MATT
En menos de lo que esperaba ya se había hecho de noche, mis amigos pensaban ir a una fiesta que estaba a una hora de la universidad, les dije que no quería ir, no soy una persona que le agrade ir a fiestas llenas de gente que no conozco y donde me siento obligado a convivir con gente borracha.

Simplemente no es mi ambiente.

- ¿De verdad no piensas venir? - Dijo Marco insistente como el resto.

Me negué por millonésima vez, no estaba de humor para eventos sociales, solo quería irme a dormir de una vez.

-Ya déjenlo, si no quiere ir no irá- dijo Emma.

Después subió a una gran camioneta Jeep que conducía Colle.

 -¡Ah esperen casi lo olvido!- Emma bajó deprisa de la camioneta, se acercó a mi. -¿Crees que podrías ir a cerrar la biblioteca por mi? La maestra de Lingüística me matará si la biblioteca no está cerrada. - asentí de mala gana y tomé las llaves.

Mi amiga me dio un corto abrazo a modo de agradecimiento y luego subió rápido a la Jeep para de una vez por todas irse a su “increíble” fiesta.

Mi cuerpo se estaba congelando, era ya casi las doce casi todos los alumnos se encontraban en alguna fiesta o durmiendo.

 Me hacia la biblioteca para cerrarla y poderme ir a dormir. Ya en la puerta me encontré con una grata sorpresa que me levantó el animo.

Estuve recargado en el marco de la puerta observándola por no se cuanto tiempo, estaba leyendo Asesinato en el Orient Express, aparte de linda tenía muy buen gusto, ella no notó mi presencia, estaba tan distraída leyendo que no me escuchó llegar.

La verdad es que no quería interrumpirla, pero no me quedaba de otra, entonces me acerqué a su mesa y me senté enfrente de ella, no se inmutó en lo más mínimo hasta que hablé.
Al parecer ella no sabía lo tarde que era.

- ¿Eres Ly, no es así?

Por supuesto que es Ly imbécil, la conociste hoy.

-En realidad es Lyra, ese es mi nombre completo, pero mis amigos me dicen Ly, así que si, soy yo.

Ly suena bonito, pero Lyra suena precioso, es un nombre poco común, quiero pensar que sus padres aman la mitología griega.

Le mencioné que a mí también me gustaba ese libro, su mirada se iluminó al instante, se paró frente a mí y sonrió de tal manera que mi corazón paró de latir, me quedé sin aliento un instante.

 Dije algo sobre que ella debería estar en su habitación desde hace quince minutos, creo que no debí decir eso, ya que se apresuró para irse.

Yo quería hablar más con ella, definitivamente mis habilidades sociales están en cero.

Ly ya se encontraba cerca de la puerta, dispuesta a irse.

Pero corrí a la puerta para abrirla por ella.

- ¿Quieres que te acompañé? – le pregunté.

Dijo que no y se fue. Auch.

 Me arrepentí por no haberle insistido lo suficiente, por un momento pensé en correr y alcanzarla, hacía frio y ella no llevaba ningún suéter, tal vez yo podría darle el mio, aunque para recién conocernos puede que piense que soy raro.

Al final no hice nada, más que observarla mientras desaparecía de mi campo de visión.

Cerré la biblioteca y unos minutos más tarde me encontraba en mi habitación sintiéndome como un completo idiota.