Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13. Círculo roto


Quisiera decir que ese sábado descansaría de la semana agotadora que me había llevado. Más, no era así. La primera semana de universidad fue bastante intensa y aburrida, todo era de la habitación al salón de clases y viceversa, escuchar por horas a los maestros hablar de sus asignaturas para dejar un montón de tareas no era fácil, estudiar para las clases, estar preparado para todo, tener listo los deberes, cumplir con los objetivos, alcanzar los estándares superiores del aula, dar una buena impresión desde el primer momento. Todo era bastante agotador.

Amaya seguía siéndonos de bastante ayuda cada vez que nos la encontramos, pero parecía no ser suficiente. El lapso de cinco días había acabado y por suerte el fin de semana era libre para lo que quisiéramos o para hacer cosas extracurriculares. Y Karter ya tenía planes con esto último.

Sábado, ocho de la mañana.

Dormía profundamente en mi cama, había despertado por la luz que colaba por la ventana y solo cubrí mi cara con las sábanas para seguir en mis sueños. Pero eso no sería posible. Cuando tienes un hermano es posible que sea algo molesto e incómodo de tratar, cuando tenías un mellizo, esto se multiplicaba por dos.

Un bocinazo sonó de repente cerca de mi cara y me hizo enredarme en las sábanas por el susto, buscando el origen de tan inesperado sonido, pero solo trabándome en el intento de sacar la cabeza por alguna abertura que hubiese en la tela. Terminando por encontrar la orilla de la cara y caer de cara en el piso, justo cuando ya había podido resolver el conflicto de tela.

La carcajada masculina de mi hermano me desconcertó, mi mejilla dolía por impacto a pesar de ser menos fuerte de lo que pensaba, me senté para levantar la mirada y percatarme de que ya Karter se encontraba correctamente vestido con unos jeans azules por debajo de una camiseta de líneas rojas que le ajustaba a su cuerpo. Unos tenis cerrados de color negro estaban frente a mí.

Nuestras miradas conectaron, él mostró un megáfono pequeño con una sonrisa divertida, yo entrecerré los ojos molesta y con una mueca de pocos amigos.

Me levanté del piso apoyándome de la cama a la vez que tomaba las sábanas y él puso el altavoz en su boca para que este soltara un ruido estático que indicaba que estaba encendido.

—¡Buenos días, hermanita!

Mis oídos parecían querer correr ante tan estruendosa voz amplificada por el aparato en toda la habitación, puse mis manos para cubrir mis orejas de manera fuerte.

—Maldita sea Karter, apaga esa mierda.

—¿Lista para un gran día hoy? —me ignoró—. ¡Porque yo sí lo estoy!

—Son las ocho de la mañana, ¡Por amor a Dios!

Él repitió lo mismo que había dicho, con un tono más agudo y burlesco. Yo le lancé una mirada disgustada mientras me sentaba en la litera aun con el sueño colgando.

—Al menos podías usar una forma más dulce para despertarme.

Karter bajó el parlante tras apagarlo y sonrió como un chico travieso que había ganado en un juego, dio unos pasos para acercarse a mí y colocó sus manos en sus rodillas para agacharse un poco, quedando cara a cara.

—Hoy me he inscrito en el club de natación.

Mis ojos se abrieron de golpe y me levanté al instante de escucharlo, ¿qué había dicho?

—¿Qué hiciste qué?

—Amaya también pertenece a él, creo que será divertido aprender a nadar y competir amistosamente.

—¿Por qué no me dijiste que lo harías?

—¿Por qué debía decírtelo? Somos mellizos, pero eso no quiere decir que debamos hacer todo juntos. A mí me agradó ese club, tú puedes hacer otra cosa sola si gustas.

—¿Otra cosa sola? ¿Qué puedo hacer? Ya nos separamos de carrera, al menos esperaba que en el club estuviéramos juntos.

—Lo siento, pero no quiero que en plena competición me detengas antes de entrar al agua para colocarme el bloqueador solar como lo hace mamá. Debo buscar mi lugar Cooke, también deberías buscar el tuyo. No estaremos unidos para siempre.

Me crucé de brazos cuando él se alejó de mí para dirigirse a otra parte del departamento, de alguna manera me sentía traicionada a pesar de que él tenía razón. Últimamente, me había portado un poco más protectora con él de lo normal, y eso era porque no quería que le pasara nada. Karter era un hombre joven, pero era sentimental y no estaba acostumbrado a conllevar las situaciones de manera fácil o madura como la podía hacer yo. Sí, sí, sabía que él debía crecer por su lado, que solo estaríamos juntos mientras estuviéramos en la habitación. Sin embargo, allá afuera solo éramos adultos independientes que pronto harían su vida y se separarían para forjar su propio destino por su lado.

Y eso también me daba algo de miedo, debía confesarlo. Siempre tuve que protegerlo de algo, estar de cerca de él para que se sintiera seguro o ayudarlo enfrentar situaciones con las que no podía. Y ahora, viéndolo de espaldas mientras observaba su celular, notarlo que era tan maduro como para hacer su propio espacio en el mundo, me hizo sentir... reemplazable.

Respiré profundo haciendo esos sentimientos a un lado, lo que menos debía era hacer sentir mal a mi hermano por crecer. Él también tenía el derecho de hacer su espacio poco a poco y abrirse a los demás, hacer amigos, desarrollarse y seguir adelante.

De mi parte, yo solo me enfocaba en estudiar y en su bienestar, ni siquiera me había enfocado en estudiar algo que en realidad me gustara del todo. Sí, amaba las ciencias con toda mi alma, y podía durar horas haciendo aquello a pesar de que se me olvidara comer. La química en farmacología me dio un punto cómodo entre la biología y la química que por mucho voy a admirar.

Pero mi amor platónico iba de la mano con la pintura. Era un secreto muy íntimo para mí que ni siquiera había revelado a mis padres o cercanos. Dibujaba cuadros en los que retractaba mis más oscuros recuerdos y los escondía en alguna parte de la casa donde supieran que no lo verían. A veces hasta los quemaba en otro lugar, era un tipo de terapia en el que prácticamente parecía eliminar todo lo que no era y plasmaba en papel mi ser, mi forma.

—Y bien —la voz de mi hermano me sacó de pensamientos—, ¿qué pensarás tomar? Dime que al menos tienes algo pensado, ¿sí recuerdas que la orientadora nos dijo que teníamos dos semanas para elegir e inscribirnos en algo?

Mi mellizo guardó el celular en su bolsillo para cruzarse de brazos con una ceja alzada, yo solamente observé a otro lado tratando de inventar algo.

—Quizás pueda intentar con el ajedrez. ¿Qué tal algún deporte?

—¿Y después gritar porque estás adolorida hasta los huesos?

Bufé.

—Bueno, ¿qué tal el teatro?

—¿En serio crees poder presentarte a recitar algo delante de un auditorio? —Él se dio la vuelta y desapareció de nuevo en el pasillo.

—¿Cultura general?

—Aburrido —dijo desde el otro lado.

—No tiene que gustarte a ti.

—Es cierto. —Volvió con una botella de agua en la mano y se paró en medio de la habitación—. Pero sé que no te gustará.

—¿Por qué?

—Porque te conozco. ¿Y qué si entras a algo de matemáticas?

—Podría pensarlo.

Yo pensé por un momento aquella opción, pero al instante la descarté, no estaba interesada del todo en los números, no más de los que veía en la carrera.

El chico frente a mí se quitó la camiseta por encima de la cabeza y terminó de beber la botella completa, colocó la prenda en su hombro y volvió a irse. Era cierto que mi hermano no era nada feo, y a pesar de ser un ratón de biblioteca, tenía una complexión bastante atractiva tanto de cara como de cuerpo. No dudaría de que pudiera encontrar a una chica interesante si se lo proponía.

Poniéndome de pie, me estiré para desperezar mis músculos y huesos. Podía comer algo y luego ver los clubes uno por uno para decidir cuál me atraía más. Quizás estuviera de suerte y lo hiciera antes del almuerzo.

Fue una preparación bastante rápida y sencilla, una camisa ajustada de manga tres cuartos de tono rosa, unos jeans negros con zapatillas deportivas y opté por usar una coleta alta para que la brisa entrara por mi cuello, la temperatura era bastante fresca.

Me coloqué algo de colonia viéndome en el espejo del baño y por la puerta vi pasar a mi familiar con otra camiseta, parecía que saldría otra vez.

Cuando estuve en la puerta, con mis llaves y celular a la mano, también él se acomodó parte de su ropa y ajustó la gorra blanca en su cabeza en la salida. Yo lo observé por unos segundos y él me devolvió la mirada cuando notó que duré mucho en abrir la puerta.

Alcé la ceja y él giró los ojos.

—Los del grupo de natación tendrán una reunión en una cafetería cercana a la universidad.

—¿Al menos sabes dónde es?

—Es cerca, no te preocupes tanto de tu hermano, Cooke. —Pasó su palma por la hebra de mis cabellos—. Soy un niño fuerte —bromeó.

Abrió la puerta antes de que yo lo hiciera y caminó rápido hacia la escalera, solo deteniéndose antes de bajar para mirar atrás y despedirse con la mano en complemento de una linda sonrisa. Solo dijo "nos vemos después hermanita" al descender por los escalones con velocidad y dejarme allí parada.

Suspiré en el umbral de la puerta. Ni siquiera le pude dar un beso de despedida en la mejilla, como hacía cada vez que salía de casa en España. No quedaba más que aceptar el hecho de que era hora de hacer su vida cada uno.

Cerré la puerta y la aseguré con la llave, y justo al dar unos pasos fuera, un mensaje por parte del que se había marchado llegó a mi celular.

«Recuerda que en la tarde tenemos la fiesta de Efren»

«Llega antes del mediodía»

¿La fiesta de Efren? ¿A qué se refería con...? Oh, era cierto. Mi hermano me había insistido tanto en ir a la fiesta mensual de la ciudad, donde supuestamente iban todos y le otorgaban un premio a la mejor familia del lugar, siendo esto casi siempre de la familia Sayler según las palabras de Amaya.

Respondí con un corto «Ok» y me dirigí a las escaleras para bajar mientas guardaba el celular en mi bolsillo trasero. En mi interior deseaba encontrar algo antes de que llegara la tarde para descansar, no quería llegar retrasada al lugar a pesar de que seguía sin las ganas de querer ir.

Peroa veces, uno nunca sabe lo que le depara el futuro cuando estás enfocado enotras cosas.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro