Nayeon se miraba por quinta vez en el espejo en menos de un minuto, quitándole arrugas inexistentes al vestido a causa de los nervios.

—Nayeon, deja de dar vueltas, me mareas —pidió Dahyun.

—¡Me voy a casar! ¡Jamás pensé que me casaría! —se excusó Nayeon.

—Mmm, sí, yo también lo pensé —admitió—. De hecho, llegué a creer que me casaría primero que tú.

—Me voy a casar. Con Tzuyu —dijo sin poder creerlo aún.

—Serás oficialmente una Chou.

—Creo que vomitaré.

—¡Eso no! ¡Se arruinará el vestido!

En medio de esa mini crisis, el señor Im entró a la habitación.

—¿Llegaron todos? —preguntó la rubia al ver a su padre.

—Sí, creo que ya es hora de bajar.

—Si es así, creo que es mi turno de salir —dijo Dahyun yendo hasta la puerta para darles su momento—. ¡No te vayas a caer!

La omega pelinegra cerró la puerta dejando a padre e hija solos.

—¿Me veo bien? —le preguntó.

—Te ves… fabulosa, mi pequeña se va a casar —dijo con nostalgia el alfa—. Creo que me estoy poniendo viejo.

—Hey, apenas estás en la plena flor de la juventud —dijo sacándole una sonrisa al alfa.

—Ay, mi niña, estoy muy feliz por ti —le confesó—. Incluso Chaeyoung lloró antes de venir.

La omega rió al imaginar a su hermana llorar porque se casaba, el alfa se recompuso al momento.

—Pero ya, no es momento de recordar mi edad, a la pobre Tzuyu le va a dar un infarto si no bajas —dijo mientras intentaba dejar la melancolía.

Tomó su ramo y se vio una última vez al espejo.

—Estoy lista.

…

Tzuyu se tambaleaba nerviosamente mientras esperaba que Nayeon apareciera por esas puertas.

¿Y si no llega? ¿Y si se arrepintió y huyó? ¿Y si…?

Todos esos pensamientos se fueron cuando las puertas se abrieron y la omega aprecio junto con su padre.

Todos se levantaron al verla, aunque Tzuyu no era consciente de eso puesto a qué sólo podía mirar a la rubia hipnotizada.

Nayeon caminaba junto a su padre, vio a la familia de Tzuyu y a la suya, su madre la veía con lágrimas de felicidad en sus ojos y Chaeyoung, a pesar de que no lo demostraba, por dentro también estaba llorando.

Al llegar al altar, Nayeon soltó el brazo de su padre para ir junto a la alfa.

—Cuidala bien, Tzuyu —le dijo el señor Im.

—Lo haré —le prometió, el señor Im se retiró con su esposa e hija.

—Te ves bien —le susurró la omega.

—Tú estás preciosa —le respondió la alfa.

El padre carraspeó antes de hablar, llamando la atención de todos.

—Estamos todos aquí reunidos para ser testigos de la unión de esta alfa y esta omega, si alguien quiere oponerse a esta unión, hable ahora o calle para siempre.

Nadie habló, por lo que siguió

—Si nadie se opone podemos continuar…

De ahí, ninguna de las dos siguió escuchando, estaban inmersas en su propia burbuja.

—Im Nayeon, ¿Aceptas a Chou Tzuyu como tu esposa, alfa y compañera, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza?

—Acepto —dijo mirando a Tzuyu.

—Chou Tzuyu, ¿Aceptas a Im Nayeon como tu esposa, omega y compañera, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza?

—Acepto —dijo mientras miraba con una sonrisa a la omega.

—Por el poder que se me otorga, yo las declaro, alfa y omega —el padre vio a la alfa—. Puedes besar a la novia.

Tzuyu no esperó más y unió sus labios con los de Nayeon, escuchando de fondo la música y aplausos de los presentes.

—¡SE CASARON LAS TORTOLITAS! —gritó Dahyun haciendo reír a todos.

Tzuyu y Nayeon se miraron una vez más con cariño, sin poder ocultar su felicidad.

—Esto es sólo el comienzo, ¿Cierto? —preguntó la omega

—Este es sólo el primer capítulo de la historia.

FIN.

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Sin palabras, muy bonito todo, me va a doler terminar esta historia 🥲💔.