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Capítulo O6


La noche había llegado más rápido de lo que esperaba. Jimin se limitó a mover las cosas de Yoongi al nuevo apartamento, algo que debió haber hecho ayer luego de cambiar de hogar temporalmente, ordenando y limpiando lo que podía. Había terminado hace unas horas, observando satisfecho su trabajo y luego de eso simplemente se relajó viendo a las personas caminar desde su ventana. Holly había sido buena compañía, desde luego, hasta que empezó a mostrar señales de estar hambrienta y Jimin no supo qué hacer.

"Esperaremos a Yoongi ¿sí? No puedo conseguir comida de la nada." Le había hablado, acariciando su cabecita. "Bueno, técnicamente sí puedo, pero no así." Soltó un largo suspiro. "También lo extrañas, ¿no?" El cachorro ladró, tan bajito que Jimin rio. "Bueno, podemos extrañarlo juntos."

Claramente, con la vida tan ajustada que el enfermero tenía, Yoongi no había aparecido hasta las cuatro de la mañana.

"Hogar, dulce hogar." suspiró, cerrando la puerta y recargando su cuerpo contra la misma. Pasó una mano por su cabello, notándolo más largo y haciéndose una nota mental de cortárselo pronto.

Cerró sus ojos, a penas un segundo, con pesadez. Su cuerpo le pedía a gritos un descanso; el día había sido agotador. Un choque dejó a tres personas heridas y en emergencias. Él tuvo que hacerse cargo del papeleo, algunas revisiones rápidas y controlar el ajetreo de las familias; Taehyung había sido de bastante ayuda, al igual que un par de enfermeras; sin embargo, se había tomado ese trabajo como algo personal.

Pensó luego en el alivio reflejado en el rostro de los padres de los accidentados cuando fueron notificados de que sus hijos e hijas estaban fuera de peligro. Toda fatiga o descanso no obtenido valía la pena.

"¿Yoongi?" Una suave voz acarició su sentido auditivo, el pelirrojo casi sentía el arrullo de una canción de cuna sonando.

"¿Uhm?" Preguntó sin pensar.

"Tardaste mucho." Jimin frotó sus ojos con ambas manos para luego cruzarse de brazos.

"Sí... sigue hablando."

"Holly tenía hambre." El rubio trató de sonar molesto; sin embargo, era una tarea difícil teniendo en cuenta cómo se veía el mayor ante él. Calmo y dócil, Jimin fácilmente podría confundirlo con un gatito adormilado. "Rojito, ¿estás durmiendo?"

"¿Roji...?" Yoongi abrió los ojos, con sorpresa. Observó a Jimin mirarlo ceñudo, a casi tres pasos de distancia, y tragó saliva.

"Estás usando mi ropa." Fue lo primero que dijo. Debió haber sonado como una acusación, porque el pequeño genio se sonrojó y bajó la cabeza, apenado. "T-te ves bien."

Jimin alzó la vista, sus ojitos brillaron cuando preguntó.

"¿En serio? ¿No te molesta?" Jugó con sus dedos, nervioso, mientras esperaba la respuesta del mayor.

"No, hablo en serio. Creo que te queda mejor que a mí." Bromeó, sacándole una sonrisa tímida a Jimin que no pudo ver, pues aprovechó el silencio para dejar su abrigo y sacarse el gorrito de lana que cubría su gran parte de su cabeza, dándole un aspecto gracioso con cabellos apuntando a todas las direcciones posibles.

Yoongi dio media vuelta y se encontró con el rubio, aún más cerca que antes, quien estaba concentrado en arreglar la maraña de cabellos sobre su cabeza, tratando de ordenarlos con sus manos.

"¿Jimin?" Preguntó bajito. Relajándose ante el tacto extraño. Aspiró un poco de aroma del más bajo. Olía a coco. "¿Usaste mi champú también, pillo?" Rio cuando las caricias se detuvieron. "Está bien, claro que puedes. Después de todo, estás viviendo aquí también."

El menor se separó, con las mejillas ardiendo, había creído ingenuamente que Yoongi no lo notaría.

"Perdón."

"No te disculpes, ya te dije que está bien." Yoongi le sonrió, antes de bostezar. "Mencionaste a Holly, ¿cómo está?"

"Hambrienta, mucho." Respondió al instante. "Debemos llenar la despensa, no hay nada." Jimin quiso abofetearse por el plural recientemente usado, él no debía pensar en ese lugar como algo permanente.

Yoongi asintió, comprendiendo. "¿Es posible que desee comida para siempre? Una despensa que nunca se vacíe y croquetas para perro, aunque no sé si sea muy cachorro para eso..."

Jimin le sonrió, pícaro.

"Estabas tardando, manzanita." Yoongi viró los ojos. "Y Holly estará bien, confía en mí."

Un chasquido de dedos y Jimin se estiró en su lugar.

"Listo. Te quedan 13." Simuló limpiarse las manos y Yoongi rio.

"Eso es trampa, niño volador."

"Un deseo a la vez, hyung. Las cosas como son."

Yoongi negó, rendido, y se movió ágilmente en el apartamento. Se detuvo frente a la habitación principal y dio media vuelta, Jimin seguía en el mismo lugar de antes.

"Dijiste que tardé mucho, ¿no leíste la nota que te dejé?"

Ese fue el momento de Jimin para avergonzarse.

"Yo... no sé leer bien." Dijo en un hilo de voz. "Lo he intentado ¿vale?" Incluso él intentó enseñarme hace un tiempo, pero soy tan distraído que siempre termino perdiéndome en algún punto."

"¿Él?" Yoongi volvió a recostarse en la puerta, sentía sus piernas flaquear; pero se obligó a mantenerse allí y prestarle atención al menor, se lo debía después de haberlo dejado solo un día entero.

"Uh, Chanyeol, así se llama. Es mi guardián... o algo así." Jimin se encogió, restándole importancia. "¿Solo escuchaste eso de todo lo que te dije?" Hizo un puchero.

"Lo siento, estoy un poco cansado hoy." Se disculpó, cerrando sus ojos para no volver a bostezar. "¿No tienes sueño?"

"Uhm, nop." Negó, mordiéndose el labio. "Pero tú sí, entonces debes dormir." Sacudió su cabeza al no saber qué más decir, empezándose a sentir incómodo.

Yoongi volvió a reír, Jimin era gracioso.

"Tú importas también." Fue sincero como siempre. "Podemos leer un poco antes de dormir, ¿no te parece una buena idea?"

"Dijiste que estabas cansado..."

"Solo un poco." Mintió. "Además, siempre hay tiempo para leer." Volvió a sonreír, una sonrisa cálida en medio de una madrugada fría que avivó el corazón del menor. "¿No te gustaría?"

"¡Sí!" A Yoongi le resultó tierno tanto entusiasmo, que hasta el cansancio disminuyó un poco. "Digo... sí, sería bueno." El pelirrojo alzó sus labios, sin sonreír completamente. "¿Quieres chocolate caliente? Puedo preparar para ambos."

Decir eso con tanta naturalidad fue lo que le sorprendió a Yoongi y el menor se percató de eso.

"Bueno... si quieres, claro. Puedo hacer para mí y sino tú..."

"Me encanta el chocolate caliente." Afirmó, calmando los nervios y frenando el parloteo del rubio. "Iré a tomar una ducha rápida, no tardaré." Jimin asintió, dando media vuelta y empezando a alejarse, hasta que la voz del mayor lo detuvo. "No olvides lavarte las manos. No quiero que te enfermes."

"¿Ah?" Jimin preguntó, dándose a vuelta y encontrándose con el vacío. Quizá lo había imaginado.




















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"¿Puedo pasar?" Jimin preguntó desde afuera, con dos tazas humeantes en mano y una manta sobre su hombro. Había dejado en un platito las croquetas para Holly, cerca a su habitación, lugar que la perrita no tardó en encontrar.

"Claro." Yoongi respondió y el rubio hizo malabares con sus manos para no dejar caer las tazas y abrir la puerta al mismo tiempo.

"Traje una manta para que..." Las palabras murieron en sus labios al ver, de nuevo, el torso desnudo del mayor. Estaba terminando de ponerse el polo que usaba para dormir, junto a unos pantaloncillos holgados de color plomo. Jimin tragó saliva.

"¿Para cubrirnos? Bien, aquí tengo almohadas y sábanas. Veo que trajiste las cosas de mi antiguo apartamento, gracias."

Jimin se obligó a poner los pies en la tierra de nuevo, asintiendo sin haber escuchado.

"¿No vas a cambiarte?" Escuchó, mientras dejaba las tazas en la mesita cerca a la cama. "No es saludable usar jeans para dormir."

"¿Uh? Claro." Chasqueó sus dedos y el polerón rojo que había usado anteriormente cubrió su esbelto cuerpecillo, solo que no usaba jeans negros como la primera vez; sino que el polerón era tan largo que lo cubría hasta cerca de sus rodillas. Yoongi lo miró con asombro. "¿Está mejor ahora?"

"Sí... mejor." Jaló las sábanas y se recostó sobre la cama, situándose en la posición perfecta para poder descansar, pero no caer dormido. Su espalda apoyada en la cabecera y sus brazos relajados a cada lado, se estiró un poco para conseguir una taza en sus manos. Una vez que la tuvo consigo, cerró los ojos ante el aroma característico de la bebida y sonrió, miles de recuerdos arremolinándose en su cabeza. Jimin observó todo el proceso y sonrió también, pero por una razón completamente diferente a la del mayor. "Tsk, ¿qué haces allí parado? Ve por un libro y recuéstate a mi lado."

El más bajo pareció volver en sí y, asintiendo, se fue hasta el librero donde había estaban todas las valiosas pertenencias de Yoongi, sus libros.

Chequeó un rato, casi como jugando, las copias que allí se encontraban. Sabía que no debía juzgar un libro por su portada, pero era su único recurso válido para escoger sabiamente uno.

Suspiró y finalmente sacó uno, de tapa gruesa y gastada. A juzgar por su apariencia podría ser el más viejo de todos y ese pequeño detalle lo emocionó aún más.

"¡Lo tengo!" Casi gritó de felicidad. Avanzó a pasos agigantados, tan rápido como su equilibrio recién mejorado y sus cortas piernas se lo permitieron, hasta llegar al pie de la cama.

"Uhm, déjame ver cuál escogiste." Pidió el enfermero, extendiendo su mano para tomar el libro. Jimin se lo dio y aprovechó para sentarse al lado del otro, coger su taza en manos y dar un sorbito, quemándose la lengua y soltando un chillido de dolor.

"¡Está caliente!"

"Pues claro que está caliente, bobo. Lo has hecho tú hace unos segundos." Explicó, tratando de no reír. Jimin lo miró con los ojos en forma de líneas, fingiendo seriedad. "Vale, ahora ve soplando para que no queme." El rubio terminó asintiendo a mala gana, con la lengua afuera, y Yoongi negó riendo por la escena que ese extraño genio le brindaba. "¿En serio escogiste "Crimen y castigo" para leer antes de dormir? Ah, Jimin, eres increíble."

Como era de esperarse, el genio se quedó con la mirada perdida ante la última oración y vio al mayor beber un último sorbo de la taza antes de dejarla donde antes estaba, junto al libro que con tanto esfuerzo -nótese el sarcasmo- había escogido.

"Dejemos a Dostoievski para después, ¿vale? Mejor te contaré la historia de... Sen." Los ojos de Jimin parpadearon confundidos, mas siguió soplando antes de beber un poco, manteniendo su atención en Yoongi. "Sen vivía en Daegu, tenía un solo hermano menor, por lo que era el mayor de la familia."

Jimin asintió, dejando de lado la taza y recostándose en la almohada, siguiendo las mismas acciones del mayor para observarlo mejor. Pronto estaba casi tendido sobre la cama, pero manteniendo distancia con el contrario.

"Su madre era una mujer noble y de buen corazón, ella quería mucho a sus dos hijos, eran su mayor orgullo." Yoongi hablaba con los ojos cerrados y voz pausada, Jimin se perdía en su narración oral; le gustaba oírlo hablar. "Len, el hermano menor, viajó a Seúl para seguir sus sueños. Él quería ser... actor, ajá. Mientras que Sen quería quedarse en casa y ayudar a su madre con su tienda de adornos."

"¿Y el papá? ¿Dónde está el papá?" Preguntó con curiosidad. Vio el rostro del mayor formar una mueca al oír su pregunta. Su voz sonó desanimada cuando respondió.

"Choi era un poco estricto. Pero amaba a Len, le tenía un cariño especial."

"¿Y Sen?" Volvió a preguntar. Yoongi chasqueó la lengua con un deje de tristeza.

"Sen no era tan bueno con Len, ¿sabes? Era delgado y aburrido, mientras que su hermano era alto y fuerte. Choi siempre quiso más a Len, puede que porque era muy hábil para distintas cosas y ayudaba constantemente en la oficina de su padre. Sen era... distinto."

"Vaya." Interrumpió y Yoongi abrió los ojos para ver a Jimin con el ceño fruncido. "Qué malo."

"Un día, la madre enfermó y empezaron los problemas." El pecho de Yoongi subía y bajaba, al compás de sus respiraciones. "Choi culpó a Sen de la enfermedad de su madre, aunque él no tuviera la culpa de nada."

"¡Eso es injusto! Pobre Sen." Jimin soltó, triste, ocultándose entre las mantas.

Yoongi alzó la comisura de sus labios y asintió.

"Fue peor cuando su madre falleció." Jimin emitió un gritito ahogado, la tristeza visible en sus ojos cristalizados.

"Oh, dime que Choi no le hizo nada malo a Sen."

"Claro que no, tenía una imagen que mantener y era astuto. No lastimó a Sen físicamente, nunca." La voz de Yoongi bajó en dos tonos y sus manos se formaron en puños casi imperceptibles debajo de las sábanas cuando dijo. "Pero ya sabes lo que dicen, las palabras a veces hieren más que un par de golpes."

"Hyung, esta historia es muy triste." Se quejó, haciendo un puchero. Yoongi apenas pudo abrir sus ojos para responderle.

"Quizás lo es."

"¿Al menos tiene un final feliz?" Volvió a cuestionar, alzándose en su lugar para observar a Yoongi mejor y verlo formar sus labios en una línea recta.

"Eso, lo descubriremos otro día." El menor parpadeó, intrigado. "Tengo sueño y terminaré contándote mal la historia si sigo así."

Jimin quiso decir algo más, pero no lo hizo. Se puso en el lugar del mayor y comprendió, había hecho más que suficiente por él esa madrugada.

"Entiendo, ¿quieres que me vaya o...?"

"Puedes quedarte. No me muevo o pateo, si es lo que preguntas." Yoongi rio, dándose media vuelta y cubriéndose con las sábanas. "Descansa, Jimin".

"También tú, manzanita." Murmuró, envolviéndose con la manta y frotando sus manos para tener calor. Hacía un poco de frío allí.

El genio cerró sus ojos y el negro inundó sus pensamientos, sin hacer mucho ruido, terminó dejándose conquistar por el sueño y durmió, sin notar que el pelirrojo que yacía a su lado, seguía despierto y con pequeñas lágrimas adornando sus ojos.

La pregunta de Jimin seguía rondando en su mente, estaba pensando en qué podría responderle cuando el genio volviera a preguntarle sobre el cuento y la conclusión del mismo. Decidió dejar de darle muchas vueltas y se dispuso a dormir, anhelando internamente que se cumpliera lo que más quería en ese momento y deseando que su historia tuviera, al menos, un final feliz.

















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