La joven Ichigo caminaba por los pasillos oscuros de la academia, hasta que vio a Naoto conversando con Seira. Llevaba todo el día buscando al chico para darle un regalo por su cumpleaños. Así que se acercó un poco, pero se detuvo al notar que entre Naoto y Seira había algo diferente. Ambos se besaron, y el corazón de Ichigo se aceleró. Se fue rápido del pasillo, temiendo que la vieran.
Ichigo: Jamás pensé que él pudiera amar a Seira... - pensó, unas pequeñas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos. - No sé porqué estoy triste, el amor es algo hermoso.
Regresó a su cuarto, mientras intentaba secarse las lágrimas. Se sentó en la cama, y estuvo mucho rato allí, pensando sobre lo que había visto. Jamás se había sentido como ahora, siempre había sido muy segura y positiva, pero ahora se sentía tan inferior, tan poca cosa. Aún llevaba en sus manos el regalo que quería darle a Naoto, se aferró a él, llorando.