—¡Nunca me dijiste que me comprarías helado, pero para llevar a casa! —protestó el pelinaranja, con un leve mohín en sus labiecitos, mientras entraba a su departamento, en compañía de su novio.

—No tenía porqué decírtelo —dice con tranquilidad el castaño, mientras deja el pote de helado en la mesa de la sala, y se deshace de su abrigo y sus zapatos—. Además, deberías agradecer, no te compré un simple cono de helado, ¡te compré un pote grande!

—Gracias —dice aquello, refunfuñando—. Pero eso no quita el hecho de que quitaste lo divertido al asunto. ¡Comer helado en un conito y en la heladería sentado, es mejor!

—Estaba cansado, perdóname mi amor, para la otra será —dice aquello, mientras se sienta en el sillón de la sala de estar, y deposita su cabeza hacia atrás en el espaldar con sus ojos cerrados.

TaeHyung se vengaría, de verdad que lo haría.

Y un pequeño foquito se prendió en su mente, por lo que, de manera apresurada, sacó su abrigo y sus zapatos; y corrió a coger el pote de helado.

Definitivamente molestaría a su grandote novio quien, por ahora, parecía estar demasiado cansado para los juegos que el menor quería.

Abrió el pote, y con una cucharita, comenzó a comer del mismo. Pero, rápidamente para que su novio no diera tiempo de hacer algo, se sentó encima de sus piernas, sonriendo al lograr su cometido.

— TaeHyungnie, ahorita me encuentro cansado, no creo que sea buena idea —menciona el castaño, sin abrir sus ojos todavía.

TaeHyung no responde, y eso le hace abrir sus párpados, pero mientras menos lo espera, siente los labios del menor en los suyos.

Pero esta vez era diferente, puesto que, momentos antes, el pelinaranja había depositado una pequeña porción del helado en su boca. Y ahora, el mayor se encontraba probando el helado que había comprado, en los labios del menor.

Su beso se profundizó al acertar con el sabor del helado. Era con sabor a dulce de leche, y JungKook se encontraba más que agradecido con su pequeño novio por haber escogido aquel dulce y delicioso sabor.

Un leve vaivén se desarrolló en ambos cuerpos, mientras que el castaño se aferraba de la pequeña cintura de su novio. A la vez que su sesión de besos se desarrollaba, y TaeHyung decidió situar sus manos en la cabellera del castaño.

Ambos sentían que aquel beso era tan embriagador, con una sutil mezcla de dulce de leche, producto del helado. Era un dulce y cautivador sabor, que ninguno de los dos se atrevía a acabar aquel beso.

Levemente, sin despegar su frente de JungKook, TaeHyung se separó, y sonrió grandemente.

—¿Sabes por qué el "dulce de leche" es mi sabor de helado favorito? —pregunta en un susurro, que hace que el castaño muriese en aquel momento por lo tierno que llegaba a ser el menor.

—No, dime porqué —contestó, dando caricias en el cabellito del pelinaranja.

—Porque tiene el mismo color de tu cabellito, así castañito. Y su sabor dulce, es la misma personalidad que tú posees. Porque eres un dulce y tierno novio que me mima mucho —y diciendo aquello, sonríe con sus ojitos y sus labiecitos.

—Mi pequeño TaeHyungnie, te amo mucho, ¿lo sabías?

—Lo sé, y yo también lo hago —responde, y sonríe tiernamente, formando dos hoyuelitos chiquitos cerca de sus labios.

JungKook arruga su naricita con ternura, y deposita sus manos en las mejillitas teñidas de carmín del menor para, posteriormente, acercarlo hacia él, y fusionar sus labios con los dulces de su novio, en un tierno y embriagador beso que jamás se terminaría.

Fin

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