Cap.18.: ¡Salvados! O no...
Habían sido dos semanas las que estuvimos con esta gente y nos resultaron interminables y crueles.
Los nazis nos sometieron a terribles interrogatorios que, si no respondíamos, nos harían sufrir con cualquier instrumento de tortura.
Nos tenían desnudos y apenas nos daban de comer. A los ocho días comencé a notar más mis costillas y sentía frío y hambre. La única vez que nos daban mantas era para cuando llueve, y dimos las gracias que la mayoría de los días estuvieron lluviosos, pues esos pequeños ratitos con la manta eran valiosísimos.
Nos teníamos asco a nosotros mismos porque no nos dejaban darnos ni una mísera ducha. Como para ellos éramos seres inferiores, pues no nos dejaban tener sus mismos privilegios. Y para colmo, como ya dije, estábamos todo el tiempo desnudos.
Lo peor fue cuando quisieron vernos teniendo relaciones sexuales a mí y a Jason, con el propósito de tenernos más asco. Y si algunas chicas creen que esto fue placentero, les diré que no lo fue para nada. Estábamos en los huesos y nuestros cuerpos estaban demasiado demacrados. Para rematar, al estar desnudos todo el santo tiempo, corríamos el riesgo de infectarnos de algo. Total, que si ellos se sintieron asqueados, imaginaos nosotros. No por ser dos chicos follando, si no porque la forma que nos hicieron hacer esto fue asqueante y parecía que fuésemos necrófilos.
Pero el día 15, no sabía que nuestras torturas iban a durar poco...
Después de interrogarle a Lars acerca del tiempo que hacía que estábamos allí, él se negó a responder porque no se acordaba bien. Entonces, con ojos llorosos, me miró sin poder desencadenar sus manos atadas al techo y yo me acerqué a él.
-Me quiero morir, James... No aguanto más esto...-Tomé su mano y ambos, con nuestras cuencas humedecidas, nos miramos fijamente.
-No queda mucho para que esto termine, Lars. Todos sonreiremos una vez estemos en el tanatorio-Le dije con todo el dolor de mi alma, pero cierto era que... Queríamos morirnos, era horrible, mejor eso a seguir sufriendo todos los días.
-¡Aparta, maricón apestoso!-Me dijo uno de los soldados golpeándome con el látigo en la espalda, yo arqueé ésta y me eché hacia atrás, ahí fue que comencé a tener ante mis ojos cómo le hacían daño a mi amigo.
Y aunque cerrase los ojos, sus gemidos de dolor podía sentirlos y hacían que llorase más y más. Mi alma se destrozaba completamente con eso y los recuerdos de mi dolorosa niñez hicieron ver lo nefasta que ha sido mi vida. Religión, cáncer, alcohol, drogas, corrupción, torturas... ¿En serio vine a este mundo para que todo lo que viese con mis propios ojos fuese así? No le recomiendo esta vida a nadie...
Ya me había rendido por completo y no le temía al descanso eterno. Sólo esperaba a que, de una vez por todas, decidiesen acabar conmigo y simplemente dejar de existir para, posteriormente, descomponerme bajo tierra.
Y entonces... Una imagen en mi vente vino...
Era ella. Nuestra fiel compañera, nuestra salvadora, nuestra heroína... Darko.
¿Por qué podía verla? ¿Es que acaso ella estaba... viva?
No, no lo creía así. Darko no podía estar viva por desgracia. Si no ha venido antes, ha sido porque ella ya estaba allí arriba y por fin descansando en paz.
Qué lástima que al menos no pudimos decirla adiós...
Y entonces... Oí un sonido de algo prenderse. Me sonaba demasiado... ¿Acaso no era...?
BOOM
Una nube inmensa de humo y pólvora se formó ante nosotros. Cubrí mi rostro y luego lo alcé para averiguar qué era esa sombra que me tapaba y no me dejaba ver bien la luz de la luna. Observé un único ojo marrón iluminado de tal forma que parecía rojo rubí, expresando todo su odio...
-Se os acabó el jueguecito de torturar a quienes consideráis débiles, ratas de cloaca-Dijo, su serpiente apareció en su hombro derecho y trató de asustarle enseñando sus fauces.
-Oh, mi querida Darko. ¿Cómo tú por aquí? ¿No estabas muerta? Pues yo recuerdo haberte aniquilado-Le encaró ese maldito que nos tenía en esas condiciones, ella ni se inmutó, simplemente le miró como un enano que era.
-Tú recuerdas y crees haberme aniquilado. Pero no fue así-Pausa, le miró desafiante y trató de asustarle, mas él tampoco se echó hacia atrás-Estoy aquí por un único motivo y tú sabes bien cuál es. Suelta a mis amigos y déjalos ir-Dijo refiriéndose a nosotros, supongo que ella tendría luego un asunto pendiente por solucionar, pero la ayudaríamos si teníamos oportunidad.
-¿Y qué hay de ti? ¿Acaso me das algo a cambio con tal de que yo los libere?-Reprochó mucho más enfurecido, ni ella le temía ni nosotros tampoco.
-Tengo un asunto pendiente contigo todavía. Pero eso lo hablamos luego a solas. Ahora suéltalos y déjalos que vuelvan a su hogar. Las cosas que tengamos que tratar tú y yo lo haremos en otro sitio y sin que ellos estén delante-Repitió, ni crea ese asqueroso que conseguiría salirse con la suya, o eso esperaba...
-Darko, cariñito mío, te lo explicaré de forma que puedas entenderlo bien: Si a ellos los capturé, es porque están de tu lado. Ellos merecen estar sin vida como tú desde hace mucho tiempo. Y ahora márchate y regresa cuando de verdad hayan muerto. Tú tampoco deberías ser la espectadora de su muerte-Apretando los puños y frunciendo el ceño, se acercó a él y le empotró contra la pared, esa señal era buena.
-Ellos no tienen nada que ver-Le estranguló, menudo cobarde, cuando de verdad la tiene delante está cagado hasta las patas...-Todo esto no debió haber surgido porque íbamos camino hacia otro lugar sin yo pensar que estaríais para joderme la existencia como lo habéis hecho siempre-Le alzó por los aires, esa era la Darko que yo quería ver en acción-Y no seré espectadora de su muerte, pero no porque me vaya a ir, si no porque ellos no van a morir-Lo tiró al suelo, éste sobó su garganta y la miró temeroso a su ojo-Y ahora... Libéralos si no quieres que las cosas vayan a peor, escoria del mundo-Siguió retándole, su cobra seseó y yo la miré apreciando cada cicatriz en su cuerpo, todas dejaban huella de cada lucha por continuar con vida.
-Bueno, si así lo deseas...-Hizo dos chasquidos con los dedos y mandó a sus soldados a que nos retirasen las cadenas, acto seguido me miró a los ojos y me tomó de las manos.
-Es hora de volver a casa-Me dijo sonriente, yo la devolví el gesto y... Una cadena plateada rodeó su cuello.
Se levantó y trató de quitársela. Puso más fuerza hasta poder darle un codazo al que tenía detrás. Se retiró el enlazado de metal y trató de acercarse de nuevo a nosotros.
-No tan deprisa-Dijo uno de los reclutas, la tiró al suelo con una soga atada a su tobillo, se la quitó de inmediato.
-¡Estás muerta, hija de-Lo que iba a decir ese lerdo, fue cortado por la mano de Darko que lo agarró de la camisa y lo lanzó por los aires, causando que se cayese en un contenedor de basura.
Al frotar sus manos con brusquedad para quitarse el polvo, volvió a mirar a los otros. Pudimos ver cómo el rostro del líder se ponía rojo de la rabia. Jódete, cabrón.
-¡Matadla! ¡Destruirla! ¡Y coged a esos imbéciles y lleváoslos para pegarles un tiro en la cabeza o degollarlos!-Sin darnos tiempo, la tomaron entre sus brazos para llevársela consigo y con nosotros hicieron lo mismo, ella le miró enseñando los dientes asqueada-¿Te rindes ahora, niñita rebelde?-Le dijo más sarcástico, ella siguió mirándole desafiante.
-Yo nunca me rindo. Nací para morir. Y hoy estoy aquí por una verdadera razón-Y ahora, sí... Que comience la pelea final.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro