Ran: Disculpe, soy Ran. - dijo, tratando de parecer amable. Aunque le gustaba causar miedo, sabía que eso no le convenía ahora. - Soy la hija de la señorita Shibuki.
La enfermera suspiró de alivio.
Enfermera: No puedo creerlo, has crecido mucho. - dijo, sonriendo. - Perdón por el susto, es que... me recordaste a alguien que vi hace mucho tiempo. Era una persona aterradora, sus ojos eran de un violeta penetrante, igual que los tuyos. Parecía un demonio.
Ran: Suena interesante. - respondió Ran, con una sonrisa forzada. - Solo busco a una persona que vive por aquí, a la señorita Mizuki.
Enfermera: ¿Qué quieres de ella? - preguntó, mirando la espada de Ran, con sospecha. - No eres... ¿Una cazarrecompensas?
Ran: ¡Claro que no! - respondió, con otra sonrisa forzada. - Solo quiero hacerle una visita.
Enfermera: Lo mismo dicen todos los cazarrecompensas.