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Zangetsu vs Desmos.


La sangre que brotaba del pecho de Hades continuó fluyendo por su cuerpo, recorriendo cada centímetro hasta alcanzar su brazo derecho.

Desde allí, la sangre comenzó a cubrir lentamente el bidente del dios, bañando cada pulgada de la lanza con el fluido carmesí.

La arena entera observaba en silencio, fascinada y aterrorizada, mientras la sangre cubría el arma de Hades, transformándola en algo aún más oscuro y temible.

Ares:—¿Qué...? ¡¿Qué es eso?!

Zeus:—Sí...La sangre de Hades no es simplemente sangre.

Hades:—Así que finalmente está completo...Hades apretó con fuerza el mango de la lanza. —¡ENSÁMBLATE!

A medida que la sangre se extendía, una energía poderosa comenzó a emanar desde los horcones del bidente, envolviendo a Hades en un aura de muerte cada vez más densa.

La atmósfera se volvió sofocante, cargada con una energía pesada y maligna que parecía consumir el aire mismo. 

Era como si la misma esencia del inframundo se manifestara alrededor de Hades, alimentándose de su sacrificio y de su sangre, mientras él se abrazaba a la lanza con una resolución implacable.

Los horcones del bidente comenzaron a cristalizarse y distorsionarse bajo la presión de la energía de Hades. Lentamente, se retorcieron y crecieron, separándose en cinco puntas alargadas que se expandieron como serpientes furiosas, solo para enroscarse unas sobre otras en un diseño retorcido y siniestro.

Zeus:—La sangre de Hades, mejor conocida como "Icor de Plutón", es una sustancia especial.

La forma de la lanza cambió drásticamente, y los horcones se fusionaron en una sola y enorme punta, aguda y amenazante, como si fuera un colmillo afilado listo para desgarrar el alma de cualquier ser que se atreviera a desafiar al dios del inframundo.

Zeus:—Cualquier arma divina sobre la que se derrame su sangre, alberga la fuerza vital de Hades, y se vuelve incluso más poderosa.

Hades extendió su nueva lanza hacia el frente, su expresión llena de una seriedad abismal.

Ares:—¡I-increíble, Hades! ¡¿No pueden vencerlo, cierto?! dijo emocionado.

Zeus:—Pero, naturalmente, sí su fuerza vital se drena completamente... morirá dijo sombríamente.

La oscuridad que lo rodeaba comenzó a extenderse, cubriendo la arena entera, y el aire se volvió gélido, opresivo. Cada rincón del estadio parecía haberse sumido en sombras profundas, como si el mismo Hades hubiera traído el inframundo a la superficie.

¡¡¡Icor Desmos: Cuarta lanza del destino ensangrentada!!!

La audiencia, tanto dioses como humanos, miraba con terror y fascinación. Algunos de los dioses en las gradas, como Ra y Zeus, observaban con respeto y cierta aprehensión. Sabían que Hades había alcanzado un estado de poder absoluto, que estaba invocando una técnica que trascendía los límites del mundo físico, un ataque que canalizaba su vida y su fuerza misma.

Ichigo observaba a su oponente, la intensidad en su mirada aumentando mientras el aura de muerte de Hades lo envolvía. Apretó con fuerza ambas espadas, consciente de que el siguiente golpe sería definitivo, el desenlace de todo el combate.

Hades:—Shinigami Kurosaki Ichigo este es mi as bajo la manga!

Olas de poder se arremolinaban alrededor de Hades, el dios del inframundo, creando un vórtice oscuro y aplastante que parecía devorar toda luz y esperanza en la arena.

https://youtu.be/suwfJMiXauU

La nueva forma de su lanza, envuelta en sangre y repleta de energía oscura, emitía una fuerza intimidante, una presencia que hacía temblar incluso a los dioses en las gradas. 

Hades fijó su mirada en Ichigo, apuntando la lanza directamente hacia su cabeza, con una intensidad asesina que dejó claro que este sería su golpe definitivo.

Sin previo aviso, Hades se lanzó hacia Ichigo a toda velocidad, la punta de su lanza resplandeciendo con una energía oscura concentrada, lista para atravesar cualquier defensa en su camino. La velocidad y la potencia del ataque eran abrumadoras, una demostración del verdadero poder del dios de los muertos.

Hades:—¡Desgarra su piel, Desmos!

¡¡¡Icor Eos: Amanecer guiado por la sangre!!!

Ichigo, consciente del peligro que enfrentaba, levantó su Zangetsu Hollow, la espada más grande y de aura roja, y cargó toda su energía en un brutal corte descendente, concentrando su poder en una contraofensiva desesperada.

Con un grito de pura determinación, desató su energía en el filo de la espada y lo descargó en un ataque directo hacia el frente.

Ambas armas chocaron en el centro de la arena, y el impacto fue devastador.

El choque generó un estruendo ensordecedor que sacudió el coliseo entero, y la explosión de poder que se desató de su contacto hizo temblar el suelo bajo los pies de todos los presentes.

Fragmentos de energía se dispersaron en todas direcciones, creando un huracán de caos y destrucción.

Por un momento, pareció que Ichigo podía resistir el ataque de Hades, pero la fuerza descomunal del dios era abrumadora.

La estocada de Hades atravesó la defensa de Ichigo, superando su corte con un poder incontenible. La lanza de Hades avanzó sin piedad, rompiendo la resistencia de Ichigo y lanzándolo violentamente hacia atrás.

Ichigo salió disparado como un rayo, su cuerpo surcando el aire antes de estrellarse con una fuerza brutal contra el muro del estadio. 

El impacto dejó una profunda grieta en la pared, y una nube de polvo y escombros se levantó alrededor de él. El público contuvo la respiración, observando la escena con preocupación y asombro.

Incluso los dioses miraban en silencio, algunos con expresiones de respeto y otros de incredulidad ante la fuerza demostrada por Hades.

Dioses:—¡I-increíble!/—¡¡Así que este es el verdadero poder de Hades!!/—¡¡Que golpe tan temible!!

???:—Ja...—murmuró Thor, sentado en su oscura habitación.

Shiva:—¡Nada mal, hombre! Shiva sonrió débilmente, mientras era atendido en la enfermería.

Loki levantó en alto la tableta electrónica en la que miraba la batalla y sonrió con emoción.

Loki:—¡Oh! Esto es brutal—exclamó—. ¡Me siento muuuy mal por ese humano!

Sentado en su trono, Odín miró el campo de batalla con seriedad, mostrando un gran respeto por el soberano del Helheim.

Odin:—Así que ese es el poder que hizo retroceder a los titanes...

En su palco, Hermes se cruzó de brazos tras la espalda y se inclinó ligeramente.

Hermes:—Para haber atravesado tan limpiamente ese ataque su poder es bastante sorprendente.

Zeus:—Sí...—murmuró Zeus—. También es la primera vez que veo esto en acción, pero nunca pensé que fuera tan poderoso...

Adamantino sonrió y miró con confianza el campo de batalla con confianza.

Adamantino:—¡Je! ¡Por supuesto que lo es!

Entones, los sollozos de Ares a su lado llamaron su atención.

Adamantino:—¿Hmm? ¿Qué demonios pasa contigo, Ares?—preguntó, mirando con desagrado a su sobrino—. ¿Acaso estás llorando?

El dios de la guerra miró al rey del inframundo, con los ojos llenos de lagrimas.

Ares:—Q... que... que noble se ve ahora—respondió—. Él es realmente... EL HERMANO MAYOR DE LOS DIOSES.

Ichigo, aturdido y respirando con dificultad, intentó recomponerse mientras la silueta imponente de Hades se mantenía firme, observándolo desde la distancia, su lanza aún impregnada con su energía oscura y letal.

chigo, decidido a seguir peleando a pesar del poder avasallante de Hades, concentró su energía en ambas espadas y, con un grito de pura determinación, desató una vez más el Getsuga Jujisho.

La cruz de energía dorada, formada por los poderes combinados de sus dos Zanpakuto, se expandió en el aire, trazando una trayectoria directa hacia el dios del inframundo.

Hades, sin perder tiempo, saltó en el aire con una agilidad y fuerza impresionantes. Repitiendo el movimiento demoledor que había usado al inicio de la batalla, concentró toda su energía en su brazo, el cual aumentó de tamaño al flexionar cada músculo hasta su límite, con venas visibles y tensas.

Su bidente en alto, bañado en una negrura profunda, vibraba con una energía maligna que parecía capaz de atravesar cualquier defensa.

Con un grito poderoso, Hades descendió en picada, lanzando su bidente directamente hacia el centro de la cruz de energía de Ichigo.

¡¡¡Icor Kalichoron: Martillo ensangrentado del inframundo!!!

La lanza cortó la cruz de Getsuga Jujisho como si fuera papel, desintegrando la energía dorada y rompiendo la técnica de Ichigo en un instante. Ichigo apenas pudo contener su asombro al ver cómo su ataque más poderoso era destruido con tal facilidad.

Sin perder tiempo, Ichigo dio un salto hacia atrás, tratando de ponerse a salvo, pero el ataque de Hades ya estaba desatado. El dios del inframundo se estrelló contra el suelo, generando un impacto devastador.

El golpe liberó ráfagas de viento tan intensas que parecían cuchillas invisibles, y cada una cortó el aire con furia.

La presión era abrumadora, y las ráfagas alcanzaron a Ichigo, desgarrando su piel en varias partes y abriendo heridas profundas que lo obligaron a retroceder, tambaleándose bajo la fuerza del ataque.

Ichigo respiraba con dificultad, cada corte en su piel ardiendo con dolor, pero sus ojos permanecían enfocados en Hades, quien ahora lo miraba con una intensidad mortal. 

La arena estaba cubierta de fragmentos y polvo, y la energía de ambos guerreros cargaba el aire con una tensión casi insoportable.

La multitud, inmóvil y en absoluto silencio, observaba la confrontación, consciente de que ambos combatientes estaban cada vez más cerca del límite, pero ninguno dispuesto a ceder.

En su espacio mental, Ichigo se encontraba frente a los dos espíritus de su Zanpakuto, Zangetsu Hollow y Zangetsu Quincy. Ambos lo observaban con miradas serias y firmes, comprendiendo la gravedad de la situación.

Ichigo, con una mezcla de determinación y duda, les habló con sinceridad:

Ichigo:—¿Creen que debería hacerlo? ¿Debería liberar todo... todo lo que soy?

Zangetsu Hollow, con una sonrisa maniaca y su energía oscura vibrante, asintió con entusiasmo.

Zangetsu Hollow:—Es hora, rey. Si realmente quieres ganar esta batalla, tienes que abrazar todo nuestro poder. No hay lugar para dudas ahora.

Zangetsu Quincy, por su parte, mantuvo su expresión solemne y calmada.

Zangetsu Quincy:—Tienes que aceptar cada parte de ti, Ichigo. Esta es la única forma de derrotar a Hades. No temas el poder que tienes; somos uno solo, y este es tu verdadero potencial.

Ichigo comprendió en ese momento que ya no había vuelta atrás. Había llegado el momento de aceptar ambos poderes, de unir su lado Quincy y su lado Hollow en perfecta armonía.

Cuando volvió a la realidad, una transformación comenzó a tomar forma en su cuerpo. Su Shikai permaneció, pero su apariencia cambió drásticamente:

El ojo izquierdo de Ichigo se tornó negro con un iris amarillo brillante, y una línea vertical negra descendía por su rostro, dándole una apariencia más feroz y salvaje. Su piel se volvió un poco más pálida, y de su lado izquierdo surgió un cuerno largo y afilado, una manifestación de su poder Hollow en su forma más pura.

En las gradas, Orihime observaba la transformación de Ichigo con una mezcla de preocupación y miedo.

Esta nueva forma le recordó aquel momento aterrador cuando Ichigo se transformó en Vasto Lord y, sin compasión alguna, masacró al cuarto Espada, Ulquiorra Cifer.

 El recuerdo de esa brutalidad la estremeció, pero en medio de su inquietud, Ichigo volteó hacia ella y sus amigos en las gradas.

Ichigo les sonrió con su típica sonrisa amable, una que parecía decir "Todo estará bien".

¡¡¡Hollow + Quincy= Horn of Salvation!!! 

Esa simple expresión bastó para calmar a Orihime y a sus amigos, quienes comprendieron que Ichigo estaba en control esta vez, que había aceptado su poder sin perderse en él.

Con una nueva determinación en su mirada, Ichigo miró de nuevo a Hades, listo para el enfrentamiento final.

https://youtu.be/XZCQC4cot2s

Hades, en un impulso final de pura ferocidad, se lanzó contra Ichigo, haciendo girar su bidente con una velocidad y fuerza que generaron un tornado de viento oscuro y sangriento a su alrededor.

El vórtice giraba con una potencia descomunal, mientras Hades acumulaba cada onza de su energía en el ataque, decidido a acabar con Ichigo de una vez por todas.

¡¡¡Icor Lore: Rugido de la tormenta sangrienta!!!

El bidente impactó de lleno en Ichigo, pero, sorprendentemente, el golpe no tuvo el efecto devastador que Hades esperaba. Ichigo permaneció de pie, y un brillo azul intenso apareció en sus venas, extendiéndose por su cuerpo.

¡¡¡Blut Vene: Sangre defensiva Quincy!!!

Era el Blut Vene, la técnica defensiva de los Quincy, que había activado instintivamente para reducir el daño del ataque. Hades, al percibir el brillo azulado en la piel de Ichigo, retrocedió con una mezcla de incredulidad y frustración.

Decidido a no perder terreno, Hades extendió su bidente hacia adelante, concentrando su energía en una nueva Esfera Carmesí, mucho más grande y poderosa que las anteriores, que pulsaba con una malicia y fuerza destructiva insuperables. La esfera crepitaba con energía oscura y carmesí, iluminando la arena mientras se cargaba con una potencia que prometía aniquilar a su oponente.

Ichigo, con una expresión seria y sin mostrar duda, levantó su Zangetsu Hollow y lo sostuvo cerca de su rostro, alineándolo con el cuerno que sobresalía de su lado izquierdo.

Canalizando su energía Hollow, Ichigo creó una esfera carmesí oscura en la punta de su espada, cargando el ataque característico de los Hollows:

El Cero. La esfera brillaba con un rojo profundo, y una poderosa energía maligna irradiaba de ella, igualando el poder de la técnica de Hades.

Ambos guerreros se miraron por un instante, sus ojos llenos de desafío y respeto mutuo. Luego, al unísono, desataron sus ataques. La Esfera Carmesí de Hades y el Cero de Ichigo avanzaron uno hacia el otro, cruzando la arena a una velocidad devastadora.

Al colisionar en el centro, las dos esferas liberaron una explosión masiva de energía carmesí, envolviendo toda la arena en un destello cegador que se extendió como una ola de pura destrucción.

La explosión resultante sacudió el coliseo, y una nube de energía y polvo carmesí se levantó, oscureciendo la vista de todos los espectadores, quienes observaban con asombro y temor la intensidad del enfrentamiento.

La arena entera temblaba bajo el impacto de las dos fuerzas combinadas, y por un momento, el mundo parecía haberse detenido en ese instante de pura energía, donde dos guerreros se enfrentaban al límite de sus poderes.

Ichigo, con una expresión de feroz determinación, levantó su Zangetsu Hollow al aire una vez más, y comenzó a cargar un Cero con una energía abrumadora que se acumulaba en el filo de su espada.

Hades, al ver el creciente poder, ajustó su postura, preparándose para recibir el ataque, consciente de que Ichigo no se detendría en su intento de superarlo.

Pero Ichigo no terminó allí. En un movimiento inesperado, su Zanpakuto comenzó a brillar intensamente con un tono azul, mientras canalizaba su energía Quincy y Shinigami junto con la Hollow, combinando el Cero con un Getsuga Tenshou en un solo ataque devastador.

Su energía resonaba en la arena, creando ondas de presión que distorsionaban el espacio alrededor del guerrero.

Con los ojos en blanco y un aura oscura y poderosa rodeándolo, Ichigo gritó el nombre del ataque final:

Ichigo:—Gran Rey Cero. Desatando toda su fuerza, lanzó un inmenso corte en forma de media luna de color morado oscuro.

La energía combinada era tan densa y potente que la misma realidad a su alrededor comenzó a distorsionarse, creando ondas en el aire, como si el espacio se rompiera ante el poder puro de ambos ataques fusionados.

Hades, viendo el ataque devastador acercarse, supo que no tenía otra opción que responder con toda su fuerza. Elevando su bidente y reuniendo sus últimas reservas de poder, preparó su técnica más poderosa:

Hades:—Desmos Icor Eos Amanecer guiado por la sangre. Con un grito, Hades se lanzó de frente y realizó un corte brutal con su bidente, liberando una ráfaga de energía oscura que se enfrentó a la media luna del Gran Rey Cero.

El choque fue catastrófico; la energía de Desmos logró desgarrar una parte del ataque de Ichigo, pero no lo suficiente. La potencia del Gran Rey Cero atravesó la defensa de Hades y continuó su avance, envolviéndolo en una ráfaga de energía explosiva.

El impacto resultante fue tan brutal que sacudió toda la arena. Cuando el resplandor de la explosión comenzó a disiparse, Hades se encontraba de pie, pero con signos visibles de daño. Su bidente estaba astillado, y en su cuerpo se abrían profundas heridas, signos del impacto que había recibido. Aunque había logrado reducir parte del ataque, el Gran Rey Cero lo había herido de gravedad.

La multitud, tanto los dioses como los humanos, permanecía en absoluto silencio, sin poder apartar la vista de la escena. Ichigo, jadeando pero con los ojos aún llenos de determinación, permanecía firme, observando a Hades y esperando su próximo movimiento, consciente de que ambos estaban al borde de sus límites en este combate épico.

Hades, respirando pesadamente y cubierto de heridas, miró a Ichigo con una mezcla de respeto y curiosidad. En medio del campo de batalla, rodeados de destrucción y polvo, le dirigió una pregunta que parecía pesar tanto como el combate mismo:

Hades:—Dime, Ichigo... ¿por qué peleas?

Ichigo sostuvo su mirada, sus ojos llenos de determinación y fuego. Sin dudar, respondió con voz firme y clara:

Ichigo:—Yo peleo por las almas y por aquellos que no pueden alzar sus puños contra ti. No lucho solo para ganar; lucho porque sé que voy a ganar. Y al hacerlo, demostraré de lo que somos capaces —declaró, su voz resonando en toda la arena, imbuida de la fuerza y el honor de sus palabras.

Las palabras de Ichigo dejaron a Hades en un silencio reverente, como si por un momento hubiera visto algo profundo en su oponente.

Después de un breve instante, el dios del inframundo asintió, entendiendo la nobleza de su convicción, y miró su arma rota.

Con esfuerzo y pura fuerza de voluntad, reconstruyó una parte de la punta de su bidente, Desmos, como si su espíritu indomable se reflejara en el arma misma.

Hades:—Entonces, Ichigo... libera todo tu poder. Quiero ver lo que eres capaz de hacer, sin restricciones —exclamó Hades, alzando su bidente una vez más.

Ichigo, por respeto a su adversario, cerró los ojos un instante. Sabía que Hades había llegado al límite y que solo un ataque definitivo pondría fin a la batalla.

https://youtu.be/7JEjQG4-tpU

Con una determinación renovada, Ichigo dio un paso adelante, sosteniendo ambas espadas y elevándolas al cielo, su cuerpo emitiendo un aura explosiva.

De repente, el suelo comenzó a temblar y inmensos pilares de energía surgieron como volcanes desde la arena, elevándose hacia el cielo y rodeando a Ichigo en un círculo de puro poder.

El coliseo vibraba, y la energía de Ichigo inundaba cada rincón del Valhalla, desatando una presión abrumadora que todos los dioses presentes podían sentir.

Ichigo:—Abandona tu miedo. Regresa y enfréntalo. No le des cuartel. Ahora avanza. No te detengas. Si te retractas envejecerás. Siente miedo y morirás.

Ichigo abrió los ojos, y con una voz imbuida de pura fuerza pronunció:

Ichigo:Bankai.

Una explosión de energía descomunal sacudió la arena, envolviendo a Ichigo en un torrente de poder que resonó por todo el Valhalla.

En las gradas, las reacciones fueron inmediatas y unánimes:

Zeus quedó petrificado en su trono, con los ojos muy abiertos, asombrado ante la magnitud del poder de Ichigo. Este era un nivel que ni siquiera él había anticipado.

Odín, el dios nórdico, se levantó de su asiento, su único ojo reflejando algo que rara vez sentía: miedo. La intensidad de Ichigo era suficiente para conmover incluso a un dios de su sabiduría y poder.

Ra, con los ojos abiertos al máximo, intentó contrarrestar aquella presión de energía con su propia aura dorada, pero fue en vano. La energía de Ichigo era tan abrumadora que incluso el dios del sol egipcio estaba superado.

Shiva, el dios hindú de la destrucción, permaneció en silencio, impactado. La sorpresa y la incredulidad eran tan grandes que incluso cayó de espaldas, incapaz de contenerse ante la magnitud de lo que estaba presenciando.

Cuando la luz y el poder comenzaron a disiparse, Ichigo emergió de la energía transformado. Su apariencia no había cambiado mucho, pero la diferencia era palpable; ahora sus dos espadas se habían fusionado en una sola:

Una enorme espada de doble filo, una manifestación definitiva de sus poderes combinados, Quincy y Hollow, reflejando el alcance total de su fuerza y voluntad.

¡¡¡Bankai: Tensa Zangetsu!!!

Ichigo sostuvo la espada con firmeza, y su mirada se posó en Hades, quien lo miraba con respeto y, por primera vez, una pizca de admiración. Ambos sabían que el siguiente golpe decidiría la batalla.

Hades, en un último acto de determinación absoluta, lanzó todo su ser en un ataque final.

Empuñando su bidente, Desmos, con ambas manos, se impulsó hacia Ichigo con una velocidad y potencia que parecían inhumanas, acumulando el aire a su alrededor en un remolino de poder. La energía carmesí que emanaba del dios se transformó en un taladro de viento y sangre, girando con una ferocidad insuperable, y el rugido de su ataque resonó por toda la arena.

Hades:—Desmos Icor Eos Amanecer guiado por la sangre

Ichigo, completamente enfocado, observó el ataque de Hades acercarse. Sin dudar, apretó el mango de su Bankai, Tensa Zangetsu, y, con una calma absoluta, arrastró la hoja por el suelo mientras reunía toda su energía en un solo punto, concentrándola en un último y decisivo Getsuga Tenshou.

Cuando Hades estaba a punto de alcanzarlo, Ichigo balanceó su espada en un corte vertical hacia arriba, desatando el Getsuga Tenshou Final.

Una media luna de energía negra y azul, mucho más grande de lo normal, se extendió desde su espada, cortando el aire con una fuerza apocalíptica y avanzando directo hacia Hades.

El impacto fue devastador. El Getsuga Tenshou final atravesó a Desmos, rompiendo la lanza de Hades en pedazos y desintegrando el taladro de viento y energía que había formado. El ataque continuó, golpeando de lleno el pecho de Hades en un estallido de energía que llenó la arena de luz.

Hades, gravemente herido, se tambaleó, pero incluso con el dolor evidente, sonrió.

Sangrando y exhausto, levantó los restos de su arma rota, intentando lanzar un golpe final en un acto de pura voluntad.

Sin embargo, Ichigo, rápido como un rayo, lanzó un corte horizontal con Tensa Zangetsu, deteniendo a Hades en seco y poniendo un fin definitivo al combate.

El rey del inframundo cayó hacia atrás, su cuerpo exhausto impactando contra el suelo. Mientras sus ojos se volvían hacia el cielo, una sonrisa de paz cruzó su rostro. 

Con un último suspiro, miró hacia las gradas, donde Zeus y Adamas, sus hermanos menores, lo observaban en completo asombro, incapaces de procesar la derrota del poderoso dios del inframundo.

Hades:—Mis hermanos... —murmuró Hades, con una voz apenas audible, llena de calma y resignación—. Siento no haber podido ganar... pero, al menos, he encontrado un oponente digno. —Su mirada se llenó de serenidad mientras observaba a Ichigo por última vez, reconociendo la grandeza de su oponente.

Zeus y Adamas permanecieron en shock, sus rostros reflejando una mezcla de dolor y respeto hacia su hermano caído. El público, tanto humano como divino, observó en absoluto silencio, asimilando el final de este duelo épico.

Mientras el cuerpo de Hades yacía en el suelo, comenzó a emitir un resplandor de color verde esmeralda que se extendió sobre su piel, brillando como una joya mística en sus últimos momentos.

La luz fue intensificándose, hasta que su figura empezó a fragmentarse lentamente, como un delicado cristal que se hacía añicos.

En cuestión de segundos, el cuerpo de Hades se disolvió en polvo, elevándose en el aire como una estela de cenizas que se desvanecía en el viento. El dios del inframundo había caído.

Heimdall, en el centro de la arena y con su imponente voz, alzó el brazo y proclamó:

Heindall:—¡La victoria es de Ichigo Kurosaki! La declaración resonó por toda la arena, y en un instante, un rugido de triunfo estalló desde el lado humano.

Toda la humanidad presente, los amigos de Ichigo y las valquirias Brunhilde y Geir, celebraban a su héroe con vítores y gritos de emoción, la euforia recorriendo cada rincón del coliseo.

Orihime, Uryu, Sado, Rukia, Renji y todos los seres queridos de Ichigo gritaban su nombre con orgullo, sus voces mezcladas en una ovación que reflejaba la esperanza y el valor de la humanidad.

Desde las gradas, los dioses, que hasta ese momento habían observado con confianza y soberbia, agacharon la cabeza en silencio. En sus rostros se reflejaba la amargura de la derrota; el orgullo de la divinidad se había visto quebrantado, y aunque algunos, como Zeus y Adamas, sentían respeto por Hades y su esfuerzo final, el resto solo podía asimilar con dificultad que un mortal hubiera vencido al dios del inframundo.

Brunhilde, observando el desenlace desde las gradas, sonrió con satisfacción y orgullo. Geir, a su lado, soltó un grito de júbilo, sus ojos llenos de lágrimas de emoción. Ambas valquirias sabían que, con esta victoria, la humanidad había dado un paso importante en el Ragnarok, y que la esperanza seguía viva.

Ichigo, en el centro de la arena, respiraba profundamente, su cuerpo agotado pero en pie, mientras observaba el polvo de Hades desaparecer en el aire. Su victoria era un símbolo, un recordatorio de que la humanidad podía desafiar incluso a los dioses cuando peleaban con un propósito noble.

Ichigo, aún recuperando el aliento, miró las últimas partículas de polvo verde esmeralda que flotaban en el aire, los fragmentos finales de lo que había sido Hades, el dios del inframundo.

A pesar de la intensidad de la batalla, sentía un profundo respeto por su oponente, un dios que había peleado hasta el último aliento, aceptando y honrando el poder de su adversario.

Con la mirada fija en el espacio donde Hades se había desvanecido, Ichigo murmuró con solemnidad:

Ichigo:—Hades... fuiste un oponente digno, más de lo que yo mismo esperaba. —Sus palabras eran serias y respetuosas—. Peleaste hasta el final, no solo por tu orgullo, sino por algo mucho más profundo. Sé que tu deber era proteger lo que representas, así como yo protejo a los míos.

Ichigo hizo una pausa, asintiendo ligeramente hacia el polvo esmeralda que se desvanecía.

Ichigo:—Tu espíritu merece honor, y así será recordado. Descansa en paz, Hades. Tal vez algún día nos volvamos a ver... en otro lugar, en otra vida.—Se acabo.

Con estas últimas palabras, Ichigo inclinó la cabeza ligeramente, un gesto de respeto hacia un enemigo que había demostrado ser mucho más que un dios. A lo lejos, en las gradas, humanos y dioses observaron este momento de humildad, y el respeto de Ichigo resonó profundamente entre todos los presentes, un tributo final al rey caído del inframundo.


Ichigo Kurosaki vs Hades

duración del combate: 1 hora y 45 minutos.

Tecnica decisiva: Getsuga Tenshou Final.

Ganador: Ichigo Kurosaki.


Fin que les parecio la pelea?

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