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🥀Capitulo 16🥀

Durante días tenía la incertidumbre sobre el tema de Juliett y Julieta, quería saber con muchas ganas si Juliett se atrevería a hablar a solas con su hermana o me pediría acompañarla en este proceso. Sea como fuera, estaba dispuesto a hacer lo necesario para que nadie interfiera en mi relación con Juliett. 

De repente, me sorprendí, porque mi teléfono comenzó a sonar y estupefacto visualicé que era una llamada de Julieta. No sabía exactamente que quería, pero no podía desaprovechar esta oportunidad. Me sentí extremadamente impulsado a tratar el tema de mi relación con Juliett y dejarle en claro algunas cosas a Julieta. Era lo correcto, bajo mi percepción.

Conversé con ella unos pocos minutos y quedamos en vernos en el bar de un hotel que nos quedaba cerca. En el bar conocían a Julieta y me convenció de elegir ese lugar con un tentador descuento de cliente frecuente por parte de ella. 

Ninguno de los dos mencionó porque queríamos hablar con el otro. 

Estuve durante la tarde trabajando en algunos relatos y respondiendo correos importantes hasta que llegó el momento de colocarme rumbo al hotel. Su nombre era "Imperial". Decidí no avisarle a Juliett que hablaría con su hermana porque no quería que estuviera nerviosa y así, si lograba estar en buenos términos con Julieta solo tendría que darle buenas noticias. Cuando llegué vi de espaldas a Julieta sentada en el bar, era inconfundible su ropa roja. Esta vez tenía un vestido corto formal, que hacía que se viera muy elegante y llevaba su pelo suelto. 

—Julieta —dije mientras le tocaba el hombro.

—Jacob, gracias por venir —dijo un poco tímida.

La notaba algo nerviosa, pero no era eso lo que más sorprendió, si no que, al sentarme a su lado me percaté de que en su cabeza llevaba una diadema blanca y un collar también del mismo color. 

Blanco....color de Juliett. 

—¿Que sucede? ¿Tengo algo en la cara? —decía tímidamente mientras se arreglaba el cabello.

—¿Por qué tienes accesorios blancos? No digo que solo debas regirte siempre al rojo, pero es con esa dinámica con las cuales ustedes se presentaron cuando las conocí. El blanco es característico de Julie-. —Julieta me interrumpe de repente. 

—Mi hermana me pidió que me los colocara, es todo —dijo desviando la mirada. —¿Te gustaría beber un trago increíble? Es mi favorito —cambió de tema. 

Me di cuenta de que no servía de nada insistir en ciertos temas con ella. Estaba extraña, así que mejor decidí continuar con mi plan. 

—Escucha Julieta. Amo a Juliett y quiero formalizar con ella —lo había dicho y no podía creerlo. 

Julieta miró el suelo por un momento y luego me miró a los ojos directamente. Me miro con unos ojos decepcionados pero determinantes. Esos ojos eran exactamente del mismo color, que aquellos ojos de la mujer que amaba, pero no era ella la que estaba frente a mí y eso me hacía sentir extraño, pero, a fin de cuentas, no era Juliett porque no eran las mismas, su identidad no era igual, era única. Y yo si podía diferenciar eso. 

—Lo entiendo ¡De verdad! —dijo animadamente, mientras servía dos copas con vino tinto.

Me di cuenta de que al final no me sirvió de "ese trago" increíble que había mencionado, pero ya no me sorprendía, toda su actitud no era la habitual. 

—¿Sabes? Juliett me habló del mismo tema antes de venir para acá, me dijo que le gustabas mucho y que quería intentarlo contigo...en fin, habíamos acordado otra cosa —dijo mientras me daba la copa.

—¿A qué te refieres con "otra cosa"? —dejé la copa a un lado. 

—¿Sabes por qué usamos el rojo y el blanco de manera tan insistente? —dijo mientras se acercaba un poco. —Tú siempre quieres saberlo todo.

No sabía porque estaba haciendo tantas preguntas de manera tan directa ¿Estaba enojada? ¿No era lo que quería escuchar de mi boca? No podía mentirle de todos modos. 

—Creo que nuestra madre tenía una especie de depresión. Era muy pequeña como para asegurar que era eso lo que tenía, pero con mi hermana siempre la veíamos inestable y todas las mañanas iba al jardín, ese rincón en el jardín que solo tiene rosas blancas y rojas. Ningún otro rincón de la casa tiene esas rosas plantadas, las demás rosas son amarillas. Creo que era su lugar favorito. 

—¿Y qué hacía ahí? —intenté seguir la conversación.

—Solo lloraba, otras veces conversaba sola pero cuando mi hermana y yo nos acercábamos se quedaba callada. En fin, un día de la nada, comenzó a vestirnos a cada una como las rosas de su lugar favorito. Una roja y la otra blanca. Nosotras pensamos que para aliviar su depresión intento desapegarse de ese lugar que la hacía llorar e intento direccionar esos sentimientos hacia nosotras. Ahora nosotras éramos su lugar favorito, sus rosas. 

—¿Por qué siguieron con esa temática después de su muerte?

—Es nuestra forma de honrarla. Al ser muy pequeñas no pudimos hacer más que convertirnos en sus rosas y ahora solo eso nos queda. Es un trasfondo un poco triste, perdón si te decepcionó —dijo mientras tomaba un poco de la copa. 

Esta información que Julieta me daba valia oro. Quizás ese lugar en donde su madre lloraba sea la respuesta sobre la infidelidad. Quizás haya una pista en ese lugar sobre su secreto, sobre lo que no le pudo contar a mi padre. Quizás ahí se desahogaba de todo. Necesitaba acercarme a ese lugar.  Aunque, si bien era información importante, eso no quitaba que Julieta se estaba desahogando conmigo y no podía ser un insensible total. 

—Aprecio mucho que me cuentes algo tan personal. Siento mucho la ausencia de tu madre —dije mientras le tocaba el hombro. 

—Si quieres consolarme, brinda conmigo Wintt —dijo mientras levantaba su copa. 

—De verdad ¿estas bien? me refiero a....mi relación con Juliett.

—Ya no hablemos de eso, solo brindemos —dijo con una sonrisa.

Brindé con Julieta y tomé de un solo trago todo el vino de la copa. Tenía un gusto dulce, pero al final se sentía un gusto extraño, amargo. A los cinco minutos, visualizaba que Julieta me hablaba, pero yo la escuchaba lejana y todo me daba vueltas. Después sentía que perdía la conciencia y luego la recobraba por momentos. Cada vez que mi conciencia volvía, estaba en lugares distintos del hotel, en donde en la mayoría de esos momentos veía a Julieta, pero después la vi con ¿Un vestido blanco? o ¿Era Juliett? ¿Qué estaba pasando? no entendía nada, me sentía en un espiral sin salida.

No tenía control de mi cuerpo, no tenía fuerza y me sentía fuera de la realidad completamente. La última imagen que registró mi mente fue entrando a una habitación de hotel y ser arrojado a la cama. La sensación era extremadamente desagradable, quería gritar, quería correr, quería poder hacer algo. Era desesperante y jamás me había sentido así antes, definitivamente no le deseaba esta sensación de vulnerabilidad a nadie ¿Alguien me podría entender si le explico lo que estoy experimentando ahora? porque no sabría como comenzar. 

Se sintió como la noche más larga de mi vida y luego lo demás, solo es negro en mis recuerdos. De un momento a otro ya era de día y desperté exaltado, desorientado, mareado pero lo más importante, al lado mío, una mujer dormía ¿Quién?






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