112 - 'Realidad'
— Qué tipo tan simpático — dijo Robert de mala gana mientras caminaba por aquella habitación cruzado de brazos, yo estaba sentado en la cama doblando algo de ropa de mamá — Jaj, está loco si cree que me alejaré de ti; empaca, nos vamos de aquí.
— No dejaré sola a mamá — dije mientras hacía a un lado la blusa que doblé.
— Ni yo, nos la vamos a llevar.
— Ella no quiere irse.
— ¡¿Qué?! ¡¿se quiere quedar con este infeliz?!
— ¡No es por él! e-es que esta es la casa donde creció, aquí su madre la crió, y quiere sentir que está cerca de ella, al menos solo en esencia.
— Jaj, fantástico — murmuró de mala gana — Taylor yo no te voy a dejar solo con ese tipo, ¡ni loco!
— ¿Estás celoso? — pregunté mirándole con curiosidad, él suspiró para sentarse a mi lado y verme con algo de frustración.
— No son celos, Ty; solo... me irrita ¿sí? ese tipo cree que puede mandar sobre ti, cree que puede alejarme de mi esposo, y creeme que se equivoca si eso es lo que pretende.
— Qué hombre tan posesivo eres — dije mientras le sonreía de lado, apretando sus mejillas con fuerza, logrando sacarle una sonrisa cínica — ¿No te gusta que otros hombres me dominen, eh?
— ¿Se me nota mucho? — preguntó cínicamente, acercándose con intenciones de besarme, pero antes de poder rozar nuestros labios, volteamos al oír la puerta del baño abrirse, y a mi madre salir del mismo.
— ¡No te preocupes, Robert querido! ¡tú te quedas aquí, y que te dé igual lo que el idiota de Stan te quiera decir!
— Me basta con tu permiso, suegra — dijo cínicamente mientras iba conmigo a sujetarla de los brazos y guiarla de vuelta a la cama.
— Ambos acaban de casarse, tienen derecho de estar en casa disfrutándose el uno del otro, no aquí cuidando de una idiota como yo.
— Deja de llamarte así, Tedd — le regañé mientras la cubría con una manta — Ahora duerme un poco ¿sí?
— "Come, duerme, come, duerme", jaj, me tratas como si fuera una anciana decrépita, Taylor — me reclamó mientras se acurrucaba en la cama, reí por debajo al oírle, me alegraba que mantuviera su sentido del humor a pesar de todo.
En cuanto Teddy se durmió, me fuí con Robert a la habitación donde yo me hospedaba, era tan emocionante y abrumador estar a solas con él después de días sin vernos, sé que ustedes lo verán ridículo, pero era la primera vez en más de un año que nos alejábamos por tanto tiempo, para ambos fue bastante abrumador.
— Así que... — susurré mientras me pegaba un poco a él, tomando sus manos y apretándolas con fuerza — ¿Me echaste de menos tanto como yo a ti, mi amor?
— Por supuesto, no sabes cómo me moría por hacer esto — susurró tomándome del cuello para darme un hambriento beso en los labios, beso al que correspondí aferrándome a su cuerpo con firmeza, el cosquilleo en mi cuerpo era tan sofocante, era el típico cosquilleo que sentía cuando quería hacer el amor con Robert, pero no me sentía tan animado como para hacer eso, creí que Robert me propondría tener sexo, pero en ningún momento lo insinuó si quiera, imagino que él sabía que no me sentía del todo bien, y quería darme mi espacio, no saben cómo amo a mi esposo por eso.
Nos seguimos besando por un buen rato, hasta que decidimos recostarnos y platicar un poco para ponernos al día, le pregunté por Algodón y por Teresa, mientras él me preguntaba por Mónica, y claro, por el diagnóstico que le hicieron a Teddy.
— Está en etapa avanzada — murmuré mientras me acurrucaba en el pecho de mi esposo — Me preocupa que el tratamiento no surta efecto a tiempo.
— Lo hará, Ty; debemos tener fé de ello — dijo mientras me acariciaba el cabello — Recuerda lo que te dije ¿sí? debes ser fuerte, cariño.
— Lo sé — susurré alzando un poco la mirada — Gracias por venir a acompañarme, en verdad te necesitaba aquí conmigo.
— Oh cariño — susurró abrazándome con fuerza — Yo no habría dudado dos veces en venir y lo sabes, lamento mucho que hayas tenido que viajar solo, te prometo que esto no se va a repetir.
— ¿Qué excusa inventaste en el trabajo para venir?
— Ninguna, solo dije que la salud de mi suegra se agravó, y que debía viajar a américa de emergencia, Doughnut enloqueció, Greene quería colgarme vivo, pero Yelena me insistió en que debía de venir pronto, incluso me gritó por no venir contigo el mismo día.
— No lo dudo de Yelena — dije mientras tomaba las mejillas ajenas y las apretaba un poco — Me encantas, ¿sabes?
— Y tú a mí — dicho esto, me abrazó con fuerza para besarme otra vez, besos a los que correspondí lentamente, estar entre los brazos de Robert fue muy reconfortante, tanto así, que no pude evitar quedarme profundamente dormido en ellos.
-
Los días siguieron pasando con lentitud, Robert me ayudaba mucho con Teddy, aunque la tensión entre él y Stan me provocaban una preocupación enorme, sentía que en cualquier momento ambos discutirían fuertemente, y no habría poder humano que evitara que el señor Dawson le diera su merecido a mi odioso tío.
Caminaba por la orilla de una enorme playa, donde el sol empezaba a ponerse, aunque el cielo todavía tenía un hermoso color naranja adornándole.
— Es extraño — escuché una voz cerca de mí, se trataba de Teddy, quien vestía de blanco mientras me miraba con ternura — Es extraño ¿no crees?
— ¿Qué cosa? — pregunté mientras trataba de acercarme a ella, aunque por más que lo intentaba, no lograba avanzar.
— Creí que tu estancia en este mundo sería corta, y mírate, eres un hombre hecho y derecho, y yo, bueno... es un poco irónico, ¿no?
— Mamá, ¿de qué estás hablando?
— Será mejor que despiertes ya, cariño.
Jadee pesadamente mientras me sentaba de golpe en la cama y abría los ojos sin más, dándome cuenta de que aquello que me perturbaba, solo era uno de esos extraños sueños que atormentaban mi sentido común, pero que, como casi todos mis sueños, erizó por completo mi piel.
— ¿Amor? — murmuró Robert con voz adormilada, alzando la cabeza y viéndome con curiosidad, aún tenía los ojos entrecerrados, se notaba que fuí yo quien lo desperté — Cariño, ¿qué te ocurre?
— D-Debo ver a Teddy — dije mientras me levantaba de la cama e iba corriendo a la salida de la habitación, dejando a mi esposo con la palabra en la boca.
Fuí hasta la habitación de mamá, y apenas llegué, vi que la cama estaba vacía, y al escuchar unos ruidos en el baño, supe de inmediato el paradero de mi progenitora.
— ¡Teddy! — clamé mientras iba al baño para tocar la puerta — ¿Todo bien?
Ella rápidamente abrió la puerta, saliendo del baño con una sonrisa tranquila.
— Hola cariño, te levantaste temprano hoy.
— ¿Cómo estás, estás bien? — pregunté tomándole de los hombros, ella me miró con curiosidad en cuanto pregunté eso.
— Sí, solo me siento algo cansada, pero nada más — admitió mientras me tomaba de la mano y la besaba suavemente — ¿Qué te ocurre, cielo? te noto algo tenso.
— Y-Yo— traté de hablar, pero ella de repente me interrumpió.
— No me digas que tú y Robert tienen "problemas" — le miré con incredulidad en cuanto ella dijo eso.
— ¿Qué? ¡no!
— ¿Enserio? porque se te nota en la cara que te falta "atención" cariño.
— Teddy, estoy bien ¿sí? por favor no sigas diciendo esas cosas — murmuré con vergüenza mientras tomaba su mano y la guiaba de vuelta a la cama — ¿Segura que te sientes bien?
— Sí, solo algo cansada — respondió mientras se recostaba en la cama y me veía con atención.
— Bien, hora de darte tus medicinas — dije mientras iba a la mesa donde estaban las medicinas que bebía mamá, aunque me alertó ver que estas ya estaban por terminarse — No puede ser.
— ¿Todo bien?
— Sí, no te preocupes — dije mientras me acercaba con las pastillas y un vaso de agua — Debo ir a la farmacia por más pastillas, ¿crees poder quedarte sola con Arnold y Lauren mientras no estoy?
— Bien — asintió al acabar de tomarse las pastillas — Pero llévate a Robert, no me gusta que se quede aquí solo, Arnold hace muchas preguntas estúpidas, y estoy segura de que Lauren le tiene ganas.
— Somos dos — dije con algo de molestia — Descuida, él irá conmigo.
— Qué bueno, me gusta que pases tiempo con él, cariño, después de todo, es tu esposo, debes empezar a dedicarle tiempo.
— Yo le dedico tiempo suficiente a Robert, ma; pero por ahora mi prioridad eres tú, ya tendré toda la vida para priorizar a mi esposo — admití mientras una sonrisa se dibujaba en mi rostro, me encantaba imaginar mi futuro junto a Robert, por más monótono y rutinario que fuese.
— Yo le dedicaba mucho tiempo a Tyrone cuando me casé, aproveché cada minuto que tuve a su lado — explicaba mientras miraba a la nada, notaba la expresión de Teddy algo apagada, solo cuando hablaba de nosotros (Tyson y yo) y de Tyrone, a quien últimamente citaba muy seguido cada día, era que su rostro mostraba una sonrisa, y sus ojos cobraban cierto brillo tenue, brillo que me causaba algo de dolor en el pecho.
— No lo dudo — dije mientras le besaba la mejilla y la recostaba en la cama con cuidado — Iré por tus pastillas, volveré pronto ¿de acuerdo?
— Bien — susurró mientras me tomaba la mano y la besaba suavemente — Mucha suerte, cariño; por favor no tardes mucho, sabes que a Tyson no le gusta quedarse solo sin ti.
Sonreí con dolor cuando la escuché decir eso, era común que debido a su condición avanzada ella presentara un ligero grado de demencia y algo de desorientación, pero verla así solo me hacía sentir pena, y mucho miedo.
— No tardaré, lo prometo — dicho esto, me levanté y caminé a la puerta de aquella habitación, volteando a ver de reojo a mi madre, quien miraba a la nada mientras una expresión cansada y perdida se dibujaba en su rostro, no tengo idea de todo lo que pasaba por tu mente en esos días, Teddy, solo espero que tu dolor no haya sido tan severo.
-
— Buen día — habló mi esposo al llegar al mostrador de aquella farmacia grande y algo concurrida, no fue la misma a la que fuí hace tiempo, juré que no volvería ahí, y es una promesa que he mantenido hasta el momento — ¿Podría darme estos medicamentos, por favor?
— A ver — dijo la señora mientras leía la receta médica, nos miró de reojo con algo de curiosidad, pero al menos se abstuvo de decirnos algo, solo sonrió apenada y fue corriendo por las pastillas que le pedimos, aunque su expresión no pasó desapercibida para el señor Dawson.
— Jaj, ¿un hombre no puede comprar medicamentos para el sida sin que lo vean como si fuera una loca? — dijo de mala gana mientras volteaba a verme, aunque yo miraba a la nada con pesadez — ¿Cariño?
— ¿Mh? — respondí sin necesidad de usar palabras, y sin voltear a ver a mi esposo al menos, solo miraba a la nada mientras recordaba con dolor y angustia las palabras de Teddy.
— ¿Estás bien? te noto algo perdido el día de hoy.
— Solo estoy cansado — susurré tomándole de la mano para apretarla un poco — No dormí bien anoche, el colchón es muy incómodo.
— Lo sé, dormir sobre piedras sería más cómodo — escupió mi esposo con fastidio, él odiaba cada aspecto de quedarnos bajo el techo de Stan, aunque se abstenía de quejarse (al menos no tanto como lo habría hecho habitualmente), imagino que sentía pena por mí, cómo odio pensar en eso.
Una cálida caricia en mi mejilla me hizo alzar la mirada finalmente, y al ver la ternura con la que me detallaban las joyas azules de mi amado esposo, no pude evitar dedicarle una tímida sonrisa, aún cuando mi alma se sentía agotada, y sin ganas de sonreír.
— ¿Te preocupa Teddy, no es así?
— ... Habló incoherencias esta mañana, otra vez — admití mientras tomaba la mano de Robert y la apretaba con fuerza, trataba de no platicar tanto sobre mi miedo, porque mayor era el pavor de atraer el mal augurio con mi paranoia, aunque fue muy infantil de mi parte creer eso por tanto tiempo, lo que pasó iba a suceder igual, me llevó mucho tiempo aceptar esa cruda realidad que me ha atormentado por tanto tiempo — ¿C-Crees que esté empeorando?
— Está delicada, pero podrá mejorar, Ty, estoy seguro — susurró mientras tomaba mis mejillas y me besaba la frente con ternura, sacándome suaves y pesados jadeos.
— ¿Te han llamado de Londres?
— Sin parar, pero descuida, ni loco pienso dejarte solo otra vez — afirmó mientras me abrazaba y acariciaba mi cabello sutilmente, amaba la forma en la que él me mimaba porque sí, ¿ya se los he dicho?
-
Regresamos a casa lo más pronto posible, y al volver, Robert nos dejó a Teddy y a mí en el sofá de la sala, normalmente nos dejaba ver televisión ahí mientras preparaba el almuerzo, él detestaba la comida de Lauren y de Stan, entendía bien que Teddy no comía porque (según él) esa comida era asquerosa, así que él se volvió el chef personal de mamá, ¿y lo más irónico? ella comía cada cosa que mi esposo le daba, creo que no soy el único al que le era fácil sucumbir ante los embelesantes encantos del señor Dawson.
— Ese programa es aburrido — dijo ella mientras se acurrucaba en las gruesas mantas que le pusimos en el sofá. Yo cambié de canal mientras bostezaba un poco, me sentía realmente exhausto, la noche anterior había dormido solo algunas horas, entre el insomnio ansioso y la vigilia hacía Teddy no me dejaban dormir a gusto.
— Los reallitys americanos dan asco — dije mientras abrazaba mis propias piernas, viendo de reojo cómo mamá sonreía al ver el televisor con detenimiento, me di cuenta de que estaban transmitiendo una vieja película a blanco y negro, que al parecer logró captar su atención de golpe.
— Mira, esa es la película favorita de Ty — dijo mientras veía fijamente el televisor, fruncí confundido el ceño al oírle decir eso.
— ¿Mía? mamá creo que te equivocas, no he visto esa película en mi vida.
— Hablo de tu padre, tonto; Tyrone, yo siempre le decía "Ty" de cariño — murmuró mientras sonreía cálidamente y con algo de cansancio, me quedé helado al oírle decir eso, siempre creí que me decía "Ty" para abreviar mi nombre, pero saber que me llamaba así en honor a su esposo, me dejaba bastantes dudas en la mente.
— ¿Quién tiene hambre? — dijo Robert al llegar a la sala, colocando unos platos sobre la mesa de centro mientras se sentaba en otro mueble cercano a nosotros — Me encargué de no condimentar tanto el tuyo, querida Teddy, pero creeme que eso no le restará sabor en absoluto.
— Eres un ángel, Robert — dijo mamá mientras se sentaba con cuidado en el sofá, tomando el plato de comida para soplarlo un poco — Ojalá tenga una hija que pueda casarse contigo.
Robert rió por debajo con algo de curiosidad, pero al ver mi semblante de preocupación, dejó rápidamente de reír.
— Ya estoy casado, Teddy; de hecho, me casé con uno de tus hijos, ¿lo olvidas?
— A Tyson no le gustan los hombres — renegó, Robert sonrió cálidamente para mirarme de reojo.
— Me refiero a Taylor, tu hijo menor.
— ¿Taylor? — dijo ella mientras volteaba a verme, sonriéndome con ternura y algo de emoción — Oh Taylor, ¿te vas a casar, cariño?
— Sí mamá, será una boda muy linda — susurré mientras sonreía con pesar, luchando por contener las lágrimas de angustia que se aglomeraban en mis ojos.
— Te traeré agua, suegra; ¿me ayudas, Ty?
— Claro — murmuré mientras me ponía de pie, notando cómo Teddy dejaba de lado el plato de comida y se quedaba viendo la televisión sin más.
Al llegar a la cocina, Robert me tomó de los hombros y me besó la frente suavemente, acariciando mis mejillas mientras yo jadeaba con pesadez, al mismo tiempo que miraba a la nada sin saber exactamente qué decir.
— Respira — susurró mientras me besaba el hombro.
— Está desvariando — admití mientras sonreía con dolor, él pegó su frente con la mía mientras me miraba con preocupación, ¿tan mal me puse? no lo dudo, pero igual me causa algo de asombro.
— Solo está algo confundida.
— Está hablando de un muerto, Robert; ¡¿cómo significa eso estar confundida?!
— Ty cálmate por favor — dijo mientras me tomaba de las mejillas con firmeza y me observaba con algo de seriedad, no seriedad negativa, era la misma seriedad que me dedicaba cuando yo debía entrar en razón, así que no lo tomé a mal, todo lo contrario, hice lo que él me dijo; tomé aire y traté de relajarme, debía permanecer fuerte, aunque apenas estaba entrando al ojo del huracán.
— Tienes razón — susurré apartándome de él para sonreírle con algo de pesar y caminar al refrigerador para tomar un vaso con agua — Ella estará bien.
— Lo estará, Ty — dijo mi esposo mientras me observaba con detenimiento.
— Así es, lo estará — reafirmé mientras sonreía con angustia y algo de cinismo, al mismo tiempo que me disponía a caminar de vuelta a la sala con mamá.
Al regresar al lugar en cuestión, me acerqué al sofá donde estaba Teddy sentada, viendo con recelo que ella estaba aparentemente dormida en el sofá, me sorprendía la rapidéz con la que se había quedado "dormida".
— Oye Tedd — le hablé mientras me sentaba a su lado y dejaba de lado el vaso con agua, para tomar el brazo de Teddy y agitarla un poco, aunque me alertó ver que ella no reaccionó a mi llamado — Teddy, ¿mamá?
Tomé su muñeca con intenciones de agitarla, pero rápidamente llamó mi atención sentir que algo faltaba en ella, al tocar su piel sentí la ausencia de algo muy importante, pulso.
— ¡¿Teddy?! — jadee mientras palpaba su muñeca para tratar de verificar que enserio no tenía pulso, y al sentir su mano más inerte que un reloj roto, varias lágrimas de terror empezaron a rodar por mis mejillas.
— ¡¿Qué ocurre?! — clamó Robert al llegar y ver cómo yo empezaba agitar el cuerpo de mamá para tratar de animarla, pero por más que yo luchaba, ella no parecía reaccionar.
Él rápidamente me apartó para intentar ayudarla, mientras yo luchaba por recordar dónde había dejado el maldito celular para llamar a emergencias, aunque mi mente poco a poco empezó a quedarse en blanco.
Me cuesta recordar qué sucedió después de eso, solo recuerdo a Robert cargando a Teddy hacía su auto para llevarla al hospital, mientras yo jadeaba pesadamente y miraba con terror el cuerpo de mamá inconsciente, recordando amargamente aquel tacto frío y vacío, donde me fue imposible sentir una señal de vida de parte de mi madre, dicho recuerdo aún atormenta mi memoria de vez en cuando.
Continuará
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- Gema
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