Capítulo 25
Luego de la "escena" que protagonicé junto a mi padre, decidimos junto a Juliett disculparnos y ausentarnos de la fiesta. Ya eran demasiadas emociones por un día.
Mi padre necesitaba estar solo también, para pensar en todo lo que le conté. Lo entendía, en su caso era uno de los protagonistas de esa trágica historia y aun así no estaba al tanto de todo lo que pasó ¿cómo te sentirías si te privaran de la verdad de tu propia vida? es como si te dijeran que ni de tu propia historia tienes el control. Y eso duele.
No excuso las acciones de mi padre, pero estoy seguro de que él no hubiera sido capaz de matar el fruto de su amor con Julia, hubiera encontrado la manera de que funcionara. Lo que me lleva a pensar que, si el Sñr. Varcarnyo es capaz de hacer algo así, entonces es capaz de mucho más y debemos tener cuidado.
Juliett ha estado quedándose en un hotel para no encontrarse ni con su padre ni con su hermana por ahora. Prefiere evitar conflictos y discusiones innecesarias. Por mi parte, me he quedado en mi casa, si bien, mi padre se presentó a la fiesta de la playa, solo era por negocios y volvió a su rutina de viajes en avión por otros proyectos. Invito a Juliett a que se quede todos los días conmigo, pero también comprendo que hay momentos que necesita estar sola y pensar en todo este revoltijo familiar.
Es sano que una pareja se dé su espacio, de vez en cuando.
Luego de unas semanas relativamente tranquilas, Juliett me llamó.
—Jacob ¿como estás? —dijo Juliett.
—Mejor ahora que hablo contigo.
—¡Tonto! me sonrojas. Te he llamado para algo serio —dijo mientras se le escapaba una risa sutil.
—¿Es sobre tu familia? —dije angustiado.
—Algo así. Julieta dijo que encontró una carta de nuestra madre, de hace años. Le dio un arrebato en la oficina y revolvió todo, lo que provocó que encontrara esa carta, de su puño y letra.
—¿Y qué quiere que hagamos con eso? —dije un poco molesto al oír el nombre de Julieta.
—Dijo que, al leerla, cambió su perspectiva sobre la situación. Ya no está muy segura si es factible esa ideología de defender a la familia a costa de todo, como nuestro padre nos enseñó. Quiere que me junte con ella, para que yo también pueda leer esa carta.
—¿Y te animas a ir a verla? —dije preocupado.
—Le dije que accedía si nos juntamos en un lugar público. Como un café o restaurante.
—¿Y que dijo?
—Accedió. Pero no te preocupes, te mantendré al tanto.
Terminamos la llamada y tenía un sentimiento de preocupación. Desde que Julieta se atrevió a hacerme lo que me hizo, ya no confío bajo ningún concepto en ella. Dudaba de si realmente una carta le haría cambiar de opinión sobre sus creencias y convicciones. El negocio familiar lo es todo para ella y ha trabajado muy duro para demostrarlo. Ella mejor que nadie ha anhelado heredar la compañía ya que Juliett nunca se preocupó en ese ámbito ¿en serio arriesgaría tanto trabajo y desafiar a su padre a cambio de que no le dé nada?
No sé qué tramaba, pero debía confiar en Juliett y en que sabría controlar a Julieta sin problemas, a fin de cuentas, ella la debe conocer mejor que nadie. Han hecho todo juntas desde que nacieron. Algo de conexión debe haber ahí.
Por mi parte, aproveché el tiempo para una videollamada con mi madre. Estaba en Miami haciendo un curso de cerámica o algo así. Si bien mi padre me confesó que hace años que entre ellos ya no había amor, aun así, decidí contarle todo lo que había pasado con Julia Varcarnyo y mi papá. También le dije el cómo, aun así, es un tema que me afecta y que hubiera preferido que me contarán una verdad que me hubiera dolido en su momento, pero luego superado, a que me hubieran metido a una burbuja sin saber la realidad.
Se disculpó por eso y a pesar de todo tuve una charla bastante liberadora con ella. También me dijo que a ella no le importaba que me hubiera enamorado de una Varcanyo pero reconocía también que la situación estaba complicada.
Luego de conversar con mi madre, finalicé yendo a terapia para seguir trabajando el episodio que viví con Julieta.
—Hay algo que no te he contado —le dije a la terapeuta.
—Si te sientes en confianza, puedes decirmelo. Tranquilo —dijo ella mientras me dedicaba una mirada de compresión.
—La persona que me hizo esto...tiene la misma cara que mi enamorada. Me enamoré de su gemela y...de verdad que yo las vislumbro como dos personas totalmente diferentes en apariencias porque el interior de cada una es diferente.
—Comprendo...
—Pero, de vez en cuando solo veo un rostro...y eso me hace recordar lo que paso ¿Me entiendes?
—Claro que sí, pero eso no quiere decir que haya algo malo contigo. Son dos personas con el mismo rostro, por supuesto que tu cerebro hace esa asociación.
—¿Crees que debo decírselo?
—Esa decisión depende solo de ti.
Tal vez, debía decírselo, pero me preocupa que las cosas se vuelvan incomodas entre nosotros. Quizás no deba saberlo, y eso también estaría bien.
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