Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21 [Final]


Dedicado a todas las personas que me han leído hasta aquí, muchas gracias<3.

▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔▔

Las calles estaban extrañamente caóticas ese día. Llovía afuera, pero a las personas no parece importarle ese detalle en lo más mínimo. Yoongi supone que tienen cosas importantes que hacer, justo como él, y que por esa misma razón transitan a paso acelerado, tropezando y chocando entre sí en algún momento pero simplemente pasándose de largo. Los autos hacen ruido con sus bocinas ante el estancamiento, que aunque no llega a ser extenso, resulta pesado tanto para conductores como para pasajeros.

Yoongi se alegra de que Jimin no tuviera que presenciar esto, pues seguramente estaría mirando apenado y confundido todo ese ajetreo. Tendrían mejores momentos que esos, seguro.

Se maldijo a sí mismo, aún si fuese por algo sinsentido como no traer un paraguas incluso si no sabía que llovería, todo el camino hasta el hospital. Caminó unas pocas cuadras para llegar a su destino, aquellas que no formaban parte del recorrido de su autobús, terminando empapado y con un no muy buen humor.

Saludó a quienes tuvo oportunidad de ver, tratando de disipar su ligera molestia causada por el mal clima con imágenes del chico que lo esperaba en casa y al que buscaba no decepcionar. Se rio de sí mismo cuando notó cuán importante debería ser Jimin en su vida como para mejor su ánimo con tal facilidad. Se imaginó a Seokjin y Taehyung burlándose de su comportamiento. "Te tiene atrapado" diría Taehyung, solo para ser corregido por Seokjin con un "Dominado, eso es. No tiene escapatoria". No se inmutó cuando el pensamiento de "No quiero escapar" pasó por su mente como respuesta a las burlas de su amigo, ni por la sensación agradable, ese cosquilleo inusual y curioso, que llegaba a él cuando pensaba en que estaría bien con cualquier mención o burla hacia su estado de perdido por unos ojos bonitos y personalidad única. Él no tendría ningún problema por eso, ya que no eran más que hechos.

De cualquier modo, no pudo estar mucho tiempo metido en sus pensamientos, pues el verdadero trabajo no tardó en llegar. Tuvo que encargarse de algunos de sus pacientes habituales, llevando la cena a quienes se le había sido asignado y revisando el estado de otros, como procedimiento rutinario. En el proceso, se vio en la obligación de ir a recepción para dejar los papeles que el doctor Wang le encargó. Saludó a la chica castaña, Wendy, y luego fue sorprendido con un tirón suave en su pantalón.

"Hola, enfermero Min" saludó una pequeña niña que Yoongi no sabía que había extrañado hasta que la vio. Su sonrisa fue tan genuina que hasta la niña se sorprendió.

"Jihyo... Te ves preciosa" Dijo aquello con toda la intención del mundo, sacándole una sonrisa a la menor. Su piel tenía más color y no se veía cansada, se dijo que era debido a que ya no tenía que comer más la comida aburrida del hospital, como ella decía, y por estar reposando en su hogar.

"¡Lo sé, muchas gracias! Me dieron de alta hace unos días, pero ahora vine porque quería verlo. Mamá me espera allá" El enfermero miró hacia donde la niña señalaba y saludó a la pelinegra que los miraba atenta. "¿Cómo está su genio? ¿Lo ha cuidado bien? ¿Come y duerme bien? ¿Le quiere?" Preguntó entusiasta.

"Esas son muchas preguntas... " Soltó una risita. "Pero puedo decirte que está muy bien y quizás lo conozcas si vienes otro día" Comentó feliz al ver la reacción emocionada de la niña.

"¿De verdad?" Él asintió. "Estoy emocionada por conocerlo, ¿cómo se llama?".

Dos latidos, eso es lo que le toma a la vida actuar de manera improvisada, sin planeamiento previo.

Yoongi sintió el alma dejar su cuerpo en ese momento, por lo que no pudo emitir palabra alguna a modo de respuesta. Todo a su alrededor se movía, borroso y confuso. De repente, no recuerda haberse despedido de la niña o disculpado por correr lejos de ella, pero sabe que nunca se ha movido tan rápido para atender una emergencia como ese día.

Cuando llega, hacia donde está el grupo de doctores y enfermos entrando por la puerta principal, escucha, con todo el pesar del mundo, la voz de Shinwon, un enfermero de turno.

"¡Emergencia, despejen el camino! Incendio en el asilo Hanming care, tenemos cinco personas con quemaduras graves ¡Despejen el camino!" Repite sin mucho cuidado, casi tropezando con sus palabras, y Yoongi percibe, por el tono tambaleante de su voz, que la situación no es muy buena.

Él actúa, como enfermero que es, y lleva la camilla que acaba de entrar por la puerta. Su corazón cae cuando reconoce a la persona allí recostada.

"Señora Kim..." Dice en un susurro lastimero. Por lo poco que puede ver, sabe que ella ha sido de las más afectadas. La enfermera que lo acompaña parece estar diciéndole algo, seguramente que agilice un poco y avance, pero siente que ha perdido la capacidad de ejercer algún movimiento en sus extremidades y eso, sumado a la conmoción de ver una cara conocida, retarda su reacción.

Él sabe que en su trabajo el tiempo es más que solo valioso, es una ventaja y desventaja muchas veces, es traicionero y deben aprovecharlo a toda costa, es por todo ello que no se sorprende cuando alguien lo mueve para quitarlo del camino.

Ve las otras camillas entrando y a la señora Kim alejándose, pero no puede moverse. Le ha chocado aquello y ahora le es difícil seguir moviéndose. Piensa en Taehyung, la primera vez que lo vio llorando y en las veces que habló con él de su abuela, diciendo que es su persona favorita en la Tierra, y su corazón se rompe.

Como si su autocontrol y raciocinio lo hubieran abandonado por completo, cree que ve a Jimin entrar luego de la última camilla. De hecho, sería una alucinación tan precisa como dolorosa en ese momento, ya que no se siente apto para afrontar todo solo. Sin embargo, lo que creía una ilusión, es una completa verdad. Es Jimin el que entra, su Jimin, quien luce desaliñado y torpe mientras avanza.

Cuando se acerca a él y lo abraza, sabe que algo está mal. Para Yoongi, siempre habría algo de malo en ver llorar a Jimin. Sabe que es eso porque puede sentir una humedad sobre la tela de su ropa y por los sollozos que el chico suelta. Lo sabe también por la forma en que su muchachito dice su nombre, en forma repetitiva y melancólica.

Su nombre es lo que menos importa cuando escucha otro que capta más su atención, uno que probablemente recuerda más que el suyo y uno que ayudó a elegir cuando era niño.

La puerta de la entrada principal, esa que se había cerrado hace unos minutos, vuelve a abrirse y Yoongi empieza a atar cabos tan rápido como su mente se lo permite.

Él sigue ahí, como si sus pies hubieran echado raíces y le impidieran moverse, mientras una nueva camilla entra y un grupo más de enfermeros se acercan para ayudar a movilizarla. En ese momento, ayuda que no está muy lejos de ellos y que su vista esté en buen estado porque lo primero que hace es reconocer el rostro del nuevo paciente, esta vez con sangre y heridas en lugar de la sonrisa con hoyuelos a la que está acostumbrado a ver.

"Accidente en el área de Seomyeon, cerca a la escuela de danza. Se trata de un choque triple. Tenemos cuatro heridos, ¡despejen el área! ¡Estabilicen el pulso, no vamos a perderlo!".

Yoongi había escuchado esas palabras tantas veces, algunas dichas con convicción y otras algo resignadas por la situación, pero nunca había sentido esa opresión en su pecho ni las ganas de llorar por ver a un herido.

Era Hoseok de quien se trataba, su hermano. A quien había ayudado a criar, con quien había jugado y llorado tantas veces, la misma persona a quien él en algún momento se juró cuidar con su propia vida. Verlo en ese estado solo confirmaba que había fallado.

Ahora quería moverse, correr y estar al lado de su hermano, verlo y asegurarse de que estaría bien, incluso si por su aspecto eso se veía algo difícil de cumplir. No podía, sin embargo, pues Jimin lo tenía sujetado y no parecía tener ninguna intención de soltarlo.

"¡Déjame ir! ¡Jimin, suéltame, es mi hermano!" Él sabía que estaba llorando ya y que probablemente a vista de cualquiera parecía haber perdido la cabeza por cómo forcejeaba con el otro.

"Yoongi, no. Escúchame... ¡Escúchame, por favor!" Insistió el rubio, tratando de calmarlo. Yoongi accedió y lo miró directo a los ojos, se podía ver en la mirada cariñosa que Jimin le daba y su apariencia lo tomó por sorpresa. Él se veía miserable.

"Déjame ir, necesito verlo... Jimin, por favor" Pidió, con la poca voz que aún tenía. El rubio se negó, sosteniéndolo aún más fuerte.

"Ellos me llamaron, te llamaron" se corrigió al segundo. "Vine tan rápido como pude, Yoon. Podemos salvarlo, puedes salvarlo" Tomó el rostro del mayor en sus manos, aprovechando en limpiar las lágrimas con sus pulgares. "Solo pídemelo, manzanita. Nada me haría sentir mejor que eso, por favor".

"Yo..." El pelirrojo dejó de hablar al procesar lo que su genio le decía. "Yo no..., mierda". Le dolía saber cuán correcto estaba Jimin en su razonamiento. Él podía pedirlo, sin problema, y tendría a su hermano sano y salvo consigo. Sin embargo, había algo que se lo impedía.

La imagen de Taehyung llegó a su mente y visualizó de niño, aprendiendo a leer con ayuda de la señora Kim, quien lo cuidó como un hijo más. Yoongi recordó cada cumpleaños de ella que celebraron ellos, junto a Hoseok. Sus sonrisas sinceras y alegría natural. La señora Kim era pieza fundamental para la vida de Taehyung y se le estaba siendo arrebatada de manera injusta: un incendio.

"Debes apurarte, Yoonie. El estado de Hoseok es grave, por favor" La voz de Jimin lo devolvió a presente y, entonces, recordó algo más.

Ese deseo, el último que le quedaba, se lo había prometido a Jimin. Era suyo y ahora... Si él deseaba salvar a Hoseok, entonces no solo Taehyung sufriría, sino que estaría rompiendo una de las promesas que tomó con mayor seriedad. Él iba a perder a Jimin también.

"Jimin... tu deseo, te lo prometí" Logró decir, sin contener las lágrimas. Su muchachito, siempre cándido y lleno de esperanza, negó con una sonrisa.

"¿Qué no te has dado cuenta? Lo único que podía haber deseado, lo tuve conmigo. Quería amar, incluso si no lo sabía, y entonces te tuve a ti... Después de ti, rojito, no hay nada más que quisiera desear" El afecto en sus palabras eran tan palpable como las nuevas lágrimas que el genio dejaba caer. "Solo pídelo, mi amor".

Yoongi se sentía asfixiado, abrumado por todo lo que ocurría. Empezó a pensar en una solución, una manera en la que pudiera mantener a alguien sin perder a la otra persona. Claramente afectado por su entorno, no llegaba a su mente nada coherente.

"Yoongi..." Volvió a pedir el rubio, desesperado. "No puedo hacerlo si no lo pides. Vamos, rojito".

Dicho aquello, una idea pasó por su mente y tomó una decisión. Podía ser llamado cobarde, si es lo que alguien quiere pensar, pero era lo mejor que pudo pensar en ese momento.

"No" Terminó diciendo, tratando de sonar firme, y posó sus manos sobre los hombros del más bajo. "No lo quiero, no sé qué hacer. No puedo pensar en una solución, no ahora... La señora Kim, Hoseok, tú. No hay manera que yo pueda pensar en una manera de mantenerlos a los tres... Pero tú, Jimin. Te lo debo y sé que puedes hacer algo mejor que yo con ese deseo". Tan pronto las palabras dejaron su boca, Jimin se alejó.

"¡No!" Cubrió sus orejas con sus manos, negando vehemente. "¡Yoongi, retráctate!" Pidió, lleno de miedo. La voz de Chanyeol llegó a su mente, recitando una a una las reglas que debía seguir.

"Debes obedecer a tu portador, incluso si no te parece. Recuérdalo, Jimin: obedecer"

"¡Yoongi, no lo hagas!" Volvió a pedir, cuando la voz en su cabeza se hizo más fuerte.

"Tú te quedas con tu deseo y él pierde todos los demás, pero él no debe saberlo. Es como funciona, Jimin".

"Es lo que quiero, Jimin. Deseo que puedas desear."

Esta vez fueron cuatro latidos agitados, el tiempo exacto que le tomó a la voz de Chanyeol desaparecer de la mente del rubio.

El genio miró a Yoongi y vio frente a él todos los momentos que compartieron juntos, uno a uno a una velocidad increíble. Empezó a recordar cada cosa que le dijo el pelirrojo, desde que lo conoció y asustó en su viejo piso hasta lo que había dicho desde que recibió la llamada del hospital esta tarde.

Yoongi estaba confiando en él para encontrar una manera de hacer todo bien y mantener a las tres personas que había mencionado. Jimin sabía más que nadie que no podía complacer a todos y que siempre habría alguien a quien decepcionar.

Lo pensó una vez más, cerró los ojos con fuerza, solo para abrirlos nuevamente y sonreírle al chico que tenía parado frente a él.

Sabía que el tiempo no estaba de su lado, por lo que no tardó mucho en acercarse al mayor para plantar un cálido beso sobre sus labios.

"Te quiero, Yoonie, pero debes saber que no puedes conseguir todo sin defraudar a alguien" Murmuró suave, con cariño y tristeza acumulada. "No me olvides".

Yoongi quiso tomarlo de la muñeca y detenerlo para preguntarle qué había querido decir con eso, pero fue demasiado tarde. Su muchachito rubio ya había murmurado su deseo y un adiós, con un chasquido de dedos y una sonrisa.

Cinco latidos, eso le había costado a Yoongi perder a la persona a la que le había entregado su corazón.


























━━━━━━✧❃✧━━━━━━

Hola, no me odien. Esto aún no termina.

Nos leemos... pronto<3.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro