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𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖋𝖎𝖓𝖆𝖑🎲

Desde el hermoso cielo decorado con innumerables estrellas, la luna brillaba en todo su esplendor, iluminando los caminos cubiertos de árboles, hojas en el suelo y ramas caídas.

Se mantenía un silencio impasible, sólo dejándose escuchar el sonido del aire moviendo las hojas y el agua que corría desde el pequeño riachuelo a un lado de aquel lugar.

Recorriendo con una mirada intensa y cautelosa el sombrío panorama a su alrededor, el depredador esperaba captar con su vista y olfato a su presa.

Ojos rojos como la sangre, pelaje azabache, camuflajeándolo entre las penumbras de la noche, patas grandes e imponentes.

El lobo detallaba hasta el más mínimo sonido que sobresaliera en sus alrededores. Más el silencio permanecía aún, inquietándolo e insitando al animal a cazar con más destreza.

Estaba impaciente, deslizando sus írises bañados en fuego de un lado a otro y agudizando su oído.

Un ligero, apenas imperceptible ruido captó su atención. Proveniente de unos metros más adelante. Con sumo cuidado, avanzó dejando sus patas con suavidad sobre el suelo para no llamar la atención de su objetivo.

Una rama crujió delante de él y algo parecido a lo que sería una sonrisa sobresalió en el hocico del animal.

Te tengo.

De un salto quedó de pie frente al personaje que buscaba, gruñendo por lo bajo y observándolo triunfal.

El pequeño lobo de pelaje blanco frente a él dejó escapar algo parecido a un bufido, viendolo fijamente con sus ojos inundados en un intenso azul.

Se mantuvo alerta mientras avanzaba hasta él, era mucho más pequeño y más ágil así que sería fácil perderlo de vista otra vez.

Contrario a lo que imaginaba, el lobo se mantuvo quieto esperándolo, o eso pensaba él. Cuando estuvo a punto de acorralarlo para tumbarlo en el suelo el más pequeño le lanzó una patada en el rostro y saltó por arriba de él para echar a correr.

El lobo negro gruñó y empezó a perseguirlo de nuevo. Estaba dándole más trabajo del que pensaba que ocasionaría. Aunque fuese pequeño, era muy astuto y escurridizo.

Llevaba más de hora y media intentando atraparlo corriendo de un lado a otro, pero él no parecía tener ganas de dejarse atrapar. Estaba más alegre y con más ánimos que él.

Movía su bonita cola con cada salto que daba evitando los troncos en el suelo y las ramas, desde atrás, el lobo Alfa de Jungkook lo perseguía con fiereza.

No podía rendirse, iba a alcanzarlo a como fuera. Algo tan pequeño no podía ser tan problemático. Menos para un Alfa tan grande y fuerte como él.

Rodeando los árboles, el Alfa se adelantó en el camino. Quedando de frente justo hacia donde el lobo se dirigía. Matuvo su cuerpo bloqueando el camino.

Jimin detuvo su carrera abruptamente mirando el lobo confundido. Preguntándose en qué momento se le había adelantado. Ahora lo tenía acorralado, pero no se lo dejaría tan fácil.

Era pequeño y por ende más débil que el Alfa, pero era mucho más ágil y sobre todo, una cosita manipuladora.

Bajó la cabeza mostrando sumisión hacia su Alfa y se acercó en pequeños y pausados pasos, el contrario lo observó altanero.

Eres mío.

Jimin acarició su hocico con su lengua.

Sueña.

Sonrió burlón dentro de su mente y mordió al mayor para de nuevo lograr escabullirse. El Alfa gruñó de dolor y lo miró incrédulo. Bendito lobo que no se cansaba de jugar.

Le encantaba manipularlo, bien pues él también podría jugar en su juego. Otro bufido se escuchó salir del Alfa antes de que se acomodara sobre sus patas en el suelo fingiendo dormir.

El Omega se detuvo al notar que nadie lo seguía, vió confundido hacia atrás y se encontró con el lobo azabache descansando en el suelo.

Si Jimin estuviera presente en ese instante, estaría frunciendo el ceño confundido. ¿Ya se había cansado el Alfa?. ¿Pero si solo sólo llevaban casi dos horas corriendo?.

Se suponía que debía cazarlo y dominarlo, no tirarse a dormir. Alfa haragán, le daría una lección.

Fue aproximándose lentamente hasta llegar a donde el lobo continuaba dormido y lo detalló ladeando la cabeza. Intentó moverlo con sus pequeñas patitas fallando. Pesaba demasiado para siquiera darle vuelta.

No tenía suficiente fuerza para mover algo tan grande. Su Alfa continuaba quieto respirando calmado. No podía creer que realmente se había dormido.

Logró levantar una de sus patas y se coló por debajo tratando de darle la vuelta. Mala idea, el Alfa abrió los ojos y les dió vuelta, finalmente encerrándolo entre sus cuatro patas.

El Omega jadeó aturdido y entonces cayó en cuenta de lo que había sucedido. Había estado fingiendo que dormía para que él se acercara.

Alfa manipulador.

Mirando la pequeña mota de pelos desde arriba, Jungkook ronroneó satisfactoriamente jugando con la paciencia del Omega qur giró el rostro enfadado.

Quería jugar más. El Alfa apenas y se había esforzado, no era justo.

Una lamida en su rostro lo hizo estremecerse en su lugar. Intentaba mantenerse firme ante las caricias del Alfa. Éste ignoró sus protestas y se dedicó a lamerlo, su hocico, sus orejas, su cuello.

Jimin le gruñó en advertencia cuando hizo presión en esa zona y el animal de Jungkook literalmente rodó los ojos.

Continuó bajando hasta llegar a su pancita, colocó una de sus enormes patas sobre él para mantenerlo en su sitio y restregó su hocico sobre la suave piel.

El Omega intento resistirse unos segundos pero finalmente se rindió, sumiso al fin ante el Alfa. Ronroneando con cada roce sobre su sensible piel.

Rodaron minutos y minutos en el suelo jugando, el Omega no volvió a escapar de nuevo de su Alfa y éste aunque protestó lo dejó subirse sobre él por un casi fugaz momento.

Era poco común que los Alfas se dejaran dominar, pero quería demasiado a su Omega y ese era tan caprichoso que estaba seguro se hubiera enfurruñado si no se lo permitiera.

Ya habían demorado bastante tiempo en aquello, había cazado para él, lo persiguió y le dió caza, corrieron horas por el bosque, se bañaron en el riachuelo bajo la luz de la luna, suficiente para esa noche.

Tal como una madre haría con su hijo, el lobo Alfa tomó al Omega por la parte posterior de su cuello y lo llevó hasta su hogar. No escuchar protestas del menor le confirmó que estaba suficientemente cansado como para pelear.

Sólo se dejó hacer hasta que llegaron a la cabaña.

Pateó la puerta y entró con el Omega aún en su boca, lo soltó en el suelo cuando estuvieron en el baño. Un segundo después lo insitaba a cambiar.

Jimin pestañeó aturdido cuando abrió los ojos, estaba de pie frente al enorme lobo de Jungkook, totalmente desnudo, pero no le avergozaba, era su pareja.

Un poco más peludo, pero igual era Jungkook.

ㅡHey hermoso. ¿Te dí mucho trabajo cierto?. ㅡLa mirada del animal fue respuesta más que suficiente. Jimin rió apenado acariciando el sedoso pelaje. ㅡPerdón cariño, cambia y vamos a ducharnos.

Dando unos pasos hacia atrás, el Alfa hizo lo que le dijo y regresó a su forma humana. Los ojos de Jungkook lo recorrieron de pies a cabeza y sus mejillas se sonrojaron, sus ojos brillaban.

ㅡTienes un lobito muy juguetón cariño, y lo amo tanto como a tí.

Jimin extendió su mano hacia él encantado sonriendo inocente y se metieron bajo la ducha juntos.

Ambos decidieron que dejarían a sus animales cortejarse y conocerse más, como un bautismo final para su relación antes de finalmente unirse en su totalidad.

Ahora, el tiempo había transcurrido y no tenían que darle más vueltas al tan esperado momento. Serían Alfa y Omega, se pertenecerían en cuerpo y alma esa noche. Se enlazarían por lo que les restaba en esa vida.

Tomando la esponja en sus manos, Jungkook la deslizó por el precioso cuerpo de su Omega, disfrutando de la sonrisa en el rostro ajeno y de lo dulce que se sentía su aroma a medida que detallaba su cuerpo con sus manos.

Depositó un beso en su ombligo, sacándole una pequeña carcajada, crispando los bellos de su piel a su paso. Se detuvo allí, acariciando su pancita plana con una sola idea en su mente.

Cachorros.

Su Omega se vería divino llevando sus cachorros, con su vientre hinchado y redondo. Le encantaba la idea. Con la vergüenza a flor de piel, se deshizo de la espuma en el cuerpo del Omega para alzarlo y dejarlo sobre la colcha del piso.

Alcanzó una toalla y los secó a ambos cuidadosamente. Jimin deslizó sus manos por su cabello, envolviendo sus dedos en las hebras levantando su rostro para mirarlo.

Sus labios adornados en una linda sonrisa hicieron contacto con los del Alfa, chocando sus belfos para un suave beso lleno de amor.

Las manos de Jungkook soltaron la toalla, con los dos totalmente secos, las arrastró por su espalda y las posicionó en sus muslos para cargarlo. Jimin envolvió sus piernas alrededor de su cintura y llevó sus brazos a su cuello, uniéndolos detrás de éste.

—Vamos Alfa bonito. —Susurró sobre su mejilla, besándola seguidamente.

Jungkook asintió, estaba temblando, con el corazón en la boca y la cara rojiza, aún así estaba seguro de lo que quería y en ese momento, era hacer suyo a Jimin.

No dijeron palabras mientras caminaron hasta la cama matrimonial que estaba en la bonita habitación que Jisung se había encargado de arreglar especialmente. 

Para ninguno fue de asombro ver un pequeño pomo con algo rosa dentro en la mesita, pero ambos se sonrojaron furiosamente.

Jungkook recostó a su Omega en la cama con sumo cuidado, lo dejó un momento para apagar la luz y encender las velas que decoraban todo el ambiente.

Su Omega lo seguía en cada movimiento que hacía, Jungkook tenía un cuerpo hermoso, era grande, musculoso y fuerte. Tenía un abdomen muy marcado y piernas llenas de músculos.

Tenía un Alfa precioso.

Cuando estuvieron iluminados por la luz de las velas y el suave brillo que la luz de la luna brindaba a traves de la ventana, el Alfa se acercó a él. Jimin lo llevó consigo hasta posicionarlo entre sus piernas.

Lo atrajo a sus labios para un beso, abrazándolo y aferrándose a su fuerte espalda. No pasó mucho mientras se besaban en una sintonía perfecta para que su lobo reaccionara y sintiera el lubricante natural escurrirse de su parte trasera.

Lo inundó la vergüenza, pero decidió hacerla a un lado sin dejar de concentrase en su Alfa.

Jungkook juntó sus cuerpos sin dejar el más mínimo espacio entre ellos, recorrió su cuerpo con sus grandes manos, los callos en éstas causándole cosquillas a Jimin de vez en cuando.

Rozó sus pezones y bajó para acariciarlos con su lengua, no sin antes encargarse de besar y lamer su cuello, en especial una parte.

Jimin empuñó las sábanas entre sus manos cuando sintió la lengua acariciar sus protuberancias erguidas y bajar consecutivamente por sus costillas, su abdomen hasta llegar a su intimidad.

Jungkook se deleitó con los gemidos suaves que provenían de los abultados labios aunque Jimin los mordiera insistentemente intentando acallarlos cuando tomó su intimdad entre sus labios.

Lo torturó de forma maravillosa mientras tanteaba con sus dedos un poco más abajo buscando y seguidamente acariciándolo allí.

No necesitaba tanta preparación, al ser un Omega y además tan sensible, Jungkook estaba seguro que se acoplaría perfecto a él en poco tiempo.

Volvió a descender sobre su cuerpo hasta sus labios, envolvió las piernas temblorosas del Omega por si mismo a su alrededor y se adentró en él, lento y profundo.

Haciéndolos gemir a ambos en el proceso.

Matuvo su cuerpo quieto esperando a que su Omega se acomodara a su tamaño, se dedicó a acariciar su cabello y a besar su rostro por todas partes.

Jimin fue quién lo instó a moverse unos pocos minutos después y así lo hizo. Se adentró en él una y otra vez en un ritmo constante y abrumador para los dos.

Sus aromas mezclados y potentes inundando sus fosas nasales y quebrando sus sentidos a medida que se hacían más intensos con cada estocada, cada movimiento y embestida que proporcionaba a su Omega.

Quien mantenía los labios abiertos deleitándolo con hermoso jadeos y gemidos, susurrando su nombre sin detenerse.

Sintió su cuerpo tensarse cuando el interior del Omega lo apretó con extrema fuerza, acarició su miembro desatendido. Jimin ladeó la cabeza dándole espacio.

Estaba a punto de correrse y, cuando las sensaciones lo abrumaron en demasía, explotó en las manos de su Alfa, quien bajó hasta su expuesto cuello y mostró sus caninos, rozó y delineó la perfecta, tierna e inocente piel antes de hundir sus colmillos en ella.

Incrementó el movimiento en sus caderas y profundizó la mordida.

Se sintió como una explosión de emociones dentro de cada uno, por ese instante Jimin sintió como si Jungkook estuviera totalmente dentro de su cuerpo y no de forma íntima como realmente lo estaba.

Sino espiritualmente, vió todo de él en ese momento, lo sintió en lo más profundo de su corazón. Sólo pudo sujetarse a él con fuerza, sus ojos detonando en un azul extremadamente brillante y sus colmillos saliendo, clavándose en la parte de la piel expuesta de su Alfa para él.

Entonces el sentimiento estalló, el nudo se formó dentro de su cuerpo y Jungkook se vació por completo en su interior.

Sacaron los colmillos de sus pieles y se dedicaron a curar sus heridas, los corazones latiendo en su pecho incesantes y sus respiraciones agitadas contra el otro.

Encontraron sus labios lentamente hasta fundirse en un beso. Acomodaron sus cuerpos de lado en la cama con Jungkook aún dentro de su Omega a causa del nudo, tomaría un tiempo en bajar.

Alcanzó la sábana debajo de ellos y la utilizó para cubrir la desnudez de ambos. Sonrieron sin dejar de besarse suavemente y recitarse cuanto se amaban.

Lo hacían, de todas las formas posibles y la marca en el cuello de los dos era la prueba más grande de ello. Eran Alfa y Omega para la eternidad. Eran una hermosa familia y, después de esa noche, quizás no serían sólo ellos dos.

Merecían ser felices, porque la Madre Luna los unió con el hilo rojo del destino y nada ni nadie podría separarlos a partir de ese momento.

Eran Alfa y Omega...

Por el resto de sus vidas.


𝕿𝖍𝖊 𝖊𝖓𝖉



Y amores míos, esta tierna historia ha llegado a su fin, tal y como dije, diez capítulos. No sé si habrá algún extra, pero por ahora tal vez no sea posible.

Espero de todo corazón que les haya gustado tanto como a mí, fue algo inesperado pero terminé amándolo. Tal vez nos veamos de nuevo en otra historia parecida a esta siempre que ustedes así lo quieran.

Gracias por dedicar su tiempo para leer esto hermosuras. Leo sus bonitos comentarios que me hacen muy feliz.

Cuídense mucho y los amo a montones💗🌹

Lele ♡

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