Prometí no lastimarla
MATT
Creo que jamás pensé ver a Lyra bailando con otra persona y lo mucho que eso me revolvería las entrañas.
Se veía hermosa con su vestido terracota, como una princesa sonriente a la que salvaron de una torre encantada y ahora bailaba con su adorable príncipe, pero ese no era yo.
Verla sonreír en los brazos de otro chico era más doloroso que una apuñalada, pero saber que ese chico era Colle lo hacia mil veces peor. Aquel día que los vi juntos nunca se me pasó por la mente que algo sucediera entre ellos, pero ahora, mi corazón se estrujaba contra mi pecho y me causaba nauseas.
Quería apartar la vista, fingir que no estaba viendo lo que estaba viendo, pero tal como un masoquista me quedé ahí, observando, lastimándome a mi mismo.
De alguna forma se sentía como un castigo divino, lastimas a la chica que amas y luego la vez bailando con un chico que odias, eso si era karma.
Sentir celos es algo horrible, mis manos estaban adormiladas, mi cabeza daba vueltas y sentía mi alma salirse de mi cuerpo, estaba tan enojado.
Tuve que salirme de el gimnasio para tomar algo de aire, eso alivió un poco el malestar. Tomé un cigarro, estaba comenzando a hartarme fumar, parecía que lo hacía cada que quería huir de mis pensamientos.
De todos modos, lo encendí, me recargué contra la pared y me quedé viendo hacia el cielo, estaba muy nublado, parecía que en cualquier momento iba a explotar, en eso teníamos cierto parecido.
Creo que el universo leyó mi mente, ya que la persona que rondaba mi mente apareció de la nada. No notó que yo estaba ahí, se notaba mareada como yo hace unos minutos. Debatí conmigo mismo si debería decir algo para captar su atención, y eso hice, tal vez no de la mejor manera.
–¿Lo discurso fue para mi o para él? –dije haciendo énfasis en lo último.
Entonces ella volteó en mi dirección confundida.
–¿Disculpa? – preguntó ella.
–¿Hablabas de mi o de él? – le replanteé la pregunta.
Ella comenzó a negar con la cabeza y a sonreír. – De verdad me sorprendes Matt.
–¿No piensas responder mi pregunta? – dije mientras encendía otro cigarro.
–No puedo creer que pienses que Colle y yo…tengamos algo, no sería capaz de hacerte algo así Matt.
–Pues yo vi algo muy distinto, estabas muy cómoda abrazándolo, tomando su mano y bailando con él. – le reproché.
–A ver, a ver, deja que termine de entender ¿estás enojado porque estaba disfrutando de mi baile? No creo que tengas derecho a quejarte Matt, me has ignorado desde hace semanas y ahora llegas para reprocharme que esté disfrutando mi graduación, eres increíble. –dijo enojada.
–¿Entonces porque nos dimos un tiempo decidiste aventártele al primer chico que se te puso enfrente?
–Si Matt, me “aventé” a Colle por despecho, porque superarte es tan fácil, porque sacarte de mi mente ha sido tan jodidamente fácil– contestó con sarcasmo y luego siguió hablando. – Pero se que eso a ti no te importa, de la nada dejó de importante.
–Eso no es cierto. – respondí cortante.
–Oh claro que es cierto, dime ¿Cuántas veces me hablaste para preguntar como me sentía con tu “tiempo”? ¿Te importó como me sentí después de que te fueras de mi apartamento luego de besarme? –comenzó a subir el tono de su voz.
–Aunque no lo creas si, si me importó, y no entiendes lo idiota que me siento por haberte hecho sentir así, pero es un bien necesario Lyra.
–¿Bien necesario? ¿Para quién, Matt? ¿Para ti? Dudo mucho que sea para mi, pero eso a ti no te importa, ya no te interesa como me siento, ya no eres ya persona de la que me enamoré ¿porqué no me explicas lo que te pasa? – exclamó ella antes de romperse.
Noté como sus labios temblaban al hablar, sus ojos comenzaban a cristalizarse y se veía genuinamente decepcionada, justo como lo pensé.
Tomé mi cuaderno de uno de mis bolsillos del pantalón, busqué entre las páginas hasta que encontré lo que quería, arranqué al menos cinco hojas del cuaderno.
Me aproximé a ella, tomé su mano y puse ahí las hojas que había arrancado.
–Si quieres una explicación, es ésta. – le dije para luego darme la vuelta.
Escuché su voz detrás de mi.
– ¿Acaso no eres lo suficientemente valiente como para decírmelo en a cara? – enunció ella llorando.
Me giré para verla, sus ojos rojos y llenos de lagrimas me partieron el alma.
–No Lyra, no lo soy. – respondí apenas en un susurro.
El cielo explotó en ese mismo momento, una lluvia torrencial cayó sobre nosotros fundiéndose con nuestra lagrimas, intentando limpiar la tristeza en nosotros. Me fui de ahí.
La escuché decir mi nombre entre un sollozo, pero no volteé, hice lo posible por no hacerlo, me desgarraba el alma, me dejaba sin aliento verla sufrir y que la causa de su sufrimiento sea yo.
Me prometí nunca lastimarla, pero véanme ahora y véanla a ella ahora.
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Miren, yo escribí este capítulo, lo he leído al menos diez veces, y las diez veces lloré
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