100 - 'Pánico'
Al llegar a Cambridge, todos tomamos un taxi para ir a casa de mis suegros, y aún cuando llegamos allá, tanto Catherine como Teddy me obligaron a dormir en un cuarto alejado del de Robert, algo que me estaba fastidiando bastante, y ni hablemos de la cara de molestia y frustración que él tenía, y de las caras de lujuria que me dedicaba cuando nos veíamos de frente.
Dormí en un cuarto junto al de mi madre, para que así, cualquier ruido raro hacía que ella fuera a verme, no entendía porqué tanto recelo, yo ya no era virgen, ¿porqué me cuidaban tanto el trasero? sentía que solo lo hacían para fastidiarnos a ambos, porque mi cara de frustración y la de Robert hacía a mi suegra y a mi madre reír por igual.
— Buenos días — murmuré mientras bajaba al comedor, eran las 08:15 de la mañana si mal no recuerdo, quería seguir durmiendo enserio, pero Mónica me insistió que debíamos salir temprano ese día ¿adónde? no tenía ni la menor idea.
— Hola cariño — dijo mi madre juguetonamente, la miré con frustración mientras me sentaba al lado suyo y de Mónica, para untar algo de jalea en un bizcocho, sintiendo curiosidad al no ver a Robert en la mesa — ¿Emocionado por mañana?
— Eso creo — susurré mordiendo mi comida, la verdad era, que la frustración sexual de la noche anterior no me dejó pensar en algo que no fuera el pene de Robert, y solo añoraba la boda para que al fin nos dejaran coger a gusto — ¿Robert dónde está?
— Salió a ver unas cosas de la boda con Yelena — dijo mi suegra, quien estaba al otro lado de la mesa al igual que el novio de Mónica, algo que se me hizo un poco raro en realidad.
— ¿Yelena ya llegó? — pregunté.
— Así es, llegó muy temprano para arreglar todo lo de la recepción, y también está preparando la despedida de soltero de Robert.
— Es verdad, olvidé eso por completo — murmuré mordiendo de nuevo el pan, había olvidado por completo los "rituales prenupciales" comunes, entre ellos la famosa "despedida de soltero" que podía verse involucrada en muchas cosas, incluso en que la boda fuera cancelada por adulterio (en el caso más extremo) pero obviamente yo no me ví amenazado en absoluto, o bueno, no al principio.
— Descuida, tú tendrás la tuya también — dijo Mónica mientras me tomaba del brazo y me lo agitaba un poco, yo le sonreí de lado sutilmente, aunque ver de reojo al sujeto que texteaba con mala cara desde el otro lado de la mesa, me hizo dudar bastante.
— ¿Y te dejan salir conmigo, o te soltarán la correa por hoy? — murmuré con obvias intenciones de retar a Mónica, ella me miró con algo de fastidio cuando dije eso.
— Spencer es mi novio, no mi dueño, puedo salir con mi mejor amigo a beber sin que actúe como un bruto.
— Lo dudo — dije mientras la tomaba de las mejillas y las apretaba un poco, mirando con recelo una mordida en el labio de ella — Vaya que ese tipo no sabe de autocontrol.
— S-Solo es una mordida pequeña — dijo ella mientras se sobaba el labio — Sabes cómo son los hombres cuando los ataca la lujuria.
— ¡No me hables de eso, estoy muriendo de ganas de hacerlo! — murmuré haciendo cara de fastidio, cara que hizo a Moni reír por debajo.
— Bien, se nos hará tarde, hora de irnos ya — dijo mi suegra mientras se levantaba de la mesa, acción que replicaron mi madre y mi mejor amiga, ambas me jalaron de los brazos y me guiaron a la salida de la cocina, yo rápidamente me metí el trozo de pan a la boca mientras las miraba con curiosidad y algo de recelo.
-
Salimos de la casa de mis suegros, y nos fuimos rumbo a un spa bastante grande y muy lujoso, donde entraban y salían muchas personas, me aterraba mucho que se repitiera el incidente de suiza, pero pensé que al ir sin el odioso de John Dawson, las cosas no serían tan incómodas como antes.
— Bienvenidos — habló la mujer de recepción al vernos llegar.
— Hola cariño — dijo mi suegra mientras me jalaba del brazo y me colocaba frente a aquella mujer — Este es mi yerno Taylor, venimos a que se haga un tratamiento completo, ¡se casa mañana!
— Tengo justo lo que necesitan — dijo la jóven mientras tomaba una planilla y nos guiaba a las habitaciones para cambiarnos, Teddy y Mónica me empujaban mientras Catherine le pedía a la chica un tratamiento completo para mí, algo que me puso muy nervioso, a decir verdad, odio tanto que Robert tenga tanta razón al llamarme "gato".
-
— Ay por Dios — murmuré suavemente al sentir cómo me masajeaban la espalda, no creí que el masaje viniera incluído con el tratamiento facial, pero tal parecía que sí.
— Suena a que lo disfrutas — dijo Moni con diversión, ellas también se arreglaron en aquel spa, el cual, me enteré tiempo después, que la madre de Robert tenía acciones ahí, y por ello la atención hacía nosotros fue tan personalizada y considerablemente privilegiada.
— Como nunca — respondí mientras la chica de los masajes se encargaba de aliviar la presión en mis hombros, nunca creí que una mujer podría hacerme sentir tan satisfecho en mi vida, sé que no era en el sentido que esperan, pero igual era sorprendente para mí.
— Talla bien sus muslos, querida, mi yerno debe tener a mi pobre hijo totalmente exhausto físicamente — dijo Teddy, haciendo que Mónica y Catherine rieran por debajo, y que yo alzara la mirada para verla con fastidio.
— Ja-ja — dije de mala gana, jadeando al sentir algo de dolor en el cuello — Ay ¿eso qué fue?
— Tienes una presión rara en el cuello — explicó ella mientras pasaba sus manos por mis músculos — ¿Has hecho algún tipo de movimiento raro últimamente?
— No te recomiendo preguntarle — dijo Mónica, logrando que yo le mirara con molestia.
— Es por quedarme leyendo hasta tarde, idiota — dije de mala gana, dejando que la chica prosiguiera con lo suyo — ¿Ustedes creen que Robert y yo solo nos dedicamos a hacerlo día y noche?
— Te enojaste porque no te dejé irte con él ayer, es fácil sacar algunas conclusiones — dijo mi madre mientras leía una revista, me avergonzaba tanto tener ese tipo de conversaciones frente a extrañas, pero aún más frente a la madre de mi novio.
— No te sientas apenado, Taylor, es normal que su vida sexual sea activa, ambos son jóvenes — dijo Catherine — Y deben aprovechar ahora, antes de que lleguen los hijos.
Me alertó escuchar cómo Teddy escupía de repente el sorbo de agua que acababa de tomar, al mismo tiempo que veía algo perdida a Catherine y luego me miraba a mí.
— ¿Hijos?
— Amm...— dudé sobre qué decir al respecto, nunca le hablé a mamá sobre la idea de adoptar, dí por sentado que ella nunca me preguntaría, yo era gay, por Dios santo, ¡obviamente eso descartaría que yo quisiera tener descendencia! por ende, no tenía idea sobre qué reacción tendría al saber que yo planeaba adoptar hijos con el señor Dawson.
— ¿No era chiste cuando Robert dijo que quería hijos contigo? — preguntó, y no tuve oportunidad de hablar, porque fue Catherine quien respondió.
— Así es, Robert añora tener hijos, y me prometió que casarse con Taylor no sería un impedimento para lograrlo.
— Yo no sabía que Taylor quería hijos — dijo mi madre, yo agaché la mirada sin saber qué responder, no quería sermones de Teddy, y sentía que la idea de ser padre haría que ella me sermoneara hasta el hartazgo.
— Igual es algo precipitado pensar en eso — dijo Mónica tratando de aligerar las cosas, no saben cómo me alegro de que ella estuviera presente — Ty aún no termina la universidad, y Robert tiene demasiado trabajo, sería muy cruel adoptar a un bebé en dichas circunstancias.
— Oh, por supuesto — dijo mi suegra — Por eso digo que deben aprovecharse el uno al otro ahora que pueden, porque cuando empiecen a adoptar, la intimidad entre ustedes se volverá nula.
Escuchar eso me llenó de pánico, y al mismo tiempo me hizo sentir muy asfixiado, por un momento sentí que mi futuro se estaba escribiendo solo, y que yo apenas y tenía manera de controlar mis decisiones a futuro, mis acciones ya estaban premeditadas, tanto por Robert como por su familia, ya para esas alturas creía que el pánico prenupcial no me afectaría, lástima que llegó justo en el momento equivocado, y con el tema equivocado.
-
— Muero de hambre — decía mi suegra mientras salíamos del spa, Teddy se mantuvo algo callada después de aquella conversación sobre mi futuro, yo apenas y me animaba a alzar la mirada, sentía un miedo y preocupaciones muy raro, la imágen del altar empezó a llenarme de pavor, sobre todo al pensar que, apenas dijera "acepto" mi vida no sería mía, sería del clan Dawson, quienes decidirían cada movimiento mío y de mi prometido, y ahí recordé cuando Sandro y Molly me contaron sus propias experiencias, contando que dejaron de fumar e incluso se cambiaron el color de cabello por lo que les demandaba ser un Dawson, eso me hizo sentir muy abrumado, sobre todo al pensar en el tema de los hijos, tema que me seguía dando miedo, y mucho.
— ¿Estás bien? — me preguntó Mónica al oído, aprovechando que ambos estábamos caminando a paso lento para darle ventaja a las señoras.
— No lo sé — admití tomando aire — L-Lo que dijo Catherine, carajo, me dejó muy tenso.
— Respira ¿sí? solo son los nervios — dijo Moni mientras me palmeaba el hombro, agradezco tanto que ella me haya acompañado, de no haber estado presente, mi boda habría sido todo un desastre.
— ¿Y-Y si realmente no quiero eso?
— ¿De qué hablas?
— Hijos; y-yo hablé con Robert, qu-quedamos en que íbamos a pensarlo, pero... C-Catherine lo da por sentado, y-y eso me hace sentir— no pude terminar de hablar, porque mi mejor amiga me tomó de las mejillas para verme de frente y tratar de hacerme entrar en razón.
— Escucha Ty, es normal que te sientas así, aún no te has casado; y ella lo da por sentado porque Robert muere por tener un hijo, lo sabes bien, solo asiente con la cabeza y deja que todo fluya ¿de acuerdo? no quiero que entres en pánico por algo como esto, y sé perfectamente que Robert tampoco lo querría.
— Pero—
— Pero nada, Taylor Brown — me regañó con firmeza, extrañaba tanto esos regaños de su parte — Debes entrar en razón, te casas en unas horas, ¿enserio quieres que la cobardía te gane justo cuando ya vas a lograr lo que tanto anhelas?
— ... Tienes razón — murmuré tomando aire, para después abrazar a Mónica con mucha fuerza — ¿Qué haría yo sin ti?
— Perder la razón, eso lo sé de sobra — dijo ella mientras me palmeaba el hombro, yo reí por debajo mientras seguía aferrado a aquel abrazo.
— ¡Chicos dense prisa! — dijo mi suegra, cosa que nos hizo a Mónica y a mí ir hacía ella, realmente me animó mucho lo que Moni me dijo, aunque aún me sentía abrumado, y considerablemente nervioso.
-
Llegamos a casa de repente, Mónica preparó una pequeña fiesta de despedida de soltero para mí, así que quería que me cambiara para que fuéramos al bar donde sería la fiesta, oír eso me animó bastante, necesitaba algo de alcohol para aliviar mis males.
Fuí rumbo a mi habitación a cambiarme, aunque me alertó sentir un agarre en mi brazo de alguien que me guió a mi habitación, para encerrarnos en esta y verme con seriedad.
— ¡¿Teddy qué te pasa?! — reclamé, mientras ella me miraba con severidad.
— Quiero que me respondas con franqueza.
— ¿Responderte qué? ¿d-de qué estás—
— ¿Es cierto lo que dijo esa mujer? — tragué en seco sin saber qué decir, miré a mamá con pena y algo de nerviosismo, no tenía idea sobre qué responderle, sobre todo porque, nadie me conocía mejor que Teddy, y ella notaría mi inseguridad a kilómetros — Taylor Nikita Brown, acabo de hacerte una pregunta.
— No me digas "Nikita" — me quejé con fastidio — L-La verdad es que yo... s-sí lo he pensado, má — dije mientras alzaba los hombros, pero ni eso bastó para calmar a mi madre.
— ¿"Tú" quieres, o "Robert" quiere?
— ¿De qué estás hablando?
— Taylor yo no soy tonta, cariño; toda esta gente tiene una vida perfecta, se nota que planifican todo a detalle, y lo menos que quiero es que te obliguen a tolerar una situación con la que no te sientes a gusto, solo porque vas a casarte con su hijo.
— Mamá eso no es así — mentí, o bueno, creía que mentía, pero era mi paranoia pensando por mí mismo.
— Taylor por amor de Dios, ¡eres gay! ¡¿alguna vez se te cruzó por la mente la idea de tener hijos?!
— L-La gente cambia, Teddy, m-mi mentalidad ha cambiado mucho, l-la vida con Robert me ha hecho sentir que yo amaría darle todos los hijos que él quiera.
— No seas ridículo, Taylor — reclamó, haciéndome sentir algo apenado — Eres hombre, no tienes útero, no tendrás hijos con ese hombre, él tendrá hijos con otra mujer, y te obligarán a conformarte con eso, ¿sí lo sabes, verdad?
— No es así — murmuré con algo de nerviosismo, ella inhaló profundamente para tomar mis mejillas y verme con detenimiento.
— Cariño, yo solo quiero evitarte dolor, no quiero que estas personas a futuro te hagan daño, sé que Robert te ama, pero si él quiere tener hijos tanto como dicen, sé de sobra que eso traerá conflictos entre ustedes, porque sé muy bien, Ty, que tú no estás listo para un compromiso de ese tipo, ¡apenas tienes veintidós años, por Dios santo!
— Soy jóven, lo sé, p-pero puedo con esto — dije mirándola con detenimiento — Mami sé que cualquier cosa que venga en el futuro la podré superar, y-y sé muy bien que si tengo hijos con Robert o no, eso no nos separará, porque él me ama, y aceptó que casarse conmigo puede implicar que seamos solo nosotros dos, con o sin hijos él me seguirá queriendo.
— No es lo que su madre insinuó — dijo Teddy mientras se daba vuelta y caminaba hacía la puerta, aunque se volteó de repente para verme con pesar — Yo solo quiero lo mejor para ti, cariño, sé que te parece hipócrita que yo diga esto, pero no me gusta sentir que te estás obligando a aceptar algo para lo que aún no estás preparado, solo porque ellos te estén forzando... o porque él te esté forzando.
Dicho esto, Teddy salió de la habitación, dejándome solo con el océano de nervios y de ansiedad que golpeaban mi pecho con una fuerza tremenda, haciendo que me fuera imposible si quiera mantenerme de pie, por lo que me senté en el suelo a reflexionar sobre lo que acababa de oír.
Las palabras de mi madre eran tan toscas y severas como siempre, pero debajo de su capa de densa honestidad, había algo de verdad, por más que yo me sentía a gusto con mis sobrinos, no me imaginaba cargando a un bebé que dependiera totalmente de mí para todo, mucho menos al pensar que, el pequeño podía tener la sangre de Robert pero no la mía, y que eso a futuro podría hacer que él mismo me despreciara, o que su familia me despreciara al ser un hombre incapaz de concebir, suena ilógico, lo sé, pero una impresionable mente de veintidós años no distingue lo inverosímil de lo creíble, sobre todo al tratarse de amor, familia, y de matrimonio.
-
No sé cuánto tiempo pasó exactamente, solo sé que yo me encerré en mi habitación para evitar ver a las personas en aquella casa, me sentía ridículamente agobiado, tenía el pecho tenso, necesitaba tiempo para pensar, o acabaría huyendo de toda esa situación, y decepcionaría a la única persona por la que yo realmente deseaba estar en esa situación.
Me senté en el suelo del clóset de la habitación, en el que me había encerrado voluntariamente, jadeaba suavemente mientras abrazaba mis propias piernas, miraba a la nada mientras pensaba en lo mucho que amaba a Robert, pero me daba miedo fallarle, no ser bueno en eso que él tanto deseaba, él quería hijos, desde que llegué a Londres me lo dijo, ¿cómo pretendía yo llenar ese hueco en su vida? no había manera alguna de que eso sucediera, o bueno, no había una, en la que yo no fuera borrado de la ecuación.
Jadee al sentir cómo alguien abría la puerta del clóset, y al alzar la mirada, miré con pena que se trataba de mi prometido, quien me miraba curioso y algo serio, mirada que me hizo agachar la mirada con decepción.
— ¿Qué haces ahí? — preguntó, inclinando un poco la cabeza — Creí que habías salido del clóset hace mucho.
Murmuró con burla, pero ni su chiste logró hacerme alzar la mirada. Él inhaló profundamente para sentarse a mi lado y cerrar la puerta junto a nosotros, algo que me hizo verle con curiosidad.
— ¿Nervioso? — preguntó, yo asentí con la cabeza mientras seguía abrazando mis propias piernas — ¿Porqué?
— Familia — respondí, mientras volteaba a verlo con atención, aún en la oscuridad de aquella pequeña habitación, lograba distinguir perfectamente sus hermosas joyas azules — Olvidé por completo un tema, una pared que, aún no hemos superado del todo.
— ¿De qué hablas?
— Hijos — me sentí tonto al decirlo en voz alta, sobre todo por la mirada curiosa y risueña que él me dedicó.
— Aún hay tiempo para embarazarte, Ty.
— ¡Hablo enserio, Robert! ¡t-tu madre espera que yo tenga hijos contigo, y-y Teddy insinúa que yo solo quiero hijos para complacerte, y-y para complacer los estándares de tu familia! y-y la verdad no sé si eso sea verdad o no, p-porque Sandro y Molly me dijeron que tu familia los forzó a cambiar y a seguir cierto régimen cuando se casaron y... y-yo no sé si pueda soportar esa presión de que decidan nuestro futuro deliberadamente y— jadee mientras miraba preocupado a Robert, me aterraba darme cuenta de que se me había soltado la lengua de más, pero él se tomó todo con mucha calma y gentileza, cómo amo eso de él.
— Entiendo — susurró acariciando mi mejilla — Lamento tanto que te agobiaran de esa manera hoy, de haber estado presente no habría dejado que te atormenten de esta forma.
— Perdóname, s-sé que dijiste que querías hijos, p-pero yo... a-aún no sé si estoy listo, p-pero tampoco quiero que eso sea un motivo para que no te cases conmigo.
— Taylor, solo tienes veintidós años, ¿me crees capaz de obligarte a hacerte responsable de otra vida, cuando apenas y logras mantener en pie la tuya? — escuchar eso me dolió, pero al mismo tiempo, me alivió en serio — Deja de preocuparte por lo que dirá mi familia ¿sí? solo debe preocuparte lo que yo piense, y yo nunca te obligaría a hacer algo para lo que no te sientes listo.
— P-Pero Sandro y Molly— traté de hablar, pero él me interrumpió enseguida.
— Yo no soy George, ni Alice; mamá y papá saben que yo no seguiré sus órdenes, mi boda contigo es fiel prueba de ello — murmuró tomándome de las mejillas con firmeza — No pienso permitir que controlen nuestra vida, cariño, sobre todo al ver que la sola idea de eso te pone tan nervioso.
— ¿Estás decepcionado? — pregunté débilmente, él me sonrió con ternura para rozar sus labios con los míos.
— ¿Decepcionado de qué, mi cielo? — murmuró pegando suavemente su frente con la mía — La próxima vez no te dejes ahogar por la ansiedad, y llámame de inmediato para calmar tu angustia, ¿de acuerdo?
— De acuerdo — susurré besando dulcemente sus labios — ¿Y si... digo que quiero hijos, l-los tendrás conmigo, o querrás tenerlos con otra mujer?
— Taylor, por todos los— dijo entre risas mientras suspiraba sutilmente — cariño, si no es contigo ¿qué caso tiene tener familia?
— Pero no puedo darte hijos — dije con decepción, él rió por debajo para abrazarme con fuerza.
— Podemos adoptar a un bebé, hay muchas mujeres en el mundo que regalan a sus hijos, podemos ofrecerle una buena vida a un pequeño, al mismo tiempo que nosotros formamos una familia; eso sí, pensemos en eso ya cuando estés graduado ¿de acuerdo?
— Bien — asentí sonriendo tímidamente, él besó mi mejilla con suavidad, mientras me acurrucaba en sus brazos.
— Hola, por cierto — susurró en mi oído, cosa que me hizo reír por debajo, con tanto ajetreo, no nos habíamos podido saludar en todo el día.
— Hola — respondí pegando mi frente con la suya.
— Todos están enloquecidos buscándote afuera, por un segundo creí que te habías escapado para no casarte.
— Eso nunca — respondí besando sus labios — Nunca huiría de mi felicidad, lo sabes.
— Lo sé, por eso vine a buscarte — susurró pasando sus manos por mi espalda — Y ahora que te encontré, y que no hay nadie que te aleje de mí...
— ¡Ah! — gimotee al sentir unos besos y mordidas bruscas en mi cuello, al mismo tiempo que me apretaban los glúteos con fuerza — Mi amor.
— Buen chico — susurró lamiéndome el cuello — Aún no tendremos hijos, pero podemos practicar mientras tanto.
— Tu madre dijo que, cuando los tengamos, no tendremos más sexo — murmuré con algo de pesar.
— Está desquiciada — dijo él de forma algo incrédula, que me llenó de ternura — Ni teniendo seis hijos dejaré de tener sxo contigo, Ty; así deba pagarle a Teresa para que los cuide mientras te follo en la ducha.
— Dices cosas tan sucias, eso me encanta — susurré mientras empezaba a besarlo hambrientamente, deseando que nadie nos interrumpiera, lástima que mis deseos fueron ignorados por completo.
Continuará
Voten y comenten si les ha gustado el capítulo, también recuerden apoyar el libro en las plataformas Alphanovel y Manobook para poder seguir publicando capítulos gratuitos con más frecuencia <3
Y no te olvides de dejar un comentario de apoyo, enserio te lo agradezco <3
- Gema
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro