Quiero que tú seas la primera
LYRA
Debo admitir que me quedé un poco anonadada con la forma de reaccionar de Matt, no esperaba que hiciéramos algo más allá de una que otra caricia, pero desde un inicio sentí tenso a Matt, no suele ser común que un chico te niegue ese tipo de cosas, pero supongo que siempre habrá una primera vez.
Así que en el momento en el que me apartó para ponerme su sudadera no quise insistir más, tampoco hacer preguntas, si no quería que nada pasara, nada pasaría, el mensaje estaba explicito con sus acciones. Tampoco me sentí molesta.
¿Por qué me sentiría molesta cuando él simplemente no quiere? Yo lo entiendo, no debes obligar a las personas a hacer cosas que no quieren, así de simple.
–Si no querías hacer nada solo debías decirme. – le dije sonriendo después de haberlo besado.
No quería que él se sintiera incomodo por lo que acababa de pasar, sólo quería que entendiera que, si algo no lo hace sentir bien, me lo puede decir, confianza es fundamental.
–Perdón, entré en pánico, no por ti, es solo que…– se quedó callado sin terminar la oración.
–No te preocupes, no me tienes que dar explicaciones, no es no y yo respeto eso.
–Es que yo si quiero darte una explicación.
–Muy bien, yo te escucho.
Él volteó su cara para hablar, como si no quisiera verme al decirlo, ¿acaso pasaba algo tan malo?
–Bueno, digamos que yo…-tragó saliva para continuar– yo nunca he tenido sexo.
Eso no fue tan malo como pensaba, si les soy honesta pensé que diría algo mucho peor.
Confieso que lo que me dijo me dio ternura, ¿saben? No conozco muchos chicos de mi edad que no hayan tenido sexo, literalmente, hasta ahora él era el primero.
Muy bien, ahora me sentía promiscua de alguna forma, porque yo lo había hecho, demasiadas veces, más de las que mi decencia me permite admitir (digamos que tuve una época muy alocada, pero ese no es el punto) así que saber que Matt sigue siendo virgen me hace sentir rara.
Tal vez es por lo que nos han inculcado de que un hombre es un ser plenamente sexual y que la mujer es todo lo contrario, lo sé, es bastante machista, pero trabajo en quitarme ese tipo de ideas.
–Siendo honesta pensé que dirías algo peor.
–¿Ah si?
-Si, pero tranquilo, no es algo de lo que debas sentirte avergonzado– como Matt se quedó callado yo continué hablando– Está bien, no te debes sentir presionado a tener sexo, no si no te sientes listo, aparte yo no te obligaría, eso sería violación, no quiero violarte.
Él se rió cuando terminé de decir “no quiero violarte” Matt no era mucho de reírse, lo hacía, pero no tan seguido como me gustaría.
–¿Qué es lo chistoso? – le pregunté mientras le daba un pequeño empujón.
–Nada, es solo que tal vez si me gustaría que me violaras– dijo mientras se sonrojaba.
–Matt, eso ya no contaría como violación, la violación es en contra de tu voluntad, y si pides que te viole técnicamente ya no sería una violación.
–Si, si lo sé cerebrito, lo sé, sólo quería ser romántico.
–Bueno, la violación no es algo muy romántico que digamos. –objeté.
-Ok, ok tú ganas. –dijo mientras levantaba sus manos. – fue una mala forma de decirlo, pero supongo que entiendes mi punto.
–Nop, no entiendo tú punto, ¿me harías el favor de explicarme? – le pedí.
–Bien, me refiero a que quiero que tú seas la primera– dejó de hablar para abrazarme y luego continuó. – Sólo dame un poco de tiempo.
–Te daré el tiempo que necesites– le contesté mientras lo abrazaba con fuerza.
Después de haber estado abrazados por unos minutos decidimos que ya era un buen momento para irnos a dormir, era jueves, así que teníamos que dormir si no queríamos parecer zombies mañana.
Entonces eso hicimos, caminamos juntos hasta mi edificio y nos despedimos, mis ojos ya estaban a nada de cerrarse, me sentía tan fatigada.
–Tengo tanto sueño. – le dije a Matt.
–Si, yo también.
–Ya lo creo. – contesté tallándome los ojos.
–Anda, ya ve a dormir. – me dijo dándome un beso en la frente.
–Está bien, nos vemos mañana.
Nos despedimos con un cálido beso, luego cerré la puerta, dejé mi chamarra en la sala para dirigirme a mi cuarto, estaba demasiado cansada como para querer cambiarme, pero dormir con ropa normal no es nada cómodo, así que sin ganas fui a cambiarme, después me tiré a la cama, no me di cuenta en que momento me quedé dormida.
A la mañana siguiente desperté como si nada, la luz tenue de la mañana entraba por mi ventana, eran probablemente las siete de la mañana, mi cuerpo ya se había acostumbrado a despertarse temprano, no sé si eso me gustaba del todo, a veces me gustaría poder quedarme dormida más tiempo, pero solo no pasa.
Le mandé un mensaje a Mónica, para preguntarle si íbamos a tomar algo antes de que empezaran nuestras clases.
Yo: Tu, yo un frappe con caramelo ¿Qué dices? :D
Moniquita: Lo siento, no puedo tengo planes con Sarah…
De cierto modo ya me estaba acostumbrando a pasar menos tiempo con Mónica, siempre estaba con Sarah, comencé a sospechar que salen, aunque ¿por qué Moni no me había dicho nada de eso? No lo sé, pero si no quería contarme nada estaba bien.
Aunque si me sentía molesta, ¿por qué no me tiene la misma confianza que yo a ella? Siempre he sido un libro abierto, sé que no la puedo obligar, pero de algún modo siento que ya no soy tan importante en su vida.
Dejen me explico, ambas somos muy unidas, yo siempre la he considerado mi mejor amiga, pero no me siento como “su amiga principal” tal vez en algún momento lo fui, pero ahora la siento tan lejana a mi, no tengo idea de lo que sucede en su vida, no lo sé, tal vez es cosa mía.
Al parecer iría por ese frappe yo sola, entonces así lo hice, salí del departamento para ir a la cafetería, pensé en mandarle mensaje a Fred, pero estoy segura de que él sigue dormido, es ese tipo de personas que no las puedes parar de la cama ni aun tirándoles agua fría.
Siempre en las mañanas me sentía como un robot que hace todo automático, si eso, mi mente se pone en piloto automático y hace todo mientras mi cuerpo obedece indicaciones.
Pedí mi frappe y me senté sola en una mesa frente a la ventana, me gustaba la vista, ver áreas verdes, a los demás alumnos pasearse por allí, también me encantaba ver los edificios escolares, tan bien construidos, con un estilo que era sobrio, elegante y gris, demasiado gris para mi gusto, pero supongo que a quienes hicieron la escuela les pareció un color lindo, yo lo hubiera pintado de amarillo.
No sé qué tanto tiempo pasé viendo la ventana que al voltearme para tomar un poco de mi frappe di un pequeño brinco ya que frente a mi estaba Emma ¿en qué momento se sentó?
–Vaya, tú sí que eres de las que se pierden pensando.
–¿Se me nota mucho?
–No, se te nota más que estás triste ¿puedo saber por qué? – preguntó Emma.
–¡Oh! No es nada, todo está bien– le dije bajando la mirada hacia mi bebida.
–¿Segura? Si tiene que ver con Matt dime y puedo golpearlo si gustas.
–No, no todo con él va de maravilla, en serio estoy bien, gracias por preguntar. –le dije forzándome a sonreír.
No había tenido la oportunidad de convivir con Emma, más que esa vez que ella y su primo se acercaron a Matt y a mí en esta misma cafetería.
Ni siquiera había tenido tiempo de notar las facciones de Emma, una chica rubia, alta, con unos ojos verdes que enamorarían a cualquiera, ella era la clara descripción de la chica perfecta, aparte de que era realmente agradable, por lo que sé es bastante popular en el campus al contrario de su primo Colle.
Él no le agrada a casi nadie, puede que sea el típico futbolista, con un increíble cuerpo pero sin ninguna neurona funcional, eso en las películas cliché siempre le resulta atractivo a las chicas, pero la vida real es distinta, un idiota es un idiota y eso no le atrae a nadie (bueno hay chicas a las que si pero ese es otro tema)
–No me convences, pero está bien, no te obligaré a decir nada.
No dije nada por un rato pero a ella no parecía molestarle, se veía tranquila, parecía que era mi amiga desde hace mucho, no lo sé hay gente que tiene una forma de ser que encaja en todos lados, eso es admirable.
Pensé en si debía decirle lo que me pasaba o no, al final era un problema entre chicas, tal vez ella entendería, dudo mucho que sea de esas que solo buscan chismes para meter cizaña.
Al final decidí decirle, si soy honesta necesitaba hablar con alguien, a veces hablar con gente que no conoces mucho ayuda, literalmente así son los psicólogos, no los conoces pero les cuentas tus problemas como si sí lo hicieras.
–Bueno en realidad si me pasa algo, es un problema con Mónica. – le dije sin verla.
–¿Mónica? ¿No es la novia de Sarah?
–Lo sabía, sabía que eran novias solo que Mónica no me lo había dicho.
–Tal vez no había tenido tiempo.
–Si lo ha tenido, las pocas veces que nos hemos visto tuvo tiempo para contarme, pero nunca lo hizo.
–¿Las pocas veces que se han visto? ¿Dices que ya no se ven tan seguido como antes?
–Así es ¿porqué preguntas?
–Ok, sé que no es algo de mi incumbencia, pero Sarah no tiene buenos antecedentes en sus relaciones.
No había conocido personalmente a Sarah, la he visto de lejos con Mónica, pero nunca he tratado con ella como tal. Aunque no me parecía una persona mala para Mónica ¿pero yo que sé realmente? Exacto, nada.
–¿Qué quieres decir? – le pregunté.
–Hace mucho Sarah tuvo una novia, solía prohibirle tener más amigos, al final esa chica logró salir de su relación, pero claro, hubieron muchos daños, tal vez por eso Mónica actúa así.
–No me quiero meter en su vida, ella puede andar con quien guste, pero ¿si hay algo malo pasando?
–Eso no lo sabemos Ly, no hay que apresurarnos, sólo sigue las señales, intenta ayudarla en caso de ser necesario.
–No funciona hacer eso con Mónica, ella es tan hostil, cuando algo se le mete a la cabeza nadie puede sacarla.
–Pero son amigas, ella va a entender que lo haces por su bien.
–Ya no sé si ella me considera una amiga, ni siquiera tiene la confianza de hablarme sobre su vida, desde hace unos meses que no tengo idea de lo que le pasa, ya no somos unidas. Solo hablamos de vez en cuando pero ya no es lo mismo.
–A veces así son las amistades, algunas no se quedan para siempre, pero no significa que te vayas a quedar sola.
Un nudo se formó en mi garganta, entonces para disimular un poco tomé de mi frappe.
–Eso es una mierda. – noté el sobre salto de Emma, no soy mucho de decir groserías. –Perdón, es que en verdad no entiendo porque las cosas tienen que acabar siempre.
–Es necesario que acaben para que llegue algo nuevo, algo que vaya creciendo contigo, los caminos de la gente no siempre congenian, por eso se separan, pero al final llega gente nueva que si concuerde con tu presente.
–Pero me gustaría que la gente que se quede fuera la misma.
–Bueno, pero no lo puedes decidir tú.
–Eso sigue siendo una mierda.
–Vaya, me cuesta trabajo oírte decir groserías. –dijo riendo.
–¿Y eso por qué? – le pregunté.
–Porque eres demasiado correcta todo el tiempo, no digo que eso sea malo, pero tenía la impresión de que no decías groserías.
–¿Me veo como una chica decente?
–Si, totalmente.
–Rayos.
Emma se rió y estuvimos un buen rato conversando hasta que ambas tuvimos que irnos a nuestras respectivas clases. Me agradó poder conocer un poquito más a Emma, me enteré de que estudia arquitectura, así que tal vez ella y Fred se conozcan.
En verdad es una persona muy agradable, tiene una energía que me cuesta describir, es cómodo hablar con ella.
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