Karter Sorní.

Timbrazos tras otro y nada, Maxwell no contestaba la llamada y ya eran pasadas las once de la noche, era imposible que Kylee se haya quedado con él luego de la cena, Cooke odiaba a Maxwell y no tenía que recordar las veces que me lo había dicho para saberlo. Incluso me había sorprendido la última cercanía que tenía con él luego de que Lohan estuviera en prisión.

Otra vez llamé de manera insistente, hasta que me contestara o apagara el celular, lo que sucediera primero. Sonó varias veces y luego la voz de la contestadora me hizo cerrar la llamada tras un gruñido. Algo no estaba bien, mi hermana me había informado de que estaría en una cena en la casa de los Somerville y que era posible que no tardaría, ya que no llegaría después de El Haro.

Caminé apurado por la habitación e intenté, una vez más, el mismo resultado. No pude hacer nada más que llamar a Amaya y pedir algo de ayuda. Sonó un par de veces hasta que su voz se escuchó en el auricular.

—¿Sí?

—Amaya, necesito tu ayuda. Es Cooke, salió con Maxwell y no ha vuelto.

—¿La llamaste?

—Le he llamado a ambos y ninguno contesta, esto no me da buena espina.

—Tranquilo. Iré para allá en unos instantes, tú sigue llamando.

Hice un leve sonido de afirmativo para cerrar la comunicación, un suspiro cargado de preocupación me salió desapercibido mientras intentaba por décima vez el contactar a Maxwell. Nada.

¿Acaso tuvieron un accidente? ¿O se encontraban en medio de la calle en el Haro? Lo último no era posible, no creía que la cena terminara tan tarde para esto y menos con Maxwell ahí, ya había visto con mis propios ojos lo experimentado que podía ser el mayor con las armas cada vez que me llevaba a su casa para estar con su hermana. La puerta fue tocada y yo la abrí, la morena de ojos azules entró con rapidez.

—¿Aun nada?

—Nada. —Negué con la cabeza cerrando la puerta detrás de ella para verla colocando mis manos en las caderas.

—Intentaré también llamar a Maxwell.

Ella sacó su celular para buscar el contacto en su pantalla y oprimir el botón de llamado, timbró y timbró, nada. Con mi hermana pasó lo mismo. La ansiedad estaba carcomiéndome.

—¿Dónde estaban ellos?

—En la cena de los Somerville.

—¿La que hacen cada año para celebrar la fundación de Efren?

—Sí.

—Llamaré a Conley, tal vez ella sepa algo.

—Buena idea Amaya.

Ella mostró una rápida sonrisa para buscar el otro número con presura y marcarlo, este sonó y ella lo colocó en altavoz. Lo tomó a los pocos segundos.

—¿Qué necesitas Mir?

—Hola Conley, ¿cómo te encuentras?

—Cansada, sabes como son las cenas de mi papá, siempre hay que estar fingiendo.

—Qué bueno que me hablas sobre la cena Conley, tengo que preguntarte sobre ello.

—¿Qué sucede? —La voz de la otra chica parecía algo molesta.

—Es sobre Kylee. Su hermano me cuenta que salió con Maxwell para tu casa.

Conley se mantuvo en silencio por un momento.

—Ellos nunca llegaron a la cena Amaya. —Abrí los ojos con sorpresa y la morena me miró de igual manera—. Siendo sincera, pude ver que la señora Allyson llamó bastantes veces desde su celular sin contesta durante la cena. Nunca me imaginé que sería a Maxwell, solo creí que él no quiso venir.

—Dios. Entiendo, gracias por decirnos Conley.

—Está bien.

La rubia del otro lado cerró la llamada al instante. Ahora si estaba asustado, imaginándome lo peor que le podría suceder a mi hermana. Amaya guardó su celular y puso sus manos en mis hombros.

—No pensemos lo peor aún, sigamos insistiendo. Seguramente están en la casa de los Sayler y podremos ubicarlos lo antes posible.

—Mi hermana no me dejaría de tomar la llamada por nada Amaya, esto no está bien. —Me senté en la mesa y ella me siguió para colocarse a mi lado, puso su mano en mi brazo y lo acarició.

—Kylee está bien, tranquilo. Démosle tiempo hasta mañana temprano, pensemos que les tomó el Haro de alguna manera y quizás están escondidos en alguna parte, existen muchas posibilidades Karter.

—Es imposible no preocuparme por mi hermana, ella está sola-

—No está sola —me interrumpió—. Donde esté ella se encuentra con Maxwell, solo debemos continuar con las llamadas.

Me mantuve callado con la cabeza agachada, la impotencia y el miedo eran dos cosas que me traían tenso desde que el reloj dio las diez de la noche, Amaya me observaba de manera comprensiva para continuar las caricias lentas, intentando bajar el pánico en mí.

—Me quedaré aquí toda la noche.

—No es necesario.

—Sí, lo es. —Ella detuvo su mano para tomar la mía—. No te dejaré solo ahora, no te dejaré con esta angustia.

—Debes descansar, mañana hay práctica de natación.

—Tu hermana es más importante, y si tengo que dejar de ir hasta que encuentre a Kylee, lo haré.

Sonreí al verla.

—Eres la mejor amiga que me pudo dar la universidad Amaya. No sé qué estaría haciendo en este momento sin ti.

—Seguramente corriendo por la calle durante el Haro.

—Me conoces bien.

—Conozco el amor por tu hermana y lo admiro bastante. Sé que harías lo imposible por ella, y si me lo permites, yo también lo haré para que estén juntos.

Una llamada de mi celular nos interrumpió y nos miramos. Lo tomé con desespero al reparar de que era Maxwell y lo puse en altavoz.

—Maxwell, ¿dónde estás?

—Hola Karter —sonó bastante relajado—. Estoy en mi casa, ¿qué pasa?

—¿Kylee está contigo?

—¿Kylee? —Su duda pareció genuina y soltó una leve risa—. La dejé frente a la universidad antes del Haro.

—¿Qué? —La sensación en mi pecho fue similar a que mi corazón se detuviera, mi respiración se intensificó a pesar de seguir la llamada en pie.

—¿No está contigo? —Me mantuve bastante tiempo en silencio, mis palabras no salían—. ¿Hola?

Amaya al observar mi estado se acercó al teléfono para seguir con la conversación.

—Hola Maxwell, te habla Amaya.

—¿Amaya? ¿Qué pasa? ¿Kylee no está con ustedes?

—No, no lo está. Creíamos que estuvieron juntos todo este tiempo. —Ella me miró por unos segundos y luego siguió hablando—. Incluso hablamos con Conley, ella nos dijo que nunca llegaron a la cena, ¿sucedió algo?

Se mantuvo en silencio por un largo rato, me pareció extraño que no contestara al instante, pero luego suspiró para continuar.

—Nos desviamos.

—¿Se desviaron? —encontré mis palabras al instante y pude cuestionarle—. ¿Hacia dónde se desviaron?

—No sé si ella querría que dijera —otro suspiro se escuchó por el auricular—, pero ante esto, creo que es necesario. Bueno, fuimos a un hotel y... Ya sabes.

—¿Qué?

Amaya llevó su mano a sus labios, igual de impactada que yo. No, era imposible. Mi melliza no podía hacer algo así, luego de todo lo dicho antes cuando estuve con Mara, ella no haría eso. No, no, algo estaba mal. No podía simplemente creerme las palabras de Maxwell, no podía solo tragarme eso a pesar de que era la vida de mi hermana. ¿Sería posible que me mintiera? ¿Acaso me vio la cara de estúpido y ese era su plan desde el inicio?

—¿Y luego? —cuestionó Amaya, intentando sonar ecuánime.

—Ella quiso quedarse en el hotel, dijo que tenía que hacer unas cuantas cosas antes de El Haro.

—De acuerdo Maxwell, gracias por la información. Esperaremos el tiempo prudente para ver si aparece, cualquier cosa te informaremos.

—Está bien. Hablamos después chicos. —Amaya cerró la llamada tras la despedida del castaño. Luego me miró en silencio y yo negué con la cabeza.

—Es imposible, Kylee nunca haría... —Me levanté y ella hizo lo mismo para seguirme.

—Karter, no pensemos en eso. Solo consideremos la idea de que aparecerá.

—Kylee no pude hacerme esto —dije entre dientes con incomodidad, todos mis sentimientos se encontraban entre ellos—, ¿con qué cabeza ella podría reprenderme y luego irse a acostarse con Max como si nada?

—¿Crees que Cooke haya...?

—¡No! —le grité a la morena y ella se sorprendió por mi reacción—. ¡Kylee podría ser lo que quieras, pero nunca haría eso! Conozco ami hermana, la conozco como la palma de mi mano. ¡Maldita sea! ¿Dónde estás, Cooke?