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Extra (Final): Detalles

Versión alternativa del episodio 9.
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Abrió los ojos con pereza, parpadeando varías veces para acostumbrarse a la iluminación, se sentó en la cama y se restregó los ojos, para luego levantarse e ir al baño.

Luego de hacer sus necesidades y volver a la habitación, vio a Tzuyu entrar con una bandeja.

—Ya despertaste —dijo mientras colocaba la bandeja en una mesita —. ¿Cómo te sientes?

—Un poco mejor, por ahora.

La omega volvió a sentarse en la cama, la alfa copió su acción para después darle una taza de té.

—Oh, tengo que avisarle a Sana que no pude ir —recordó la omega mientras buscaba su teléfono pero la alfa la detuvo.

—Ya lo hice, llamó esta mañana porque no fuiste y le expliqué, no te preocupes por eso.

—¿Y tú no debes ir a trabajar?

—Puedo trabajar desde aquí, le pedí a Momo que trajera mis cosas, no podría dejarte sola.

Esas palabras fueron suficientes para que Nayeon empezara a llorar, alarmando a Tzuyu.

—N-nadie me había dicho cosas tan lindas ni se había preocupado por mí —explicó tomando un pañito para quitarse los mocos.

—Oh, pequeña —la alfa tomó el rostro de la omega entre sus manos.

—Debo verme patética ¿Cierto?

—Claro que no, siempre estás linda —le aseguró.

Estuvieron unos segundos mirándose sin decir nada, estaban sumergidas en su propia burbuja.

—Te preparé una sopa —recordó levantándose para buscar la bandeja, dejando un poco desilusionada a la omega—. No sabía qué más hacer para este caso, espero que te guste.

Nayeon se sentó y colocó una almohada sobre sus piernas, Tzuyu dejándole la bandeja encima de esta.

—¿Qué tal está? —le preguntó con intriga en sus ojos.

—Está deliciosa —le aseguró.

La alfa pudo respirar con tranquilidad, tenía miedo de que no le gustara.

—Debo seguir haciendo unas cosas, estaré en la sala —le avisó mientras se levantaba para salir—. Puedes llamarme si me necesitas.

La omega asintió y la alfa salió de la habitación, cuando volvió a la sala soltó el aire que había estado conteniendo.

El olor de la omega estaba por toda la casa y más en la habitación donde estaba la omega, era como si Nayeon quisiese drogarla.

Mantén la calma, Tzuyu. Se dijo a sí misma.

Estúpida, es obvio que ella también quiere, eres tú la que se hace de rogar. Habló su lobo.

Tzuyu ignoró al animal y decidió seguir trabajando para distraerse.

El sol ya estaba por meterse y alfa y omega estaban acostadas en el sillón mirando una serie.

O bueno, Tzuyu la estaba viendo, porque Nayeon no podía concentrarse con las manos de la alfa en sus piernas, deseando que subieran un poco más arriba.

Decidida a llegar a algo más, Nayeon tomó una de las manos de la alfa y la subió hasta sus muslos, muy cerca de aquellas zonas.

Tzuyu se tensó, apretando un poco su otra mano.

Nos está dando una señal, tenemos luz verde.

Tzuyu lo meditó un poco, no muy segura.

Al menos puedes complacerla a ella. Insistió.

Eso le pareció mejor, así que tomando por desprevenida a la omega, se metió entre las piernas de esta para mirarla.

—Tz-Tzu —jadeó sorprendida.

—Entiendo lo que quieres decirme, pero quisiera esperar un poco más para eso —llevó una de sus manos hasta el culo de la omega, apretando levemente—. Aunque no me niego a ayudarte, ¿me dejarías?

La omega la miró con las mejillas rojas, asintiendo sin dejar de mirar los profundos ojos de la alfa.

Teniendo paso libre, Tzuyu no pudo resistirse más y la besó.

Jamás había deseado besar a alguien tanto como a la omega, si fuera por ella, la hubiese besado aquella noche que la dejó en su casa, pero su conciencia siempre le decía que debía contenerse, por eso es que la besó como si no hubiese un mañana.

Por parte de Nayeon, estaba más que encantada por la atención que estaba recibiendo, soltó un gemido cuando la alfa subió su camisa para chupar uno de sus botoncitos.

Con su mano libre, empezó a bajar el short de la omega, esta ayudándola en la tarea para luego retirarlos, dejándola únicamente en una lindas bragas.

—Tenías planeado todo esto —la acusó la alfa, la omega sólo desvió la mirada—. Omega traviesa, haré que tu plan sea todo un éxito.

Bajó las bragas liberando aquel clítoris erecto, pero eso no era el objetivo principal de la alfa.

Se levantó de encima de la omega y antes de que esta pudiera protestar, Tzuyu levantó sus caderas haciendo que las piernas de la omega quedaran alrededor de su cuello, dándole a esta una hermosa vista.

—¿Q-qué estás…? ¡Agh! —gimió al sentir algo húmedo en su entrada.

La alfa chupaba con gusto aquel delicioso líquido que salía de la entrada de la menor, sin querer dejar nada.

—Tzu —la llamó y la alfa se detuvo, mirando a la omega.

—¿No te gusta?

—N-no es eso —desvió la mirada, no podía ver a los ojos a la alfa—. Esta posición es… vergonzosa.

La alfa la miró unos segundos antes de sonreír, bajó el cuerpo de la menor volviendo a rescotarla en el sillón y se acercó a besar otra vez los labios de la menor.

—¡Mgh! —soltó otro gemido que fue silenciado con otro beso, Tzuyu había introducido un dedo en su entrada.

Tzuyu volvió a bajar hasta el pecho de la menor e introdujo nuevamente uno de los botoncitos a su boca, haciendo a Nayeon ver estrellas.

Luego de unos minutos Tzuyu ya tenía tres dedos dentro de la menor, esta lo único que podía hacer era removerse por tanto placer y rasguñar la piel aún cubierta de la alfa.

—¡Ahí! M-me gusta ahí.

Bingo. Lo había encontrado.

Maltrató el punto G de la menor sin ningún tipo de compasión y esta no pudo aguantar más, corriendose sobre la mano de la alfa y manchando un poco su camisa.

Tzuyu sacó sus dedos del interior de la menor y dejó varios besos en el rostro de la omega, para luego dejar un último beso en sus labios.

Nayeon era un desastre, su cabello estaba desordenado y en su frente había una leve capa de sudor, además de tener todo su pecho lleno de chupetones y mordidas, le hubiese gustado dejar marcas visibles como en su cuello, pero no sabía que opinaba Nayeon.

—Descansa, yo me encargo de todo —eso fue suficiente para que Nayeon cerrara sus ojos y cayera dormida.

Jamás nadie la había llevado al clímax de esa manera, sentía que estaba flotando.

Tzuyu cargó a Nayeon hasta su cuarto, buscando toallitas para limpiar a la omega y una nueva muda de ropa para cambiarla.

Luego de asegurarse de que la menor estaba limpia, la arropó y fue hasta la sala para acomodar un poco el desorden que había causado.

Al terminar de limpiar se dio una ducha rápida y se acostó en la cama con la omega, quien al sentirla no tardó en acurrucarse.

Tzuyu la abrazó por la cintura y le dejó un beso en la frente.

—Buenas noches —dijo para ella también quedarse dormida.
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Gracias por leer~ Amé adaptar esta historia. ❤️

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