Ice coffee (15): Proteger
Jihyo y Sana estuvieron de acuerdo con la pelinegra en que Nayeon debería avisarle a Tzuyu, por lo que la rubia se encontraba yendo con su mejor amiga hacía la empresa de la alfa pelinegra.
—¿Y si está ocupada?
—No lo estará para ti.
—¿Y qué tal si está en una reunión?
—Se saldrá sólo porque eres tú.
—¿Y si…?
—Nayeon —Dahyun detuvo su andar antes de entrar al enorme edificio—. ¿No crees que el solo hecho de que vengas sin avisarle hará que se preocupe y dejara de hacer lo que este haciendo sólo por ti?
Nayeon no dijo nada, por lo que continuó caminando con Dahyun.
Llegaron a la recepción y notó que no estaba la chica de la última vez, tendría que presentarse de nuevo.
—Buenas tardes ¿En qué podemos ayudarle? —preguntó la omega.
—Buenas tardes, vinimos a ver a la señora Chou, soy una amiga, ¿Se encuentra aquí? —preguntó Nayeon aunque ella ya sabía que sí se encontraba.
—¿Para qué la busca? —esta vez la pregunta no fue tan amable, sino más bien un poco tosca.
—Necesito hablar con ella y…
—Lo siento, no puedo dejarla pasar, no tengo autorización de dejar pasar a nadie.
Dahyun frunció el ceño ante el tono de voz de la omega, no le estaba agradando para nada.
—Señorita, mi amiga necesita hablar con tu jefa urgentemente —le dijo Dahyun esta vez.
—Señora, ya le expliqué por qué no puedo dejarla pasar.
—Escúchame bien señorita, mi amiga es…
—¿Nayeon Unnie? ¿Dubu? —la voz de Momo se escuchó detrás— ¿Qué sucede?
—Disculpe señorita Hirai, estas omegas quieren ver a la alfa Chou pero no tengo permiso de dejarlas entrar —se explicó la omega.
—¿Tu trabajo no es solo ayudar a las personas con sus dudas e informarles sobre dónde queda cada lugar? Creí que la que decidía quien entraba o no a la oficina de mi hermana era Jeongyeon Unnie directamente allá arriba.
—Oh, bueno, yo…
—Creo que Yeji te lo explicó antes de irse de vacaciones, Chaeryeong.
—Es que creo que es más seguro para la señora Chou —se excusó la omega.
—Por eso te encargas de decirle a Jeongyeon Unnie quién sube para que ella decida si lo deja pasar o no —la alfa vio a las dos omegas — Vámonos, yo las llevo, y tú —señalo a la omega— sólo cumple con lo que te enseñaron, y por si se te olvida, aquí hay cámaras y personal de seguridad en todos lados, aquí ven hasta cuando van al baño, la seguridad no es algo de lo que debas preocuparte.
Las tres chicas se fueron dejando sola a la omega, quien las veía irse.
—Así que ella es la susodicha Nayeon —murmuró mientras veía a la rubia a lo lejos.
…
—Esa tipa no me da buena espina —dijo Dahyun mientras subían en el ascensor.
—Creo que le gusta Tzuyu Unnie —ambas omegas miraron a Momo.
—¿Por qué lo dices? —preguntó Dahyun.
—Bueno, por alguna razón no le gusta cuando otra omega va a la oficina de Unnie, siempre pide ser ella la que le lleve los papeles, hace bien su trabajo, no lo voy a negar, pero he visto como ve a Tzuyu Unnie —explicó.
Nayeon iba a decir algo más pero las puertas se abrieron, decidió no seguir hablando e ir hasta donde Tzuyu.
—Jeongyeon Unnie —saludó Momo.
—Hola, Momoring —miró a la omega rubia—Nayeon, es lindo tenerte por aquí —ahora vio a la omega pelinegra—. Y tú debes ser Dahyun.
—Hola Unnie, ¿Tzuyu está en la oficina? —preguntó directamente Nayeon.
—Sí, le encantará verte por aquí.
—Le dices, confía en ella —le dijo Dahyun antes de ir a la oficina de Tzuyu.
Cuando estuvo enfrente de esta tocó la puerta, obteniendo un «adelante» como respuesta.
—Hola —Saludó la omega, captando la atención de la alfa.
—Nayeon —la omega sonrió mientras se acercaba—. Saliste temprano.
Nayeon se mordió el labio, dudosa de contarle lo que había vivido.
Confía en ella. Recordó las palabras de Dahyun, animándose a hablar.
—Bueno, de hecho… Sucedió algo.
Tzuyu dejó de sonreír cambiando a una mueca de preocupación.
—¿Qué sucedió?
Nayeon tomó la silla que estaba enfrente del escritorio y la arrastró hasta al lado de Tzuyu, siendo todo en vano porque cuando se iba a sentar Tzuyu la sostuvo de la cintura sentándola en sus piernas.
—Esa silla es incómoda, está mejor esta —se excusó, la omega riendo por lo linda que era la alfa—pero en serio, ¿Qué pasó?
—Bueno, yo… Tuve una novia cuando estaba en la universidad — empezó a contar.
—Me habías contado una vez, ¿Su apellido era Shin, no?
—Sí, bueno, hoy la vi en la cafetería, y me dijo que quería hablar conmigo y acepté.
—Me imagino que no salió bien —adivinó.
—Me preguntó si tenía novia y le dije que sí, entonces se enojó y empezó a decir que yo no podía tener novia porque yo era suya y un poco de cosas más, casi me golpea.
—¿Casi?
—Dahyun me salvó, Yuna me dijo que no se quedaría así, y bueno… Me da miedo que intente hacer algo.
Tzuyu no dijo nada, solo asintió mientras analizaba la situación.
—Dahyun me dijo que debía decirte, pero tal vez no sea importante, no te preocupes.
—No —se apresuró a decir—. Si se trata de tu seguridad es importante, no sabemos lo que es capaz de hacer la chica.
—¿Y qué hacemos?
—Podría pagarle a alguien para que esté como guardia en la tienda, aunque tendría que hablar con Sana.
—¿Y si va a mi casa?
—Uhm… ¿Y si te vienes a vivir a mi casa por un tiempo? —propuso —. Sólo sería temporal mientras las cosas se calman, o si te sientes más cómoda en tu casa no tengo problema, podría llevarme algunas de mis cosas y tal vez…
—No, me gustaría quedarme en tu casa —interrumpió—. Tengo curiosidad de saber cómo es la casa de una millonaria.
—Es simple.
—Tan simple que podría comprarme un yate con solo lo que hay en la sala —la alfa rió—. ¿Cuándo empezaríamos por mi mudanza temporal?
—¿Hoy? Podríamos buscar la ropa luego de que termine esto aquí y durante el resto de la semana ir buscando más ropa, ¿Te parece bien? —le preguntó acariciando su cintura por debajo de la tela.
—Me parece perfecto.
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