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Me encontraba sentada en la ventana de mi habitación mirando al cielo, el cielo se encontraba completamente nublado, adornado con aquellas nubes tan grises que hacía que la tarde se viera tan oscura como la noche ¿increible no?. Iba a llover a cántaros de eso estaba segura por eso me encontraba sentada en la ventana esperando a que las gotas empezaran a caer para admirarlas, ver como le danzan a la ventana, eso realmente me gustaba. El tiempo en estos momentos era tan frío que casi le va a la par al frío de Rusia en invierno, bueno realmente no exagero un poco.
De cierto modo extrañaba Rusia, vivir allá era lo mejor que me pudo haber pasado en algún momento de la vida, el clima era algo diverso pero me gustaba mucho, pero es como todo, todo tiene un principio y un final. Al cumplir los 18 me vine a vivir a estados unidos con mi mejor amiga y su novio a pesar de que eran pareja siempre me incluían en sus cosas, ¡wao! eso suena realmente horrible de cierto modo que solitaria soy en el ámbito amoroso. Vivimos los 3 juntos en una gran casa que le había regalado el papá de Charlotte, su mamá no vive con nosotros pero si vive en la casa de al lado lo cual es básicamente lo mismo realmente.
─ Prhil ¿te quedaras toda la noche sola viendo danzar las gotas de lluvia? ─ Preguntó la castaña, se encontraba parada en el umbral de la puerta de mi habitación con una de sus cejas arqueadas.
─ Por ahora si Lotte no tengo nada productivo que hacer, además es algo que siempre me a gustado ─ respondí.
─ Que aburrida eres Aprhil, vamos a la cafetería a tomarnos un café con Chris así que levanta tu flojo trasero de ahí y arréglate ─ Me miró por última vez y cerró la puerta de mi habitación.
Solté un gran suspiro, mire por ultima vez la ventana y me dedique a vestirme. Me vestí para la ocasión, bueno realmente me vestí de acuerdo al clima, mono gris, un suéter estilo crop top negro y mis Air max blancas, me coloque un poco de base, mascara para pestañas, polvo y un labial mate rosa pálido, me amarre el cabello en una coleta alta y listo, tome mi teléfono que estaba reposando en la cama, salí de mi habitación y baje las escaleras de la casa. Charlotte se encontraba dándose amor con su novio, coloque mis ojos en blancos y carraspeó para que noten mi presencia, se separaron por unos segundos me vieron y volvieron a lo suyo nuevamente, a veces los detesto.
El camino hacia la cafetería fue corto y divertido, hablamos a más no poder y una que otras veces Char y Christopher me fastidiaban con su muestra de cariño a lo cual yo les sacaba la lengua, los miraba mal o simplemente colocaba los ojos en blanco una acción muy propia de mi, una acción que es realmente muy constante en mi cuando me encuentro compartiendo con ellos que básicamente es todo los días en realidad.
─ Capuccino para los chicos ¿desean algo más? ─Preguntó amablemente la mesera.
─ Me gustaría unos panqueques si es tan amable ─ hable mientras tomaba la taza de café para darle un sorbo, la chica asintió y lo anoto en su pequeña libreta.
─ ¿algo más? ─ volvió a preguntar.
─ No muchas gracias así estamos bien ─ respondió Charlotte.
─ Muy bien, alrededor de 5 o 10 minutos estará lista la orden ─ dicho eso se fue la chica a atender otras mesas.
─ Bien ¿que a pasado con tus padres Phril? ─ preguntó la castaña, dejándome sorprendida por su inusual inquietud. Realmente no sé a que viene esa pregunta.
─ ¿Por qué la pregunta Char? ─ la mire curiosa, mi corazón se encontraba levemente acelerado a raíz del tema, me encontraba nerviosa no me gustaba hablar de eso.
─ Simple curiosidad Lee, no me has hablado de ellos además solo se lo ultimo que me habías comentado ¿esta todo bien? ─ sus ojos me observaban, reflejaban angustia.
─ Sabes muy bien que este tema no me gusta tocarlo, no he hablado con ellos tampoco están en mis planes hacerlo, ellos no se han preocupado por mi, no me han llamado para saber cómo estoy, ni un mensaje para decirme "espero que estés bien" aunque sea, simplemente nada. Ellos están acostumbrado a que yo sea la que de el primer paso pero están equivocados, eso ya no más ─ mi voz se tiño de nostalgia a decir lo último, sentí 2 pares de ojos mirándome, las lágrimas que se asomaban por mis ojos y esperaban por salir, las reprimí, tragué el nudo que se había formado en mi garganta, respire hondo y levante mi mirada hacia aquella pareja.
─ Siempre contaras con mi ayuda al igual que con la de Chris, nunca estarás sola tienes una familia que te quiere, mamá, papá, Sam y yo ─ me regalo una sonrisa reconfortante y contagiosa.
Me alegraba saber que después de todo tenía personas que realmente le importaba, un apoyo como el que ellos me brindan a diario es lo que me impulsa a seguir a delante. Mis panqueques habían llegado y con ellos se fue la tristeza, el hambre hizo su aparición a los segundos que el rico olor se colaba por mis fosas nasales haciendo que mis tripas danzaran en el fondo de mi estómago, tomé un bocado de aquellos panqueques que realmente eran los mejores que había probado en toda mi vida y en 5 segundos ya me había devorado todo el plato.
De camino a casa pasamos por el super a comprar algunas cosas que necesitábamos en la casa, cosas como verduras, lácteos, comida chatarra, entre otras cosas que consideramos importante para nosotros. Al llegar a casa nos dirigimos todos a la cocina a guardar todo lo que habíamos comprado, Char tuvo la brillante idea de hacer una torta de 5 minutos en el microondas, realmente fue una brillante ide ya que le echamos helado y sirope de chocolate, yo era una gorda no tenía ni 20 minutos de haberme comido unos panqueques cuando ya andaba comiendo torta, no tengo caso ni salvación para esto, este caso ya denlo por perdido señores.
(...)
─Levanta tu trasero flojo de la cama Aprhil, llegaras tarde ─ gritó mientras me zarandeaba, lo cual era demasiado molesto.
─ ¿Por qué me despiertas de esa manera? sabes muy bien que no me gusta ─ grite enfadada.
Me levanté de mala gana de la cama, tomé la toalla y me adentre al baño, me despoje de mi pijama dejándola tirada en el suelo, abrí la llave del agua caliente para relajarme, el agua caía desde mi cabeza hasta los pies bañandome completa, enjabone todo mi cuerpo, lo lave muy bien al igual que mi cabello, dure más o menos 20 minutos, lo necesario para relajarme completamente, cerré la llave de la ducha y coloque la toalla alrededor de mi cuerpo. Salí del baño y me dirigí a mi closet, tenía una entrevista de trabajo por lo cual tenía que verme presentable, observe mi closet, de arriba abajo de abajo arriba hasta encontrar algo adecuado para la ocasión.
20 minutos después e arreglarme de pies a cabeza me encontraba por fin ya lista, básicamente tarde 40 minutos arreglandome, baje las escaleras con prisa, mire el reloj de mi celular que marcaban las 6:54am, me relaje un poco ya que la cita estaba pautada para las 7:30am. Me dirigi a la cocina después de bajar el último escalón, Char se encontraba sirviendo el desayuno y Chris veía entretenidamente su teléfono.
─ Buenos días chicos ─ hablé mientras me sentaba en la mesa.
─ Buenos días Lee, me encanta tu oufits ¿no estas nerviosa?─ pregunto curiosa
─ ¿Qué si estoy nerviosa? claro que si pero se que me daran el trabajo Char, es algo que me gusta y tengo potencial.
─ Eso es bueno, me alegra escucharlo ─ Me dedico una sonrisa.
Después de desayunar, tome las llave del auto y salí de la casa camino a la empresa, el viaje fue largo pero no aburrido gracias a la lista de música si no fuera por ella estuviera muerta del aburrimiento, no me gustan los viajes largos suelen ser muy aburridos claro si estas sola. Divise a unas cuadras el edificio en el cual si tenía la suerte trabajaría. Estacione el carro al frente del edificio, me baje de aquel mire por unos segundos el gran edificio y solté todo el aire que estaba reteniendo.
Me encontraba subiendo el ascensor hacia la oficina del presidente, bueno realmente no me dirigía a la recepción de aquel hombre.
─ Buenos días ¿viene a la entrevista? ─ preguntó la rubia que tecleaba algunas cosas en su ordenador.
─ Buenas, sí.
─ Su nombre por favor. ─ hablo sin despegar sus ojos de lo que estaba haciendo
─ Aprhil Shmakova. ─ respondí sin emoción alguna.
─ Listo, en unos segundos será atendida por favor tome asiento ─ me miró por unos segundos y me dedico una sonrisa.
Extrañada por su actitud camine hacia donde la chica me había indicado que esperara, me senté en aquel cómodo sofá de cuero negro, tome mi teléfono y empece a textearle a Charlotte ya que no me quedaría mirando para los lados mientras esperaba.
Para: Lotte
De: Aprhil
La gente a veces suele ser tan extraña ¿será que los contagias con tu bipolaridad?
No tardo ni 10 minutos cuando tenía una respuesta de mi amiga.
De: Lotte
Para: Aprhil
¿Por qué lo dices enana? yo no soy bipolar ¿quien te dijo eso?
Reí al ver su respuesta charlotte nunca va a aceptarlo.
Para: Lotte
De: Aprhil
La recepcionista de broma me atendió y fue por que tiene que cumplir con su labor pero todo cambió al mencionarle mi nombre, es extraño.
No logre leer la respuesta de la castaña cuando la rubia me informa que ya puedo pasar al despacho del jefe, los nervios me pusieron los pelos de punta que hasta se me había olvidado como respirar, me levanté a duras penas del sofá y si digo duras penas es por que quería salir corriendo de ese lugar, tome valor y me adentre al despacho. La habitación era grande, las paredes eran color café la cual estaba adornada con cuadros que hacían contraste con el color, había un sofá negro de cuero como el que se encontraba en la sala de espera, un hombre alto de piel blanca y ojos claros me observaba mientras su cuerpo reposaba en la silla de su escritorio, realmente no me observaba me escaneaba con aquella mirada penetrante que algunas veces suelen dar miedo, tanto que te hacen querer salir corriendo o que simplemente la tierra te coma y te escupa en tu casa donde puedes estar a salvo.
─ Tome asiento por favor ─ hablo, su voz era gruesa y firme, sin pensarlo dos veces hice lo que él había dicho.
─ Aprhil Shmakova Bohen ¿no es así?─ volvió hablar mientras observaba mis documentos que se encontraban en una carpeta marrón
─ Así es ─ Dejo de mirar los documentos y me miró por unos segundos.
Su mirada había cambiado, reflejaba asombro lo cual me pareció un poco extraño, se paró de la silla y se dirigió hacia donde estaba lo cual me desconcertó por completo, al llegar a donde estaba se sentó junto a mi y me abrazo.
─ Después de tanto por fin estas a mi lado.
Aquellas palabras me confundieron demasiado ¿Quien era el?....
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