Todo empieza el día que regresamos a clases después de las vacaciones de invierno, la brisa soplaba suave moviendo mi cabello, la emoción me abrumaba, me faltaba tan poco para por fin hacer lo que más me apasiona, quería disfrutar estos últimos meses, intentar cosas nuevas, no sé, éste era mi año.

Cuando llegué al campus sentí como el clima frio entraba por todo mi cuerpo, era enero, así que aún quedaba un tiempo más de frio.

 Me dispuse a caminar para ir al auditorio ya que como todos los años hacen una charla aburrida donde nos intentan motivar, nos dan sermones, nos repiten las reglas que justo ahora podría recitar de memoria. La charla comenzaba en veinte minutos, podía llegar a tiempo sin problemas, pero siempre me ha gustado llegar antes, intenté esquivar a la gente de mi alrededor buscando algún rostro familiar entre la multitud cuando de la nada alguien jalo con gran fuerza mi brazo y allí terminó mi búsqueda, aquel idiota que tiró de mi brazo fue Fred, mi mejor amigo, un chico tan alto como un poste de luz y tan pelirrojo como una zanahoria.

- ¡Oye! - me quejé. -No es muy educado jalar a tus amigos como si fueran un saco de papas.

- Lo siento, pero yo te estaba llamando y tú no me hacías caso, no me quedó de otra- Se excusó mientras sacudía mi cabello despeinándome. Sin dudarlo mucho le di una patada en la pierna.

- ¡Oye! ¿se puede saber por qué tanta violencia?- dijo Fred mientras se quejaba.

- Si piidi sibir pir qui tinti viilincii.- lo arremedé.

-No me arremedes Ly, no te veo desde que salimos de vacaciones y me recibes así, lo mínimo que podrías hacer es abrazarme y decirme lo mucho que me extrañaste, ¡pero no! Lo único que recibo es una patada- dijo indignado.

- Me disculparé si tú te disculpas por casi dejarme sin brazo.

-Ok, te disculpo, ahora ven aquí- me abrazó a lo cual yo dije que aceptaba sus disculpas.  

Después él alzó la vista como si buscara a alguien, cuando ubicó a una persona lo lejos me tomó de la mano para llevarme con ese alguien.

Lo primero que vi fue a un chico alto, iba vestido con una playera blanca y pantalones negros, tenía su cabello suelto, algunos mechones rebeldes caían desordenados sobre su frente, pero de alguna forma lucía bien.

 Nunca en todos estos años que he estado en esta universidad lo había visto, y eso es obvio, hay demasiados estudiantes, pero en el momento en que nuestros ojos se encontraron algo dentro de mí se agitó y casi podría jurar que en él igual.

-Ly, te presento a Matt, Matt te presento a Ly- puso su mano en mi espalda para acercarme más a su amigo. -Matt y yo nos conocimos en las vacaciones.- me explicó.

-Es un gusto Matt- extendí mi mano la cual él tomó con gusto. Su mano era muy cálida.

-El gusto es mío- Me sonrió y mi corazón estaba a nada de estallar. No soy el tipo de chica que se pone nerviosa cuando habla con un chico lindo, o eso creía hasta hoy.

De golpe Fred comenzó a arrearme hacia el auditorio sin siquiera dejarme despedirme adecuadamente, ni siquiera estoy segura si él se despidió, por un momento me sentí como si me hubiera ido a otro planeta.

 Su amigo era muy lindo, no digo que me haya gustado, solo me pareció lindo, no era como los demás amigos de Fred que eran todos unos nerds amantes de las matemáticas que se desmayan cuando alguien de sexo contrario les habla. Matt se veía relajado, normal y su mirada era no sé cómo explicarlo, pero me gustaron sus ojos.

Después de esa corta presentación nos encaminamos al auditorio, mientras caminábamos le conté a Fred sobre las cosas que hice en mis vacaciones, le conté que confeccioné vestidos nuevos incluyendo el que traía que era de margaritas, leí todos los libros de Ana De Las Tejas Verdes, entre más cosas que yo contaba Fred sólo contestaba “Si, no, oh, ¿en serio?” estaba empezando a sospechar que me estaba ignorando.

 A veces suele ignorarme porque hablo mucho, estoy segura de que si tuviera un botón de silencio él lo estaría presionando todo el tiempo, si solemos hablar pero no todo el tiempo, él es tan callado pero en realidad no me molesta que no me siga la conversación.

Entramos al auditorio, aún faltaba tiempo para que llegara la directora y nos bombardeara de información, reglas y cosas que a nadie le importan.

 Por lo mientras buscamos un lugar aprovechando que aún no se llenaba de gente, en lo que encontrábamos algún asiento nos topamos con Mónica, ella es mi mejor amiga, se abalanzó contra nosotros para abrazarnos, me apretó tan fuerte que casi me deja sin aliento, estoy muy feliz de verla por fin.

Platicamos un poco hasta que hallamos tres asientos disponibles en la parte alta del auditorio, ese era el mejor lugar para sentarse ya que si te quedabas dormido (cosa que pasaba muy seguido en estas pláticas) la directora no lo notaría. Nos acomodamos y por lo mientras Mónica y Fred hablaron poniéndose al corriente de lo que había sido de sus vidas en los últimos meses.

No estaba del todo concentrada en su conversación, me volteé un momento para darme cuenta de que Matt estaba a unos metros de nosotros, iba acompañado de otro chico y una chica, supongo que son sus amigos.

Regresé mi vista a Matt y para mi sorpresa el igual me estaba viendo, levantó su mano saludándome, mi primera reacción fue sonreír a medias y girarme otra vez con mis amigos, los cuales me veían con mucha curiosidad y atención.

- ¿Quién era ese, Ly? - preguntó Mónica.

-Es Matt es un amigo mío- le contestó Fred.

- ¡Wow! Primer día y ya te estas ligando al amigo de tu mejor amigo, me sorprendes. - dijo Mónica molestándome.

-No, no, no me lo estoy ligando, recién lo conocí.- contesté con molestia.

-Pues para recién conocerlo te pusiste bastante roja- dijo mientras pellizcaba mi cachete.

- Siempre estoy roja, es probable que sea el sol, nada tiene que ver él, te lo repito apenas lo conocí.

- ¡Ay por Dios! ¿me dirás que no crees en el amor a primera vista? - Mónica insistió mientras me golpeaba ligeramente con su codo.

- Pues no, no te puedes enamorar de alguien solo viéndolo, así no funciona, necesitas conocer a alguien antes de determinar si te gusta o no- le contesté.

-Que amargadas eres, mínimo admite que te atrae, aunque sea un poquito, ya sabes que los ojos degustan antes que el corazón- Miró de reojo a Fred pidiendo que la ayudara a molestarme.

A lo que Fred contestó con ese típico sonido de ambulancia que los niños de primaria hacen para molestar a sus amigos si los ven hablando con alguien del sexo opuesto.
Hizo ese sonido tan fuerte que algunos de nuestros compañeros voltearon a vernos.

- ¡Shhhh! No me gusta, no me atrae y punto final- dije esto casi susurrando para no llamar más la atención.

La reunión fue igual de aburrida que los años anteriores, lo mismo de siempre justo como lo pensé, duró más o menos una hora, estuve a nada de dormirme, pero logré aguantar, cuando la plática terminó por fin, todos no dirigimos a la salida. Tuve que estirarme porque ya no sentía las piernas.

Los tres salimos para ir a unos módulos para que a Mónica y a mí nos entregaran las llaves de nuestras habitaciones, las dos vivíamos relativamente lejos de la universidad por lo tanto era mejor opción quedarse en los dormitorios que el campus ofrecía. Era triste que no se pudieran compartir cuartos, me encantaría tener a Fred o a Mónica de rommies.

Lo que restó del día conocí a algunos maestros.

Cuando acabó el día me fui con mis amigos a tomar algo a la cafetería, gran parte del tiempo estuvieron platicando de las materias y en algunos momentos Mónica me molestaba con mi supuesto ‘’novio’’ que recién conocí.

 Que ridículo, él jamás sería mi novio.