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25. Ordena tu desastre

Si de esperar un viernes se trata, muchas personas alrededor del mundo dirían que anhelan la llegada del quinto día de la semana con desespero de vez en cuando. Para Olivia, Bird y Scorpio hoy fue el viernes más esperado de todo su año. Finalmente obtendrían las respuestas a la única incógnita que han tenido desde Halloween ¿Olivia está infectada? Todo apuntaba a que no, pero ¿y si Aurie solo estaba esperando el momento oportuno para atacar?

Bird bajó del escenario del auditorio luego de lo que para ella se sintió como una eternidad. Su conferencia con el estudiantado de séptimo terminó con una sutil amenaza con grandes reprimendas tanto por las autoridades de la academia y profesores contra los que sean atrapados molestando a sus compañeros y lo mejor fue que el mensaje pareció bien recibido.

Joe pudo escuchar de cerca la parte final de la conferencia, ya que había terminado antes de tiempo un taller en clase cerca del área, cuando vio a Bird avanzar a la salida salió del lugar para no tener que toparse de frente con ella, pero no resultó que ya lo había visto y le siguió hasta el pasillo.

—¿Me estabas buscando?

Joe se detuvo y volteó a verla. Dos metros de distancia los separaban el uno del otro.

—¿Y cómo por qué estaría buscándote?

—No lo sé, esta conferencia es para los de séptimo y tú no luces como uno de ellos.

—Solo estaba por el área, no tengo que darte explicaciones.

Alexandra salió del auditorio con prisa para intentar alcanzar a Bird y se quedó en la puerta viendo la escena frente a ella, de hecho, varios lo hacían.

—Sabes que no puedes mentirme, ¿verdad?

—Oye —Joe la señaló—, no te metas en mi cabeza.

—Dime que es lo que buscabas.

—De acuerdo... Solo quería ver cómo la bully más grande de este lugar intentaba amenazar a los más pequeños para que no hagan lo que ella siempre hace. No lo sé, amo la ironía.

Amantes de la ironía, ya tenían dos cosas en común.

—Tú diciéndome que soy una bully solo porque "molesto" a tu primo no es justo. Todos me tienen miedo, que a Marshall le afecte más que al resto no es problema mío.

—¿Todos? Yo no te tengo miedo.

—Vamos, claro que sí.

—No. Yo pienso que eres pretenciosa y mala, pero miedo no te tengo.

Otro que no tiene miedo, Bird se contuvo de rodar los ojos, el chico le parecía igual de testarudo que Olivia.

—Pretenciosa y mala, Mmm ¿acaso me conoces?

—No necesito y no quiero conocerte.

—¿Quién está siendo malo ahora? Me estás juzgando sin conocerme en absoluto, Joseph.

—No finjas que mis palabras te afectan en algo, Bird.

—No me afectan, pero actúas conmigo tal y como dices que yo actúo con tu primo. ¿No es irónico?

—No me compares contigo.

—¡Pero no le he hecho nada a Marshall!

—Blah, blah, blah —Joe le dió la espalda y comenzó a caminar—. Espero que tus propias mentiras no te dejen dormir en la noche.

—¡Ugh! —Gruñó y volvió la vista a Alexandra a poca distancia, muchos estudiantes apresuraron sus pasos para irse de largo y no estar cerca de ella luciendo enojada—. Y tú, jovencita, espero que ya hayas arreglado tu desastre. Hablo en serio.

Bird cruzó el pasillo para tomar asiento en una de las bancas del jardín frente al auditorio.

—¿Arreglar? Abby me odia, ni siquiera quiere verme. ¡No hay manera en que pueda arreglar algo que ya está roto!

—Esa es la cosa más estúpida que le he oído a alguien de diez años.

—¿Diez? Tengo doce años.

Tomó asiento a su lado y Bird observó el cielo gris sobre ellas, una fuerte tormenta venía en camino.

—Mi madre suele decir que todo en esta vida se puede arreglar, menos la muerte. Yo te veo muy viva, así que puedes encontrar la manera de arreglar esto y lo harás.

—¿Qué se supone que debo decirle?

—¿Por qué me preguntas a mí? Tú fuiste la que contó su mayor secreto a toda la clase.

—Bien... ¿pero qué hay de Marshall? ¿Vas a arreglar lo que le hiciste a él? Porque de lo contrario esta charla está resultando un tanto hipócrita.

—¿Estabas escuchando mi conversación?

—Tú y ese chico discutían en medio pasillo, todo el mundo los escuchó.

—Esto es totalmente ridículo, decirle a Marshall su par de verdades en gimnasia no me hace...

—¿La mala del cuento? Pues según su primo parece que sí lo hace y por alguna razón le creo.

Scorpio bloqueó el celular y lo guardó en su bolsillo al llegar a las afueras del auditorio, estuvo a punto de entrar, pero la voz de su hermana lo hizo observar con curiosidad al jardín, al verla sentada en la banqueta con alguien a su lado caminó hasta ella.

—¿Ya acabó la conferencia?

—Hace unos minutos —respondió Bird.

—Soy Alex, corto para Alexandra —añadió la chica.

—Sí, estaba sobreentendido —le sonrió falsamente y volvió la vista a su hermana—. ¿Y por qué está Alexandra tan cerca tuyo?

—Porque no me importa.

—Y a mí tampoco —dijo Alex.

—Bueno... —Scorpio chasqueó la lengua—. En mi experiencia, cuando a la gente no le importa estar cerca termina lastimada, por favor retírate, Alexandra, de seguro tienes muchas tareas que hacer.

Alex soltó un bufido.

—Arregla tu desastre, Sharma —Bird la señaló.

—Tú igual, Márquez —Alex la señaló de regreso y se alejó dejándolos solos.

Scorpio miró a su hermana con atención.

—¿Por qué dejas a una niña de séptimo grado sentarse a tu lado?

—Ya dije que no me importa.

—Estoy siendo muy paciente, avecilla, pero si no me dices la verdad entraré a tu mente.

—¿Y cuál es la verdad que quieres oír, Scorpio?

—¿Te sientes sola?

—¿Qué?

—Me oíste muy bien.

—¿Piensas que porque ahora tienes novia y pasas tiempo con ella, eso me afecta en algo? No.

Estaba diciendo la verdad.

—¿Entonces?

—Si te soy honesta, veo un poco de mí en Alex.

—Tú no eres gay.

Eso hizo reír a Bird, a Scorpio no se le escapa nada.

—No, pero me identifico con la forma en la que guarda un secreto y tiene miedo de ser expuesta.

Scorpio inhala aire y toma asiento junto a ella donde previamente estaba Alex.

—Ya hablamos de esto anoche, Bird.

—Tú sabes que hay tres cosas que no pueden permanecer ocultas, ¿verdad?

—El sol, la luna y la verdad —Scorpio asintió—, lo sé.

—Y eso quiere decir que eventualmente, el secreto no será tan secreto. La gente lo sabrá, hermano. Y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.

—Nunca digas nunca —Scorpio señaló con su cabeza a la salida de la academia—. El grupo de estudio de nuestros padres está llegando.

❁❁❁

A parte de las muchas empresas donde posee acciones multimillonarias y el gran mercado de inversión inmobiliaria que posee, Donovan Márquez es un Psiquiatra de alto renombre en Rumanía y España. Siendo dueño y jefe de su propia clínica de estudio en Bucarest con más de cien médicos dominantes y guardianes especializados en neurología y psicología tuvo el camino abierto para proteger a sus hijos del gobierno Dominante-Guardián y de cualquiera que amenazara contra la seguridad de ambos.

—¿Esto es en serio? —susurró Olivia quien se hallaba en las escalinatas principales de la academia viendo perpleja la cantidad de autos negros y de ellos varios hombres y mujeres con batas blancas cargando maletas e implementos medicos haciendo su camino a la parte trasera de la Torre Eclipse.

Olivia notó a su grupo de amigos a la distancia: Thania, Jacobo, Eli, Dante y Donatella estaban observándola a ella y a los autos con médicos que seguían llegando.

—Chicos, estoy comenzando a creer que después de todo... Quizás Olivia si tenía un motivo para mantener una distancia de nosotros —Thania dijo al resto y estos solo pudieron asentir ante lo que seguían viendo.

El timbre de salida había sonado hace veinte minutos, por ello muchos estudiantes aún vagaban por el área y al notar la situación la cadena de mensajes empezó.

Algo grande está a punto de pasar, lo presiento.
⤻15:25 pm

Ver foto
⤻15:25 pm

Lo único que puedo decir es que esto en definitiva tiene que ver con los hermanos Márquez y la llegada de sus padres.
15:26 pm⤺

Ver video
15:26 pm⤺

¿Alguno cree en deidades? Siento que necesitamos todas las posibles para proteger esta academia.
⤻15:27 pm

Reenviar video. Reenviar foto.

Olivia bajó el resto de las escaleras corriendo y todas las miradas y celulares fueron dirigidas a ella mientras se apresuraba a seguir a los médicos.

Rodeó la Torre Eclipse y frenó en seco al ver una gran carpa blanca siendo rodeada por muchos guardias de seguridad que impedían a los estudiantes curiosos poner un pie cerca del área.

—¡Directora Kovacs! —elevó su mano al verla a poca distancia conversar con unos doctores.

Kovacs caminó hasta ella y le ordenó a los de seguridad dejarla pasar.

—¿Qué es todo esto? ¿Por qué hay tantos médicos?

—20 de los mejores neurocientíficos y psicólogos de todo Rumanía están aquí para dar seguimiento a la infección, señorita Noel.

—¿Pero y si no estoy infectada? ¿Esto no le parece un tanto exagerado?

—Olivia, la precaución no es explícitamente por ti, recuerda que estamos lidiando con una amenaza de categoría gubernamental. —Kovacs señaló la Torre Eclipse—. Esa cosa de allí, es nuestra principal preocupación.

—Aurie.

—¿Qué?

—Aurie —Olivia repitió—. No es "una cosa". Su nombre es Aurie.

Scorpio carraspeó detrás de Olivia, él y Bird ya se encontraban allí.

—Esto es una locura, ¿Qué rayos van a hacerme? —Dijo a Scorpio antes de abrazarlo. Él la aferró a su cuerpo unos segundos antes de tomarla de las mejillas y hacerlo mirarlo.

—Estarás bien, oaie.

Olivia se quitó la maleta de los hombros y la dejó caer a sus pies.

—Necesito hablar contigo, a solas —Olivia señaló a Bird, ella se cruzó de brazos—. Solo será un minuto, por favor.

Scorpio recogió la maleta de Olivia del suelo y le dió una mirada severa a su hermana, ella puso los ojos en blanco antes de caminar un poco más por el jardín lejos de la carpa y las personas.

—Bird, sé que quizás sea ya un poco tarde para pedir disculpas, pero en verdad lamento mucho todo esto. Nunca imaginé que acabaríamos en esta situación.

Bird, aún con los brazos cruzados sobre su pecho, se quedó viendo a Olivia con atención.

A veces, hay que mirar desde una perspectiva con vista panorámica, uno no sabe lo que las esquinas pueden ocultar, Olivia. Todos aquí están cagadisimos de miedo, tanto los que saben que ocurre —señaló con su cabeza a los médicos—, y los que no —señaló ahora a los estudiantes curiosos del otro lado de la barrera de guardias.

—Sí, ya lo sé, pero es que... —Se detuvo, esa frase ya la había oído, o más bien leído antes—. Un momento, ¿estás leyendo Cruel Desconocido?

—Lo abrí por curiosidad ayer. Me enganché y ya casi estoy acabando, está en mis lecturas del momento.

—¿En serio? Wow, lees muy rápido. ¿Ya tienes un personaje favorito?

—Ted.

—Oh, ¿Sabes? En persona es igual que en el libro, lo conocí una vez que fui a acompañar a mi mamá al supermercado y él estaba allí haciendo compras con su hermano Chad. Fue inevitable no emocionarme al verlos. El libro aún no había salido, pero ya eran celebridades locales.

Ante el silencio de Bird, Olivia se aclaró la garganta y rascó su nuca con nerviosismo.

—Como sea, sé que eso no te interesa, pero me alegra mucho que te esté gustando y pues, solo quería pedirte disculpas antes de que todo esto inicie.

Antes de que Olivia se alejara del todo Bird habló—: Debo darte más crédito, no pareces la clase de chica que es fanática del misterio, suspenso... terror.

—¿No? —Olivia volteó a verla.

—No, por eso me sorprendió ver tu colección. Al parecer tenemos algo en común...

—Stephen King... —Dijeron al unísono.

Una sonrisa diminuta apareció en el rostro de ambas. Pero tan rápido como salió, desapareció.

—Olivia, tienes que saber que al final del día, tu realidad en esta narrativa es casi nula. Este es mi mundo y solo puedo creer en mí misma y de lo que soy capaz. No te lo tomes personal, todo es parte del Efecto Mariposa, si no eras tú ahora, habría sido alguien más en un futuro no tan lejano.

Olivia estaba familiarizada con la teoría que Bird mencionó y por eso jamás admitiría en voz alta que cruzarse en el camino de los Márquez fue más que nada por ella y no ellos. Sintió un ardor en su estómago al darse cuenta que su estadía en este lugar estaría siendo muy diferente si no hubiese ido esa tarde a la habitación de Scorpio y escuchado los consejos sobre mantener su distancia.

—Tú no eres la responsable de nada, es ella... Aurie.

—Si, Olivia, pero ella soy yo. Te sonará irreverente, pero ya ví de lo que es capaz al invadir una mente que no es la mía, y no quiero que suceda, no de nuevo.

—Pero ¿Y Scorpio...? Ya sabes de lo que él también es capaz: es tu otra mitad.

—No puedo romperme en miles de piezas solo para ver qué puede salir de ello. Scorpio es una excepción.

—¿Por qué no puedes hablar con ella? Intentar razonar, hablando se pueden entender.

—¿Hablar con ella? ¿Perdiste la razón?

—No sé si lo has olvidado, pero tú eres la jefa. Por lo tanto, eres quien manda.

—Aquí —se toca la cabeza—, eso de mandar no se me da bien.

—¿Acaso alguna vez le has demostrado quien lleva las riendas? Supongo que no, porque de seguro otra historia se estaría contando.

—¡Señoritas es momento de iniciar! —Kovacs las apuró.

Olivia rompió la distancia entre ambas y tomando valor sostuvo las manos de Bird con fuerza, eso le incomodó a Bird más que nada por la sorpresa, pero no dijo nada porque la castaña continuó hablando.

—La Idem eres tú, la del poder eres tú. No ella, y no Scorpio, no importa cuánto ellos dos lleguen a creerse superiores. Tú eres la chica más poderosa de esta academia, probablemente de todo el país, que no se te olvide por un segundo que si quisieras a Aurie muerta ya lo habrías hecho. Eres más fuerte de lo que las voces te hacen creer. Más fuerte de lo que tú te obligas a creer.

—¡Andando chicas, tenemos un estudio que realizar! —Kovacs las volvió a apresurar.

—¿Estás lista? —Olivia susurró.

Bird sonrió de lado.

—¿Tú estás lista? Ambas debemos bajar a la habitación de los espejos.

—Soy más nervios que persona, pero sí. Estoy lista, Bird.

—Entonces, hora de comenzar, Olivia. Hay un desastre que debo ordenar.

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