camisa, sin dejar de frotar mi lengua contra la de él — Ya quiero llegar a Suiza.
— Yo también — dije entre besos mientras le quitaba la camisa a mi prometido para seguir con el pantalón y la ropa interior, mirándolo de arriba a abajo con deseo — Eres hermoso.
— Tú igual — susurró tomándome de las caderas para volver a besarme, en verdad adoro recordar esa noche por lo embriagante que fue, ambos besándonos con pasión y deseo, sin mucha prisa, sin ninguna pelea absurda de por medio (a pesar de que el tema de la llamada no quedó del todo claro) todo nos dió igual, solo queríamos sentirnos el uno al otro.
Robert me jaló a la cama para sentarse en esta misma y sentarme frente a él, mirándonos fijamente mientras nuestras piernas quedaban de lados opuestos, dicha posición se me hizo muy curiosa, pero más curiosa se me hizo la sonrisa de mi prometido.
— ¿Qué quiere hacer? — pregunté mirándole atentamente.
— No podemos extendernos hoy, pero en verdad necesitamos desahogarnos, así que... — dicho esto, tomó su miembro junto al mío para apegarlos y empezar a masturbarnos a los dos al mismo tiempo, sacándome suaves jadeos de placer que me hicieron estiras las piernas.
— ¡A-Ah, R-Robert! — gemí sacando la lengua — A-Amor, ¿c-cómo se te ocurren estas cosas?
— Soy muy creativo cuando de cogerte se trata — dijo risueño mientras seguía moviendo su mano lentamente, sacándome jadeos roncos y muy lascivos.
— ¡A-Ah, m-más rápido!
— A mí me gusta lento al principio — susurró con voz ronca, echando la cabeza hacía atrás — Mgh, ay amor, ¿s-sabes hace cuánto que no me toco?
— ¿Cinco meses? — pregunté juguetón, él empezó a reír ante mis palabras.
— Días más, días menos, ¿cuál es la diferencia? — murmuró sacando la lengua, me sorprendía ver a Robert tan ansioso, seguramente le desesperaba no poder metérmela — C-Carajo, s-se siente mejor de lo que creía.
— ¿N-Nunca has hecho esto? — pregunté separando las piernas.
— No, e-esto es algo muy íntimo y n-nunca tuve una pareja tan íntima con la que quisiera hacer esto.
— ¿Y Giselle? — él me miró algo incrédulo cuando pregunté eso.
— Nah, Giselle odiaba la masturbación, es todo lo contrario a ti, por eso amo tanto la intimidad contigo amor — sonreí suavemente cuando él me dijo eso — ¿Quieres intentarlo?
— Claro — murmuré tomando con algo de nerviosismo mi miembro y el de Robert, era raro sujetarlos a ambos juntos, normalmente ambos no nos rozábamos de tal manera, pero admito que se sentía bien — A-Ah, ¿p-puedo ir rápido?
— Tú tienes el control, mi amor, haz con nosotros lo que-mgh — gimió mordiéndose el labio inferior, echando un poco la cabeza hacía atrás, en verdad amaba ver a Robert así — Lo que te plazca.
— Robert — gemí acelerando más los movimientos con mi mano, yo era el rey del autoplacer, por lo que no fue de extrañar que Robert no quisiera tomar el mando después de eso.
— Mgh, ¡a-ah Taylor, s-sigue por favor!
— ¿Te gusta, cielo?
— Me encanta, ya veo porqué te tocas tanto, e-en verdad sabes usar esa mano.
— Cállate — dije risueño mientras aceleraba un poco mi vaivén — E-En verdad amo esto, t-tocarme contigo es increíble.
— Taylor, bésame — pidió tomándome del cuello, me fue imposible no sucumbir ante su petición, jadeando entre besos mientras mi lengua y la del señor Dawson se devoraban fuera de nuestras bocas, haciendo más sonoros nuestros jadeos.
— ¡A-Ahh! — gemimos al unísono al sentir un orgasmo que nos hizo venirnos al mismo tiempo, aunque bueno, yo fui el primero en venirme, y a los pocos segundos, Robert lo hizo también.
— A-Ay Ty — murmuró mirando nuestro semen mezclado — ¿Porqué no hicimos esto antes?
— Hay que hacerlo más seguido — le pedí mientras lo recostaba contra la cama y me colocaba sobre él para besarlo con deseo, besos a los que mi prometido correspondió sin dudarlo — Eres lindo cuando gimes.
— Tú igual — dijo juguetonamente mientras me apretaba las nalgas — Carajo, ese energizante sí que me afectó, no debo beber tan seguido esa cosa.
— ¿Porqué? A mí me gustó el resultado — dije entre sutiles pucheros, Robert sonrió pícaramente para seguir besándome con deseo, mientras sus manos acariciaban mis caderas de arriba a abajo, no hicimos otra cosa más que besarnos y acariciarnos esa noche, pero ya con eso fue suficiente para hacernos sentir plenos a ambos.
-
Dormía tranquilamente en el pecho de mi pareja , siendo arrullado por el ligero sonido de su pecho latiendo, habíamos pasado la noche entera besándonos y susurrándonos cosas bonitas, no fue hasta que el reloj marcó la 01:47 que ambos decidimos que ya era hora de dormir.Abrí poco a poco mis ojos sutilmente, bostezando y acariciando el pecho desnudo de Robert, quien dormía pacíficamente boca arriba, sonreí de lado al verle así, me recosté en su pecho para verlo dormir un rato, me gustaba quedarme viendo a mi prometido dormir como si nada, en verdad me llenaba de paz despertar y que lo primero que veían mis ojos, era su hermoso rostro frente a mí.
— Buenos días — susurré pasando mi dedo por su rostro, no me gustaba interrumpir su sueño, pero ya debíamos levantarnos.
— Buenos — respondió sin siquiera abrir los ojos, tomando mi mano para besarla con dulzura — ¿Qué hora es?
— Mgh — miré de reojo la mesa de noche, donde un reloj electrónico marcaba la hora cada día — 06:14.
Mi novio sonrió algo adormilado sin siquiera abrir los ojos.
— Debemos levantarnos ya — susurró abrazándome y quedándose inerte en la cama, sonreí con ternura al verlo actuar de tal forma.
— Robeeert — canturree besándole el cuello y mordiéndolo un poco — Debemos despertarnos.
— Si me sigues mordiendo así te voy a coger, Taylor, primer aviso — murmuró abriendo los ojos y mirándome con seriedad, sonreí juguetonamente ante su expresión severa.
— ¿Y el problema es? — pregunté juguetonamente, él me miró pícaramente para tomarme de las caderas y empezar a besarme con deseo.
— ¿Cómo logras calentarme tanto? — susurró entre besos mientras me mantenía apegado a su cuerpo.
— No estoy seguro — dije entre besos mientras sentía cómo Robert se levantaba de la cama conmigo entre sus brazos, sin apartarse de ese beso, ¿les he hablado de la fuerza que tiene mi prometido?
— Vamos a ducharnos — dijo mientras me llevaba al baño, sin quitar sus manos de mi cuerpo.
— Solo bañarnos — dije mirándole algo serio, él sonrió rodando sus ojos y mirándome coquetamente.
— ¿Me tienes miedo?
— Bastante — respondí mordiéndole suavemente los labios — Eres muy peligroso, cielo.
— Me sonrojas — murmuró mientras me llevaba a la ducha para finalmente bajarme y cerrar la puerta de cristal que mantenía el agua dentro de dicho sitio.
Abrió la llave para empezar a remojarse el cabello, yo le miraba con deleite mientras me apegaba a él para que el agua me mojara también.
— ¿Cuánto dura el vuelo? — pregunté aseando mi cabello.
— Hora y media — dijo mi prometido — No tarda mucho por suerte, odio los viajes largos cuando salgo con mi familia.
— Imagino que debe ser frustrante — dije sintiendo cómo el agua rodaba por mi piel suavemente, aunque me tomó por sorpresa sentir unos cálidos besos en mi cuello de parte de mi pareja.
— Apenas lleguemos te voy a hacer el amor.
— ¡Robeert! — dije entre risas mientras lo dejaba abrazarme y besarme suavemente — ¿Y si nos toca dormir en cuartos separados?
— Me da igual, así deba ir a tu cama durante la noche, pero quiero pasar todo el fin de semana dentro de ti, Taylor, haciéndote gemir de dolor y placer.
— Robert — murmuré volteandome para besar a mi prometido con deseo, besos a los que él me correspondió sin dudarlo.
— Será un fin de semana de ensueño — susurró Robert entre cálidos besos.
— Ya lo creo — dije sintiendo cómo me cargaba con fuerza y me seguía besando mientras el agua caía y nos mojaba por completo, no sé cómo logramos contenernos lo suficiente para no empezar una ardiente ronda de sexo desenfrenado ahí en la ducha, pero si me lo preguntan a mí, eso fue igual de hermoso y sexy que el sexo, siempre lo ha sido, y siempre lo será, en tanto sea con Robert, todo para mí será simplemente bello y disfrutable.
-
Luego de aquella preciosa ducha, ambos salimos del baño y nos dispusimos a vestirnos, mi prometido salió a hablar con sus padres mientras yo terminaba de empacar algunas cosas, tenía miedo de olvidarme de algo.
— A ver — murmuré revisando las cosas que estaban en mi maleta.
— ¿Listo cielo? — preguntó Robert mientras entraba de nuevo a la habitación, llevaba puesto un pantalón blanco y un suéter rojizo que le hacía ver demasiado sexy.
— Sí, solo reviso que no se me olvide nada — murmuré mirando mi maleta con curiosidad — ¿Tienes mi pasaporte?
— Sí Niki — murmuró parándose detrás de mí y besándome suavemente la mejilla, arrugué el entrecejo en cuanto me llamó de tal forma.
— Eres un cretino — dije de mala gana mientras cerraba mi maleta y la bajaba de la cama, él me besó la frente con dulzura cuando dije eso.
— Un cretino que te ama, y con el que te vas a casar — sonreí de lado cuando dijo eso, aunque la palabra "boda" seguía generándome un amargo sabor de boca por todo lo que nos dijimos mutuamente hace tan solo unas horas.
— Tienes razón — susurré tomándole de la mejilla para acariciarla suavemente, él me sonrió de lado al sentir mi suave tacto en su rostro.
— Iré a llamar a mi madre, ¿puedes con las dos maletas?
— Claro — asentí volteando a ver las dos maletas junto a la cama, creerán que teníamos mucho equipaje que llevar, pero la verdad era que Robert y yo no éramos tan "obsesivos" a la hora de viajar, yo ni siquiera llevé ropa cuando fuimos a la playa, y esa vez que fuimos a Suiza solo llevé lo práctico, varios suéteres y pantalones cómodos para la nieve, ¿porqué las mujeres empacan tanta ropa para viajar? yo con un par de boxers y unos jeans limpios podía sobrevivir dos semanas, aunque claro, tal vez si yo fuera mujer las cosas serían distintas.
— Esa carita no me convence — dijo mi prometido juguetonamente.
— ¡Hablo enserio! — dije haciendo un leve puchero, Robert se acercó a la cama antes que yo, no sin antes pasar a mi lado y apretarme una de las nalgas con fuerza, haciéndome jadear del asombro — ¡Degenerado! — dije mirándole con molestia, él me sonrió malicioso mientras tomaba ambas maletas con fuerza, era tan sexy verlo cargar cosas pesadas como si fueran nada.
— ¿Lo dice el que anoche usó sus manos para—
— ¡Pasado pisado! — dije tratando de callar sus palabras, él rió sutilmente para caminar a la puerta de la habitación, yo me fui detrás de él mientras sacudía suavemente mis manos.
— ¿Listos? — dijo Robert mientras se acercaba a la sala, donde toda su familia terminaba de prepararse para salir.
— Sí, hay dos taxis esperándonos abajo — dijo John con seriedad mientras se levantaba del sofá — Vámonos ya.
— Como digan — dijo Robert rodando sutilmente sus ojos, yo caminé hacía la cocina para hablar rápidamente con Teresa antes de irme.
— ¡Teresa! — dije sacando un disco de Luis Miguel para entregárselo — Ten, así puedes poner música mientras no estoy.
— Ay Taylor eres un tesoro — dijo ella apretándome sutilmente la mejilla — Diviértete mucho ¿de acuerdo?
— Sí, gracias Teresa — dije tranquilamente para apartarme de ella y caminar a las escaleras a paso acelerado, ella en verdad me agradaba, por eso trataba de ser lo más empático posible.
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Todos subimos a los taxis y nos fuimos rumbo al aeropuerto, Robert y yo tuvimos que viajar junto a Catherine, al señor John y William, en verdad prefería viajar con ellos que hacerlo con Alice, pero estar junto al padre de Robert siempre me hacía sentir muy nervioso.
Me reconfortó sentir un suave beso en mi frente de parte de mi pareja, le sonreí de lado mientras me acurrucaba junto a él, el auto era lo suficientemente espacioso para que cada uno viajara sin afectar mucho al compañero de al lado, sin embargo, Robert sintió la necesidad de pasar todo el viaje apegado a mi cuerpo, ¿ello me molestaba? en absoluto, amaba el calor corporal de mi novio, y lo reconfortante que era sentir su respiración y su suave palpitar.
— ¿Teddy te llamó? — preguntó pegando su cráneo con el mío.
— No — murmuré mientras miraba a través de la ventana cómo las personas salían a hacer su día a día — Tal vez Peter está en casa y por eso no me llama.
— ¿Le dijiste que iríamos a Suiza?
— No, el tema de la boda me hizo querer colgarle rápido el teléfono — murmuré con pesar, aunque la voz de mi suegra logró alertarnos a ambos.
— ¿Boda? — preguntó curiosa, ambos volteamos pensando qué decir, pero como siempre, Robert me tomó la delantera al hablar.
— La boda, mamá, vamos a una boda ¿no? — dijo cínicamente mientras sus manos se deslizaban hacía mi mano y la apretaba con fuerza, tal vez trataba de ocultar mi anillo, de igual forma yo solo sonreí por inercia, aunque me incomodó mucho mirar de reojo hacía los asientos de adelante, notando cómo el padre de mi prometido nos miraba con desprecio y asco, mirada que me hizo suspirar y volver a ver por la ventana a las personas vivir su vida con tranquilidad, sin miedo a que la gente les juzgara o mirara de mala manera, en verdad envidiaba dicha tranquilidad.
-
Al llegar al aeropuerto, todos avanzamos al pasillo para hacer el chequeo antes de abordar, las mujeres lucían tranquilas y entusiasmadas, mientras los hombres lucían algo estresados, eso se me hizo raro.
— ¿Pasa algo? — pregunté a Robert mientras lo miraba atentamente.
— Sí, solo hay algo de retraso — dijo mi prometido mientras tomaba mi mano y la apretaba suavemente — ¿Estás nervioso?
— Un poco — murmuré pegando mi cabeza del hombro ajeno — No me dejes solo, ¿de acuerdo?— Eso nunca — susurró mientras me besaba la frente con ternura.
— El vuelo se retrasó, tendremos que esperar media hora — dijo John con frustración.
— Relájate cariño — dijo Catherine amablemente — ¿Qué dicen si vamos a desayunar mientras tanto?
— Suena bien — dije algo entusiasmado, Robert me sonrió al ver cómo me animaba a "interactuar" más con su familia.
— Vengan, la cafetería del aeropuerto es estupenda — dijo Catherine mientras nos guiaba, yo apretaba con fuerza la mano de Robert, amaba estar de esa forma con él, y estaba seguro de que él amaba estar así conmigo también.
Continuará
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- Gema
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