U N O
"El comienzo"
Cuando lo vió sintió esa pequeña pulsación que hace que los relojes se detengan y cuando sus miradas hicieron la mística conexión, mariposas del tamaño de vacas revoloteaban en su estómago, no lo podía creer, él era demasiado perfecto, demasiado irreal. Se quedó en shock ninguno de sus músculos o huesos respondían a sus órdenes de seguir caminando o respirando. El enorme tren se atravesó en sus miradas y lo perdió de vista pero no del corazón.
Cuando terminó de pasar el tren, él ya no estaba, seguro el destino no los quería juntos, tal vez él no era para ella. Aunque suene deprimente o hasta suicida lo olvidará para el final del día, al fin y al cabo no sabe su nombre, edad, gustos, en fin, no sabe nada de él. Solo fue un flechazo y como rápido llegó rápido se irá... Todo eso lo repetía camino a casa... ya pasaría el flechazo mientras come cereal y ve su programa de favorito. Aunque pudo notar que a él también su presencia le arrancó un suspiro, aunque tal vez o solo haya sido su imaginación.
Bones en la televisión y Brennan en sus típicos casos que a su parecer son geniales pero eso no lograban sacarle de la mente a ese chico de ojos marrones, pelo castaño y sonrisa encantadoramente infantil pero a la vez tan seductora. Maldición ¿Quién diablos era ese dios griego que retaba su mente a no dejar de pensar en él?
Deja de pensar en él. Se repetía en sus adentros.
No lograba quitar su cara de su mente así que decidió salir en su auto, no le vendría nada mal, pondría su mente clara y fría.
Como es lógico para el mes de diciembre, adornos navideños decoraban casi todas la puertas de las casas o departamentos inundando sus sentidos de un espíritu tan cálido. Los locales del centro comenzaban a asomarse entre los parabrisas, y así comenzó a olvidarse de ese chico, todo iba mejor... Whitney Houston con su increíble canción "I will always love you" sí, quizás no sea la canción más romántica pero sí la más corta venas, ya que enamorarse así de una persona a tal grado de dejarla ir es masoquista.
Continuó manejando lento viendo todos y cada uno de los negocios navideños y otros no tanto. A lo lejos pudo ver a su hermana, Chaeryeong, haciendo compras de último momento, eso era algo tan obvio y predecible viniendo de ella. Estacionó su auto y caminó por la cera hasta que quedó a unos cuantos pasos de ella.
— Típico de ti Chaeryeong. —agregó con burla. Ella volteó la mirada y le hizo un gesto para que la ayudara.
— Calla y ayúdame, estoy muy enojada, y no me quiero desquitar contigo, una señora me acaba de quitar unos adornos navideños perfectos para sala de mamá. — respondió algo enojada.
— Ok, ok no diré nada más. —dijo mirándola. — ¿Traes coche? —preguntó tomando una bolsa roja.
— Si, esta al final de la calle. —alzó su mirada y suspiro. — ¿Iras a casa conmigo o iras por tu cuenta? —dijo mientras fruncía los labios en una maldición por que eran demasiadas bolsas.
— Iré por mi cuenta. —habló bajo.
— Bien, pero ve a la casa quiero presentarte a mi novio llegó esta mañana, solo lo he presentado con mamá y quiero que todos en la familia lo conozcan. —canturreó con picardía y misterio.
— ¿Desde cuando tienes novio? —comentó entrecerrando los ojos.
— ¿Recuerdas el viaje que hice a Los Ángeles? —le preguntó o lo que ella asintió. — Bueno en un parque lo conocí y somos novios desde entonces. —habló sonriente mientras abría su auto para introducir las bolsas llenas de obsequios.
— Ya veo... —dijo algo insegura. — Te veo en casa de mamá.—le dijo y se dió vuelta sobre sus talones y apresuró el paso hacia su auto.
Se moría de intriga por conocer al novio de su hermana.
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