MATT

-Gracias por sacarme de ahí.

-No tienes que agradecerme, desde el momento en que llegaron supe que estabas incomodo.- dijo ella comprensiva.

Ella se acercó más a mi, me abrazó, sin que yo lo haya pedido, ni siquiera sabia que lo necesitaba, pero fue tan reconfortante para mi, lo hizo de forma tan deliberada que me hizo sentir como si pudiera leer lo que pasaba por mi mente, y saber exactamente lo que necesitaba.

-¿Puedo saber porqué el abrazó?- pregunté sin soltarla.

-Bueno, a veces es necesario un abrazo en malos momentos, hay gente a la que le ayuda mucho, solo quería probar si funciona o no, así que dime ¿está funcionando?

-Si, funciona a la perfección.

Le dije mientras la apretaba un poco más contra mi, volteé hacia abajo, vi como ella había cerrado sus ojos y sonreía de forma sutil.

Decidí hacer lo mismo que ella hacía, cerré mis ojos y disfruté de ese momento, que a pesar de no haber durado tanto, fue suficiente para mejorar como me sentía.

Era lo más cerca que habíamos estado el uno del otro, era tan maravilloso.

Lyra se quitó del abrazo volteando a verme, como para percatarse de que ya estuviera bien, quería pedirle que me dejara abrazarla más tiempo, pero no sé porqué no lo dije nada.

-¿Quieres regresar con tus amigos?- me preguntó.

Negué con la cabeza, no quería tener que darles una explicación de porqué había salido corriendo de ese lugar.

-¿Entonces qué quieres hacer?--- Me encogí de hombros y ella continuó hablando.---Podríamos caminar un rato, podemos sentarnos por aquí o podemos incendiar la escuela también podríamos ir a patear maestros o simplemente quedarnos callados, tu dime que te apetece y lo hacemos.

-Siendo sincero no me importa que hagamos, no mientras me estés acompañando.

Ella se quedó callada unos segundos sin saber que decir exactamente, tenía la boca entre abierta por lo que deduje que la había tomado desprevenida, espero no haber sonado tan cursi, pero quería que ella supiera que me agradaba su compañía.

-Tomaré eso como un "vamos a patear maestros". - dijo ella sonriendo.

-Bueno está bien. - accedí.

Pude notar como sonreía nerviosa, siempre me contagiaba con esas sonrisas tan suyas que me era irresistible no hacer lo mismo. Juro que si seguía sonriéndome de esa forma solo lograría que me enamorara locamente de ella.

Después de eso tomó mi mano para caminar juntos.

-¿No era en serio lo de patear maestros, verdad? No quiero meterme en problemas.
-No Matt, no haremos eso.- dijo mientras se reía.

-¿Entonces a donde vamos?

-A donde sea, dijiste que no te importaba mientras yo te acompañara, así que te estoy acompañando a quien sabe donde.

Esbocé una gran sonrisa, me parecía irreal como ésta chica podía hacerme sonreír como idiota cada cinco segundos, a veces no tenía que decir nada, su presencia era suficiente para hacerme feliz.