Un pequeño gran problema
LYRA
A la mañana siguiente fui la primera en despertar, tomé la playera de Matt que había quedado tirada en el piso por la noche anterior, sonreí al recordar lo que había pasado y lo maravilloso que fue.
Bajé en silencio por las escaleras, no quería hacer tanto ruido, Matt necesitaba dormir más tiempo. Entonces llegué a la sala, me asomé por la puerta principal y justo como pensé, las cartas ya habían llegado.
Abrí la puerta y tomé las que estaban a mi nombre, sabía exactamente lo que eran, algunas venían de la universidad diciendo que mi solicitud de servicio social había sido aceptada y la otra era sobre mi intercambio, que ya estaba entre las posibles candidatas.
No le había contado a Matt aún que quería viajar a otro país y ahí hacer mi maestría.
Pero aún faltaba mucho para saber si me aceptarían en otro país o no.
Dejé las cartas sobre mesa y me dispuse a prepárame algo en lo que Matt despertaba, no tenía mucho animo de cocinar algo elaborado, así que busqué en la alacena alguna sopa instantánea, por suerte si habían.
A mamá le encantaban, porque ella detesta cocinar, aparte que el tiempo no le alcanza jamás, por eso mi casa estaba llena de comida enlatada o cosas fáciles de preparar.
Me senté en lo que el agua se calentaba, en eso pollito se subió a mi regazo, siempre fue un gato mal educado, pero se le perdonaba por ser tan adorable.
Algunas veces pienso que los gatos son demasiado lindos para este mundo tan horrible, pero ellos parecen llegar y darle amor al mundo al igual que todos los demás animales que existen, simplemente son irreales, nadie podría negarlo.
La tetera comenzó a sonar sacándome de mi mente, la apagué rápido porque como dije, no tenía intención de despertar aún a Matt.
Mientras esperaba que mi sopa quedara lista, leí con más detenimiento las cartas que me habían enviado.
“Es de nuestro agrado informarle que ha sido seleccionada como una de las candidatas para hacer un intercambio por su impecable historial escolar y promedio.
En el lapso de un año la dirección de intercambios escolares se pondrá en contacto con usted si es que fue elegida...”
Leí esa cita una y otra vez, la emoción de saber que posiblemente vaya a cumplir uno de mis mayores sueños desde que soy adolescente me abrumaba, pero de una buena manera, claro está.
–¿Desayunando sin mí? – La voz de Matt hizo que me sobresaltara.
–Lo siento, tenía hambre y no quise despertarte.
–Tú siempre tan considerada. – se aproximó a darme un beso, y alzó la ceja al ver el papel que estaba en mis manos. – ¿Qué es eso? – preguntó curioso.
–Ah nada, solo unos papeles de la escuela. – expliqué mientras me levantaba de mi silla. – ¿Quieres que te prepare una sopa instantánea?
–Si por favor, me encanta como las preparas. – entonces él tomó asiento.
–No son la gran cosa, solo les pongo agua.
–Si, pero los haces tú, eso me encanta.
Mientras preparaba su sopa, me puse a pensar en lo linda que era toda esta situación. Parecía como si fuéramos pareja desde hace años, tuviéramos una casa, desayunáramos juntos, como si fuéramos…
Una familia.
Creo que nunca hemos tocado el tema de si pensamos irnos a vivir juntos o algo así, he pensado en mencionarlo, pero no quiero hacer sentir presionado a Matt, aparte de que no llevamos tanto tiempo siendo novios, así que no quiero parecer “intensa”
– “Ha sido seleccionada como una de las candidatas para hacer un intercambio” – enunció Matt de la nada, dejándome pasmada.– ¿Porqué no me habías contado de esto?
No sonaba molesto, solo sonaba confundido, demasiado confundido.
–Ah y-yo. – tragué con dificultad. – Pensaba en decírtelo, es solo que no había encontrado el momento y no es algo seguro aún.
Él asintió con el seño fruncido, eso se sintió raro, no quería pensar que estaba “enojado” pero una parte de mi sabía que si.
–Sé que tuve que decírtelo antes, pero ni siquiera sabía si iba a entrar como candidata.
–No sabía que tenías ganas de irte a otro país.
–No es algo súper seguro Matt, probablemente no vaya, aún tengo que hacer mi servicio social. –expliqué.
– ¿Entonces irte a otro país te haría feliz?
–No lo sé Matt, aquí tengo tantas cosas que amo, digo irme a otro país no estaría mal, pero no sabes cuanto te extrañaría.
Él volvió a asentir de nuevo, pero ahora se veía pensativo, como si estuviera analizando la situación.
–¿Y que pasa si te quedas? – preguntó y noté el tono de tristeza en su voz.
–Si llego a quedarme te voy a extrañar tanto.
–Oh tal vez podría pedir un intercambio también, creo que las fechas de inscripción no han terminado del todo.
–¿Y eso es algo que tu quieras hacer? – le pregunté sentándome a su lado. – No quiero que tomes una decisión así de grande por mi, aparte te lo repito, no sé si vaya a quedarme.
Yo de verdad quería ir, pero no soportaba la idea de no tener a Matt conmigo siempre, poder abrazarlo cada que quisiera y no tener que verlo a través de una ventana deseando que estuviera a mi lado.
–Es que yo…yo no sé que quiero hacer de mi vida aún, ni siquiera tengo una mínima idea de lo que quiero hacer a futuro. – explicó él. – Y parece que tu tienes todo tan bien planificado desde hace años que no sé, solo no sé.
–Pero aún tienes tiempo para descubrirlo, no tienes que presionarte, algún día sabrás que quieres hacer de tu vida exactamente, todos tenemos un motor en esta vida, aquello que nos impulsa, pero se descubre poco a poco.
–Lo sé, lo sé, he escuchado eso toda mi vida, pero no sé cual sea mi motor.
–Tal vez debas prestar más atención a lo que tienes enfrente, hay muchísimas cosas en las que eres fantástico y en las que te destacarías bien. – me acerqué tomándolo por los hombros.
–Oh tal vez soy un bueno para nada. – enunció desanimado, odiaba verlo así.
–Algún día en el futuro, serás alguien exitoso y espero estar ahí para cerrarte la boca diciéndote “¿ves como no eres un bueno para nada?” – le di un suave beso en la mejilla.
–Creo que nunca ansié tanto que alguien me cerrara la boca. – dijo sonriendo.
–Bueno, aún falta para eso, por ahora quiero que desayunes porque no quiero que te duela la cabeza. – le di un beso más, y me senté en la silla de al lado.
Desayunamos juntos, ambos sonreíamos pero al mismo tiempo sabíamos que había un problema, uno que aún no estaba solucionado.
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Chan chan chaaaaaaaaaaaaaan ¿que va a pasar ahoraaa?
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