Capítulo 37. Campo de batalla
Kylee «Cooke» Sorní.
La búsqueda empezó alrededor de las diez de la mañana, nos dividimos en distintos grupos de conocidos para extendernos en toda la zona expuesta por Maxwell. Según sus palabras, peinaríamos de norte a sur toda la parte oeste de Efren, y si había tiempo, ciertos puntos céntricos.
Lohan, Karter, Amaya y yo decidimos tomar la parte del bosque, no era tan frondoso, así que podíamos dividirnos en grupo de dos sin temor. Lohan y Amaya conocían la zona, por lo tanto, yo me fui con el chico, mientras que mi hermano con su, considerable, mejor amiga.
Lohan y yo anduvimos vociferando el nombre de Mara por cada abertura de árbol, revisábamos ciertas partes del suelo moviendo las hojas y piedras por si encontrábamos algo, e incluso Lohan se subió a uno de los pinos más fuertes para mirar alrededor en la distancia. Nada.
Por suerte teníamos tiempo antes de las clases, nos podíamos extender en el intento de conseguir algo. Pero justo llegamos a un delgado río que se adentraba hasta cierto punto de la ciudad, conectaba con las aguas del lago. Estábamos en el límite de la zona oeste. Quise intentar cruzar, pero el castaño de ojos azules se negó, indicando que esa parte ya pertenecía a otra ciudad y lo adecuado sería no pasar allí.
Él suspiró y se sentó en una de las piedras de gran tamaño, yo me coloqué a su lado mirando el flujo del agua con dirección al estanque a metros de nuestra posición y que había visitado meses atrás. Un mal sabor me vino a la boca al recordar lo que sucedió.
—¿Y si nos dividimos una vez más? Tú puedes ir en contra de la corriente y yo a favor, así podemos también extendernos más.
—Te podrías perder al volver Cooke, no podría aguantar otra desaparición. Lo mejor sería que continuemos juntos.
—Ya buscamos toda la zona del bosque, podremos seguir por el lago, ¿cuántas posibilidades hay de que se encuentre por aquí?
—Las mismas posibilidades de que esté viva.
Tragué con dificultad al escuchar sus crudas palabras.
—Lohan, ¿te refieres a...?
—Han pasado doce días Cooke —me interrumpió mirando al río y tomó una piedra para tirarla al líquido—, se puede pensar lo que sea.
Decidí echar un vistazo a otro lado para evitar aquel semblante tan cansino y lleno de dudas del chico, me entristecía tener que saber lo que estaba pasando y no poder hacer más de lo que estaba a mi alcance.
—¿Cuándo fue la última vez que la viste?
—La noche anterior. Peleamos por lo de... Ya sabes, lo que pasó en tu recinto aquella noche.
—Lamento escuchar eso.
—Yo lamento haberlo hecho.
—¿Hacer qué? ¿Discutir?
Lohan asintió con desgana, pero no hice más que observarlo de reojo y seguir intentando disipar la tensión que se había creado.
—No es tu culpa, es una reacción normal por lo que viste.
—Sí, pero nunca consideré la idea de su desaparición —escuché como suspiró—. ¿Y si le pasó algo por mi culpa? ¿Y si se hizo algo?
—¿Crees que ella se haría algo?
—No, Mara no es así. Pero a estas alturas, dudo de todo.
—Yo dudo de su hermano.
Sentí sus ojos en mí al instante, yo me crucé de brazos para girar un poco en mi cabeza y distinguir su atención completa en mi persona.
—¿Qué? —Arrugó más el entrecejo—. ¿Qué dices?
Giré de nuevo mis ojos hacia el frente y tamboreé mis dedos en mi brazo, dudando al ver su expresión de si debí decirle aquello. Solo era algo que pensaba, no era seguro.
—¿Por qué crees que Max le haría algo a su hermana?
—No sé. Suposición, creo —mentí.
Él se levantó de la piedra y se colocó a mi lado, yo di la vuelta para quedar cara a cara.
—En estos casos, la percepción no es suficiente. Se necesitan pruebas, ¿tú llegaste a ver algo para acusarlo?
—No —negué tanto de manera verbal como con la cabeza sin dejar de verlo, pero él endureció su rostro.
—Sé que llevo poco tiempo siendo tu amigo y te conozco menos de lo que quisiera, pero si vamos a dar suposiciones, la mía dice que me estás mintiendo —finalizó mostrando una sonrisa ladina que solo me dio la oportunidad de mostrar una mueca.
—No lo hago.
—¿Sabes que no puedes mentirle a alguien que siempre lleva una sonrisa en su rostro?
Solté una risa nasal con ironía y volví mi atención a él.
—Lohan...
—Habla.
Suspiré.
«Como quieras». Pensé.
—Una noche... Creo que vi a Maxwell, asesinando a alguien.
—¿Una noche?
—Durante el Haro.
—Imposible. ¿Qué me cuentas Cooke? Nadie sale a esa hora.
—No me creas si gustas.
—No, no se trata de eso. Pero... ¿Max? ¿Maxwell Sayler? ¿No consideras que es algo...?
—¿Opuesto? ¿Confuso? ¿Extraño?
—La palabra que buscas sería «increíble» —soltó una risa distraída para luego marcar su lengua en su mejilla.
—No sabría cómo tomar esto.
—Mara te fue infiel cuantas veces, ¿tres? ¿Cuatro? ¿Quién dice que su hermano no es capaz de cosas peores?
—No puedes comparar infidelidad con secuestro Cooke, por mucho es diferencia, además de ser dos personas distintas.
—En la universidad la primera clase es de moral, y ahí nos enseñan que, sea cual sea el pecado, sigue siendo pecado.
—Lo sé, pero... Esto que me dices...
—No solo fue una vez.
—¿Qué? —Se acercó más como si no escuchó bien y ladeo un poco la cabeza.
—Una vez Maxwell me rescató en el Haro. Lo vi matar a sangre fría, Lohan. Karter te puede confirmar, él mismo lo llamó para pedirle ayuda.
—Bien, vamos por puntos, ¿qué hacías tú en el Haro para empezar?
Ups. Suspiré desasiendo el cruce de brazos y solo acaricié uno de ellos intentando pensar una manera de inventar una excusa para no decirlo. Pero luego de unos segundos, me rendí ante su fija mirada azulada.
—Solo discutí con Karter, salí de casa sin pensarlo y cuando me di cuenta de la hora ya era El Haro. Me perdí intentando volver porque todo estaba bastante oscuro.
—¿Discutir? ¿Por qué no me dijiste esto, Kylee? —No sé por qué, pero no me gustó cuando me llamó de manera normal y no por mi apodo.
—No consideré que sea importante.
—Espera, ¿también pelearon ayer?
—No, antes de ayer. —Fruncí el ceño al notar que ahora él se había enderezado con algo de molestia.
—Acaso... el golpe de ayer-
—¡No! ¡No! —apresuré a decir cortándole de golpe—. Ya te dije lo que pasó con ese golpe. Pero volvamos al punto Lohan. Lo que importa ahora es que Maxwell puede ser el principal sospechoso, pero también existe la posibilidad de que use su condición de superior para hacer esto.
—No sé Cooke. —Lohan se relajó un poco—. Todo hasta ahora tiene un tanto de sentido. Y ahora vienes con esto, me cuentas este tipo de cosas...
—Solo considera una cosa. —Le señalé con el dedo—. Si estuviste con ella el último día, ¿con quién más habría estado luego de que la dejaras en su casa? Porque lo hiciste, ¿verdad?
—Justo en la puerta, como siempre.
—¿Más o menos a qué hora?
—Faltaba poco para El Haro.
—Creo que llegarás solo a tus propias conclusiones. —Pasé por su lado y caminé de nuevo para retornar por donde habíamos salido. Después sentí los pasos de algo lentos del castaño.
—Maxwell y Mara eran bastante unidos, prácticamente inseparables. No ataría ningún cabo en esta duda si lo pienso, nada me viene a la mente de algún problema entre él y Mara —suspiró—. Hasta en eso eran perfectos.
Me detuve de repente y él me imitó. Lo observé por encima del hombro con algo de incomodidad.
—Sigues diciendo que son perfectos. Pero ¿la infidelidad es parte de la perfección? ¿Lo es el mentir y seguir como si nada? —espeté las palabras con algo de molestia—. Es humana al final y al cabo, tiene errores, tiene fallos, nadie es perfecto. Nadie.
—En ese sentido...
—Algo debe pasar con esa familia Lohan, es extraño. Entiendo que todos los quieran y que quieran ser como ellos, pero... ¿Ser perfectos? ¿Crees que lo eran del todo? —Me di la vuelta—. Tú que los conoces más que yo, ¿piensas que lo sean? —Lohan pareció meditarlo mientras me veía, luego respondió.
—No. Es como dices. Al fin y al cabo, son humanos.
Tomé el camino de nuevo y él me siguió para aumentar un poco el paso, se colocó a mi lado y me puso la mano en el hombro para girarme al otro lado, indicándome que iba por mal ruta. Me reí un poco por la torpeza y él soltó una leve risa nasal. No quería seguir hablando del tema, pero algo me tenía con la duda, y no me podía quedar con ella.
—¿Por qué eres el principal sospechoso Lohan?
A él pareció tomarlo por sorpresa la pregunta y luego solo mostró una sonrisa algo relajada que me dio a entender que de seguro no diría la verdad.
—Porque supuestamente fui el último en verla antes de desaparecer.
—¿Pero no la dejaste en su casa? ¿Ella estaba sola?
—Creo que no —contestó algo dudoso y luego afirmó—. Recuerdo dejarla en su puerta, pasé por el lado del auto de su hermano y por el de...
Se detuvo otra vez, ahora haciendo que yo lo imitara unos pasos después, parecía estar atando cabos, como si entendiera algo que antes no había considerado.
—El auto de su papá —susurró sorprendido por sus propias palabras, yo no entendí en absoluto lo que se refería con eso—. El auto de Tyler estaba esa noche, era día de semana.
—¿Y qué pasa con eso?
—Tyler solo está los fines de semana allí. Mara me había comentado tiempo atrás que su padre va a su casa cuando hay un problema de alta gravedad, no tiende a estar allá.
Nos miramos unos segundos, impactados por estos datos. Acaso... No. Era muy precipitado.
—¿Y si tienes razón? —cuestionó él de una manera que parecía ser más para sí mismo que para mí—. ¿Y si sucedió algo con ella, pero su familia lo calló?
—Lohan.
—¿Y si en realidad no son tan perfectos como dijiste, Kylee? ¿Qué pasaría si saben lo que le pasó a Mara y nos han mentido todo este tiempo?
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