12 - 'Amargura Y Decepción'
— Mi amor, sé que te hace falta hacerlo, pero date cuenta, que a veces no podemos hacerlo todos los días.
— ¡Eso lo sé! p-pero aún así — chasquee mi lengua con frustración — Últimamente me has hecho muchísima falta, Robert, lo digo enserio.
— Me conmueves Ty, enserio, y me duele no poder satisfacerte, pero a veces debemos controlarnos un poco ¿no crees? — susurró mientras acariciaba mi rostro suavemente — No creas que eres el único al que le pasa, porque cuando estoy en mi oficina, lo único en lo que puedo pensar es en lo mucho que te quiero coger.
— ¿Enserio? — pregunté soltando un ligero jadeo de deseo, él sonrió con malicia al ver mi reacción.
— ¿Crees que mentiría sobre mi deseo hacía ti? — murmuró acariciando mis labios con su dedo índice — Me vuelves loco cariño, por completo; pero por más que me enloqueces, debemos guardar un poco las ganas, ¿no crees? — un leve dolor llegó a mi pecho al oírle, miré a otro lado tratando de disimular mi expresión de molestia, pero evidentemente no lo logré, porque mi prometido chasqueó su lengua con frustración y empezó a besarme el pecho nuevamente — Perdóname Taylor, mereces más de lo que yo puedo darte.
— No — dije volteando a verlo con atención — ¡No quiero nada más que a ti, solo te quiero a ti, solo te deseo a ti! es por eso que es tan frustrante no poder tenerte cada que lo deseo.
— Eso lo sé bien, y es por eso que me siento tan mal, porque se supone que debo cumplir mis obligaciones de pareja, y no lo estoy haciendo.
— Claro que lo haces — susurré tomándole de las mejillas suavemente — Me amas, me tratas bien a pesar de todos los berrinches y discusiones sinsentido que te armo, te tomas el tiempo de estar conmigo aún cuando tu agenda te lo impide, y no conforme con eso, te tomas unos minutos para darme placer, ¡Robert eso es más de lo que yo podría merecer en toda mi vida!
— Pero sigo sintiendo que te mereces más, que te hace falta algo, algo que yo aún no te puedo dar.
— ¿De qué estás hablando? — pregunté arqueando una ceja, mientras un muy desagradable escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, mi novio me sonrió con algo de pesar, esa mirada no me inspiró confianza en absoluto.
— No es importante — murmuró tomándome de las mejillas para besarme la frente con dulzura — Duérmete, iré a trabajar — dijo mientras se acomodaba sobre la cama y se levantaba de la misma.
— Robert — le jalé del brazo para hacerlo voltear a verme, mi pecho empezó a latir de forma muy dolorosa ante lo que Robert dijo, y como si de un espectro se tratase, la imágen de Teddy apareció en mi mente — ¿Porqué te portas tan misterioso? ¡dime por favor, no quiero que tengas secretos conmigo!
— No es importante, cariño, por favor duérmete, no quiero que te desveles, mañana tenemos muchas cosas que hacer.
— ¡No dormiré hasta que me digas eso, sabes bien que no lo haré! — él sonrió con frustración al oír mis palabras.
— Eres muy obstinado — murmuró tomándome de la barbilla para acariciarme suavemente — Me encanta eso de ti.
— Mi amor, no quiero saber que te sientes insuficiente, por favor dime lo que sucede — murmuré mirándole con pesar Robert chasqueó su lengua y volvió a sentarse junto a mí, para acariciarme la mejilla con ternura.
— Yo viví mi vida, Ty, la he vivido, la he gozado en todo su esplendor, viví cada una de mis etapas y fue muy satisfactorio; en cambio tú, te has cohibido en todo aspecto posible, aún no has empezado a vivir, y ya tendrás una vida de pareja que te limite en todo aspecto posible — fruncí notoriamente el ceño al oírle decir eso, no sonaba a algo que genuinamente pensaría Robert por su cuenta, de hecho, ni yo mismo pensaría en eso de no ser porque Richard me lo repetía cada que podía.
— ¿Tu preocupación es que sientes que me quitas mi juventud? — pregunté de forma incrédula.— Te quito tu oportunidad de vivir todo lo que uno debería vivir a esta edad, Ty; fiestas, amigos, pasas el día encerrado esperándome, y eso me duele mucho.
— ¡No soy de salir a fiestas y lo sabes bien! ¡no soy de tener amigos y lo sabes bien! ¡¡Robert tú me conoces!! ¡¿entonces por qué asumes esas cosas tan de repente?! — mi novio agachó la cabeza en cuanto le dije eso, y al pensar un momento las cosas, llegó a mi mente una revelación muy obvia — ... Fue Yelena ¿verdad?
— ... Insiste en que debo dejarte vivir, porque si no lo hago, podrías hartarte de la vida de pareja muy pronto — mi pecho latió de forma dolorosa en cuanto mi prometido hizo tal confesión, ¿en verdad yo era capaz de algo así? me parecía absurdo, pero pensar que Robert sí me creía capaz de abandonarlo, era muy doloroso.
— ... ¿Me crees capaz de hacerte eso? — susurré con algo de dolor, él me miró fijamente con pesar, su silencio me hizo darme cuenta de que tenía la razón, era horrible darme cuenta de eso.
— No es eso, solo... — tomó aire pensando qué decir — Sé que me amas, Taylor, pero en verdad es injusto que te la pases encerrado esperando por mí.
— Lo hago porque realmente disfruto estar así, Robert, disfruto la tranquilidad, disfruto esperar a que llegues para abrazarte y besarte ¡no cambiaría eso por ninguna otra maldita porquería como salir y festejar! ¡¿cómo me crees capaz de algo así, por Dios santo?! ¡es como si no me conocieras! — me levanté de golpe de la cama para ir rumbo al baño de la habitación, sentí las pisadas de mi prometido detrás de mí, pero yo le impedí acercarse hacía mí, gracias a que me dispuse a cerrar la puerta del baño en su cara.
— ¡¿Ya ves porqué no quería decirlo?! — dijo él al otro lado de la puerta.
— ¡De haber sabido que dirías una idiotez así, yo mismo te habría suplicado que te calles! — exclamé entre risas incrédulas, me dolía el orgullo, me dolía que mi novio me creyera capaz de abandonarlo por algo tan banal, tal vez no estaba tan molesto por su confesión, sino por darme cuenta de que Richard no era el único que me envenenaba la mente — ¡¿Qué más te dice Yelena cuando no estoy, eh?!
— ¡Solo me dio un consejo, Taylor!
— ¡Pues qué consejo tan horrible te dio! — abrí nuevamente la puerta del baño para ver fijamente los ojos de mi novio, lo notaba frustrado, y muy cansado — ¿En verdad necesitas que otra persona te diga lo que podría suceder entre nosotros dos?
— ¡Tú siempre pides opinión de Mónica, y yo no te digo nada!
— ¡¡Es porque yo soy un imbécil!! ¡¡Mónica me ayuda a darme cuenta de mis errores!! ¡¡si no fuera por ella no nos hubiéramos podido reconciliar de buena manera cuando "eso" pasó, y lo sabes!!
— ¡¡Lo sé bien Taylor, y no es mi intención reprocharte sobre tu relación con tu mejor amiga, pero así como yo lo hago te ruego que no me reproches sobre mi relación con Yelena!! ¡¡ella nos ha ayudado mucho!! ¡¿realmente crees que ella sería capaz de desear que nos separemos?!
— No... p-pero ¡¿porqué te da esos consejos tan horribles?! — jadee sintiendo un nudo formándose en mi garganta, y repentinamente, sin que yo pudiera hacer algo para evitarlo, mis inseguridades salieron a flote para saludar — ... ¿Es por eso que has estado posponiendo la boda? — Robert me miró muy abrumado cuando dije eso.
— ¿De qué estás hablando?
— ¿Te da miedo que yo decida dejarte, o-o que yo te falle así como lo hizo Giselle, y es por eso que no has estado posponiendo la boda?
— ¡Taylor por el amor de Dios, no se trata de eso! ¡¿de dónde sacaste que yo trato de sabotear nuestra propia boda?!
— ¡No lo sé, e-es que cada que toco el tema no me das fechas, s-solo dices "pronto" pero no me dices nada más! — él me miró con severidad en cuanto dije eso, tomándose su tiempo para deducir de dónde saqué tal conclusión, a veces odio lo calculador e inteligente que puede ser mi prometido.
— ¿Eso lo dijo tu madre, verdad? — me quedé callado pensando qué decir, él me miraba con una sonrisa incrédula, llevábamos semanas sin tener una discusión tan fuerte, era como si nuestros problemas se hubieran acumulado hasta que simplemente no les quedó otra opción más que explotar — Sabía que no era casualidad tu cambio de humor.
— ¡S-Solo trato de aclarar las cosas!
— ¡No, tratas de buscar más cosas por las cuales discutir, y la paranoica de tu madre te ayuda en tu misión! — escupió de mala gana cruzándose de brazos — ¡¿Sabes una cosa Taylor?! ¡estoy harto de que Teddy te llame solo para lavarte la cabeza! sé que es tu madre, ¡pero lo que te está haciendo no es sano! ¡no lo digo por mí, a mí me da muy igual lo que ella piense, pero cuanto tú empiezas a tomarte personal lo que ella dice ahí sí me molesta, porque yo soy el que debe lidiar con tus cambios de humor y tu ansiedad, Taylor! — sonreí de forma incrédula en cuanto él dijo eso, tenía razón, vaya que la tenía, pero yo solo me enfrascaba en oír solo lo malo e ignorar lo neutral, así ha sido gran parte de mi vida, y fue muchas veces el motivo por el que Robert y yo discutíamos tanto.
— Lamento que tengas que cargar conmigo y con mis cambios de humor, Dawson — dije de mala gana para apartarme de él y caminar hacía la puerta, aunque me detuve en seco para voltear a verle — ¡Ah, por cierto! ¡dile a Yelena que la única forma en la que yo me animaría a dejarte sería porque tú me dejes claro que me odias! ¡pero veo que mis cambios de humor y mi ansiedad harán que eso pase antes de que llegue el día de nuestra maldita boda! — dicho esto, salí de la habitación y cerré de golpe la puerta detrás de mí, no terminaba de comprender cómo acabamos discutiendo de tal manera, pero me dolía darme cuenta de que nuestra "tranquilidad" era solo un delgado trozo de hielo sobre el que ambos estábamos parados, y ese bloque empezaba a fragmentarse de a poco, y cuando se quebrara por completo, caeríamos en un helado lago de amargura y decepción, pensar en ello me dolía, y nuevamente, me hacía gruñir al pensar que, Teddy tenía algo de razón.
-
Después de haberle gritado de tal manera a mi prometido, me quedé acostado en el sofá de la sala a ver televisión y para tratar de dormir, aunque realmente no tenía sueño en absoluto, solo tenía una fuerte migraña causada por esa odiosa discusión, todo lo que dije, todo lo que él dijo, era horrible la manera en la que nos estábamos tratando, y en su mayoría, el problema no era tanto por nosotros, era por dejarnos influenciar por personas ajenas a nuestra relación, cosa que Robert odiaba, pero cuando se trataba de Yelena, ni él mismo tenía control sobre la situación.
Me alertó escuchar unas pisadas acercarse al lugar donde yo estaba acostado, pero eso me dio igual, solo me quedé viendo la televisión mientras apoyaba mi cabeza en mi mano y mi codo sobre el sofá, tratando de lucir lo más indiferente posible.
— No creo que vayas a dejarme — murmuró una voz ronca y algo apagada detrás de mí — No se trata de eso, Taylor.
— Olvídalo, no me importa — dije con voz algo ronca igualmente.
— ¡¿Me vas a hacer la ley del hielo toda la maldita noche?!
— Creí que ibas a trabajar — murmuré tomando el control y cambiando de canal — No te veo en tu despacho.
— Estaba en eso, pero no puedo concentrarme sabiendo que estás molesto conmigo — admitió suspirando pesadamente, admito que eso me dio mucha ternura, pero traté de lucir fuerte, no quería doblegarme tan pronto.
— Mh, qué mal — murmuré levantándome del sofá para caminar a la cocina, seguía desnudo de la cintura para abajo, y vaya que el frío me estaba afectando, pero poco o nada me importó, mi orgullo era mayor que mis ganas de cubrir mi masculinidad.
— Eres tan obstinado — dijo Robert mientras caminaba detrás de mí — ¿En verdad estamos discutiendo por esas idioteces?
— Depende, ¿al decir "idioteces" hablas del hecho de que Yelena te envenena la cabeza, del hecho de que pareces tener algo contra Mónica, de que mi madre te harta, o de que odias mis cambios de humor? — pregunté volteando a verle de forma incrédula, Robert chasqueó su lengua y caminó hacía mí para tomarme de la mejilla suavemente, yo miraba a la nada con seriedad, no quería verle a los ojos, ellos siempre me hacían doblegarme, y realmente no quería hacerlo todavía.
— Sabes que no lo dije con esa intención.
— Sonabas muy seguro — admití mirándole con seriedad, no sé de dónde saqué la fuerza para verle a los ojos y no desmoronarme, él me miró con algo de seriedad para acorralarme contra la pared, mirándome fijamente a los ojos con algo de deseo.
— ¿Te he dicho lo mucho que me excita que te hagas el difícil? — susurró con voz ronca y muy sensual, yo miré a otro lado con seriedad, aunque mi entrepierna empezaba a afectarse por la forma en que Robert se estaba comportando, era justamente lo que el maldito quería.
— ¿Aún con mis cambios de humor? — afirmé cruzándome de brazos — Me sorprende que aún después de eso sientas deseo hacía mí.
— Taylor escúchame — me tomó de las mejillas y me hizo voltear a verlo con seriedad — No lo dije porque odie tu personalidad, ¡amo tu personalidad, amo todo de ti! pero odio que sufras, sobre todo por cosas invisibles que se inventa tu madre.
— ¿En verdad ella las inventa, o tiene razón en lo que dice?
— ¿A qué te refieres?
— ¿Porqué sigues retrasando la boda? — él me miró de forma algo incrédula, para después soltar una leve carcajada.
— Ty, llevamos cinco meses juntos, mes y medio viviendo juntos, ¿quieres planificar una boda tan pronto?
— ¡Sí, sí, eso quiero! ¡porque si no lo hacemos sentiré que no tomas enserio nuestro compromiso!
— ¿En verdad crees que yo no tomo enserio lo nuestro? ¿cariño y el anillo en tu dedo qué es, fantasía? — dijo mirando de reojo la prenda en mi dedo, yo hice lo mismo, mientras un gran rubor inundaba mis mejillas de golpe — ¿Crees que si no te tomara enserio te habría traído a mi país, habría dejado mi empresa, habría peleado con mi familia, todo lo que he hecho hasta ahora, y aún dudas del amor que te tengo, Taylor? — en ese momento me sentí como un completo idiota, odiaba hacerle caso a Teddy y que después Robert me abofeteara con verdades, verdades que yo amaba, pero que era odioso que él me refregara en la cara.
— ...No — respondí agachando la mirada con pesar, él me tomó de la barbilla para hacerme verle a los ojos nuevamente.
— No agaches la cara cuando te esté hablando, sabes que detesto que hagas eso — dijo de forma un poco más severa, él se esforzaba porque yo tuviera autoestima, empezando por corregirme en nuestra relación de pareja — Yelena no me envenena, querido, solo me aconseja, ella no quiere que yo te quite tu juventud, perjura que debo darte más libertades, y siento que tiene razón con lo que dice.
— ¿Cómo puedes decir algo así?
— Ya oíste a Alice ayer, actúo más como tu padre que como tu novio, ¿crees que eso esté bien, Ty?
— Tu hermana es una idiota que ama meterse entre nosotros, ¡yo no te veo como mi padre! ¡eso sería asqueroso!
— Pero yo te estoy sobreprotegiendo, y ya es hora de que te dé más libertades — susurró acariciando mis mejillas suavemente — Pronto empezarás la universidad, y con ello vienen muchas nuevas experiencias, fiestas, fraternidades, quiero que vivas todo eso, cariño.
— ¡Yo no necesito eso! y-yo odio salir, odio las fiestas, ¡salía a beber con Mónica solo por ser ella! — Robert empezó a reír al ver mi reacción.
— Lo sé, pero igual quiero que salgas más, cariño, te lo mereces — bufé rodando mis ojos — ¿Esa cara porqué?
— ¡Porque yo odio salir! ¡además tú eres mi único amigo aquí en Londres!
— ¿Qué hay de Richard y Page? — tragué en seco pensando qué excusa decir, me sorprendía que Robert me diera permiso de salir con ellos, se notaba que realmente se estaba esforzando por darme mi espacio, la confianza que debía tenerme era increíble, pero aún así, yo no me animaba a salir con Page y con el tigre, sentía que ella me juzgaba y hablaba de mí a mis espaldas, y él me insistía en que debía acostarme con otras personas a parte de mi prometido, ni loco pasaría toda una noche bebiendo con ellos.
— ... Ellos están ocupados — murmuré mirando a otro lado, Robert arqueó una ceja con severidad, yo le miré con pena para intentar distraerlo — Amor, ¿seguro que quieres hacerle caso a las cizañas de tu hermana? es decir, así como estamos ¡estamos perfectamente bien!
— Taylor, te pedí que fueras por compras y acabaste al otro lado de la ciudad — murmuró mirándome con seriedad, rodé mis ojos con molestia al oírle reprocharme esa anécdota una y otra vez — Obviamente mi trato hacía ti no cambiará, el amor que te doy, y nuestra relación como tal, pero sí quiero que trates de tener más vida social, todo tu mundo no puede girar entorno a mí — sus palabras me hicieron sentir un leve dolor en mi pecho, Robert no quería que yo fuera dependiente de él, no porque me odiara, al contrario, lo hacía porque me amaba, y no quería que yo sufriera por mi obvia dependencia hacía él, tal y como sucedió cuando ambos nos separamos, eso lo entendía al verlo a los ojos, pero igual me dolía muchísimo estar en tales circunstancias.
— ... Supongo que tienes razón — murmuré llevando uno de mis mechones tras mi oreja.
— Bien, una cosa menos; ahora, no tengo nada contra Mónica, y eso lo sabes bien.
— A veces siento que te molesta lo cercano que soy a ella.
— Jamás, a ella le debo demasiado Taylor, te cuidó cuando nos separamos, y es el único ser humano que logra calmarte cuando te gana la ira — murmuró acercándose a mí para abrazarme de la cintura y besarme la mejilla con ternura, me dejé besar sintiendo mis mejillas ruborizarse.
— ... Yo no tengo nada tampoco contra Yelena — admití mientras mis últimos esfuerzos por hacerme el difícil trataban de perseverar, pero los besos de mi prometido siempre lograban seducirme.
— Menos mal, ella en serio te quiere, Ty, incluso me grita cuando te dejo solo tanto tiempo.
— Ya veo — susurré pegando mi cara en el hombro ajeno, aunque me sorprendió sentir cómo Robert me cargaba y me llevaba a la isla de la cocina para sentarme en ella y colocarse entre mis piernas — ¿Qué pretendes?
— Todo empezó porque no quise hacerte el amor, y estoy tratando de reponer mis errores, así que... — murmuró mientras empezaba a repartir besos por mi cuello, yo luchaba por resistirme, pero era inútil, los besos de mi prometido me enloquecían como nunca.
— R-Robert — gemí por debajo acariciando su cabello — ¿S-Seguro que podemos? e-es decir, d-debes trabajar y haces mal al seguir consintiéndome así — gimotee echando la cabeza hacía atrás mientras él seguía dejándome chupones muy pronunciados en la piel — Está mal que me des sexo cuando te lo pido, seré yo el que sufra cuando no podamos coger.
— ¿Crees que yo no sufriré al no poder hacer gemir a mi gatito de ojos cafés? — dicho esto, me recostó en aquel mesón para manosear mis glúteos y acariciarlos suavemente — ¿Alguna vez follamos aquí?
— N-No sobre este mesón — susurré de forma sumisa, quedándome quieto y dejando que él siguiera con lo suyo, al fin y al cabo ¿a quién quería yo engañar? moría porque Robert me follara, aún estando enojado con él, solo podía pensar en lo mucho que mi cuerpo añoraba el suyo, desde el primer día fue así, y aún hoy en día sigue siendo así.
Gemí de forma ronca al sentir cómo mi prometido entraba a mi cuerpo, haciéndome estremecerme sobre aquel mueble de mármol hermosamente pulido, estaba algo frío, pero al cabo de unos minutos, se calentó casi tanto como mi piel y la del señor Dawson.
Continuará
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