Futuro
LYRA
No podía creer que en tres semanas la universidad acabaría, el tiempo pasó volando, eso me ponía demasiado nerviosa, porque a pesar de saber que quiero hacer con mi vida, tengo miedo, siento como si me fueran a dejar en la calle, desnuda, indefensa contra el mundo.
Y díganme rara, pero a la vez eso me emocionaba, siempre me he considerado alguien muy independiente, así que poder comenzar mi vida con todas las bases necesarias es algo tan conmovedor.
A veces practico mi discurso para recibir mi diploma con mención honorífica, no pienso hacer el ridículo frente a todos, ya me he imaginado todos los escenarios posibles, Fred me dice que exagero practicando para la ceremonia de graduación, pero no puede juzgarme, él sabe lo mucho que he estado anhelando ese día.
De hecho, he estado tan ocupada que apenas he podido verme con Matt, eso me pone triste, pero él dice que lo entiende, aparte él también está lleno de trabajos, no para de estudiar, es más nuestras “citas” solo han sido para estudiar.
Estoy muy preocupada por él, no es de ese tipo de personas que lidian bien con él estrés y estar bajo presión constantemente, por eso en mis pocos tiempos libres me ofrezco a ayudarlo, me agrada mimarlo para que se sienta mejor, Emma dice que no debería mimarlo tanto, pero no puedo evitarlo.
Y casi pareció que lo había llamado por telepatía, mi novio se apareció frente a mi con dos cafés, se veía tan cansado, con los ojos hinchados y con unas oscuras ojeras debajo de los mismos, el cabello desordenado, pero aún con todo eso, se veía tan apuesto, ojalá yo pudiera decir lo mismo de mi, parecía que me habían enterrado bajo tierra y luego me hubieran sacado tres años después, apenas podía ver luz sin quejarme.
– ¿Cómo sabías que necesitaba uno de éstos? – pregunté conmovida.
–Bueno, como tu novio tengo un súper sentido para saber cuándo mi preciosa necesita un café, comida, abrazos, besos, dulces, ya sabes, es algo que uno adquiere cuando se enamora.
–Aww, eres un sol ¿lo sabías? - enuncié pasando mi mano por su cara.
–Pues, tú me lo dices seguido, así que supongo que sí.
–No lo supongas, eso es un hecho. – tomé un sorbo del mi café y continué. –Y yo…te he extrañado tanto estas semanas, casi no hemos pasado tiempo juntos, pero pienso compensártelo.
–Yo pensé exactamente lo mismo, de verdad me haces tanta falta. – dijo tomando mi mano.
–Tu igual a mí, pero escucha. – tomé otro sorbo de mi vaso. – Mi mamá se irá de vacaciones el próximo fin de semana, y pensé que tal vez tú y yo podríamos quedarnos allí, un fin de semana solo nosotros.
–¿A tu mamá no le va a molestar que metas a tu novio a casa?
–Lo dudo, aunque metiera un chico a casa y ella estuviera ahí no lo notaría, ni siquiera nota cuando yo estoy ahí.
No quería que sonara como una queja, pero claramente si sonó como una, pero era verdad, mi mamá y yo no éramos tan unidas, muchas situaciones causaron que nos distanciáramos tanto.
Lo más que llegamos a hablar es un “Hola ¿Cómo estás?” y eso ya parece mucho, a veces hasta me parece ridículo intentar hablarle.
He tenido conversaciones más animadas con mi gatita (si, a veces hablo con ella, pero no me critiquen, es buenísima escuchando)
Matt sabía de mi mala reacción con mi madre, pero no había querido interiorizar en eso, no me gusta hablar del tema, es difícil.
–Mmm, bueno accedo a ir, solo porque ambos necesitamos mucho ese descanso. – aseguró Matt.
–Perfecto, entonces paso por ti el viernes en la noche mi amor. – tomé su mano para darle un pequeño beso. – No quiero irme, pero tengo qué, espero verte más al rato.
Me despedí desde lo lejos mandándole un beso en el aire, para luego correr hacia mi siguiente clase, vaya que es complicado correr y querer terminarse un café al mismo tiempo.
Para algunos las clases parecían más aburridas en éstas últimas semanas, yo digo que son más interesantes, aunque puedo entender que algunos ya estés hartos y solo quieran tirar sus libros y correr hacia la libertad.
Yo también estaba ansiosa de que las clases terminaran, pero eso no significaría que descansaría por completo, aún tengo un camino largo por delante, por ejemplo, hacer mi servicio social, especializarme, sacar mi titulo, luego buscar un intercambio a algún país para hacer mi maestría, lo sé, sueno como una loca obsesionada con su futuro.
Estoy segura de que si lo soy, pero en el sentido de que me apasiona tanto lo que hago que no veo la hora de seguir adelante y superarme a mi misma, tengo altas expectativas de mi vida, pero no me preocupa porque se que soy capaz de alcanzarlas.
Toda mi vida supe que quería dedicarme a ayudar a la gente de forma altruista, eso siempre ha sido parte de mi personalidad, esa joven Lyra, metiéndose en problemas por intentar hacer lo correcto o lo que le parecía correcto.
Parecía ayer cuando realizaba marchas en la escuela quejándome sobre el mal trato que recibían algunas alumnas por la ropa que vestían, o la vez que armé un alboroto en la cafetería por no tener opciones veganas.
Siempre buscando de ayudar a las personas que me rodeaban, o que me parecía que necesitaban ser salvadas, con el tiempo aprendí que mucha gente no quiere ser salvadas, eso me trajo mucho conflicto antes, pero ahora lo entiendo mejor.
Todos merecen ayuda, pero muy pocos saben tomarla.
Y mírenme ahora, sigo siendo esa misma persona, pero ahora estaré calificada para ayudar, no hay nada más que deseé hacer de mi vida más que esto.
Muchos profesores siempre me repiten que parece que nací con la palabra “ayudar” tatuada en la frente, me agrada que la gente lo vea de ese modo, también suelen decir que tengo un aire que inspira confianza y eso es trecientas mil veces mejor.
Aunque como lo dijo el tío Ben, “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” yo siempre pensé que mi responsabilidad principal era ayudar a otros, pero la mayoría de veces dejaba de lado lo más importante, a mi.
A veces me concentro tanto en ayudar a otros que olvido ayudarme a mí misma.
Pero en fin, en estos años he aprendido tantas cosas, me parece asombroso.
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Hola holaaaa, ayy no puedo creer que ya voy a la mitad de la historiaaaaa
Ya, eso era todo
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