- Yo siento que nunca seré la hija que ellos merecen. - dijo Aoi, con lágrimas en los ojos. - Me aman tanto, pero simplemente no puedo hacer nada para agradecer ese amor. Intento ser la hija perfecta, pero no puedo. Siento que jamás podré pagar por todo lo que ellos han hecho por mí. Esa presión comenzó a aplastarme, y cada vez dejé de disfrutar el hecho de estar con ellos.
- Aoi, tus padres te aman. - dijo Ichigo. - Ellos no te piden que seas perfecta, ni que seas la mejor en todo, lo único que piden es que les des tu amor.
Aoi recordó a su mamá. El rostro triste de su mamá, al ver que Aoi la abrazaba, con una sonrisa forzada en el rostro.
- Mamá creyó que yo no la amaba... - reflexionó Aoi. - Por eso me miraba así... Lo único que quería era que yo la amara...
- Eres su hija, eres lo más importante que ella tiene. - dijo Ichigo. - Eres como una parte de su corazón.
- Tienes razón, Ichigo ¡Debo regresar a mi hogar! Debo disculparme por lo que hice, debo decirle a mi madre cuánto la quiero.
- ¡Así se habla! - dijo Ichigo, sonriendo.